La hepatitis B es una infección hepática causada por el virus de la hepatitis B que constituye un importante problema de salud a nivel mundial. Se transmite principalmente por contacto con sangre o fluidos corporales infectados. Aunque la mayoría de las infecciones son asintomáticas, en algunos casos puede causar ictericia, fatiga y dolor abdominal. No tiene cura pero la vacunación es altamente efectiva para prevenirla.
1. Kelly Johana Santamaria Taborda
HEPATITIS B
Es una infección hepatica causada por el virus de la hepatitis B (VHB).
Constituye un importante problema de salud a nivel mundial y es el tipo màs
grave de hepatitis viral, se calcula que en el mundo hay unos 2000 millones de
infectadas por VHB y más de 350personas con infecciones hepáticas crónicas.
Ademaás al año mueren 6000000 personas debido a efectos agudos o
crónicos de la Hepatitis.
¿Cómo se transmite?
La menera de transmisión de este virus es igual que en el caso del VIH (virus
de inmunuficiencia humana) es decir por contacto directo de sangre a sangre,
secreciones vaginales, a través del semen de una persona infectada.
Las maneras màs comunes de transmisión de este virus son:
Perinatal (de la madre al recién nacido durante el parto)
Infecciones en la primera infancia (infección que pasa desapercibida por
contacto estrecho con personas infectadas en el hogar)
Prácticas de inyección peligrosas
Transfusiones con sangre contaminada
Relaciones sexuales sin protección
El VHB no se tranmite por contaminacion del agua, alimentos o contactos
ocasionales en el trabajo con personas que tengan este viru.
Síntomas
La mayor parte de los afectados no presentan síntomas durante la fase de
infección aguda. Sin embargo, algunas personas desarrollan un cuadro agudo
con síntomas que duran varias semanas, entre ellos ictericia (color amarillento
de la piel y los ojos), orina oscura, fatiga extrema, náusea, vómitos y dolor
abdominal.
En algunos casos el VHB causa también una hepatopatía crónica que puede
desembocar en cirrosis o cáncer hepático.
2. Diagnóstico
Se dispone de varios análisis de sangre para diagnosticar y controlar a los
pacientes con hepatitis B. Las pruebas permiten determinar si la infección es
aguda o crónica.
El diagnóstico de laboratorio de la hepatitis B se centra en la detección del
antígeno de superficie HbsAg. Un resultado positivo para ese antígeno significa
que la persona sufre una infección activa (aguda o crónica). La OMS
recomienda que se analice la presencia de este marcador en todas las
donaciones de sangre para evitar la transmisión del virus a los receptores.
Otras pruebas habituales son las siguientes:
Análisis de anticuerpos contra el antígeno de superficie del virus de la
hepatitis B: un resultado positivo indica que la persona bien se ha
recuperado de una infección aguda y ha eliminado el virus, o bien ha
sido vacunada contra la hepatitis B. La persona está inmunizada contra
la infección en el futuro y ha dejado de ser contagiosa.
Análisis de los anticuerpos contra el antígeno nuclear del virus: un
resultado positivo indica que la persona ha sufrido la infección
recientemente o se infectó en el pasado. Si se obtiene también al mismo
tiempo un resultado positivo para el antígeno de superficie,
probablemente se trate de un caso de infección crónica.
Tratamiento
No hay un tratamiento específico contra la hepatitis B aguda. Las medidas se
centran en mantener el bienestar y el equilibrio nutricional, que incluye la
reposición de los líquidos perdidos por los vómitos y la diarrea.
Algunas personas con hepatitis B crónica pueden responder al tratamiento con
medicamentos como antivirales e interferón. El tratamiento puede suponer un
gasto anual de miles de dólares, y no está alcance de la mayoría de los
pacientes en los países en desarrollo.
El cáncer hepático es casi siempre mortal, y suele aparece a edades en que los
pacientes son muy productivos y tienen cargas familiares. En los países en
desarrollo, la mayoría de los pacientes con cáncer hepático mueren a los pocos
meses del diagnóstico. En los países de ingresos altos, la cirugía y la
quimioterapia pueden prolongar la vida unos cuantos años.
Algunos pacientes con cirrosis reciben trasplantes hepáticos, con diverso éxito
Prevención
3. La vacuna contra la hepatitis B es el principal pilar de la prevención de esa
enfermedad. La OMS recomienda que se administre a todos los lactantes.
La vacuna se puede integrar en el calendario vacunal y se administra en tres o
cuatro dosis. En las zonas donde es frecuente la transmisión del VHB de la
madre al niño, la primera dosis debe administrarse lo antes posible tras el
nacimiento (en las primeras 24 horas).
La vacunación completa induce anticuerpos que alcanzan concentraciones
protectoras en más del 95% de los lactantes, niños y adultos jóvenes. La
protección dura al menos 20 años y posiblemente persiste toda la vida.
Se debe vacunar a todos los niños y adolescentes de menos de 18 años que
no hayan sido vacunados con anterioridad. Se debe vacunar también a las
poblaciones de alto riesgo, en particular a:
personas con comportamientos sexuales de alto riesgo;
parejas y contactos domésticos de personas infectadas;
consumidores de drogas inyectables;
pacientes que necesitan transfusiones frecuentes de sangre o productos
sanguíneos;
receptores de trasplantes de órganos sólidos;
individuos con riesgo laboral de infección por VHB, como los
profesionales sanitarios, y
viajeros internacionales a países con altas tasas de infección por VHB.
La vacuna tiene una notable seguridad y eficacia. Desde 1982 se han
administrado más de mil millones de dosis. En muchos países en los que entre
un 8% y un 15% de los niños se infectaban de forma crónica con el virus de la
hepatitis B, la vacunación ha reducido las tasas de infección crónica entre los
niños vacunados a menos del 1%.