Análisis San Vital - Análisis e interpretación de una obra arquitectónica
1. ANALISIS DE UNA OBRA
ARQUITECTONICA
Iglesia San Vital, Ravena, Italia.
Sharon Alvarado
CI: 26.370.084
2. Iglesia San Vital, Ravena, Italia.
Es uno de los templos mas importantes de la Arquitectura bizantina. Esta
obra fue construida en el tiempo del obispo ecclesius ( 521-532 ), y fue
consagrada el 21 de septiembre de 547, por el obispo Maximiliano.
Bizancio poseía mucho poder en aquel tiempo sobre esta zona (Ravena), y
se dice que posiblemente se construyo esta obra para dejar potente dicha
soberanía.
La obra se reformo por deseo expreso del Emperador Justiniano a partir
de construcciones anteriores, la obra se financio por el Banquero Juliano
Argentario (se dice que aproximadamente 26.000 besantes de oro se
utilizaron para la construcción del templo), y fue supervisada por el ya
antes mencionado Maximiliano. Todos estos personajes aparecen en la
decoración que se realizo entre los años 546 y 548.
San vital tiene la consideración de basílica menor desde el 7 de Octubre
de 1960. La Iglesia en 1996, junto con otros edificios paleocristianos, fue
declarada patrimonio de la humanidad por la UNESCO, con el nombre de
“ Monumentos Paleocristiano de Ravena”.
3.
4. • Forma y espacio intencionado.
La iglesia consagrada a san vital, se levanto para dotar la ciudad de un
templo digno de la que era segunda capital de su imperio
Durante la época de Justiniano y, como otras muchas iglesias orientales
tiene planta central, concretamente, octogonal, precedida de un
nártex. Está inspirada directamente en la basílica de los santos Sergio
y Baco, sita en Constantinopla.
Su núcleo central octogonal está cubierto por una cúpula que apoya en
ocho pilares y sus correspondientes arcos; con siete huecos situados entre
los pilares del baldaquino central y que sobresalen hacia el anillo
circundante y un presbiterio cuadrado con ábside saliente. Los empujes de
la cúpula se contrarrestan desde exterior por medio de arbotantes y
pequeños cuerpos adosados que impiden ver en su totalidad el perfil del
edificio. La cabecera se prolonga con un espacio semicircular, mientras a
los pies hay un amplio atrio con torres laterales. Los muros se realizaron
con aparejo de ladrillo, según la práctica bizantina, con gruesas juntas de
mortero. Son de especial interés el pavimento, de mosaico, los mosaicos
de las paredes del coro con su bóveda y la del ábside. Tipológicamente
este templo de planta centrada, es el último eslabón de la serie de
edificios bizantinos, que van desde la planta basilical cupuliforme hasta el
templo poligonal.
5.
6. Elementos técnicos y no técnicos.
Fue realizada al parecer por trabajadores de la zona y construida en
gran parte con materiales locales.
Ladrillos delgados y largos, separados por juntas de mortero bastante
gruesas. La bóveda, muy ligera, que cubre el tramo central, no está
construida de ladrillos en sardinel, sino mediante la técnica
occidental de tubos de cerámica insertados unos en otros dispuestos
en hileras horizontales, de modo concéntrico. Al exterior esta
cubierta con tejas.
Se conserva la decoración musiva del
ábside y del presbiterio, el revestimiento
de los pilares, de suntuoso mármol
jaspeado, se ha restaurado sobre
fragmentos existentes y el pavimento de
opus sextiles, está reconstruido en dos
secciones triangulares del octógono
interior. Los fustes de las columnas con
basas poligonales y sus capiteles de forma
tronco piramidal, esculpidos con trépano,
fueron importados de los talleres de
Proconesia.
7. En el exterior, sumamente sobrio, volumétrico, apreciamos que la iglesia está
hecha de materiales ligeros pero resistentes con paramentos de ladrillo macizo
reforzados en las esquinas por grandes arbotantes, además de lesenas
(pequeños contrafuertes que rematan en el alero del tejado) y arcos de
descarga embebidos en el muro. El cimborrio que oculta la cúpula es octogonal
y va aligerado por medio de caños concéntricos de terracota. Al contrario, su
interior está ricamente decorado con mármoles veteados, antepechos,
columnas y capiteles tronco piramidales con cimacio finamente tallados al
trépano probablemente importados de los talleres del Proconeso, una isla de
mar de Mármara cercana a Bizancio, frescos y, sobre todo, mosaicos, que son
los de mayor calidad y los más variados del arte bizantino. El efecto del
interior es el de un espacio dilatado e inmaterial, lleno de continuos
contrastes de color y luz, que penetra generosamente por las grandes ventanas
del tambor.
Aunque la decoración de la iglesia está
parcialmente dañada, la parte del presbiterio se
conserva prácticamente en su estado original, y es
de un valor inestimable, pues se trataría del único
edificio áulico bizantino virtualmente intacto, que
nos da una vaga idea de la riqueza del palacio del
emperador u otras grandes edificaciones oficiales
de Constantinopla, actualmente destruidas.
8. • Análisis Formal.
La planta se inscribe en un octógono, con un espacio central abovedado y
delimitado por ocho pilares sobre los que voltean arcos de medio punto,
rodeado por un deambulatorio por encima del cual discurre una tribuna. Siete
nichos se abren entre los pilares del baldaquino central, que se proyectan en
el anillo del deambulatorio, mientras que el octavo lado está ocupado por el
presbiterio cuadrado y el ábside saliente y más bajo que atraviesa la zona del
deambulatorio y de la tribuna. Flanquean este ábside poligonal dos torrecillas
rectangulares seguidas de sendas capillas circulares, provistas cada una de
ellas de un absidiolo rectangular. En el lado occidental hay un nártex
rectangular, asediado en ambos extremos, dispuesto en posición oblicua,
tangente en uno de los vértices del octógono
que permite la colocación, a los lados del espacio interior
resultante, de dos torretas, en una de las cuales se encuentra
ubicado el campaniles y en la otra la escalera que da acceso al
gineceo. Asimismo, esta posición del nártex, permite la colocación
de un doble acceso al interior tras los dos tramos triangulares que
restan entre éste y el polígono, de ellos el de la izquierda da al
tramo opuesto al presbiterio, y el otro al tramo contiguo. Antecede
al nártex un atrio porticado en tres de sus lados que es uno de los
accesos al edificio. Las otras dos entradas con las que cuenta están
situadas a los lados de las capillas mencionadas anteriormente.
9.
10. • Análisis Lingüístico.
Los elementos son: muro, pilares y columnas que, en el interior, soportan la
gran cúpula central. Ésta está constituida por anillos de ánforas metidas
unas dentro de otras, entremezcladas con cemento. De esta manera, al
estar hechas las ánforas de barro cocido y ser éste un material ligero, la
cúpula es liviana, por lo que no necesita un grueso muro de apoyo ni
destacados sistemas de contrapeso para equilibrar las presiones que ejerce
la cúpula en todas direcciones. Las columnas tienen el característico capitel
bizantino compuesto por una estructura tronco piramidal invertida con
cimacio. Alrededor del espacio central bajo la cúpula se encuentra una nave
también de forma octogonal, cubierta por unas bóvedas irregulares
combinadas. Sobre ella en el piso superior, se sitúa una segunda nave que
reproduce la estructura inferior. Con estas características, el espacio interior
se presenta dilatado, como en Santa Sofía, ya que cuando el espectador se
sitúa bajo la cúpula central, a causa de la existencia de columnas y arcos
que disimulan el muro exterior, percibe la sensación de que no hay fin, que
el espacio se prolonga. El ímpetu ascensional viene remarcado por la
superposición de columnas, tribuna y exedras. La luz contribuye a acentuar
esta sensación, desmaterializando el espacio, al incidir sobre los mosaicos
del ábside, que pasan por ser los más bellos del arte bizantino, simbolizando
el cosmos, el universo.
11. El exterior en cambio, se nos presenta con
simplicidad y claridad arquitectónica,
manteniendo un acusado equilibrio entre
la vertical y la horizontal, con los
volúmenes geométricos articulados de
manera escalonada. Los vanos son arcos
de medio punto existiendo entre ellos
pilastras adosadas al muro. Los efectos
polícromos se consiguen por la alternancia
entre la piedra y el ladrillo, aunque es de
destacar el contraste entre el exterior
austero y la deslumbrante decoración
interior.
De la decoración interior han desaparecido los mosaicos excepto los del
presbiterio. A ambos lados del ábside se encuentran las representaciones del
emperador Justiniano con su séquito y de la emperatriz Teodora con el suyo,
respectivamente.