Parménides de Elea fue un filósofo griego del siglo V a.C. que explicó ontológicamente el Ser a través de un único Ente eterno, perfecto e inmutable. Escribió un poema sobre la naturaleza en tres partes: la vía de la verdad establecía las características del Ser, la vía de la opinión presentaba una cosmología tradicional, y un proemio introducía las ideas de forma alegórica. Su énfasis en el razonamiento lógico sobre los sentidos marcó un hito
1. PARMÉNIDES de Elea. (515 - 440 a. C.)
Explicó ontológicamente el Ser del Ser, a través del Ente. El Ente, tiene sus características:
Eterno, Perfecto, Infinito, Ingénito, Verdadero, Absoluto, Único y Universal.
Nació en la ciudad de Elea (sur de Italia) hacia el año 510 a.C. Escribió un poema Sobre la
Naturaleza, que no ha llegado hasta nosotros en su totalidad, en el cual expone sus ideas más
importantes.
Parménides estaba convencido de que con el pensamiento solo se puede llegar a la verdad,
ignorando los datos de los sentidos en la medida en que no respondan a lo que la razón
muestra como verdadero.
Parménides afirmaba que: “Es necesario decir y pensar que el ser es y que el no ser no es.” Sólo
este camino nos conduce a la verdad. Afirmar que el ser no es y que el no ser es nos extravía,
nos conduce al error, a la mera opinión. Su Primer Principio no es el agua, el aire, o lo
indeterminado, sino el ser. Pero, ¿cómo es el ser? Parménides afirma que el ser
es uno, inmutable, inmóvil, indivisiblee intemporal. Las razones en las que fundamenta esta
descripción son puramente lógicas. El ser es único porque, si hubiese dos seres, ¿qué los
diferenciaría? ¿El ser? No, porque es lo que tienen en común. ¿El no ser? Tampoco: si el no ser
no es, no puede ser causa de la diferencia. Por lo tanto el ser es uno. Además, el ser no puede
cambiar: no puede cambiar hacia el ser, pues ya es, y ¿cómo podría cambiar hacia el no ser, si
el no ser no es?
Pero, ¿qué hay del mundo sensible, en el que encontramos muchas cosas, y de nosotros
mismos, que somos muchos y estamos sometidos al cambio? Parménides mantiene la rigidez
de su lógica y afirma que este mundo no es. Por eso sostiene que los sentidos nos engañan:
nos muestran un mundo de multiplicidad sujeto al cambio.
Poeta y filósofo griego. Principal representante de la filosofía Eliática.
Parménides nació hacia el año 540 antes de Cristo, en Elea o Velia, una colonia griega situada
en la costa de Campania, al sur de Paestum, en Italia.
Proveniente de una familia acaudalada y nobiliaria, fue discípulo de Jenófanes, participando
activamente en los asuntos políticos de su ciudad.
Los ciudadanos estaban de acuerdo con la legislación propuesta por Parménides, a quien le
atribuían la prosperidad y abundancia de la ciudad. También admiraban su vida ejemplar. De
hecho, existía un dicho griego, “la vida parmenidiana”, que ejemplificaba su estilo de vida
entre los griegos.
Al parecer, también fue discípulo del pitagórico Aminias, lo cual puede ser cierto debido a que
Elea no dista mucho de Crotona. Aminias sería quien le convirtió hacia la especulación
filosófica.
Se dice que fue pitagórico y que abandonó dicha escuela para fundar la suya propia (Escuela de
Elea), con claros elementos antipitagóricos.
2. Obra
La obra de Parménides consistía en un Poema escrito en versos hexámetros (como
Empédocles). Su lenguaje, además de poético, es con frecuencia muy oscuro. Gracias a
Simplicio, conocedor de que, ya en su época, la obra original era raro encontrarla, transcribió
en sus “Comentarios a Aristóteles” extensas secciones del poema. Además, lo reescribieron
Sexto Empírico, o Clemente de Alejandría, conservándose en la actualidad 154 versos de su
obra. Esto permite poseer hoy una proporción mayor de sus escritos que de cualquier otro de
los filósofos presocráticos.
En dicho poema, luego de un proemio de carácter religioso, en el cual el autor realiza una serie
de invocaciones para conseguir el favor de una diosa no identificada con el objetivo de poder
acceder al verdadero conocimiento, Parménides nos expone su doctrina: la afirmación del ser
y el rechazo del devenir, del cambio. El ser es uno, y la afirmación de la multiplicidad que
implica el devenir, y el devenir mismo, no pasan de ser meras ilusiones.
Los fragmentos conservados del poema permiten deducir que constaba de tres partes: una
introducción, o proemio como dijimos, de carácter religioso y alegórico; una sección, llamada
“vía de la verdad”, donde se expone la doctrina de la realidad, del ente único e inmóvil; y una
tercera parte, llamada “vía de la opinión”, que ofrece una cosmología de tipo tradicional,
donde se narra el origen y constitución del universo, y las variables opiniones de los mortales.
1.- Proemio: En el Proemio Parménides describe su tránsito desde la oscuridad (el error) hasta
la verdad (luz). Para describirlo acudió a la forma alegórica de la literatura oracular y mistérica
(Diels). Al mismo tiempo pretendió que el Proemio tuviera la importancia y seriedad de una
revelación religiosa (Bowra) ya que deseaba prepararse de antemano para hacer frente a sus
posibles críticos que, sin duda, deberían ser sus compañeros pitagóricos.
En este punto es importante hacer un inciso para señalar lo siguiente: tradicionalmente se
estudia a Parménides situándolo siempre en oposición a Heráclito; frente al defensor de la
tesis de que todo fluye (Heráclito) se situaría su oponente que niega el movimiento para
afirmar que la realidad es una, estable y permanente (Parménides).
Es cierto que existe oposición entre sus formas de pensar; lo que sucede es que se particulariza
en exclusivo tal relación hablando muy poco de la que existió entre Parménides y los
Pitagóricos cuando ésta fue mucho más intensa de lo que se nos quiere hacer ver. Sólo
bastaría con señalar que su maestro y el que le despertó el interés por la reflexión filosófica
fue Aminias (pitagórico).
En el Proemio se dice también que Parménides era un kouré (joven) ya que la diosa se dirige a
él llamándole así. Esto permite poder datar, de forma aproximada, su obra. Si suponemos que
podría tener 25-30 años, entonces se podría datar la obra hacia el 490-475 antes de Cristo.
Otro punto importante, presente en el Proemio, se refiere a la frase Verdad bien redonda
(alezeieseukukléos ). Se da a la verdad esta calificación porque en cualquier parte que se inicie
el encadenamiento de su razonar se le puede seguir circularmente, pasando sucesivamente
por cada uno de sus eslabones, hasta llegar al punto de partida.
3. VÍA DE LA VERDAD: Según Diels poseemos de este capítulo las 9 décimas partes del total. En
ella, Parménides ofrece una ejercitación sin precedentes de la deducción lógica: partiendo de
la premisa esti (existe) —de un modo similar a Descartes con el cojito— llega Parménides,
mediante el uso exclusivo de la razón y sin ayuda de los sentidos, a deducir todo lo que
podemos conocer sobre la realidad (ser), para acabar por negarle a los sentidos validez alguna
de veracidad, o, lo que es lo mismo, negar que lo percibido por los sentidos haya de ser
considerado como lo real.
VÍA DE LA OPINIÓN: En este apartado, y de forma inesperada, Parménides, reintroduce el
mundo de las apariencias (sentidos) que con tanta vehemencia había destruido en la Vía de la
verdad. Además, por los escasos fragmentos de los que disponemos, parece que Parménides
habría elaborado, en esta parte, una cosmogonía de tipo tradicional.
La relación existente entre estas dos partes (vía verdad - vía opinión) no están muy claras, lo
que ha llevado a los especialistas a realizar valoraciones muy diferentes. De todas formas, lo
que es evidente es que lo que hizo de Parménides un filósofo, con una gran influencia entre los
presocráticos, fue la Vía de la verdad, mientras que la Vía de la opinión ejerció muy escasa
influencia entre sus sucesores.
La importancia filosófica de Parménides es enorme. El descubrimiento del ser como objetivo
fundamental del pensamiento marca un hito en la historia, inaugura una nueva manera de
filosofar. Según Ferrater Mora, la filosofía de Parménides representa “una de las pocas
posiciones metafísicas radicales que se han dado en la historia del pensamiento filosófico de
Occidente”.
Por otra parte, la obra de Parménides divide la filosofía de la naturaleza presocrática en dos
períodos bien definidos: el de los sistemas monistas anteriores a él, y el de los sistemas
pluralistas posteriores a él.
Se suele presentar la filosofía de Parménides en oposición a la de Heráclito: para éste, todo
fluye, todo está en movimiento permanente, de modo que, parafraseando su conocido
fragmento, nadie puede bañarse dos veces en el mismo río; para Parménides, por el contrario,
todo está en reposo, el ser es inmóvil e inmutable. Ambos, sin embargo, coinciden, en que la
razón, y no los sentidos, es la fuente del conocimiento verdadero.
Fuentes Internet y más información:
http://www.artehistoria.com/frames.htm?http://www.artehistoria.com/historia/personaje
s/4319.htm
http://www.webdianoia.com/presocrat/parmenides.htm.
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