1. Planeta papelera
por Jorge Luis Álvarez
En la ruta de Barquisimeto a Sanare puede disfrutarse del hermoso, variado y espectacular
paisaje de nuestro estado Lara. Grandes y modernos edificios, urbanizaciones lujosas,
innovadores y confortables centros comerciales, vías amplias de buen acceso vehicular, plazas y
parques muy bien ornamentados, una extensa gama de vehículo nuevos y modernos y todo un
desarrollo económico en constante crecimiento.
Comienzan a aparecer las majestuosas montañas de Sanare, con un espectacular clima,
verdes e imponentes cerros, toda una cultura diferente, con tradiciones que sobreviven a la
modernidad y una arquitectura colonial adaptada a la geografía de la zona, donde la economía es
sustentada en la agricultura de importantes rubros que son destinados al interior del país. Pero
todo este recorrido se ve interrumpido por la implacable mano del hombre, es impresionante ver
como la basura reina en las vías, basura que es arrojada por las mismas personas, los desechos
ocultan los contenedores, el aseo urbano no pasa frecuentemente, los obreros que prestan este
servicio dejan caer los desechos en el pavimento. Los perros sin dueños, que se multiplican sin
control alguno, destrozan todo a su paso. Las personas de la calle también hacen su parte, pues en
su frenética búsqueda de alimentos vuelven un caos cada acera.
Entonces, pareciera que no hubieran contenedores, que hay cada vez más basura, que hay
más personas de la calle, que cada día hay más quien arroje basura. Pudiera ser que no hay una
política de Estado, una política Regional que dé con tal situación de salud pública. Es triste,
penoso y lamentable que tales descripciones en las líneas iniciales sean eliminadas por la borra de
la desidia, de la inconciencia y de la falta de compromiso con los nuestro. La pereza mental,
nuestra falta de moral y conciencia ecológica nos están llevando a un desastre ambiental; que de
no parar, generará a corto plazo, consecuencias irreversibles. De regreso en un autobús a
Barquisimeto, reflexionaba luego de que un joven lanzó por la ventanilla un empaque de galletas;
de inmediato comencé a multiplicar ese empaque por el número de pasajeros, los pasajeros por el
número de autobuses de esa línea y así sucesivamente. La cuenta de basura arrojada compite con
la deuda externa. Imaginaba a los más de 30 millones de habitantes lanzando un empaque a
diario; pues nuestro país sería una enorme papelera geográfica y planetaria.
Por consiguiente, sería importante que como ciudadanos cambiáramos nuestra forma de
pensar y actuar para que mejore nuestra calidad de vida o tal vez, deberíamos revisar algunos
artículos de la Ordenanza de Convivencia Ciudadana y Sanción de Infracciones Menores,
capítulo IV, artículo 19; en este artículo se menciona que una persona por arrojar desechos en las
calles y en la vías públicas será multado por cinco unidades tributarias.
Preguntémonos, ¿En qué nos convertiremos si nuestro planeta es una enorme papelera
geográfica?