Este documento describe el proceso de adaptación de los niños a la escuela. Explica que la escuela debe proporcionar la misma seguridad y tranquilidad que el entorno familiar para que la separación sea menos traumática. También señala que cada niño se adapta a su propio ritmo debido a factores como su historia y experiencias previas. El educador juega un papel fundamental al establecer un vínculo afectivo con el niño a través del contacto físico, lenguaje y escucha para reducir la angustia. El juego es
1.
LA ADAPTACIÓN ESCOLAR
Durante los primeros años de vida de los niños, este se relaciona
dentro del marco familiar en el cual establece un vínculo afectivo
emocional que le permite sentirse seguro, tranquilo y le ofrece un clima
propicio para su desarrollo integral. Cuando ingresa en la escuela, suele
ser para él, el primer contacto social externo. Rompe con su mundo
personal para relacionarse con otros compañeros, con otros adultos,
para adquirir nuevos hábitos, disfrutar de nuevas experiencias de vida,
actividades, por eso la escuela tiene que proporcionarle aquella
seguridad, aquella tranquilidad que hasta ahora solamente se la
otorgaba su entorno más cercano, porque la separación con esta sea
lo menos traumática posible y esto le proporcione la posibilidad de
abrirse al mundo y desarrollarse como persona íntegra.
Tenemos que saber pues, que para los niños es imposible controlar,
comprender, verbalizar la noción del tiempo y esto a menudo provoca
cierta angustia en este proceso de separación de sus familias y de
adaptación a la escuela y a consecuencia de esto, el buen desarrollo
de nuestros niños.
Hay que ser consciente de la aparición de este sentimiento de angustia
puesto que como adultos, padres, madres y educadores tenemos que
estar muy seguros de nuestras prácticas y en que consiste este periodo
de adaptación. Nosotros los adultos somos los responsables de transmitir
esta seguridad, esta tranquilidad y por eso tendremos que disminuir la
Acompañar a aprender
Eulalia Font Fuset, maestra infantil y madre
2. nuestra para no transmitirla. Es conveniente que exista una relación,
comunicación fluida y sincera entre la escuela y la familia con el
objetivo de entender este proceso.
Durante este proceso se tendrá que tener en cuenta varias variables.
Una de ellas es el tiempo. Cada niño llega a la escuela con una historia,
una familia, hábitos, etc… y estos son sin duda los que marcaran las
pautas del proceso de adaptación. Cada niño da una respuesta
diferente ante la pérdida, de la separación según sus experiencias
previas, experiencias de vida. No podemos generalizar ni el ritmo ni el
tiempo en este proceso. Hay niños que aunque hayan sido
escolarizados con anterioridad, cuando entran a la escuela podrán
disfrutar de unos privilegios que otros no tienen (experiencia previa),
pero esto no significa que no les cueste. Otra variable es el espacio, este
tiene que ser rico, estimulador, un espacio donde los niños se
encuentren como casa, donde sean felices, donde aprendan a vivir, a
crecer, a desarrollarse como personas autónomas e independientes,
donde puedan establecer un vínculo afectivo con aquellos que los
rodean.
El rol del educador tiene un papel fundamental en este proceso. Su
acción está enfocada a una intervención más actitudinal. En este
proceso es muy importante saber como se encuentra el niño, qué le
preocupa, comprenderlo y darle suficientes estrategias para superarlo.
El educador es el punto de referencia que tiene el niño, tiene que
sentirse querido, escuchado, tiene que estar visible en todo momento,
pues esto es el que le va a proporcionar seguridad y hará que se
establezca un vínculo afectivo entre los dos.
Para establecer este vínculo el educador utiliza el lenguaje corporal,
caricias, abrazos, abrazos, besos…El contacto corporal es el que le da al
niño aquella seguridad, tranquilidad que le falta y esto le servirá para
reducir su angustia. El niño tiene que encontrar en nosotros una actitud
de ayuda constante, que pueda contar con ella para todo el que
necesite. También es muy importante el lenguaje verbal, dirigirse al niño,
hablándole muy suave, diciéndole siempre la verdad. De esta forma se
establecerá un vínculo de confianza entre niños y educadores. Por todo
esto es muy importante la coherencia de estas actitudes por parte de
las familias.
Respecto a la metodología que se aplica en el centro escolar durante
este proceso va estrictamente ligado a saber porque se está haciendo
y que objetivos y resultados son los que se obtienen. Hay que prestar
atención a las individualidades de los niños y respetando cada uno de
sus ritmos, una estrecha colaboración con las familias e ir ofreciendo de
forma progresiva la construcción de su propio mundo, el mundo del
niño.
Existen muchas actividades para hacerlo, pero el más importante en
3. este periodo es tener en cuenta la principal actividad del niño, la
actividad espontánea y natural, el juego. Mediante el juego, el niño
tiene la oportunidad de conocerse a si mismo, a situarse en el mundo a
través de sus experiencias básicas, sensoriales, afectivas… Los niños
utilizan el juego para disfrazar sus tensiones, a través del juego se
canalizan y dominan los sentimientos. El juego manifiesta las
inseguridades internas, por eso es muy importante la organización de
diferentes actividades del aula.
En lo referente al tiempo del proceso de adaptación, el tiempo es un
concepto tan abstracto que necesita de diferentes estrategias
pedagógicas porque se entienda y tenga sentido. Hace falta respetar
el tiempo, es decir, cada niño ira construyendo su propia realidad a
medida que se consolide el vínculo afectivo entre los niños y sus
educadores. El tiempo que tiene que pasar el niño en la escuela
dependerá en todo momento de las posibilidades de cada niño y de
cada familia.
La corresponsabilidad entre la familia y la escuela dependerá de la
información que se los da. Esta información será muy útil para poder
entender este proceso. De esta forma vivirán el proceso de adaptación
de sus hijos también como su propio, así todos juntos trabajaremos en
una sola dirección y con un solo objetivo.
En definitiva, la adaptación lo entiendo como un proyecto compartido
en el cual el conocimiento se da por parte de los niños, la familia y la
escuela. El objetivo primordial de este proceso es establecer una
continuidad entre el contexto familiar, el escolar y llevar a cabo un
proyecto educativo para cada niño. Se trata de hacer que aquello que
no los es conocido en sus vidas, forme parte del que sí los es conocido.
Lali