El documento describe las aplicaciones de la tecnología del DNA recombinante en la agricultura, incluyendo la producción de plantas resistentes a herbicidas y plantas que producen vacunas. Sin embargo, también plantea preocupaciones sobre los posibles efectos secundarios impredecibles de consumir plantas transgénicas, debido a la naturaleza dinámica del genoma y la posibilidad de efectos tóxicos o enfermedades no previstas.
1. La tecnología de DNA recombinante y las plantas: aplicaciones en la
agricultura.
La aplicación del DNA recombinante en la agricultura ha tenido una gran
aceptación por parte de los grandes productores, puesto que esta
revolucionaria técnica permite obtener especies transformadas a las cuales se
les añaden o acentúan características especiales, como resistencia a
herbicidas, mayor producción de vitaminas, etc.
Actualmente hay una gran cantidad de plantas que se pueden transformar,
entre estas están los cítricos, que son los grupos en los que se han hecho más
estudios y pruebas, muchas de ellas exitosas, todavía se sigue tratando de
transformar los cereales como el trigo y el maíz, pero aún no se ha tenido éxito.
Lo cultivos de papa, soya, rábano y tabaco, sin embargo, son fáciles de
transformar y se han hecho muchas pruebas introduciendo material genético
usando como vector a la bacteria Agrobacteriumtumefaciens, que forma
asociación naturalmente con estas plantas (Smith & Wood 1998).
La bacteria Agrobacteriumtumefaciens posee un plásmido inductor de tumores
(Ti) que produce un crecimiento tumoroso o callo en las plantas (Smith & Wood
1998). Este callo es un conjunto de células vegetales no diferenciadas, que
producen unas sustancias químicas llamadas opinas, de las cuales se alimenta
esta bacteria. El proceso de DNA recombinante para este caso sigue la
siguiente dinámica: el fragmento de DNA a incluir en la planta es aislado y lo
inserta en la región de homología del plásmido Ti, luego se induce a la
formación del callo por acción de las bacterias y éstas introducen en plásmido
con el DNA foráneo en un cromosoma –de manera aleatoria– en las células del
callo. Posteriormente las plantas se regeneran a partir del callo, expresando el
material genético introducido (Fig. 7).
Este método ha servido para introducir una gran variedad de genes en estas
plantas, uno de los experimentos más conocidos es la planta de
Nicotianatabacum con genes de luciferasa, la cual brilla en la noche. Esta
planta luminiscente es sin embargo sólo un atractivo visual, puesto que no tiene
ninguna utilidad, y detrás de la polémica que ha levantado la construcción de
2. esta planta, están muchas otras a las que sí se les ha hecho modificaciones
útiles, como frutos que se pudren más lentamente, plantas que llevan vacunas
o plantas resistentes a plagas y herbicida.
Fig. 7: Técnica de producción de plantas transgénicas por medio de la formación de
callos con Agrobacteriumtumefaciens (Klug& Cummings 1999).
Gramíneas resistentes a herbicidas.
Uno de los más grandes problemas que enfrentan los agricultores es la
aparición de malas hierbas en sus campos de cultivo. Usualmente estas
hierbas se combaten usando sustancias químicas muy variadas, denominadas
genéricamente herbicidas. Estos herbicidas, sin embargo, también afectan a
las gramíneas del cultivo y las matan, por lo cual su aplicación es sumamente
riesgosa, puesto que además de matar las hierbas indeseables se matan las
plantas de cultivo.
Mediante la técnica del DNA recombinante se han producido gramíneas
resistentes a algunos herbicidas como el glifosfato. Esto se ha logrado
mediante modificaciones que incrementan la síntesis de la EPSP sintetasa,
encargada de sintetizar aminoácidos, esta enzima se encuentra en los
cloroplastos y es la primera en verse afecta por el glifosfato, pero al aumentar
la síntesis de ésta, el efecto de los herbicidas es mínimo, puesto que se puede
continuar con la síntesis de aminoácidos de una manera prácticamente normal
(Klug& Cummings 1999).
Investigaciones similares se han hecho en este campo, para añadir a las
plantas factores de resistencia contra enfermedades virales (como el virus
mosaico del tabaco), contra plagas de insectos e incluso contra sequías
prolongadas. Actualmente se trabaja mucho en este campo y próximamente los
centros de abastecimiento, tales como supermercados, ofrecerán a la venta
productos transgénicos como estos.
Plantas y vacunas transgénicas.
3. Otra de las aplicaciones de la tecnología de DNA recombinante en las plantas
es la producción de plantas transgénicas con vacunas. Las formas tradicionales
de producción de vacunas son la utilización de capas inactivadas o atenuadas
de la bacteria o virus. La tecnología del DNA recombinante ha permitido el
desarrollo de vacunas genéticas o también llamadas vacunas de subunidad, en
las que se producen grandes cantidades de una proteína de superficie del virus
o la bacteria contra la cual se desea hacer la vacuna, y esta proteína va a
generar los anticuerpos necesarios para hacer frente a la enfermedad.
La aplicación de esta técnica de biotecnología funciona así: se aísla el
fragmento de DNA que codifica la proteína de superficie que irá a constituir la
vacuna
de
subunidad,
se
utiliza
como
vector
el
plásmido
Ti
de
Agrobacteriumtumefaciens y se produce una planta recombinante a partir del
callo formado (se sigue el mismo proceso visto anteriormente), una vez
desarrolladas las plantas, éstas expresarán el antígeno contra la enfermedad
(Klug& Cummings 1999). De esta manera se producen grandes cantidades de
vacuna a costos reducidos, y la administración de la misma se hace más fácil,
puesto que estos vegetales podrían ser comercializados para su consumo
normal, luego de una certificación previa de los efectos colaterales que pueda
tener el consumo de estas plantas alteradas genéticamente. Esta técnica se ha
aplicado con éxito en la producción de antígenos para la hepatitis B en plantas
de tabaco.
Todavía falta hacer una gran cantidad de estudios en esta área, pero las
perspectivas actuales muestran una interesante potencialidad a la producción
de vacunas de subunidad en plantas transgénicas, ya que esto abriría la
posibilidad de prevención de muchas enfermedades mortales, para las cuales
no se conocen vacunas tradicionales, y además deja abierta la posibilidad de
una vacunación por medio de los alimentos.
¿Cuán seguro es consumir plantas transgénicas?
Si bien todos los ensayos y pruebas que se han hecho con plantas
transgénicas han estado delimitados muy claramente por un límite de
seguridad, existen razones para dudar de que el consumo de productos
4. transgénicos sea totalmente inocuo y esto deja abierta una pregunta que hacen
Käppeli&Auberson (1998): ¿Cuán seguro es "suficientemente seguro" en la
ingeniería genética de plantas?. Estos autores plantean que si bien se tienen
todos los cuidados necesarios y se realizan los procedimientos de DNA
recombinante de la manera más profesional y responsable posible, siempre
existen factores naturales de variación que escapan al control de los
investigadores y pueden resultar peligrosos para el consumidor.
Los productos transgénicos pueden resultan potencialmente tóxicos para el
consumidor final, pues nunca se sabe a ciencia cierta el efecto que pueden
causar las mutaciones inducidas al individuo, las cuales pueden derivar en la
producción secundaria de toxinas o incluso pueden llegar a producir
enfermedades. Cuando se aísla un fragmento de DNA para ser incluido en una
planta por medio de la técnica de A. tumefaciens, el investigador controla y
predice el efecto primario que ocurrirá con el campo, es decir, este efecto
primario es el fenotipo que se espera obtener con la modificación, el mismo que
ha sido muy bien delineado, con límites conocidos y cuyo efecto es predecible
con un elevado grado de certeza.
Además de este efecto primario, pueden presentarse uno o más efectos
secundarios, los cuales son los fenotipos y reacciones inesperadas. Estos
efectos secundarios se dan por muchas causas en los individuos transgénicos,
pero la principal explicación es que las plantas son sistemas vivos con un
genoma flexible
y dinámico, expuesto a
otras mutaciones,
cambios
espontáneos, fenómenos de recombinación y errores en la replicación del DNA.
Cualquiera de estos factores es capaz de generar un efecto secundario, que
produzca un fenotipo diferente al esperado, potencialmente dañino.
Puesto que estos procesos de variación, responsables de los efectos
secundarios, son impredecibles y no están considerados dentro del estudio
inicial, no se sabe exactamente cuál es su efecto puesto que no se tiene un
conocimiento completo del cambio ocurrido a nivel molecular.
Otra causa de efectos secundarios es un defecto en el proceso de transfección
del DNA foráneo desde el plásmido Ti (vector) hacia las células del callo, como
5. ambos son sistemas biológicos dinámicos sometidos a constante variación, a
veces ocurre un desplazamiento en el área de transferencia de material
genético y se transfieren otros fragmentos a parte o en lugar del fragmento de
interés, produciendo cambios no deseables.
Todos estos factores hacen de la ingeniería genética en plantas un campo muy
promisorio para el futuro, pero potencialmente peligroso, y la comercialización
de productos transgénicos debería darse una vez realizados estudios
profundos de los impactos a la salud y el ambiente que estos vegetales
modificados puedan causar.