1) Túpac Amaru fue el último líder inca que resistió a los españoles desde el reino de Vilcabamba. 2) En 1572, el virrey Francisco Álvarez de Toledo envió un ejército español para someter a los incas de Vilcabamba por la fuerza. 3) Después de varias batallas, Túpac Amaru fue capturado y ejecutado públicamente en Cuzco, poniendo fin a la resistencia inca.
La captura y ejecución del último Inca Túpac Amaru
1. TUPAC AMARU
Titu Cusi Yupanqui muriera en 1570. Los incas creían que su medio
hermano se había visto forzado a admitir a los sacerdotes
misioneros en Vilcabamba y que los españoles lo habían
envenenado. En estos tiempos los españoles todavía no estaban
advertidos de la muerte del anterior Uari Inca y habían enviado
rutinariamente dos embajadores para continuar con las
negociaciones en curso. El último de ellos fue el conquistador
Atilano de Anaya quien, tras cruzar el puente de Chuquisaca, fue
capturado y ejecutado junto con su escolta por el general inca Curi
Paucar.1 Al ser confirmada esta noticia por el cura de Amaybamba,
el nuevo virrey del Perú, Francisco Álvarez de Toledo, decidió
someter por la fuerza al reino de Vilcabamba
Apelando a la justificación de que los incas habían roto "la
inviolable ley de todas las naciones del mundo: el respeto a los
embajadores" el virrey declaró formalmente la guerra el 14 de abril
de 1572.
La guerra final con España
La expedición de conquista fue encargada al encomendero y regidor Martín Hurtado de Arbieto,
como maestre de campo fue designado Juan Álvarez Maldonado y como alférez real y secretario
Pedro Sarmiento de Gamboa. Las poderosas tropas a su mando estaban conformadas por varias
piezas de artillería, 250 soldados españoles y 2500 nativos aliados, entre los cuales figuraban 1000
cañaris, enemigos mortales de la panaca de los incas rebeldes.
Para la defensa de Vilcabamba, el inca Túpac Amaru contaba con aproximadamente 2000 soldados
de los cuales 600 o 700 eran guerreros anti (llamados chunchos por los incas del Cuzco), de quienes
el fallecido Titu Cusi solía decir a los emisarios españoles, fingida o realmente, aun practicaban el
canibalismo. Entre sus generales figuraban Hualpa Yupanqui, Parinango, Curi Paucar y Coya Topa.
Para atacar el baluarte inca, Hurtado de Arbieto dividió a su ejército en dos grupos, el primero de
ellos bajo su mando directo atacaría por Chuquichaca mientras que la segunda columna, al mando
de Arias de Sotelo, lo haría por Curahuasi. Se libraron gran cantidad de escaramuzas, pero la única
gran batalla de la campaña tuvo lugar en Choquelluca, a orillas del río Vilcabamba. Los incas atacaron
primero con mucho espíritu a pesar de estar solo ligeramente armados, pero los españoles y sus
aliados indígenas lograron resistirlos; según Martín García Óñez de Loyola, los españoles llegaron a
estar en un momento crítico a punto de ser arrollados por los guerreros incas, pero súbitamente
estos abandonaron el combate tras ser arcabuceados y muertos sus generales Maras Inga y
Parinango4 Un momento cumbre del combate se alcanzó con la pelea personal y a mano limpia
2. entre el capitán inca Huallpa y el español
García de Loyola, cuando el comandante
español se hallaba en una situación
desesperada por haber recibido varios
golpes directos y encontrarse en riesgo de
ser desabarrancado, uno de sus leales
disparó traidoramente sobre la espalda
del inca, matándolo y provocando un clima
de indignación que reavivó el combate.
Los cronistas españoles lo narraron
así,Peleóse con gran porfía de una parte y
otra, y Martín García de Loyola se vio en un evidentísimo peligro de la muerte porque estando
peleando salió un indio enemigo de tan gran disposición de cuerpo y fuerza, que parecía medio
gigante y se abrazó con él por encima de los hombros que no le dejaba rebullirse, pero socorrió le
un indio amigo, de los nuestros, llamado Currillo, que llegó con un alfanje y le tiró una cuchillada a
los pies, que se los derribó, y segundando otra por los hombros lo abrió de suerte que cayó allí
muerto, y así, mediante este indio, se libró de la muerte el capitán Martín García de Loyola, que
cierto fue hazaña digna de poner en historia el ánimo y presteza con que Currillo quitó la vida al
medio gigante de dos cuchilladas, y salvó a su capitán
Crónica de Martín de Murúa
Tras esta batalla los españoles capturaron la ciudad y el
palacio de Vitcos, al acercarse la expedición a la ciudadela
de Tumichaca fueron recibidos por su comandante Puma
Inga, quien rindió sus fuerzas y manifestó que la muerte
del comisionado español Anaya había sido
responsabilidad de Curi Paucar, y otros capitanes
rebeldes a sus incas deseosos de la paz. El 23 de junio cayó
ante la artillería española el último foco de resistencia
inca, el fuerte de Huayna Pucará, que los nativos habían
construido recientemente y se encontraba defendido por
500 chunchos flecheros. Los restos del ejército inca, ahora
en retirada, optaron por abandonar Vilcabamba su última
ciudad y dirigirse a la selva para reagruparse. El 24 de
junio los españoles tomaron posesión de la misma
cumpliendo Sarmiento con las solemnidades del caso,
quien tras enarbolar el estandarte real en la plaza del
poblado proclamó "Yo, el capitán Pedro Sarmiento de
Gamboa, alférez general de este campo, por mandato del
ilustre señor Martín Hurtado de Arbieto, general de él, tomo posesión de este pueblo de Vilcabamba
y sus comarcas, provincias y jurisdicciones".
3. Acto seguido campeó tres veces el estandarte y a grandes voces dice: "Vilcabamba, por don Felipe,
Rey de Castilla y León", el estandarte es clavado en tierra y se realizan las salvas de ordenanza.
Acompañado de los suyos Túpac Amaru se había marchado el día anterior con dirección al oeste,
dentro de los bosques de las tierras bajas. El grupo, que incluía a sus generales y a los miembros de
su familia, se había dividido en pequeñas partidas en un intento de evadir la persecución.
Captura de Túpac Amaru en 1572. Captura de Túpac Amaru
A continuación un grupo
de cuarenta soldados
elegidos personalmente
salieron en persecución
de éstos. Siguieron el río
Masahuay durante 170
millas, donde
encontraron un almacén
inca con cantidades de
oro y vajilla de los incas.
Los españoles capturaron un grupo de chunchos y los obligaron a decirles lo que habían visto, y si
habían visto al Uari Inca. Estos informaron que se había ido río abajo, en bote. Los españoles
construyeron después 20 balsas y continuaron la persecución.
Río abajo descubrieron que Túpac Amaru había escapado por tierra. Continuaron con la ayuda de
los aparis, los cuales avisaron qué ruta habían seguido los incas e informaron que Túpac se veía
ralentizado debido a que su mujer estaba a punto de dar a luz. Después de una marcha de 50 millas
vieron una fogata alrededor de las nueve de la noche.[cita requerida] Encontraron al Uari Inca Túpac
Amaru y a su mujer calentándose entre sí. Les aseguraron que no se les produciría ningún daño y
asegurarían su rendición. Túpac Amaru fue apresado.
Los cautivos fueron traídos de regreso a las ruinas de Urcos y juntos se encontraron en Cuzco el 30
de noviembre. Los vencedores también trajeron los restos momificados de Manco Cápac y Titu Cusi
Yupanqui y una estatua de oro de Punchao, la más preciada reliquia del linaje inca que contenía los
restos mortales de los corazones de los incas fallecidos. Estos objetos sagrados fueron luego
destruidos.
Ejecución
Los españoles hicieron varios intentos para convertir a
Túpac Amaru al cristianismo pero se cree que estos
esfuerzos fueron rechazados por un hombre que estaba
convencido de su fe. Los cinco generales incas
capturados recibieron un juicio sumario en el que nada
fue dicho en su defensa y fueron sentenciados a la horca.
Varios de los que murieron de las severas torturas que
recibieron fueron también colgados.
4. El juicio del Uari Inca comenzó un par de días más tarde. Túpac Amaru fue condenado por el
asesinato de los sacerdotes en Urcos, de los cuales fue probablemente inocente.Fue sentenciado a
la decapitación. Numerosos clérigos, convencidos de la inocencia de Túpac Amaru, suplicaron de
rodillas al virrey que el líder Inca fuera enviado a España para ser juzgado en vez de ser ejecutado.
Un testigo ocular del día de la ejecución, el 24 de septiembre de 1572, lo recordaba montado en
una mula con las manos atadas a su espalda y una soga alrededor del cuello. Otros testigos dijeron
que había grandes masas de personas y que el Uari Inca estaba rodeado por cientos de guardias con
lanzas. Frente a la catedral, en la plaza central de Cuzco, un patíbulo había sido erigido. Se dice que
había entre 10 000 y 15 000 personas presentes.
Túpac Amaru subió al patíbulo acompañado por el obispo de Cuzco. Mientras lo hacía, se dice en las
fuentes que "una multitud de indios [sic], que llenaron completamente la plaza, vieron el lamentable
espectáculo de que su señor e Inca iba a morir, ensordecieron los cielos, haciéndolos reverberar con
sus llantos y lamentos" (Murúa 271).
Como es relatado por Baltasar de Ocampa y fray Gabriel de Oviedo, prior de los dominicos en Cuzco,
ambos testigos oculares, el inca levantó su mano para silenciar a las multitudes, y sus últimas
palabras fueron:7
Ccollanan Pachacamac ricuy auccacunac yahuarniy hichascancuta (‘Ilustre Pachacamac, atestigua
como mis enemigos derraman mi sangre’)
Túpac Amaru I
A decir de algunos historiadores,cuando el virrey Toledo dejó su cargo para
regresar a España fue recibido por el rey Felipe II con las siguientes palabras:
«Podéis iros a vuestra casa, porque yo os envié a servir reyes, no a matarlos»,
aludiendo a la trágica muerte de Túpac Amaru.
Descendientes
Cerca de cuarenta años después de que la conquista
del Imperio Inca hubiese comenzado con la
ejecución de Atahualpa, esta concluyó con la
ejecución de su sobrino. Con el fin de prevenir el
resurgimiento del imperio y borrar todo rastro de su
descendencia, la fuente de futuras generaciones
reales fue prontamente eliminada por el virrey.
Varias docenas de personas, incluyendo al hijo de
tres años de Túpac Amaru, fueron desterradas a los actuales México, Chile, Panamá y a otros
lugares distantes. Sin embargo a algunos se les permitió finalmente retornar sus lugares de origen.
Dos siglos después, uno de sus descendientes, José Gabriel Condorcanqui Túpac Amaru II