La granja ambiental Sinapsis en una escuela colombiana convirtió un solar subutilizado de 300 metros cuadrados en una granja comunitaria mediante la participación de estudiantes, padres y vecinos. El nuevo grupo ambiental Sinapsis capacitó a la comunidad sobre el proyecto y comprometió a más personas a involucrarse los fines de semana. La granja enseña habilidades prácticas siguiendo principios pedagógicos y busca ser autosostenible económicamente mientras prioriza los beneficios sociales para la comunidad.
1. LA GRANJA AMBIENTAL SINAPSIS UNA ALTERNATIVA CON LA COMUNIDAD En esencia fue un solar subutilizado del colegio (anteriormente un matorral) de unos 300 metros cuadrados que se ha aprovechado al máximo y ha generado procesos pedagógicos, sociales y productivos de intercambio con la comunidad educativa significativos, por no decir excepcionales. La participación de la comunidad educativa en pleno, ha sido lo más relevante en la primera etapa del proyecto. Con la organización del nuevo grupo ambiental SINAPSIS, se pudo hacer una capacitación y apropiación del proyecto en tal medida que este equipo ha servido como difusor de la propuesta, comprometiéndose e involucrando otras personas del barrio. Padres de familia, hermanos, vecinos, entre otros. El ambiente de cordialidad y cooperación se refleja en el clima de trabajo. Los sábados y hasta domingos tienen personas pendientes de realizar las tareas en esta granja que ya es parte de la comunidad y no solo de la Institución Educativa. De acuerdo con los preceptos pedagógicos y con la educación por competencias, se ha implementado el saber al hacer y al ser, de esta manera es posible enseñar en la pertinencia y promover el saber en los distintos contextos. La granja se ve y se planificó como una empresa en vía a auto sostenerse económicamente. Sin embargo, el fin es el equilibrio entre rentabilidad social y la rentabilidad económica. 12