1. Escrito
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Acción
Para la Gloria de Dios y el bien
del ser humano
Editorial Cristiana “El Maestro Silencioso” Coordinador:
Dr. Luis A. Silva Cisneros. Tel. 0241 8233566.
Email: luissilvamd@hotmail.com
Portal en Internet: elmensajerosilencioso.blogspot.com
AÑO IV. NUMERO JN. 14A.
EVANGELIO DE JUAN
Contenido
1 Crucigrama (Jn. No. 14A). Lectura en
el Evangelio de Juan 14:1-14. Jesús
consuela a sus discípulos y les muestra
el camino al Padre.
2. María... No quiso las flores
3. Citas y Pensamientos sabios.
4 Versículos por memorizar.
Juan 14:1-14.
Jesús consuela a sus discípulos
1 No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios,
creed también en mí.
2 En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si
así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a
preparar lugar para vosotros.
A quienes pasen de este mundo al
otro en la condición de pecadores
no arrepentidos, no perdonados.
Una semana después le hicimos otra
visita, reafirmando lo expuesto la
semana anterior. Esta vez cantamos
algunos himnos, entre ellos el nú-
mero dos en el himnario “Himnos y
Cánticos del Evangelio”. Fue de su
especial agrado la letra de las dos
últimas estrofas:
“Piensa que él sólo puede colmar
tu triste pecho de gozo y paz
y porque anhela tu bienestar
vuelve a decirte “ ven”
Su voz escucha sin vacilar
y grato acepta lo que hoy te da
tal vez mañana no habrá lugar:
no te detengas, ven”
En la tercera ocasión, María se mostraba radiante y
con un muy especial brillo en sus ojos. Al fin, no pu-
diendo guardar más el secreto nos confesó que había
sido salva momentos después de nuestra última visita,
que habiendo doblado sus rodillas confesó a Dios que
era una pecadora, que estaba perdida y aceptó a Cristo
y el perdón que él gratuitamente le ofrecía. Nos refirió
que cuando se levantó de sus rodillas se sintió muy
liviana, como si un gran peso se hubiese quitado de
ella. Comentó que creía que esto se debía a que la
carga de sus pecados había sido quitada.
Efectivamente, María había sido salva y, durante
aproximadamente un año mientras el cáncer avanzaba
inexorablemente y consumía la carne de su rostro, ella
dio grandísimas evidencias de tener el perdón de sus
pecados y la paz del alma que solo Dios puede dar.
Aunque esperábamos la noticia, fue duro para noso-
tros oírla, pues, en verdad, habíamos tomado muchísi-
mo cariño a María y esperábamos con ansiedad cada
sábado para visitarla. Aún así, allí estaba la realidad,
María había partido de esta escena terrenal hacia su
morada celestial.
Como es costumbre, llegamos aquella tarde al velorio
de María con una corona de flores, pero, justamente a
la puerta de la casa, un familiar de la difunta nos dijo,
muy amablemente, que no iban a permitir flores en
aquel funeral, pues, nos explicó, eso había sido la últi-
ma voluntad de María. Al indagar más sobre el
asunto, nos contaron que María, textualmente, les dijo:
“No quiero flores en mi entierro, pues las flores son sím-
bolos de lo que se marchita pronto y lo que yo tengo en la
gloria es algo inmarchitable”.
Preguntamos, tenía María razones válidas para pensar
así?. Evidentemente que si, pues la escritura dice que Dios
“nos hizo renacer para una esperanza viva” y que tene-
mos “una herencia incorruptible, incontaminada e in-
marcesible, reservada en los cielos... “ (1 de Pedro 1:3-4)
y, realmente, las bellas y fragantes flores, no son símbolos
de lo perecedero y frágil de esta vida presente? La Biblia
responde que si: “... La gloria del hombre [es] como flor
de la hierba. La hierba se seca y la flor se cae”. (1 Pedro
1:24).
Amigo, te estás aferrando a las cosas temporales y perece-
deras de esta vida?. Qué de verdadero valor tienes para la
eternidad?. El Señor pregunta: ¿Qué aprovechará el hom-
bre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma?.
(Mateo 16:26).
Ignorar, acaso, que “es ... la fe la certeza de lo que se
espera, la convicción de lo que no se ve” (Hebreos
11:1), “pues las cosas que se ven son temporales, pero
las que no se ven son eternas”. (2 Corintios 4:18).
Amigo, aférrate a lo eterno, ancla tu alma en la gloria,
reconociéndote pecador y recibiendo a Cristo como tu
Salvador. Lic. Gelson Villegas
Citas y Pensamientos Sabios
La palabra de Dios no es para razonarla,
es para discernirse.
……….
Usted fue hecho por Dios y para Dios
…….
Una sonrisa, una mirada, un gesto, en la mayoría de las
ocasiones, habla mas que mil palabras…
2. 3 Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra
vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo
estoy, vosotros también estéis.
4 Y sabéis a dónde voy, y sabéis el camino.
Jesús, el camino al Padre
5 Le dijo Tomás: Señor, no sabemos a dónde vas;
¿cómo, pues, podemos saber el camino?
6 Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la
vida; nadie viene al Padre, sino por mí.
7 Si me conocieseis, también a mi Padre conoce-
ríais; y desde ahora le conocéis, y le habéis visto.
8 Felipe le dijo: Señor, muéstranos el Padre, y nos
basta.
9 Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo hace que estoy con
vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me
ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices
tú: Muéstranos el Padre?
10 ¿No crees que yo soy en el Padre, y el Padre en
mí? Las palabras que yo os hablo, no las hablo por
mi propia cuenta, sino que el Padre que mora en
mí, él hace las obras.
11 Creedme que yo soy en el Padre, y el Padre en
mí; de otra manera, creedme por las mismas obras.
12 De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree,
las obras que yo hago, él las hará también; y aun
mayores hará, porque yo voy al Padre.
13 Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre,
lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hi-
jo.
14 Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré.
María... No quiso las flores
Pese a los años, el rostro de María demostraba que
había sido una mujer hermosa, pero ahora, ese rostro
presentaba una terrible marca... Cáncer en una de sus
mejillas!.
Visitamos a María y con la Biblia abierta le expusi-
mos las gloriosas verdades de la redención; le habla-
mos del grande amor de Dios manifestado en la obra
de Cristo en el Calvario y a favor de los perdidos
pecadores; le indicamos lo abominable que es el pe-
cado a los ojos de Dios y le advertimos que el pecado
queda perdonado en base a los méritos de la obra de
la cruz, si el pecador se arrepiente, o, de no ser así,
tendrá que ser juzgado, llevando a eterna perdición
aenes pasen de este mundo al otro en la condición de
pecadores no arrepentidos, no perdonados.
Una semana después le hicimos otra visita, reafir-
mando lo expuesto la semana anterior. Esta vez can-
VERTICALES. 1. ¿Qué dijo Jesús que iba a hacer
con todo lo que pidieren al Padre en su nombre?
2. ¿Qué fue Jesús a hacer con el lugar para sus discípu-
los, en la casa del Padre? 3. ¿Quién le dijo a Jesús:
Muéstranos el Padre y nos basta. 6. ¿Qué dice Jesús
que Él es? 8. ¿Quién dijo: Yo soy el camino, y la ver-
dad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.
11. ¿Con cuál nombre se dirigían Felipe y Tomás a
Jesús? 13. ¿Qué era necesario hacer con Jesús, además
de creer en Dios? 14. ¿En Quién será glorificado el
Padre? 15. ¿Quién le dijo al Señor Jesucristo que no
sabía a donde Él iba a ir? 16. ¿Qué no se debe turbar,
al creer en Dios y en el Señor Jesucristo? 19. ¿Quién
es el escritor del evangelio que estamos leyendo?
HORIZONTALES. 4. ¿En cuál versículo, del Capítulo 14 de
Juan se narra que Jesús vendrá otra vez? 5. ¿Qué prometió
Jesús que Él iba a hacer de nuevo? 7. ¿A Quién hay que diri-
gir nuestra oración? 9. ¿Qué constituye las siguientes pala-
bras de Jesús: Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré.
10. ¿Qué dice Jesús que Él es? 12. ¿Para quiénes fue el Señor
Jesucristo a preparar lugar en la casa del Padre? 16. ¿Qué
dice Jesús que Él es? 17. ¿En dónde quiere Jesús que sus
discípulos estén para siempre con Él? 18. Completar: Las
palabras que yo os hablo, no las hablo por mi propia cuenta,
sino que el Padre que _____ en mí, él hace las obras.
20. ¿Cuántas moradas hay en cielo, en la casa del Padre?
21. Completar: Y _____ lo que pidiereis al Padre en mi nom-
bre, lo haré.
CRUCIGRAMA: (JN. No. 14A). LECTURA EN JUAN 14:1-14. JESUS
CONSUELA A SUS DISCIPULOS Y LES MUESTRA EL CAMINO AL PADRE.