Un niño perdió la vista a los 3 años tras infectarse el ojo izquierdo en un accidente en el taller de su padre. Estudió en el Instituto Nacional para Jóvenes Ciegos en París, donde conoció a Charles Barbier y reformó su sistema de lectura para ciegos, creando el sistema Braille de 63 caracteres en relieve que permiten la lectura táctil y que se convirtió en el estándar universal. Murió de tuberculosis en 1852 a los 43 años.
2. A la edad de 3 años perdió la vista. Se infectó el ojo izquierdo
tras un accidente en el taller de su padre al clavarse un
punzón en el ojo izquierdo. La infección acabó por dañarle el
ojo derecho también, provocándole una ceguera irreversible.
Tras obtener una beca de estudios, en 1819 se trasladó
a París, donde ingresó en el Instituto Nacional para Jóvenes
Ciegos, institución en la que posteriormente ejerció como
profesor. En este mismo centro conoció a Charles Barbier,
inventor de un sistema de lectura para ciegos que Braille
reformó y completó hasta convertirlo en el que iba a ser el
sistema universal de lectura para los afectados de ceguera.
Dicho sistema, llamado Braille en honor a su inventor, consta
de 63 caracteres formados de uno a seis puntos y que al ser
impresos en relieve en papel permiten la lectura mediante el
tacto. Así mismo, los caracteres que integran el sistema, que
Braille publicó en 1829 y 1837, están adaptados a la notación
musical, lo cual facilita su comprensión. Enfermo
de tuberculosis, falleció el 6 de enero de 1852, siendo
enterrado en su localidad natal. En 1952, un siglo después de
su muerte, sus restos fueron trasladados a París y enterrados
en el Panteón de París
3. Desde la antigüedad hubo diversos
inventos para facilitar la lectura y
escritura a las personas sin visión
(letras de madera, letras en
relieve, regletas y pautas, nudos
de distinto grosor en una cuerda,
etc.), pero su utilización fue poco
extendida por las deficiencias
intrínsecas de estos códigos o los
materiales empleados. La ceguera
se convertía, por tanto, en un
obstáculo para el acceso a la
comunicación escrita.
4. En la segunda mitad del siglo XVIII empieza a
cambiar la actitud de la sociedad ante la
discapacidad en general y la ceguera en
particular. Concretamente, en 1784, en
París, Valentin Haüy funda el primer centro
educativo para personas ciegas «Institution
National des Jeunes Aveugles». Allí utilizaban
para leer el sistema de Haüy que consistía en la
grabación en alto relieve de los caracteres que
se utilizan en vista. Con este sistema las
personas ciegas podían leer, aunque muy
despacio, pero no podían escribir.
5. Louis Braille (1809-1852), estudiante ciego del
instituto fundado por Haüy, analiza el sistema de
Barbier y realiza varias modificaciones: reduce el
tamaño de los signos e inventa un alfabeto.
En 1827 se publica, finalmente, el código de
lectoescritura para ciegos: el sistema braille.
Además, Luis Braille adapta el sistema a las
matemáticas, la música y las ciencias, y desarrolla
un sistema de abreviaturas. Inventa también una
pauta que permite la escritura.
Como curiosidad, es interesante saber que el título
de la presentación del sistema braille es
exactamente:«Procedimiento para la escritura de
palabras, música y canto llano por medio de
puntos para uso de los ciegos y arreglado por
ellos». Intentaba, también, facilitar a las personas
sin visión la lectura y escritura de partituras
musicales (de hecho, Luis Braille era profesor de
música)
6. El sistema braille se adecua estructural y fisiológicamente a las
características del sentido del tacto. Se adapta perfectamente a
las terminaciones nerviosas de la yema de los dedos, y así los
signos son transmitidos al cerebro, como una totalidad.
Este sistema está diseñado para ser utilizado a través del tacto,
por medio de puntos en relieve. La unidad básica o signo
generador es el cajetín o celdilla. En este espacio se sitúan los 6
puntos en relieve, distribuidos en dos columnas de tres puntos
cada una. Esta celdilla o cajetín, mide aproximadamente unos 5
mm de alto por 2,5 mm de ancho. La distancia horizontal entre
celdillas es de unos 6,30 milímetros y la vertical entre líneas es
de 10,20 milímetros, aproximadamente. Estas medidas hacen
que la información quepa dentro de la yema de un dedo.
7. Cada letra o signo se
representa en un
solo cajetín, en el que
aparecen o no los 6 puntos
en relieve, que son
percibidos a través del
tacto por las yemas de los
dedos. En un texto en
braille los cajetines no
están presentes, siendo
visibles sólo los puntos.
Para identificar los puntos,
se les atribuye un número
del 1 al 6.
8. El código está diseñado de manera lógica, mediante series:
1º serie: se utilizan únicamente los cuatro puntos superiores (1,2,4,5) y
con ellos se forman las diez primeras letras del alfabeto
2º serie: se forma con los puntos de la primera serie, añadiéndoles el punto
número 3 y, así, obtenemos las siguientes letras, a excepción de la letra ñ
3ª serie: se forma con los puntos de la serie 2ª, añadiendo el punto
número 6
9. 4ª serie: son los elementos de la 1ª serie, añadiendo el punto número 6. En esta
serie se forman signos propios del francés, por lo que aquí sólo presentamos las
letras que nos interesan en español:
5ª serie: son los signos de la primera serie, pero utilizando los puntos de la mitad
inferior de la celdilla o cajetín. Así, conseguimos los signos de puntuación:
Las vocales con tilde se representan mediante estas combinaciones de puntos: