En la antigüedad, los griegos desarrollaron un sistema de pesas y medidas que se basaba en los sistemas de Mesopotamia y Egipto. Usaban unidades como el dedo, la palma y el codo para medir la longitud. Estas unidades se extendieron por el comercio en el Mediterráneo. Los griegos también tenían unidades para volumen y peso, como la dracma, y su sistema monetario se basaba en esta unidad de plata. Las medidas romanas posteriores se derivaron en gran medida de las griegas.