Pedido de acceso a la información a la embajadora Ruiz Cerutti
Discurso sobre el voto joven
1. Discurso sobre el voto joven
Período 130º - Reunión 18º - 15° Sesión Ordinaria (Especial)
31 de octubre de 2012
Extraído de Versión Taquigráfica disponible en
http://www1.hcdn.gov.ar/sesionesxml/provisorias/130-18.htm
Sra. Alonso (L.).- Señora presidenta: a lo largo de estos últimos meses el tratamiento de
este tema me ha llevado a cambiar varias veces mi posición frente al fondo de la cuestión.
En este sentido, debo confesar –los miembros de esta Honorable Cámara ya lo saben- que
siempre me he encontrado en una posición favorable en toda discusión que tienda a la
ampliación de derechos. Sin embargo, a medida que el debate fue avanzando en el Senado
y luego en esta Honorable Cámara, empecé a hacerme algunas preguntas, que son las que
uno habitualmente se hace cada vez que se plantea una reforma institucional y política de
este tipo.
Así, me pregunté si es una obligación incumplida por el Estado argentino que los jóvenes
de 16 y 17 años no puedan votar. ¿Hay un fallo de la Corte Interamericana de Derechos
Humanos que obligue al Estado argentino a promover una ley de ese tipo? ¿Quién
promueve esta reforma? ¿Esta reforma estuvo antes en la agenda política del partido
promotor? ¿Fue una promesa que hicieron en las campañas electorales de 2003, 2005,
2007, 2009 y 2011? ¿Cuál es el contexto en el que se promueve el voto de los jóvenes de 16
y 17 años? ¿Para qué lo hacen? ¿Cuándo va a aplicarse esta norma, en caso de ser
aprobada? ¿Quién la promueve, se verá beneficiado con su aplicación?
Las respuestas a todas esas preguntas me llevan a la misma conclusión: estamos frente a
un proyecto engañoso e hipócrita y ante una propuesta demagógica, tal como lo señaló con
anterioridad en este recinto la señora diputada Carrió.
Por todo eso, y por otras razones que voy a exponer a continuación, nuestro bloque va a
votar en contra de este proyecto. Lo hacemos porque esta reforma no busca ampliar
derechos; esta reforma buscar recortar la libertad de ser chico.
- Manifestaciones en las galerías.
Sra. Alonso (L.).- Esto lo afirma con bastante crédito una diputada que ha promovido y
votado a favor de la ley de matrimonio igualitario y de la ley de identidad de género, y que
desde que ingresó a esta Cámara promueve la despenalización y legalización de la
interrupción voluntaria del embarazo. O sea que algo de crédito respecto de la ampliación
de derechos me puedo dar a mí misma, y también me lo pueden dar los colegas presentes
en este recinto.
Aquí ya se ha dicho cuál ha sido la historia de los incumplimientos de los derechos de los
niños, niñas y adolescentes desde el año 1983 a esta parte. Mi colega de bloque también se
ha referido a las contradicciones que plantea este proyecto en lo que será el futuro
comportamiento de nuestros adolescentes en la vida social, política, económica, cultural y
demás.
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2. Es evidente que nosotros, como Estado, no cumplimos lo que la convención de los
derechos de los niños, niñas y adolescentes nos manda. La realidad es que la convención
no nos manda que los jóvenes de 16 y 17 años tengan derecho a votar, pero sí que tengan
derecho a educarse, a trabajar, a esparcirse, al deporte, a la cultura y a tener una familia. Y
me parece que este Estado -y también el gobierno- niegan estos derechos al no dar
tratamiento a una cantidad de proyectos que son necesarios y urgentes, y al no imputar
partidas en las leyes de presupuesto para que esos derechos se efectivicen en la práctica.
Cuando uno responde todo ese cuestionario que yo hice al principio, llega a la conclusión
de que los jóvenes no importan, no preocupan. Pero ahora los jóvenes sí importan porque
van a votar, y entonces sí se vuelven un botín de caza para algunos actores políticos que
entienden que pueden obtener beneficios de esos votos. Pero no responden con políticas
públicas –y no lo han hecho en estos últimos años- para satisfacer sus derechos y cumplir
con las garantías que les corresponden.
Permítame citar, señora presidenta –va a ser una cita larga-, al licenciado Espeche, que es
psicólogo y jefe del Servicio de Salud Mental del Hospital Pirovano de esta ciudad, quien
participó en una de las audiencias que organizaron hace unas semanas las comisiones del
Senado.
Decía Espeche: “No es un cercenamiento de derechos el hecho de que un chico de 12 o 13
años no pueda manejar. No se trata de reprimir sino de conducir el crecimiento del chico
hasta tanto esté condiciones de hacerlo. En términos evolutivos, si bien hay precocidad, los
16 años no son una edad donde la madurez sea suficiente como para, por ejemplo, ejercer
algunos cargos públicos, conducir automóviles y, a mi criterio, humildemente, tampoco
para emitir un voto. Esto no significa suprimir derechos sino al revés: entiendo que es
ofrecer a los chicos el derecho a ser chicos. Se trata de ayudarlos a incubar su potencial
hasta tanto accedan a la madurez correspondiente. Se insiste con la idea de seducir a los
chicos con libertades que terminan esclavizándolos de sus propios impulsos o de algunos
manejos espurios que se hacen en nombre de la libertad. En realidad, la libertad de un
chico es la libertad de poder ser chico, y es deber del Estado, de la ciudadanía, de los
padres, de los educadores y del mundo adulto comprender su propia función, que es la de
ir cuidando a esos chicos para que puedan despegarse en tiempo y forma para acceder -sin
peligros o evitando la mayor parte de los peligros- a una plena conciencia”.
Sabias palabras de un psicólogo, señora presidenta. Aquí se han escuchado voces de
muchos abogados sobre el voto de los jóvenes de 16 y 17 años, pero me pareció importante
traer esta mirada de Espeche respecto de la libertad de ser chicos. Los chicos tienen
derecho a ser chicos y nosotros no tenemos derecho a hacerlos grandes de golpe mientras
no cumplimentamos sus otros derechos y garantías.
Señora presidenta: no me quedan dudas de que esta reforma no está pensada ni fue escrita
para cuidar a los chicos ni para garantizarles la libertad de ser chicos. Aquí no se están
ampliando sus derechos. Les estamos diciendo que no pueden ser chicos y que tienen que
ser adultos, pero sólo para votar; para un montón de otras cosas, no. Y yo quiero que sean
chicos. Quiero que disfruten de sus derechos como chicos y como adolescentes, y que
incuben todo su potencial para que sean las mejores personas y los mejores ciudadanos.
Cuando analizo en estas semanas un estudio de opinión que muestra que el 83 por ciento
de los consultados argentinos y argentinas están en contra de esta reforma, entiendo
muchísimas cosas. Entiendo que este Congreso se apresta una vez más a desilusionar a
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3. toda la sociedad, a decirle que no le importan ni le preocupan las mismas cosas que a ella.
Entonces se comprende el 13 de septiembre y lo que va a suceder el 8 de noviembre y el
malestar de la sociedad.
- Varios señores diputados hablan a la vez.
Sra. Presidenta (Abdala de Matarazzo).- Silencio, por favor.
Sra. Alonso (L.).- Señora presidenta: cuando las instituciones no atienden ni entienden,
nos alejamos más de nuestros ciudadanos.
Voto convencida en contra de este proyecto porque, como dice Ricardo Forster, de Carta
Abierta, en un viejo artículo: “De buenas intenciones está construido el camino a la
barbarie”. (Aplausos.)
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