3. Historia
Iglesia de San Vital, en la ciudad
italiana de Rávena. Comenzo a
construirse en la época ostrogoda, es
encargada por el obispo Eclesio (522-
532) y financiada por un banquero
local (argentarius) llamado Juliano,
quien gastó en ella la suma de
veintiséis mil solidi. A la muerte de
Eclesio la construcción continua con
el obispo Víctor (538-545). Los
mosaicos del presbiterio y del ábside
se comenzaron en 546 bajo el obispo
Maximiano quien consagra la iglesia
en 547, ya en el período de
dominación bizantina. El arquitecto
pudo ser occidental, pero conocedor
de la arquitectura que se estaba
creando en la corte de
Constantinopla.
4. A primeros del siglo X se instala al
lado de la basílica un convento de
monjes benedictinos. Debido a las
nuevas necesidades, el atrio existente
fue transformado en claustro
realizándose un nuevo acceso al
noreste para los laicos. En el siglo XIII
se añade un campanile sobre la base
de la torreta meridional de acceso al
gineceo; de esa época data la
transformación de la cobertura lígnea
de las arcadas en bóvedas de
crucería. En el XVI se eleva el
pavimento en 80 cm. por problemas
de infiltraciones acuíferas
renovándose el presbiterio eliminando
el ciborio tardoantiguo y la decoración
en opus sectile e insertando un coro
de madera. Por la mismas fechas se
reconstruye el claustro bajo el
proyecto de Andrea della Valle (1562)
y se realiza el acceso por el portal
sur. En 1688 un terremoto destruye el
campanile y se reemplaza por el
actual en 1696-98.
A partir de mediados del siglo XIX y
hasta la primera década del XX, se
realizan obras para recuperar el
edificio en su forma original
eliminándose las estructuras internas
añadidas y devolviendo el suelo a su
nivel, solucionando el problema de las
filtraciones mediante un sistema de
drenaje.
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5. ANÁLISIS FORMAL
● La planta: planta central, octogonal, que está
precedida de un nártex y un atrio, aunque
este último hoy día no existe. El nártex se
alarga por dos lados del octógono. Tras los
dos lados del octógono y el límite del nártex o
pórtico se configuran dos espacios
triangulares a cuyos lados se apoyan las dos
torres escaleras, que servirán para acceder
tanto a la parte superior del pórtico como a la
tribuna de la parte superior. Las caras
exteriores del octógono están partidas por
pilastras
Profundo presbiterio y ábside que le
continúa. A ambos lados del ábside se sitúan
dos pequeños espacios rectangulares que
comunican con dos pequeñas capillas
circulares, que, a su vez, rematan en otros
espacios rectangulares.
● En realidad se trata de un espacio interior
único, sabiamente organizado con la ayuda
de apoyos, pilares y columnas, entre la sala
central octogonal y el deambulatorio.
6. El alzado: la forma geométrica de la planta
condiciona toda la estructura del edificio.
El vértice de la cúpula y los
correspondientes puntos externos sobre la
planta configuran un triángulo equilátero.
Esta forma, además de la referencia
simbólica a la Trinidad, condiciona todo el
plan del alzado. Se trata de algo
totalmente nuevo y desconocido en que se
conjugan las novedades de Oriente y
Occidente.
La cúpula se eleva a gran altura, sobre un
tambor octogonal, posibilitado porque el
material empleado para su construcción no
fue el ladrillo, sino tubos huecos de tejas
enchufadas en hileras horizontales, que
evitan el excesivo peso. Así se permitía
elevar y cubrir grandes espacios sin el
problema de los empujes derivados de
materiales más pesados.
7. ● Bajo el tambor, el cuerpo del edificio se
ensancha en otro octógono, salvándose
esta distancia, al exterior, por un tejado
que arranca del nivel de ventanas del
tambor. En el interior, bajo la corona
octogonal de la que arranca el tambor,
ocho grandes pilares se prolongan hasta el
suelo. Estos pilares culminan en unos
arcos de medio punto que ocupan los
lados del polígono y los entrelazan entre
sí. Entre los pilares, dos pisos de tres
arcos de medio punto, apoyados en dos
columnas con basas escalonadas y
cimacio sobre capitel, van girando,
cerrando, enmarcando dichos espacios,
creando unas exedras que, como anillos,
configuran este espacio central.
Entre estos apoyos y el muro se crea otro
espacio, que, a su vez, se divide en dos
pisos: el inferior o deambulatorio y el
superior o tribuna. La cubierta se realiza a
base de unas bóvedas de arista en cada
lado del octógono.
Uno de los lados del octógono exterior e
interior se interrumpe para dar lugar al
presbiterio, rectangular que cierra en un
ábside. Se accede al presbiterio a través
de un gran arco y se cierra con el ábside.
El presbiterio está cubierto con una
espléndida bóveda. Este ábside está
formado por un espacio semicircular, como
un gran arco de triunfo inscrito en una
bóveda de cuarto de esfera, en el que se
abre un triple ventanal. Un muro prolonga
este espacio semicircular, en el que
también se abre un triple ventanal,
separado por dos columnas.
8. ● Los materiales:
el ladrillo constituye el
elemento básico de la
construcción y representa la
tradición central de la
arquitectura bizantina. Los
arcos, las bóvedas y
cúpulas se construían
exclusivamente de ladrillos;
también utilizaban hiladas
de mortero. Después eran
recubiertos en algunas
zonas por mármoles y una
rica decoración.
● Los vanos:
los muros del octógono se
interrumpen para dar cabida
a una serie de ventanas que
dan una gran luminosidad
en el interior del edificio.
Existen dos hileras de
ventanas, superpuestas,
alrededor del gran octógono
exterior, correspondiendo
seis, tres sobre tres, en
cada uno de los lados,
excepto en el que están
colocados el presbiterio y el
ábside.
9. Elementos de soporte y descarga
Los constructores del edificio de San
Vital conjugaron tan hábilmente todo
el sistema de carga y contrarrestos
con un sistema tan admirable como
pocas veces se ha conseguido en la
historia de la arquitectura. La solidez y
la ligereza forman una síntesis
admirable, y sin duda la herencia
oriental está presente.
Los empujes generados por la cúpula son
recibidos por el tambor octogonal. Los
pilares y columnas del interior, así como el
propio muro exterior ayudado por las
pilastras, que funcionan como
contrafuertes son elementos claves en el
sistema. Pero las propias bóvedas de la
tribuna, y deambulatorio a la vez que
generan empujes, sirven de contrarresto.
Por otra parte, en la zona del ábside,
puede también observarse el
escalonamiento descendente de los
empujes desde la cúpula hasta el
suelo, a través de una perfecta
articulación a semejanza de la iglesia
de Santa Sofía: cúpula-muro del
tambor-bóveda de la tribuna-muro del
octógono-ábside-capillas absidiales-
zonas rectangulares-suelo.
10. Valoración estética:
Desde el exterior: Simplicidad y claridad
arquitectónica.; Concatenación armónica
del muro y el vano, del vacío y el lleno;
ritmo conseguido a base de la repetición
de un módulo; equilibrio de lo horizontal y
vertical, compensándolo mutuamente los
listones verticales de las pilastras y las
cornisas del tejado y de entre pisos;
perfecta articulación de los volúmenes del
conjunto absidal.
Desde el punto de vista del interior:
Máxima sugestión provocada por el giro de
las pilastras y columnas, revestimiento de
los preciosos mármoles, los delicados
trabajos de los capiteles y los riquísimos
mosaicos; intención espacial consistente
en dilatar el octógono, negar su forma
cerrada geométrica, ampliar
indefinidamente el espacio.
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