El poema describe el recorrido de Tembandumba, una reina africana mítica, por las calles antillanas al ritmo de la música y la danza afrocaribeñas como la rumba, la macumba y el candombe. Tembandumba avanza bailando sensualmente mientras los tambores y las maracas marcan el ritmo. El poeta utiliza imágenes y vocabulario de origen africano para recrear la cultura e identidad negra de las Antillas y exaltar sus valores culturales.