7 verbum dei en la iglesia card errázuriz - 120802
5 primeras fundaciones ana moranta 120721
1. ESPÍRITU DE LAS FUNDACIONES
Ana Moranta y equipo VD
[Tema provisional hasta la publicación del libro de las actas]
INDICE
1. Introducción: ¡El amor de Cristo nos apremia!
2. Sin más fuerza que su palabra y presencia
3. Expansión del Verbum Dei
4. Primeras fundaciones
a. Primeras fundaciones de la Rama de misioneras
b. Primeras fundaciones de la Rama de misioneros
c. Primeras fundaciones de la Rama de matrimonios
d. Primeras fundaciones eclesiales
e. Creación de nucleos de la Familia Verbum Dei
5. Características las primeras fundaciones y algunas lecciones de nuestra
historia
6. Conclusión
1. Introducción: ¡El amor de Cristo nos apremia!
Desde los inicios del Verbum Dei, el espíritu y motivación para ir más allá de las fronteras de
Mallorca estaba claro. Así lo recoge el Breve Ideario, escrito por Jaime Bonet, nuestro fundador
en 1969: “Nuestra norma de vida y actividad no puede ser otra que la de vivir el Evangelio y
convivirlo, para llegar a la mas íntima unión con Jesús y comunión con los hermanos, es
condición de vida y perfección para todos”.
El amor por el Cristo Total, desde los inicios de su vocación, las amorosas invitaciones de la
misma Palabra de Dios, así como la urgencia misionera de la Iglesia, expresada en la doctrina del
Vaticano II1, abrieron horizontes misioneros en el corazón del P. Jaime Bonet. El ejemplo de
Jaime, un hombre con un corazón de fuego y enamorado de Jesús, contagiaba su ardor,
arrasando impedimentos y entregando las vidas de los primeros miembros del Verbum Dei,
poniéndolas al servicio de querer vivir el amor universal de Jesús, como signo del Reino.
La predicación de Jaime era fruto de largas horas de oración ante el Sagrario, donde el trato
directo con el Señor le consolidaba la fe, le calentaba el corazón, modelaba su vida y configuraba
toda su personalidad, teniendo como único punto de mira que conociéramos a Jesús y nos
quedáramos “a solas con Él”, en diálogo afectivo, amoroso, esponsorial. Desde esta profunda
experiencia y a la luz que le inspiró el Espíritu Santo, puso en marcha su proyecto misionero y
1
Cf. LG 3; Ad Gentes; Gaudium et Spes.
1
2. puso en todos nosotros, primeros testigos del Verbum Dei, los mismos sentimientos y pasión
misionera de San Pablo: “El amor de Cristo nos apremia” (2 Co 5,14).
2. Sin más fuerza que su palabra y presencia
Todo proyecto y todo fin supone poner los medios, y el medio y método de Jaime no fueron
otros que el de su propia persona enamorada de Jesús. También nosotras en diálogo vivo con
Jesús y con su Palabra, como él nos enseñaba, íbamos forjando nuestra respuesta, poniendo
nuestras vidas a disposición de Jaime, para colaborar en el proyecto inspirado por el Espíritu
Santo.
Nos pusimos en camino apoyadas en el mandato de Jesús a sus discípulos: “Id y haced discípulos
a todas las gentes”, Mt. 28,19. Para nosotras, la urgencia de dar a conocer a Jesús se nos hizo el
imperativo de nuestra propia vida. No podíamos vivir una misión a medias, la llamada nos exigía
una fe radical en Él, con una respuesta a dedicarnos en exclusiva, a vivir esta vocación y misión.
El amor apasionado de Jesús en nuestro corazón y el amor a tantos hermanos que nos gritaban
“Queremos ver a Jesús”, y con la fuerza e ímpetu del Espíritu Santo impulsando un carisma
naciente en la Iglesia, respondimos con presteza, como nos enseñó nuestra Madre (Lc. 1,39)
apoyando el proyecto, desde nuestra pobreza y limitaciones, dejando en sus manos el timón de
nuestra vida, lanzándonos mar adentro, como cantábamos… “Coge Tú mi timón, guíame mar
adentro… en mi barca Señor, ya sólo estás Tú… Ponla rumbo al Amor, no le muestres la orilla”.
3. Expansión del Verbum Dei
En la historia del Verbum Dei ha habido momentos importantes de expansión misionera que
podemos identificar en las primeras etapas de la andadura del Verbum Dei:
A. 1963-1969:
a. El primero de ellos, y quizás uno de los más paradigmáticos coincide con las
primeras fundaciones fuera de Mallorca en Roma y en Perú (1966).
b. Un poco después inician las fundaciones de los primeros equipos en la península,
sin saber muy bien como se deberían formar: Barcelona, Pamplona y Valladolid en
1967, Zaragoza, Granada, Santander en 1968, León, Pamplona, Bilbao, Sevilla,
Salamanca, Palencia, Tudela en 1969.
c. En esta primera etapa, poco después de la aprobación eclesial del 69, el paso de
la isla de Mallorca a la península marcó un hito fundamental en el crecimiento y
universalización del carisma. La poesía Adeu Mallorca, manifiesta la intensidad
con la que se vivió este momento decisivo de expansión.
B. 1970-1979:
a. En esta década el Verbum Dei sigue una expansión en numerosas ciudades de
España, si bien, no todas eran fundaciones formales sino experiencias de vida
comunitaria y misión: Valencia y Malaga 1970, Madrid 1975, Burgos y Alicante
2
3. 1976, Oviedo 1977, y poco después comienza la construcción del Poblado en Siete
Aguas 1977
b. Simultamneamente comienza una fuerte expansión mundial: Lima 1974, México
DF 1975, Lisboa, Tokio, Bogota, Manila, París y Toulousse, Sao Paulo, Dublín,
Munster, Bruselas, EEUU, Londres, Neuchatel (suiza), San Francisco en 1978,
Medellín, Guadalajara en 1979
En el año 1977 Jaime hizo una llamada general a todas las comunidades para tener un
curso de formación eclesial, en Madrid, con la intención de empezar un itinerario
formativo, para unificar criterios y formarnos en un mismo espíritu en la vivencia del
Carisma. Después de unos ejercicios de mes en Cercedilla (Sierra de Madrid), reunió a
todo un grupo de misioneras y nos preguntó ante la esfera de un mapamundi:
“¿Dónde queréis ir?” Yo a Japón, yo a Filipinas, yo a Brasil, etc. Fruto de este
momento de ejercicios, se abrieron comunidades en:
C. 1980-1989: En este periodo hay también diversos momentos de expansión misionera.
Esta década, será la década de mayor expansión del Verbum Dei en sus primeros
cincuenta años de historia. Las fundaciones creadas en este tiempo son:
- Brasil, Sydney, Gudadalajara, Malabo en 1980, Bonn, Naur en 1981, Dublin, Kinshassa
en 1982, Coimbra, Bata en 1983, San Cristobal (Venezuela) 1974, Tagaytay 1985,
Bucaramanga 1987, Brasil 1988,
- Y en España se abrieron más casas en Valencia 1982, Alcalá de Henares 1986
Por otro lado, es la década de la creación de los Centros de Evangelización, según el
modelo del Poblado: el Copo 1987 (México), Cedralito 1986 y Rubio 1989 (Venezuela),
San Pedro 1989 y Casablanca 1990 (Colombia), Puentepiedra (Perú), Isla de Wight en
1986 (Inglaterra), Ezeauz en 1987, Val de Lobos 1986 (Portugal), Venne (Alemania),
Basile (Guinea Ecuatorial), Tagaytay en 1985 (Filipinas), Loeches 1990, Venne 1991
D. 1990-2000: La década de los 90 ha sido un tiempo en el que Jaime promovió la creación
de grandes movimientos. Fue un periodo en el que, además, promovió la expansión en
grupos muy pequeños según el lema “uno en cada ciudad”.
Varsovia y Douala 1990, Badajoz, PortoAlegre, Moscú, Arequipa, adeira, Cebu,
Tegucigalpa, Quito en 1991, Montevideo 1992, Roma, Lille, Zacatecas 1993, Coima, San
Petersburgo, Firenze, Shuthampton, Hog Kong en 1994, Lieja, Campo Maior,
Barquisimeto, Cochabamba, Morelia, Buenso Aires, CAcarigua, Iraputao, en 1995,
Guanare, Porto, Teperley, Pereira, Munich, Monterrey, León, San José de Costa Rica,
Valparaíso, Queretaro en 1996, Taiipei,Santiago, Abidjan, Sinagpur, Tabasco, San Luis
Potosí, Los Ángelesen 1998, Curicó, Guatemala, Chicago en 1999
E. 2001-2013: En este periodo las fundaciones se han disminuido notablemente, incluso se
han tenido que cerrar fundaciones ya abiertas o en proyecto. Uno de los motivos ha sido
los momentos difíciles vividos en el Verbum Dei entre los años 2000-2003, la disminución
de vocaciones, como también la necesaria restructuración de comunidades con equipos
más complementarios. Aún con todo, en este periodo surgen las comunidades de:
- Cuenca (Ecuador), Bruselas, Zaragoza en 2000, Bafoussam, Yaundé (Camerún), Nepi
(Italia), Mindanao (Filipinas), Bauru, Woongong (Australia), Nueva York, en 2001,
3
4. Budapest, Londdres Harlow, Puebla, 2002, Napoles 04, Pergamino y Alveiro 2007,
Brisbane 2011
4. Primeras fundaciones
En esta presentación, no podemos hablar de todas las fundaciones. Queremos tan solo dar unos
ejemplos sencillos de algunas fundaciones e intentar captar el espíritu con el que se fundaron.
4.1 Primeras fundaciones de la Rama de misioneras
PIURA-PERÚ
El primer curso de formación, en octubre de 1965, fue en el Santuario de Santa Lucía,
perteneciente a la Parroquia de Mancor del Valle, en el corazón de Mallorca, de donde Jaime era
párroco. Este fue su primer destino, después de ser ordenado sacerdote, y siendo nuestro
formador nos decía: “Os iréis por todo el mundo a predicar la Palabra de Dios, a dar a conocer a
Jesús”. Aquel Jesús que nos cautivó y nos robó el corazón: esta era la motivación de consagrar
nuestra vida. Empezamos el primer curso de formación ilusionadas y confiadas totalmente en el
Dios que nos había llamado a cada una por nuestro nombre y nos confiaba esta misión.
A mitad de curso, Jaime nos dio el primer destino a cinco misioneras, diciéndonos simplemente a
cada una: ¡Prepárate para ir a América!... Las cinco éramos: Carmen Tomás, Magdalena Ramis,
Catalina Pons, María Picó y Anita Moranta.
El primer destino misionero fue Piura, Perú, Diócesis hermana de la de Mallorca. Allí Jaime tenía
un condiscípulo de máxima confianza, Bartolomé Vaquer, que tenía el cargo de Vicario General.
Vaquer pidió al Obispo D. Teodoro Úbeda ir a Perú con un grupo de sacerdotes mallorquines
jóvenes, y el Obispo se lo concedió. Cuando D. Bartolomé volvió a Mallorca de vacaciones, Jaime
le preguntó si aceptaría una comunidad de misioneras, y este acogió el proyecto con los brazos
abiertos.
Las cinco nos fuimos preparando para la partida; el Sr. Obispo, D. Rafael Álvarez Lara, nos
impuso el crucifijo misionero, y nos despedimos de nuestras familias como si nunca más nos
fueran a volver a ver. Fue una despedida muy dolorosa para ellos, pero a la vez les daba mucha
paz ver nuestro entusiasmo y alegría.
Nuestro equipaje era escaso y evangélico: La Biblia, el diurnal, el breve ideario, un rosario, el
temario de Convivencias y un bloc con las anotaciones de los Ejercicios… Pero partíamos con un
corazón enamorado de Jesús, que superaba todas las dificultades, y el deseo de darle a conocer
nos llenaba de plenitud y felicidad.
Empezamos nuestro apostolado con el movimiento de “Juventud en Marcha”, basado en el de
“Convivencias”. Seguíamos el mismo temario, pues era nuestro único manual de apostolado.
Cada semana asistían de cien a ciento cincuenta chicas de todas las parroquias de Piura y
alrededores. El descubrimiento de Jesús y el contagio de fe provocaban un dinamismo nuevo en
una cultura y en una Iglesia basada en una “Religiosidad Popular”, abriendo una nueva forma de
evangelizar. Les presentábamos que la religión no eran sólo imágenes de madera, ni
procesiones, ni velas, ni promesas, sino que eran personas vivas: el Padre, el Hijo, el Espíritu
Santo, y María, nuestra Madre, que Jesús estaba vivo en el Sagrario, y que podíamos dialogar
4
5. con Él. Esta nueva forma repercutió en una vivencia nueva de vivir el cristianismo, que fue muy
positiva tanto a nivel de Diócesis, como de todo el ambiente en general.
ROMA
El año 1966 Jaime envió un grupo de misioneras a Roma, con la intención de que pudieran
estudiar, para fundamentar la predicación con una buena base Bíblica-Teológica, al mismo nivel
del sacerdote.
Empezaron a estudiar en el Instituto Teológico “Regina Mundi”, ya que las mujeres no tenían
acceso a las Facultades de Teología.
Desde esta perspectiva, Jaime unió estudios y misión, siendo una experiencia muy rica por parte
de las dos fundaciones.
En el año 1967, Jaime no cedía en su proyecto fundamental, que desde el Bautismo todos somos
misioneros. Después de unos ejercicios espirituales en Santa Lucía, invitó a vivir una experiencia
misionera, en Perú, a un matrimonio, a un sacerdote y a dos jóvenes. En este grupo ya estaban
reflejados los albores de una eclesialidad naciente, que desde siempre fue esencial para Jaime,
completada con la presencia de las tres ramas: Matrimonios, misioneros y misioneras.
En el año 1975, estando Jaime de paso por el Perú, nos destinó a tres misioneras a fundar a
México: Nieves Fuster, Jilma López y Anita Moranta Una agencia conocida nos tramitó los
pasajes, con simulacro de vuelta, pues no teníamos dinero para pagarla, y así pudimos viajar
como turistas con pasaje de ida y vuelta. Por entonces, México no tenía relaciones diplomáticas
con España. Llegamos al Distrito Federal y allí nos acogió una comunidad de religiosas que, al
vernos sin hábito, se asustaron un poco… Al día siguiente, la Superiora General pidió audiencia al
Cardenal, D. Corripio Ahumada, que nos dio una entrañable acogida y luz verde para situarnos
donde mejor nos pareciera. En la Universidad Ibero-Americana nos dieron tres becas para
estudios teológicos. Unas señoras nos pagaron el alquiler de la casa y el Cardenal nos dio el
Decreto de Fundación Canónica… En un mes el Espíritu Santo hizo posible lo imposible.
Al sacerdote que nos recibió y nos trató de locas le invitamos a inaugurar la capilla, y allí nos dijo:
“Hermanas, yo creo en los milagros.”
GUINEA ECUATORIAL2
En el año 1977, Jaime me llamó y me dijo: ¿Tú podrías ir a fundar a África? Francamente no me
lo esperaba. Me vi inútil para ello: no conocía nada de este Continente; me imponía. Empecé a
pensar que no sabría cómo presentar el Evangelio. Sería un fracaso. Bajé a la capilla, y al decir al
Señor mis preocupaciones, me respondió bien claro: Son mis hijos. Entendí y, llena de alegría,
exclamé: Son mis hermanos.
Me preocupaba: ¿Cómo hay que evangelizar? Al preguntarle a un sacerdote ruandés, me dijo:
-Si vouz vivez L´Evangile, ça ira. Me convenció de que mis preocupaciones eran tontas.
2
Comentario de Margarita Llauger.
5
6. Maribel Pereda, Marisa Díez y yo partimos. Nadie se acercó a nosotras en el aeropuerto; un
sacerdote, con el que habíamos conectado, debía esperarnos. ¡Vaya susto! No sabíamos a dónde
dirigirnos. Yo pensaba: Estamos en África, no conocemos a nadie y el avión dentro de una hora
se va y no vuelve hasta la próxima semana.
Un hombre se acercó a nosotras y nos acompañó al colegio de unas monjas. Queríamos pasar la
noche allí y buscar al sacerdote que debía esperarnos. La religiosa nativa que nos recibió
exclamó jubilosa a la otra monja: ¡Hermana, estas religiosas vienen ya a quedarse con nosotras!
¡Demos gracias a Dios!
En el colegio había 132 niñas internas para sólo dos monjas. Todo aquel curso nos quedamos con
ellas, muy bien atendidas, y en la mejor plataforma para conocer la mentalidad y costumbres
africanas.
La experiencia que vivimos y las muchas que siguieron fueron una muestra clara de que Dios es
providente y de que cuida muy bien a los que ponen en Él su confianza. Con el Evangelio vivido,
¡todo va muy bien!
TOKYO JAPÓN3
Era un 14 de junio de 1977, y en la estación de Chamartín de Madrid un coro de voces
emocionadas nos despedían cantando “Sois la semilla”. Nunca nos había sonado tan real esta
canción. “Id amigos, por el mundo, anunciando el amor…”, así nos sentíamos Juana Crespí,
Antonia Pizá y Asunción Gomila, que iban destinadas a Filipinas, y Nieves Fuster, Rosa Martínez y
Pilar Alonso, que nos dirigíamos a Japón.
Nuestra primera escala era París, donde nos separaríamos a los dos destinos de Asia. Tras
muchísimas horas de vuelo, haciendo escala en Alaska y Corea (donde estuvimos tres días),
llegamos a Japón. Nada más llegar nos dimos cuenta de que estábamos en otro mundo, y en una
cultura totalmente diferente... No entendíamos nada.
Hoy los medios de comunicación nos acercan a las costumbres, las comidas, la música de otros
países, etc. Nosotras no sabíamos nada excepto que hablaban un idioma dificilísimo y que se
quitaban los zapatos para entrar en casa.
Lo que encontramos no nos asustó porque íbamos con un gran ardor misionero.
Fue una experiencia fantástica encontrarnos con una Iglesia que nos acogió con los brazos
abiertos a través de su Arzobispo y de las comunidades religiosas, aunque no entendían como
habíamos llegado de esa forma tan inesperada, sin conocer nada ni a nadie, sin ser llamadas por
nadie, (como san Francisco Javier, comentaban algunas). Se volcaron ayudándonos, nos abrieron
sus casas, nos dieron trabajo y, lo más importante gracias a ellos, nos consiguieron la visa de
residencia.
Nuestra preocupación era cómo poder realizar nuestra misión en ese nuevo mundo. Aunque a
nuestro alrededor valoraban mucho nuestro testimonio de alegría, vida sencilla, vivencia
comunitaria y vida de oración, nosotras estábamos deseosas de montar una convivencia con las
personas que íbamos conociendo a través de nuestras clases de español.
3
Comentario de Pili Bazo.
6
7. Con un grupo de nueve jóvenes nos fuimos a una casa de ejercicios de los jesuitas para hacer
una “convivencia”. Nadie nos quitó este momento de ilusión, pero el fracaso fue absoluto. Nos
dimos cuenta de que entendían las palabras de español, pero que no comprendían nada del
mensaje que les queríamos transmitir. Jesús, el perdón, eran conceptos y personas no
conocidas… nos dimos cuenta de que las diferencias no eran sólo exteriores, sino que teníamos
que empezar a evangelizar conociéndolos bien primero, aprendiendo japonés y entendiendo
bien su forma de pensar. Teníamos que empezar a seguir a Jesús en su vida oculta, siempre con
nuestra mirada en la meta de llegar un día a vivir la vida pública, pero con la conciencia de que
todo ya era evangelización y de que estábamos poniendo las bases de una fundación muy
querida por Dios y por la Fraternidad Verbum Dei.
4.2 Primeras fundaciones de la Rama de misioneros
Al hablar de este tema en la Rama de misioneros, se precisa antes de hablar de fundaciones
situar experiencias de vida comunitaria, que en el inicio eran algo diferentes a las fundaciones
de las misioneras, pues la Rama estaba todavía poco constituida. Los fines de estas experiencias
de vida comunitaria eran diversos: apostolado, estudios, formación, apoyo a la eclesialidad.
Las primeras experiencias fueron Perú entre los años 1968-1970 y Ardanaz-Pamplona en 1967.
En 1973 un grupo más númeroso de misioneros y jóvenes en formación fueron a Bilbao y en
1974 inicia una experiencia comunitaria en Valladolid y en Salamanca.
A partir de 1975 estas experiencias de vida comunitaria empiezan a tomar más consistencia, y la
formación a tener más consistencia, aunque tardarían todavía varios años hasta iniciar un curso
de formación formal de la Rama de Misioneros. En 1977 un grupo numeroso de jóvenes
misioneros vana vivir a Siete Aguas para la construcción del Poblado.
Las primeras fundaciones canónicas de la Rama fuera de España fueron en San Francisco (1978),
Medellín, (1980), Malabo (1980), Coimbra (1983), Guadalajara-México
4.3 Primeras fundaciones de la Rama de matrimonios
Las fundaciones de la Rama de Matrimonios tienen la particularidad que ellos no tienen vida
comunitaria en una misma casa. Su vida comunitaria se va entendiendo como nucleos de
matrimonios en una misma ciudad, y de otra parte, está más condicionada por la realidad
familiar y laboral.
En los inicios del Verbum Dei, el primer matrimonio, Pepe y Margarita vivieron durante 10 años
antes de que entrara en la Rama el primer grupo grande de su Rama. Mientras tanto formaron
parte de los equipos eclesiales, primero en Piura (1968) y luego en Bilbao (1971) donde fueron
creando escuelas de apóstoles de Matrimonios, y poco a poco fue surgiendo la Rama. Otra
experiencia eclesial fue en San Francisco (1979).
Después de una consolidación de la Rama en los años 80-85 se iniciaron a fundar las primeras
comunidades de matrimonios, generalmente al lado de comunidades de Misioneras o
Misioneros. A partir de 1993 Jaime impulsó la vivencia de “uno en cada ciudad” y los
matrimonios se expandieron en diversas ciudades de España y de otros países. Desde el año
2006, sin embargo, se ha impulsado a la creación de nucleos de vida comunitaria de al menos
tres matrimonios formando parte de comunidades eclesiales.
7
8. 4.4 Primeras fundaciones eclesiales
Después de la experiencia germinal de Perú, en el año 1978 se fundó a nivel canónico la primera
comunidad eclesial en San Francisco de California (EE.UU). Estaba formada por Pepe Guasp,
Margarita Coll, José Manuel (sacerdote misionero), Tomás Gamarra y Pepe García; y por una
comunidad de misioneras: Marita de la Portilla, Matilde Gastalver y María Jesús Beltrán.
Posteriormente, y de forma especial en los años 80, hubo expereincias eclesiales importantes,
como por ejemplo Madrid, Salamanca, San Francisco, Medellín, México, Manila, Malabo, etc
Otra modalidad eclesial fue un equipo itinerante formado por misioneros y matrimonios que
visitaban las comunidades de misioneras donde se habían creado escuelas de apóstoles.
4.5 Creación de nucleos de la Familia Verbum Dei
Aunque de una manera más reciente también podemos hablar de fundaciones de la Familia
Misionera Verbum Dei, en cuanto lugares donde se ha constituido la Familia en modo formal y
reconocido por el obispo, aún sin la presencia de miembros de la Fraternidad.
Generalmente coinciden con lugares donde la Fraternidad trabajó y posteriormente se encargó a
los laicos de la Familia el continuar la presencia del Verbum Dei en esa diócesis.
Unos ejemplos claros con autorización del obispo ha sido Mindanao (Filipinas) en 2005 y
Zaragoza (España) en el 2010. Estos ejemplos y otros son signos de esperanza de como el
Espíritu Santo quiere ampliar las fronteras del Verbum Dei entre todas las gentes.
5. Características las primeras fundaciones y algunas lecciones de nuestra historia
De esta mirada en nuestra historia, son muchas las lecciones vitales que podemos aprender,
como también aprender a reconocer la forma de actuar de Dios.
Jaime tenía también interés en ver si el VD pudiera ser universal. Al ver que la Iglesia lo aceptaba
en los distintos sitios del mundo Jaime se veía confirmado y confirmada la eclesialidad de este
carisma. En Jaime había mucha ilusión de llegar a todas partes pero no hubo una estrategia o
programación de las fundaciones, por lo que hubo muchos cambios en los primeros años, de
personas y de comunidades.
Lo primero que hacía Jaime era enviar a los fundadores de las comunidades siempre a dialogar
con los ordinarios del lugar, aunque, en algunos sitios se iba a fundar sin haber hecho el contacto
primero con la Iglesia. Primero se iba a casa de religiosas y desde ahí poco a poco se iba abriendo
espacio en los lugares. En general la jerarquía nos acogía bien, llamándoles la atención nuestra
fuerte espiritualidad, la oración y el espíritu de pobreza.
De estos ejemplos podemos entresacar un espíritu y características que animaron los primeros
pasos de la expansión del Verbum Dei. Estas primeras comunidades de las tres Ramas que iban
naciendo y consolidándose con el tiempo se caracterizaban por:
Celo apostólico, corazón misionero, pasión por el Cuerpo místico…
Gran capacidad de desinstalación o adaptación y espíritu de pobreza. Se vivía con mucha
sencillez el ser mendicantes. Las comunidades se tenían que autoabastecer. Se apoyaban
8
9. entre las comunidades pero no desde órganos centrales. En los inicios se trabajaba se
trabajaba siempre para poner en marcha la comunidad y mantenerse
Fuerte alegría y confianza total en la providencia
Deseo intenso de vivir con radicalidad, con fidelidad a la vocación y al carisma.
Internamente se vivía con mucha obediencia, como concreción delicada del amor
Se trabajaba mucho, a menudo al límite de las fuerzas. En general, los misioneros,
misioneras, matrimonios iban con un ritmo de vida muy fuerte: trabajo, limpieza,
apostolado y aun así las notas eran muy buenas
Se vivía con un gran horizonte y una visión amplia… se apuntaba al fin y no se ahorraba en
los medios “Hay que hacer lo que se debe aunque se deba lo que se hace”
A veces, también, una fe muy idealista, típica de la primavera que trajo consigo el Concilio
Vaticano II y posteriormente mayo del 68.
Las fundaciones iban acompañadas de un espíritu grande de fraternidad, solidaridad,
compartiendo todo lo que se tenía con gran desprendimiento y libertad. El sentido
corporativo era muy vivo.
Nuestra actitud ante la Iglesia era bastante contestaría con la Iglesia institucional, con las
estructuras, con las parroquias. Eran los tiempos del postconcilio de mucha contraposición
carisma-institución
6. Conclusión
En el Convenio celebrativo del año Jubilar, después de 50 años en su Palabra, hacemos memoria,
recordamos con gratitud la fidelidad de Dios en nuestras vidas y en todo el Verbum Dei.
También queremos hacer memoria de lo que ha sido nuestra respuesta a un Carisma, como Don
y Regalo que el Espíritu Santo ha dado a la Iglesia y al mundo a través de Jaime, nuestro
fundador.
Durante estos 50 años, nuestra fidelidad se ha apoyado en su Gracia, siendo conscientes de
nuestras sombras, que en muchos momentos han obstaculizado la fluidez de su paso... Pero, así
como en el cielo azul muchas veces aparecen nubarrones, siempre ha brillado el sol de su
fidelidad en nuestras caídas y deserciones.
Hacemos memoria también de que lo que en un principio parecía una UTOPÍA irrealizable, ha
tenido vigencia y sigue teniéndola… porque se ha hecho realidad, apoyadas en una fe sólida y en
una confianza total, sabiendo que “El que empezó la obra buena en nosotros, la llevará a
término”.
Ahora es el momento de los relevos jóvenes, continuadores y herederos del carisma,
engendradores de nuevas comunidades misioneras para que anuncien a todas las personas del
mundo que tienen un Dios Padre que les quiere y les ofrece una felicidad y una vida eterna.
Creo que también es un momento de pedir perdón por las veces que con nuestros egoísmos
hemos bloqueado la gracia de Dios y nuestros hermanos no le han podido conocer.
9
10. Por último, queremos poner al Verbum Dei en manos de nuestra Madre, darle un SÍ renovado,
fresco, para que Ella lo una al suyo y podamos engendrar generaciones…
Y le pedimos para todos nosotros, que vivimos este carisma y misión, que nos haga fieles hasta el
final.
10