1. Como seres sociales que somos, no nos basta simplemente con
conocer la lengua y su objeto lingüístico, sino que también
debemos contextualizar a la misma en nuestro ámbito socio-
cultural. El valernos de un conocimiento formal de la lengua, no
nos garantiza el manejo, el dominio de habilidades expresivas y
comunicativas; las cuales son imprescindibles en nuestra vida
social.
Podemos decir entonces, que el manejo y conocimiento de la
estructura formal de la lengua es necesario pero no nos basta
para mejorar el uso comprensivo y expresivo de la misma, por lo
tanto, para la adquisición y desarrollo de la competencia
comunicativa.
Entendiéndose por competencia comunicativa todo aquello
que un hablante necesita saber para comunicarse de manera
eficaz en contextos culturalmente significantes, dándole la
posibilidad de actuar.
2. ...No hay comunicación humana posible sin el ingrediente
afectivo; y en el caso del aula, que mejor manera que
incentivar
esa comunicación que con el diálogo espontáneo y abierto…
Es necesario considerar a la comunicación como la función y el
proceso mediante el cual una persona se pone en contacto
con otra a través del lenguaje, y espera que esta última dé una
respuesta, opinión, cambio de actitud, percepción o conducta
dependiendo del objetivo del mensaje y el marco referencial
que la identifica.
Puede verse que la comunicación, apoyada en el lenguaje,
tiene determinada intención y cuando ésta se cumple, se dice
que la comunicación fue eficiente o efectiva, de lo contrario, no
cumple su cometido, cualquier modelo comunicativo se debe
complementar o mejor dicho estar sustentado, entre muchas
otras, en las funciones del lenguaje que menciona Jakobson en
su modelo.
3. “El hecho de que las personas sordas, a lo largo de los años y de
su interacción, hayan encontrado la forma de superar esa
barrera a través de la creación de un lenguaje de base viso-
gestual adaptado a sus posibilidades, es lo que da cuenta
fehacientemente no sólo de que la lengua de señas es la lengua
natural de las personas sordas, sino también de que la naturaleza
de los seres humanos es profundamente simbólica. “
Estela Díaz
Los niños sordos son lingüísticamente aptos, una muestra
fundamental de ello es la comunicación gestual que
naturalmente intentan y que se convierte en testimonio de
que la función prevalece sobre el órgano, es decir que el
lenguaje busca la modalidad que más se adapta a las
posibilidades del sujeto.
En este sentido, es fundamental recordar que la
comunicación no es idéntica al lenguaje, sino que implica
mucho más y que a su vez éste no se limita a una modalidad
de lengua en particular.
4. Mucho menos aún no puede reducirse el lenguaje a la
adquisición de un conjunto de palabras o de una simple
habilidad
El español, en los enfoques de lenguas segundas, permite
presentar los contenidos en modo secuenciado y realizar
sistematizaciones imprescindibles para hablantes no nativos.
El principio de la graduación y selección de contenidos es
central.
Es importante recordar en todo momento que los niños sordos
están aprendiendo la lengua a través de la lectura, dos procesos
que -al volverse indivisibles- obligan a un mayor cuidado en la
presentación de los temas.