Los tres pilares de una higiene alimentaria adecuada son: 1) el conocimiento de los alimentos, procesos de producción, conservación, elaboración y pautas de ingesta; 2) los tipos de alimentos disponibles localmente, su preparación y envasado; 3) los comedores escolares y habituales como espacios para adquirir hábitos alimenticios y la importancia de la actividad física para el equilibrio energético.