2. ¿QUÉ ES Y COMO FUNCIONA?
Un vehículo eléctrico es un vehículo propulsado
por uno o más motores eléctricos. La tracción
puede ser proporcionada por ruedas o hélices
impulsadas por motores rotativos, o en otros
casos utilizar otro tipo de motores no rotativos,
como los motores lineales, los motores
inerciales, o aplicaciones del magnetismo como
fuente de propulsión, como es el caso de los
trenes de levitación magnética.
3.
4. ¿CÓMO Y DÓNDE RECARGAR EL
COCHE ELÉCTRICO?
La carga convencional (carga lenta) mediante un
enchufe propio de una vivienda, que por lo general
nos ofrece 16 amperios, 230 voltios y una potencia de
unos 3,7 KW.
En este enchufe podremos conectar nuestro vehículo
eléctrico y recargar la batería en un tiempo de entre 6
y 10 h.
Los fabricantes denominan a esta conexión “modo de
carga de emergencia”, ya que los enchufes
convencionales no se diseñaron inicialmente para la
recarga intensiva de vehículos.
5. Se recomienda limitar (lo permite el coche) dicha carga hasta un
máximo de 10 amperios. Para ampliar la intensidad hasta los 16
amperios, existen sistemas de conexión “wall box” más seguros y
homologados para este uso. Ideal para una recarga nocturna a
tarifa reducida.
6. UTILIZAR ESTOS COCHES TIENE
VENTAJAS Y DESVENTAJAS
VENTAJAS:
No producen contaminación atmosférica.
No producen contaminación sonora.
Su uso permite prescindir de combustible y así ahorra petróleo, una
materia prima limitada y se puede dedicar a otras materias también
necesarias.
7. DESVENTAJAS:
Carga de las baterías y precio. Las baterías de más de 400 km de
autonomía son muy costosas y se recargan en unas 9 horas sin
mermar su capacidad. Para evitar este problema sería necesario
cambiar las baterías descargadas por otras con carga de manera
inmediata, de forma tal que al repostar en una estación de servicio el
vehículo ingresara casi sin energía eléctrica y saliera de allí total o
parcialmente cargado pocos minutos más tarde.
Algunos seguirán contaminando, ya que en ciertos casos la
electricidad utilizada para recargar las baterías se produce mediante
materias primas contaminantes como el carbón. En España, por
ejemplo, la electricidad utilizada para las baterías supone unas
emisiones de dióxido de carbono de 0,276 kg/KWeh generado.
Menor autonomía que un coche convencional dado que necesita
recargas frecuentes.