Los niños del barrio se reúnen cada tarde en la plaza para jugar al fútbol, a pesar de que está lloviendo. Daniel es el portero del equipo y siempre usa gafas, mientras que Antonio, el más pequeño, es el delantero estrella a pesar de tener una pierna más corta que la otra. Junto a ellos juegan Manuel y su perro Tommi, y esperan el regreso de Elder, el mayor del grupo, para poder completar el equipo.