Este documento describe los conceptos fundamentales de la comunicación. Explica que la comunicación implica la transmisión de información de un emisor a un receptor a través de un canal, utilizando un código común. También describe los elementos clave del proceso comunicativo, como el mensaje, el emisor, el receptor, el canal y el contexto. Finalmente, explica que los signos son elementos esenciales para la comunicación, y que forman sistemas que permiten la transmisión de significado.
1. Γ
LA COMUNICACIÓN
En un sentido general, comunicar es ''poner en contacto", conectar; de ahí
que se diga Esa puerta comunica con el jardín, o Un camino de piedras
comunica los dos pueblos.
Aquí se tratará de la comunicación como transmisión de información.
Ahora bien, infomar supone comunicar conocimientos nuevos; de manera
que un mensaje que no diga nada nuevo carece de información -aunque,
lógicamente, sí posea significado-. Así, por ejemplo, unas declaraciones del
Ministro de Trabajo como Estamos preocupados por el problema del paro y
se están estudiando medidas para solucionarlo no aportan ninguna
información a unos ciudadanos que presuponen lo dicho por el ministro.
De este modo, el contenido informativo de un mensaje depende de la
probabilidad de aparición: cuanto más previsible sea un mensaje, menos
contenido informativo aportará. Por ejemplo, en el ámbito de la literatura,
una metáfora original tiene mayor expresividad -"comunica más"- que una
metáfora muy conocida, ya tópica.
En todo acto de comunicación pueden surgir perturbaciones que
dificultan la perfecta transmisión del mensaje, provocando una pérdida
de contenido informativo. Tales perturbaciones se conocen con el término
de ruido: un ejemplo de ruido en el habla es la distracción; en la escritura,
una errata. Para contrarrestar los efectos del ruido, el emisor repite
contenidos, es decir, introduce cierto grado de redundancia que asegure la
comunicación. Por otro lado, cuanto más previsible es un mensaje, más
redundancia contiene y, por tanto, menor es su contenido informativo.
Hay que tener en cuenta que para los seres humanos la comunicación es
básicamente interacción social: los individuos comparten una cultura que
permite la relación y comunicación entre ellos. En este sentido, comunicar
no es meramente intercambiar información, sino compartir -"partir con"-
y sentir junto a los demás. Pero un sistema de comunicación como el
lenguaje puede ser utilizado también para ocultar y falsear, en definitiva,
para incomunicar. Asimismo, cuando la información se convierte en
mercancía no sirve para vincular a seres iguales: se vuelve medio de
desigualdades y objeto de luchas de poder. Y no deja de ser paradójico
que en la sociedad presente, caracterizada por la profusión de medios de
comunicación, se extiendan la falta de contacto comunicativo, el
aislamiento y la soledad.
2. EL PROCESO COMUNICATIVO
Un acto comunicativo es un proceso mediante el cual se produce una
transmisión de información. En todo acto comunicativo intervienen
necesariamente una serie de elementos, llamados también factores de la
comunicación
2. • El MENSAJE es la información elaborada que se transmite de un punto
a otro. A veces se confunde el concepto de mensaje con el de información
propiamente dicha y con el de referente, por lo que conviene precisarlos.
Imaginemos un acto comunicativo muy simple: dos amigos se encuentran
en la calle; uno de ellos va acompañado por su novia, a la cual presenta
diciendo: Mi novia, Elisa. Pues bien, no hay que confundir el referente o
elemento de la realidad sobre el cual se da información (la chica llamada
Elisa), el mensaje o cadena de signos lingüísticos, organizados mediante
unas determinadas reglas, que el novio hace llegar a su amigo (las palabras
Mi novia, Elisa) y la información, es decir, los dos hechos que el amigo no
conocía: que esa chica es la novia de su amigo y que su nombre es Elisa.
El EMISOR es quien elabora y transmite el mensaje. En la comunicación
humana, el emisor, que puede ser un individuo, un grupo de personas o
una institución, se caracteriza por tener una determinada intención
comunicativa: tiene voluntad de transmitir información y persigue con
ello alguna finalidad. Esta intención es, como veremos, fundamental a la
hora de entender la forma y el contenido del mensaje. Igual que antes,
conviene hacer alguna matización: no hay que confundir al emisor con la
fuente de la información, que en ocasiones puede ser distinta: en Juan me
ha dicho que mañana no abren las tiendas, el emisor es el hablante, pero la
fuente de la información es Juan; por otro lado, se habla a veces del
transmisor, que es quien transforma el mensaje en algún tipo de señal o
secuencia de señales: en la comunicación oral, el transmisor es el propio
emisor (hablante) que transforma el mensaje en sonidos articulados; en la
comunicación radiofónica, un transmisor artificial convierte los mensajes
del emisor en ondas hertzianas.
Para que exista comunicación, el mensaje tiene que ser captado por un
RECEPTOR, que recibe, descodifica e interpreta el mensaje. Receptor es
un concepto genérico: hay que distinguir, por una parte, a la persona o
personas a quienes se dirige la información emitida (destinatario); por otra,
a aquel o aquello que vuelve a convertir las señales de determinado tipo en
mensaje (en este sentido, se llama receptor de radio al aparato que
transforma las ondas hertzianas en sonidos) y, finalmente, a la persona o
personas que realizan la descodificación e interpretación del mensaje, que
pueden ser distintas del destinatario (por ejemplo, quien lee una carta
dirigida a otro descodifica y descifra el mensaje y es, por tanto, receptor de
la misma, pero no es su destinatario).
Emisor y receptor se ponen en contacto a través del CANAL: se trata del
soporte físico del mensaje, que incluye tanto el medio a través del cual
circula el mensaje desde el emisor al receptor, como los sentidos mediante
los que se lleva a cabo la emisión y la recepción. Así, decimos que, en la
3. publicidad, el canal es la televisión, la prensa, la radio, las vallas...; y, por
otro lado, decimos también que se trata de un canal visual (prensa, vallas),
auditivo (radio) o audiovisual (televisión). Hay canales naturales, como el
aire por donde viajan las ondas sonoras desde que son articuladas por los
órganos de fonación hasta que son oídas, y hay canales artificiales, como
un libro, un cable, una pintura.
Para que la comunicación se produzca, es necesario que el emisor y el
receptor utilicen un mismo CÓDIGO. El código es un conjunto de signos
-relacionados entre sí- y de reglas para combinarlos. Mediante el código,
el emisor transforma la información en un determinado mensaje (es
decir, codifica o cifra la información). El receptor, como hemos visto,
realiza la operación contraria: descodifica o descifra el mensaje
utilizando, por supuesto, el mismo código. Los códigos, entendidos como
sistemas de signos (véase el apartado 3.2), pueden ser muy simples (en el
circo romano, para salvar o condenar a quienes combatían en la arena se
utilizaba un código muy sencillo, compuesto sólo por dos signos: la mano
cerrada con el pulgar hacia arriba o hacia abajo), o muy complejos (como
las lenguas naturales). Otros códigos diferentes son, por ejemplo, el de la
circulación, el código Morse, el método Braille de lectoescritura para
ciegos... Téngase en cuenta que en ciertos actos comunicativos se pueden
emplear sucesivamente varios códigos: así sucede en la comunicación
telegráfica y en la escritura en Braille.
Por último, se suele denominar CONTEXTO, en general, al variado
conjunto de circunstancias de la realidad que afectan al emisor y al
receptor en el momento de emitir o interpretar el mensaje, y que pueden
hacer variar su significación. Es usual distinguir entre el contexto del
mensaje -o contexto lingüístico en el caso de la comunicación verbal-,
esto es, los mensajes anteriores y posteriores a él, y el contexto de la
comunicación -o situación comunicativa-, circunstancias exteriores en las
que se sitúa el acto comunicativo.
Ambos, contexto lingüístico y situación comunicativa, son fundamentales
para comprender cabalmente un mensaje. Así, la expresión en un pañuelo
tiene un sentido distinto en Lo envolví en un pañuelo y en Todos los
ciclistas llegaron en un pañuelo a la meta: el contexto en el que aparece
determina su significado. De la misma forma, ¡Viva la República! no
transmite la misma información si se exclama en España que si se dice en
Francia, como tampoco tenía el mismo valor en la España de 1931, de 1937
y de 1940: las circunstancias sociales e históricas determinan también el
mensaje.
El concepto de situación comunicativa es especialmente amplio. En él hay
que incluir todas las circunstancias no lingüísticas que afectan a la
comunicación: las características del emisor y del destinatario, la relación
4. entre ambos, las circunstancias espaciales y temporales en las que se
encuentran, los motivos de la comunicación... También forman parte de la
situación comunicativa los referentes del mensaje: los elementos u objetos
de la realidad sobre los que se transmite información.
Los elementos de la comunicación se pueden representar de la siguiente
manera:
CONTEXTO LINGÜÍSTICO ANTERIOR
SITUACIÓN COMUNICATIVA
utilizan
do —}
CÓDIG
O
EMISOR
->
MENS
AJE
_>
RECEPT
OR
a través
de —>
Τ
CANA
L
CONTEXTO LINGÜÍSTICO POSTERIOR
SITUACIÓN COMUNICATIVA
Según la relación que se establece entre emisor y receptor, distinguiremos
dos tipos de procesos comunicativos diferentes:
1. Unilaterales: son aquellos en los que el receptor no puede a su vez
convertirse en emisor -y viceversa- dentro del mismo acto comunicativo y
por el mismo canal. Una conferencia, una novela, el periódico, la
publicidad... son ejemplos de procesos unilaterales de comunicación.
2. Bilaterales: son aquellos en los que el receptor puede convertirse en
emisor -y viceversa- dentro del mismo acto comunicativo y por el mismo
canal; por ejemplo, la conversación y el debate.
3. LOS SIGNOS
En todo acto comunicativo, la transmisión de información se realiza
mediante signos. Un signo es, en la comunicación humana, un elemento
inmediatamente perceptible a través de los sentidos que sustituye a un
objeto, concepto o idea de la realidad (el referente del signo). La
información sobre el referente se transmite gracias a que ese signo evoca en
la mente del receptor el mismo concepto o imagen que en el emisor.
HUMANOS
Se pueden utilizar diversos criterios para clasificar los signos. Así, hay
signos humanos -los que utiliza el hombre para comunicarse- frente a
signos no humanos; dentro de los signos humanos, podemos distinguir
entre signos verbales -los que se utilizan en la comunicación verbal- y
signos no verbales, como gestos, imágenes, etcétera.
5. Atendiendo al canal comunicativo por el que se transmiten, se puede
hablar también de signos visuales (una señal de tráfico, una palabra
escrita), auditivos (un pitido, una palabra hablada), táctiles (un codazo, una
palabra escrita en Braille), etcétera.
Según su origen, se diferencia entre los signos naturales, que son los que
surgen de modo espontáneo en la naturaleza y que, por tanto, no están
sujetos a convenciones (el humo es un signo del fuego), y signos artificiales
o culturales, que son aquellos otros
SEGÚN SU NATURALEZA
VERBALES
NO VERBALES
NO HUMANOS
de carácter convencional que se han creado con la intención de comunicar.
Similar a esta última es la distinción entre indicios, iconos y símbolos, que
se basa en el tipo de relación que el signo mantiene con su referente: se
llama indicio (o señal) al signo que mantiene una relación natural, de
causa-efecto, con el referente (el humo es signo de la existencia de fuego, la
fiebre lo es de la enfermedad, las canas son indicio de ve-ez); se llaman
iconos (o imágenes) los signos que presentan una relación de semejanza
con su referente (un retrato es un signo icónico de una persona, de la
misma forma que un plano lo es de una ciudad; las ono-matopeyas -tic-tac,
miau- también pueden ser consideradas iconos); los símbolos son signos
que de un modo convencional se utilizan para re-oresentar otras
realidades, sin que presenten con ellas ni un parecido ni ilngún otro tipo de
relación motivada: las banderas, la notación quími-: a, la representación de
las notas musicales en un pentagrama y las pacoras que utiüzamos en la
lengua hablada y escrita son símbolos.
3.2. Los sistemas de signos
Los signos no están aislados unos de otros, sino que forman conjuntos más
o menos cerra-eos dentro de los cuales establecen una serie de relaciones
con los demás. A este conjunto de ?:gnos interrelacionados es a lo que se
llama sistema de signos, que, junto con las reglas que rigen el uso de estos
signos para formar un mensaje, constituyen el código. Las señales de tra-
nco, las notas musicales y la gramática en sus distintos niveles son
sistemas.
No hay que olvidar que no existe ningún signo que no forme parte de un
sistema, por mínimo :ue éste sea. Por sí mismo, un signo no significa nada
si no se opone a otro u otros. La luz roja de :s semáforos significa algo
porque se opone a la luz verde y a la amarilla. Más aún, la luz roja oue se
enciende sobre una cámara de televisión para indicar que está grabando
6. significa tal cosa rorque se opone a otro signo: esa misma luz apagada, que
indica que la cámara no está grabando.
La ciencia que estudia los signos se denomina semiología (o también
semiótica). Dentro :e ella se incluyen ramas o disciplinas especializadas que
se ocupan de sistemas de signos o eternas semiológicos concretos. Una de
ellas es la lingüística, que es la ciencia que estudia :1 lenguaje verbal.
SEGÚN SU ORIGEN
NATURALES indicios
iconos símbolos
ARTIFICIALES
SEGÚN EL CANAL
i_____---.....
acústicos
visuales táctiles gustativos olfativos
.3. El signo lingüístico
Los signos que forman el lenguaje verbal humano como sistema Ε
comunicación son los signos lingüísticos.
SIGNIFICANTE /g//a//t//o/
SIGNIFICADO
SIGNO
Todo signo, y por tanto también el lingüístico, es una estructura : timada
por dos partes indisociables: el significante y el significa--1. El significante
es la parte material, perceptible por los sentidos, el significado es el
concepto o idea que la percepción del signifi-:ante evoca. Por ejemplo, en la
sirena de una ambulancia, entendida . t mo signo, podemos distinguir
entre el significante, el sonido ulu-
-ette. y el significado, 'alarma, petición de paso'. Igualmente, un signo
lingüístico como la pa-_::a gato está compuesto por el significante, la
sucesión de fonemas lg-a-t-ol, y por el signi-ieado, la imagen mental que
asociamos a ese significante: 'animal felino doméstico...', eevamente, es
importante no confundir significado y referente: el significado es una
entidad ttteüística, el referente es la realidad extralingüística a la que el
signo remite, en este caso un rito real, de carne y hueso.
Hay que señalar que no todas las palabras remiten a una realidad exterior
concreta. El re-trente puede ser un objeto no material, como en la palabra
justicia, o puede ser un objeto per-ttteciente a un mundo de ficción,
inexistente en la realidad, como en unicornio; incluso hay -libras que
significan relaciones gramaticales y no tienen, en sentido estricto, referente,
por ;<emplo de o pero.
1 4. Características del signo lingüístico
7. El signo lingüístico es arbitrario. Que remita a una realidad determinada
es, como en todo símbolo, algo convencional, inmotivado; no hay nada en
esa realidad que exija que sea expresada mediante ese signo concreto. Por
ello, un mismo objeto es designado en lenguas
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distintas por signos diferentes. La única motivación que afecta a los signos
lingüísticos proviene del sistema mismo de la lengua: así, se puede
considerar que la palabra florero no es arbitraria porque está motivada por
la palabra flor; pero se trata de una motivación puramente lingüística -que
conocemos como derivación- y ello no implica que haya algún tipo de
relación natural o de semejanza entre el signo florero y su referente.
Es lineal. Los signos lingüísticos con los que nos comunicamos no se
emiten simultáneamente, sino de forma sucesiva. Una bandera, por
ejemplo, es un símbolo que se capta glo-balmente: no se considera un color
y luego otro, sino que se percibe como un todo, de una sola vez. En cambio,
un mensaje lingüístico se compone de signos que se presentan como una
sucesión en el tiempo, lo cual posibilita analizar la lengua en niveles
diferentes y valorar la posición de las unidades.
Es mutable e inmutable a la vez. Con el paso del tiempo, diacrónicamente,
el signo lingüístico cambia, precisamente por ser arbitrario. No obstante,
desde una perspectiva sincrónica el signo lingüístico es inmutable por
cuanto es una convención social que un individuo aislado no puede alterar
a voluntad. De ahí la paradoja de que la lengua se transforme sin que los
individuos puedan transformarla.
Es preferentemente oral. Los signos lingüísticos se realizan físicamente
mediante sonidos articulados con los órganos fonadores y se perciben
mediante el oído. La escritura ha de ser considerada, en principio, como
una transcripción de esos signos orales.
Los signos lingüísticos son también discretos. Este término, empleado aquí
en sentido técnico, se refiere al hecho de que los signos lingüísticos están
delimitados entre sí con precisión. Entre ellos no hay un paso gradual. Esta
delimitación clara entre las unidades lingüísticas permite oponerlas unas a
otras por su caracterización y distinción.
Finalmente, otra característica del signo lingüístico es su doble articulación.
Las lenguas humanas son capaces de formar, a partir de un limitado
número de unidades mínimas sin significado (los fonemas), una cantidad
infinita de mensajes, y ello gracias a que el hablante va "articulando" (es
decir, engarzando, uniendo) dos tipos de unidades cada vez más amplias:
unas que tienen significado y otras que no lo tienen. Las primeras son
signos lingüísticos, y constituyen la llamada primera articulación del
lenguaje; las segundas son unidades de pronunciación, y constituyen la
8. segunda articulación. Puede comprobarse la diferencia entre unas y otras
en el siguiente cuadro. Obsérvese cómo todas ellas se realizan en el
discurso lingüístico al mismo tiempo y en el mismo proceso:
UNIDADES CON
SIGNIFICADO
(1.a articulación)
UNIDADES SIN
SIGNIFICADO
(2.a articulación)
El informe del Ministro de
Sanidad es muy confuso
ORACIÓN
[sn [el] [informe] [sPrep de[sN
[el] [Ministro] [SPrep de [SN
Sanidad]]]]]... SINTAGMAS
/
elinfórmedelminístrod
esanidad/ /ésmuy
confuso/ GRUPO DE
ENTONACIÓN
[el] [informe] [del] [Ministro]
[de] [Sanidad] [es] [muy]
[confuso] PALABRAS
/elinforme/
/delminístro/
/desanidad/ /és/
/muy/ /confuso/
GRUPOS FÓNICOS
[el] [inform-] [-e] [de] [el]
[ministr-] [-0] [de] [san-] [-
idad] [es] [muy] [confus-J [-0]
MORFEMAS
el-in-for-me-del-mi-
nis-tro-de-sa-ni-dad-
es-muy-con-fu-so
SÍLABAS
/e/V//-/i/-/n/-
^/-/o/-/r/-/w/-/e/-
/í¿/-/e/- :
/l/-/m/-/i/-
M-/i/-/s/-/t/-/r/-/
o/... FONEMAS
S FUNCIONES DEL
LENGUAJE
Como facultad humana, el lenguaje tiene dos funciones definitorias: es una
capacidad que permite al hombre comunicarse plenamente y, por otro
lado, constituye un medio con el cual da forma al pensamiento.
Asimismo, atendiendo a su carácter de sistema de comunicación, se habla
más en concreto de funciones del lenguaje en los procesos comunicativos,
las cuales relacionan la finalidad del acto comunicativo con los elementos
que intervienen en él. En este sentido, se señalan las siguientes funciones:
Función representativa o referencial. Es la función básica de toda
comunicación. En ella el emisor pretende fundamentalmente transmitir
información sobre los objetos o hechos, es decir, sobre la realidad. El
9. elemento comunicativo que predomina es. por tanto, el contexto
extralingüístico o situación y. en concreto, los referentes:
El cielo está nublado. Hoy es martes.
Son recursos propios de los mensajes lingüísticos con función referencial la
entonación enunciativa, el modo indicativo, el léxico de carácter
denotativo... Esta es la función predominante en los textos expositivos y en
el uso de la lengua en textos científicos y técnicos.
Función expresiva o emotiva. La información del mensaje se centra en el
emisor, quien exterioriza sus emociones y estados de ánimo; por
consiguiente, su actitud ante lo comunicado es subjetiva.
¡Ojalá venga pronto! (Deseo.)
¡Oh, qué maravilla! ¡Genial! (Asombro, admiración.) ¿Eso dijo? ¿De
verdad? (Duda, extrañeza.)
Los recursos lingüísticos que revelan la presencia de esta función
comunicativa en los textos son la entonación exclamativa, las interjecciones,
los sufijos apreciativos, el modo subjuntivo, los adjetivos y adverbios
valorativos, el léxico connotativo... La función expresiva es frecuente en
textos literarios -sobre todo de carácter lírico-, argumentativos y, en
general, en el habla coloquial.
Función apelativa o conativa. En los mensajes en los que predomina esta
función, la atención se orienta hacia el receptor, al cual se dirige el hablante
para provocar en él algún tipo de respuesta, sea verbal o no verbal:
¿Cuándo vuelves? (El emisor pretende una respuesta verbal.)
¡Eh, Fernando! Ven aquí. (El emisor pretende del receptor que preste
atención y que
realice determinada acción.)
Recursos lingüísticos que muestran esta función en los textos son: los
vocativos, el modo verbal imperativo, la modalidad interrogativa, etc.
Asimismo, los mecanismos propios de la función expresiva pueden usarse
con sentido apelativo para influir en el receptor. Esta función es habitual,
por ejemplo, en los textos propagandísticos, tanto doctrinales como
publicitarios.
Función fática o de contacto. Esta función caracteriza los mensajes en los
que la atención se centra en el canal comunicativo. Tales mensajes tratan de
iniciar, mantener o interrumpir una comunicación, la cual se convierte en el
auténtico referente:
Uno, dos... Uno, dos... Probando, probando...
— Grupo Uno a Base... ¿Me oís? —AquíBase. Te oímos. Cambio.
¿Diga? Sí..., sí..., ya... Vale, adiós.
Son recursos propios de esta función ciertas frases hechas y fórmulas
socialmente tipificadas para iniciar, mantener o concluir la conversación,
10. como ¿qué tal?, ¿cómo estamos?, rueños días, adiós, las "muletillas" -como
¿eh?, esto..., ¿verdad?, ¿no?- en las que el emisor se apoya para mantener la
atención del receptor sobre el discurso, etc.
Función metalingüística. En esta función, el lenguaje tiene como referente
la propia lengua. La información del mensaje se centra en el código
lingüístico:
El pretérito imperfecto del verbo decir es decía. Vendimiar significa
'recoger la uva'.
Son ejemplos de uso metalingüístico del lenguaje los diccionarios, las
gramáticas, las definiciones en cualquier ciencia... Es importante distinguir
con claridad entre el uso de palabras y la mención de palabras: usamos las
palabras cuando las empleamos para referirnos con ellas a la realidad, su
referente es entonces un elemento real; en cambio, mencionamos una
palabra cuando la utilizamos con función metalingüística para referirnos,
no objeto, sino a la palabra misma: el referente es el propio signo.
Compárese en estos dos ejemplos:
He visto un caballo.
Has escrito cuatro veces caballo en este párrafo.
Y recuérdese que, en la lengua escrita, las palabras usadas en función
metalingüística -es decir, mencionadas o citadas- se diferencian
gráficamente utilizando comillas o un tipo de letra distinto.
Función poética o estética. Aparece esta función cuando el mensaje llama la
atención sobre sí mismo, sobre la forma en que está construido. Deja de ser
entonces un mero instrumento comunicativo para convertirse en objeto de
la comunicación. Las figuras estilísticas o retóricas son recursos lingüísticos
que sirven para realizar la función poética en los textos.
Esta función no se da exclusivamente en los textos literarios o poéticos,
aunque en ellos su aparición sea característica; la encontramos también en
los textos publicitarios e incluso en el uso coloquial de la lengua, siempre
que se utilice el lenguaje con intenciones estéticas o humorísticas.
En abril, aguas mil.
A míplin, yo duermo en Pikolín.
Renault Safrane: más que una sensación, más que un coche. ¡Este hombre
está más sordo que una tapia!
FUNCIONES DE LA COMUNICACIÓN
................
FUNCION
ES
LA
INFORM
ACIÓN
SE
ORIENTA
HACIA
11. REPRESEN
TATIVA (o
REFERENC
IAL)
los
referentes
EXPRESIV
A (o
EMOTIVA)
el emisor
APELATIV
A (o
CONATIV
A)
el
receptor
FÁTICA (o
DE
CONTACT
O)
.....
el canal
METALIN
GÜÍSTICA
el código
POÉTICA
(o
ESTÉTICA)
la forma
del
mensaje
Para finalizar, hay que tener siempre en cuenta que en los textos las
funciones comunicativas suelen aparecer combinadas. Es frecuente, por
tanto, que encontremos más de una función: conviene distinguirlas y per-
cibir cuál es la fundamental o predominante y cuáles son secundarias. Por
ejemplo, en
Oiga, camarero, estoy ya harto de la cerveza, ¿eh?, así que hoy me va a
poner... ¡un vinito de ése tan rico que me puso el otro día!
se pueden encontrar informaciones y elementos lingüísticos de función
referencial, expresiva, conativa e incluso poética, pero la predominante es
la función conativa: el emisor pretende que el camarero le sirva una bebida.
EJERCICIOS Y TEXTOS PARA COMENTARIO
] Comenta el contenido informativo en los siguientes mensajes teniendo en
cuenta la pertinencia y el grado de prevlsibilldad de la información:
- Los tres colores de un semáforo.
- Cada uno de los destellos del intermitente de un coche.
- Ese mismo intermitente encendido cuando el coche circula por una
carretera sin ningún otro coche y sin ningún cruce a la vista.
- Un semáforo en mitad de un campo de trigo.
2. También existen formas de comunicación animal, algunas de ellas
bastante complejas y desarrolladas: la de las abejas, la de las ballenas, la de
los delfines... Este texto de Gerald Durrell narra los galanteos previos al
12. apareamiento de una pareja de tigres. Señala los comportamientos de
ambos animales que puedan ser considerados como actos comunicativos y
comenta el significado de cada uno de los posibles signos empleados. ¿Qué
aspectos de la situación comunicativa adquieren relevancia?
Una vez pude contemplar los escarceos amorosos de dos tigres, cuando
trabajaba en el zoo de Whipsnade. La hembra era un animal tímido y
sumiso, que se encogía al menor gruñido de su pareja hasta el día en que
entró en celo. Entonces se convirtió de pronto en un animal acechante y
peligroso, plenamente consciente de su atractivo, pero que se lo tomaba
con calma. Al final de aquella mañana el macho la seguía por todas partes,
agachado y humillado, con la nariz cubierta por varios surcos profundos y
sanguinolentos causados por los reveses cortantes que le asestaba su
compañera. Cada vez que éste se olvidaba y volvía a acercarse demasiado,
recibía uno de esos zarpazos de revés en la nariz. Si daba la impresión de
sentirse un poco ofendido por este trato y se echaba debajo de un arbusto,
la hembra se le acercaba con un fuerte ronroneo y se frotaba con él hasta
que se levantaba y volvía a seguirla, acercándose cada vez más hasta que
como premio recibía otro zarpazo en la nariz.
Por fin la hembra lo condujo hacia una hondonada donde la hierba había
crecido mucho, y allí se echó y se puso a ronronear sola, con los