TEST DE RAVEN es un test conocido para la personalidad.pdf
Renacimiento
1. RENACIMIENTO
1. IDEAS CLAVES DEL RENACIMIENTO
Periodo que se caracteriza por un cambio en la visión el mundo.
Renacimiento quiere decir resurrección de las antiguas
civilizaciones de Grecia y Roma.
En este periodo el desarrollo de los conocimientos científicos
había puesto en duda verdades que antaño se consideraban tan
importantes como la forma de la tierra o el lugar del hombre en
el universo.
En Europa se produjo un completo desarrollo en las ciencias, las
artes y las letras, fenómeno conocido como renacimiento.
El renacimiento ensanchó el campo del pensamiento y de la
actividad intelectual.
Se abandonan los sistemas filosóficos de la edad media.
En el individualismo renacentista, surge en el hombre Europeo,
el auge individualista.
En el siglo xv triunfa la concepción individualista en todos los
planos de la vida, en remplazo de la concepción medieval.
La Europa del renacimiento durante el renacimiento adquirió
aproximadamente la configuración política que tiene hoy,
Francia, España, Alemania e Inglaterra, estos países son los
núcleos fundamentales del renacimiento.
3. 3. Explique la ciencia moderna en la época moderna
Se produjo por esta época las primeras manifestaciones, los primeros
avances, como una forma de afrontar las limitaciones humanas, se
empezó con la fabricación de aparatos por artesanos bien adiestrados,
quienes iniciaron la revolución cultural, es así como se desarrolló la ciencia
y como esta, trajo consigo, muchos avances tecnológicos para la época.
4. En la época moderna quienes fueron los burgos
Los burgos eran los burgueses, nombre que se dio en la edad media
europea a los habitantes de los burgos (los barrios nuevos de las ciudades
en expansión), tienen una posición ambigua en la Edad Moderna. Una
visión lineal, que tome como punto de llegada la Revolución Burguesa, les
buscará emplazándose a sí mismos fuera del sistema feudal, como
hombres libres que, en Europa, se hicieron poderosos gracias a la creación
de redes comerciales que la abarcaban de norte a sur. Ciudades que
habían conseguido una existencia libre entre el imperio y el papado, como
Venecia y Génova, crearon verdaderos imperios comerciales. Las ciudades
eran islas en el océano feudal, pero el que la burguesía fuera realmente un
disolvente del feudalismo, o más bien un testimonio de su dinamismo, al
crecer con el excedente que los señores extraen en sus feudos, es un tema
que ha discutido extensamente la historiografía.El mismo papel de la
ciudad europea durante la Edad Moderna puede considerarse un proceso
de larga duración dentro del milenario proceso de urbanización: la
creación de una red urbana, preparación necesaria para el cumplimiento
de las funciones sociales del mundo industrial moderno. A la línea de meta
llegaron con ventaja metrópolis como Londres y París en el siglo XVIII; por
el camino quedaron rezagadas, sin capacidad de articular una economía
nacional de dimensiones suficientes para el despegue industrial, ciudades
relegadas a la condición de semiperiféricas: Lisboa, Sevilla, Madrid,
Nápoles, Roma o Viena; o, con otras características funcionales,
independientemente de su tamaño, las de la periferia euro-mediterránea:
Moscú o San Petersburgo, Estambul, Alejandría o El Cairo; y las de la arena
exterior, tanto en espacios ajenos a la colonización europea (Pekín) como
las ciudades coloniales.
4. Renacimiento en España
En España el cambio ideológico no es tan extremo como en otros
países; no se rompe abruptamente con la tradición medieval, por ello
se habla de un Renacimiento español más original y variado que en el
resto de Europa. Así, la literatura acepta las innovaciones italianas
(Dante y Petrarca), pero no olvida la poesía del Cancionero y la
tradición anterior. Como síntesis del Renacimiento y preludio del
Barroco, la literatura contará con la figura capital de Miguel de
Cervantes (siglos XVI–XVII).
En cuanto a las artes plásticas, el Renacimiento hispano mezcló
elementos importados de Italia
Renacimiento alemán
Alberto Durero (1471-1528), fue la figura dominante del Renacimiento
alemán. Su obra universal, que ya en vida fue reconocida y admirada
en toda Europa, impuso la impronta del artista moderno, uniendo la
reflexión teórica con la transición decisiva entre la práctica medieval y
el idealismo renacentista. Sus pinturas, dibujos, grabados y escritos
teóricos sobre arte ejercieron una profunda influencia en los artistas
del siglo XVI de su propio país y de los Países Bajos. Durero comprendió
la imperiosidad de adquirir un conocimiento racional de la producción
artística, e introdujo el idealismo de raigambre italiana en el arte
alemán.
La pintura germánica conoció en este época uno de sus mayores
momentos de esplendor.
Tras la Reforma, el mecenazgo de la nobleza alemana se centró en
primer lugar en la arquitectura, por la capacidad de ésta para mostrar
el poder y prestigio de los gobernantes. Así, a mediados del siglo XVI se
amplía el castillo de Heidelberg, siguiendo las directrices clásicas. Sin
embargo, la mayoría de los príncipes alemanes prefirieron conservar
las obras góticas, limitándose a decorarlas con ornamentación
renacentista.
5. Renacimiento en Francia
En Francia, la influencia italiana se dejó sentir desde muy temprano,
favorecida por la cercanía geográfica, los vínculos comerciales y la
monarquía, que ambicionaba anexionar los territorios limítrofes de la
península italiana, y lo consiguió en algunos momentos. Sin embargo, el
impulso definitivo a la adopción de las formas renacentistas se dio bajo el
reinado (1515-1547) de Francisco I. Este monarca, gran mecenas de las
artes y aficionado a todo lo que procediera de Italia, protegió a
importantes maestros, solicitando sus servicios para la Corte francesa
(entre ellos el mismo Leonardo da Vinci, que murió en el Castillo de
Cloux), a la vez que emprendió un ambicioso programa de revitalización
cultural que revolucionó el desarrollo de las artes en el país. Conviene
tener presente que Francia fue la cuna del Gótico y que por tanto este
estilo estaba fuertemente arraigado y podía ser visto como un estilo
nacional. De ahí que las formas góticas continuaran presentes durante un
tiempo, a pesar del nuevo estilo impuesto por la Corte.
Renacimiento italiano
El Renacimiento italiano inició en la era del Renacimiento, un período de
grandes logros y cambios culturales en Italia que se extendió desde finales
del Siglo XIV hasta alrededor de 1600, constituyendo la transición entre el
Medievo y Europa moderna. Los orígenes del movimiento pueden
rastrearse desde inicios del S. XIV, principalmente en la esfera literaria,.
No obstante, muchos aspectos de la cultura italiana permanecerán en su
estado medieval y el Renacimiento no se desarrollará totalmente hasta
finales de siglo. La palabra Renacimientotiene un significado explícito, que
representa el renovado interés del período en la cultura de la antigüedad
clásica, luego de lo que allí mismo se etiquetó como la "edad oscura".1
Estos cambios, aunque significativos, estuvieron concentrados en las
clases altas, y para la gran mayoría de la población la vida cambió poco en
relación a la Edad Media. El renacimiento italiano comenzó en Toscana,
con epicentro en las ciudades de Florencia y Siena. Luego tuvo un
importante impacto en Roma, que fue ornamentada con algunos edificios
en el estilo antiguo, y después fuertemente reconstruida por los papas del
siglo XVI. Al mismo tiempo, los historiadores actuales ven también allí una
época de regresión económica y de poco progreso científico, que tuvo su
desarrollo principal en la cultura protestante del siglo XVII.