La isla artificial fue construida entre 1987 y 1989 para protegerse de los terremotos y tifones frecuentes en la región. Se utilizaron 21 millones de metros cúbicos de bloques de hormigón extraídos de tres montañas y 10.000 trabajadores durante 3 años para completar la muralla protectora de 4 km de largo y 1 km de ancho con una capa de 30 metros de grosor. El diseño consideró la dirección de los vientos y las fuerzas de compresión y tracción sobre los diferentes elementos estructurales.