2. En la mente y el corazón de
nuestros Fundadores, el Instituto
nació como “Una Familia” con
fuertes dimensiones misioneras.
Esto hace parte de su identidad.
3.
4. Las primeras Comunidades de las FMA
se sentían Comunidades misioneras,
deseosas de llevar el anuncio: “Dios es
un Padre misericordioso y en su Hijo
encarnado nos manifiesta su verdadero
Rostro”.
Jesús nos llama también hoy a ser como
Él “Misioneras de Misericordia”.
5. El 14 de noviembre del 2017 se cumplirán
140 años de la expedición Salesiana en la
que participaron por primera vez las FMA
guiadas por Sor Ángela Vallese.
6. Pero… ¿a cuáles fronteras somos
enviadas hoy? ¿Cuáles son los
confines para atravesar?
Los horizontes no son insuperables:
que las culturas y las religiones
puedan encontrarse y dialogar,
que la paz es urgente y posible,
que el Dios que todos honramos es
un Dios de Paz, de Amor y de
Misericordia.
7.
8. La imagen de un Dios Solidario y Misericordioso está presente en todas las catequesis
del Papa Francisco; Dios Misericordioso es el nombre a través del cual Él nos revela “su
rostro y su corazón”.
9. En el encuentro con Moisés
se presenta como “Dios
misericordioso, lento a la ira
y rico en Amor y Fidelidad”
10. Él no se cansa jamás de perdonar. El Amor
del Padre es visceral, hecho de “ternura”. Dios
se conmueve y se entristece por nosotros
como una madre cuando toma en sus brazos
al niño, deseosa solo de amarlo, protegerlo.
ayudarlo, pronta a darle todo, hasta darse a
sí misma .
11. Dios tiene compasión y en su
grandeza se inclina sobre el débil y
pobre, siempre dispuesto a acoger,
comprender, perdonar. En “La
Parábola del Hijo Pródigo” se revela
como un padre que no se encierra en
el resentimiento por el abandono de su
hijo menor; al contrario, continúa
esperándolo y cuando lo ve venir corre
a su encuentro y lo abraza.
12. El padre de la parábola ni siquiera dejar
terminar la confesión de su hijo, va a llamar
a su hijo mayor que, indignado, no quiere
hacer fiesta, es el hijo que siempre ha estado
en casa pero viviendo más como siervo que
como hijo. Sin embargo el padre se llega
hasta él y lo invita a entrar y a abrir el
corazón al Amor para que ninguno esté
excluído de la fiesta de la misericordia.
13. La Misericordia no depende de los méritos humanos sino de la gratuidad
divina. Dios tiene un corazón magnánimo, va más allá de nuestras
impaciencias y como sabio agricultor deja tiempo para que la semilla buena
crezca a pesar de la cizaña.
14. Dios no solo es Misericordioso sino que es fiel,
grande en el Amor y la Fidelidad. Él nos ama
así como somos: pequeños e incapaces. Él es fiel
aunque nosotros no lo seamos. El Papa nos
recuerda que la Fidelidad de Dios no tiene
límites y nunca se acabará porque el Señor es
“El Protector de toda la Humanidad”.
15. Jesús nos ha hecho visible el Rostro del
Padre, su Ternura y Compasión.
Él cambia la lógica humana: una lógica
de privilegios que descarta a quien no
tiene los criterios establecidos o que vive
en la periferia de la vida.
16.
17. Toda creatura humana es “periferia”
porque es necesitada de la
Misericordia de Dios. El Papa
Francisco nos invita a mirar las
misiones como una gran Obra de
Misericordia sea espiritual o material.
18. Nos invita a “ir” como discípulos
misioneros poniendo al servicio
los talentos, la creatividad, la
sabiduría y la experiencia para
llevar el mensaje de la Ternura
y Compasión que tiene Dios por
la familia humana.
19. Son muchas “las periferias” que hoy nos
llaman a la acción profética y a las cuales
debemos responder para vivir en el Espíritu
del “Da mihi animas cetera tolle”, el servicio
materno de la Misericordia.
Son evidentes los signos de deshumanización
en muchas partes del mundo en los cuales los
ricos son siempre más ricos y los pobres
siempre más pobres.
20. Nos duele profundamente el
acabar con la creación, la
destrucción de la “casa común”
por intereses individualistas.
21. Otro signo de crisis es el
conflicto. Podemos decir que
vivimos en un mundo de
conflictos. El Papa dice
repetidamente que estamos en
una “tercera guerra mundial
por partes”. Con todos: “los
pobres, los niños, los jóvenes, las
mujeres y tantos hermanos y
hermanas que sufren la guerra,
decimos: “¡No a la guerra!”.
22. El Papa Francisco en un twit escribía; “El tráfico de seres
humanos , de órganos, el trabajo forzado y la prostitución son
esclavitudes modernas y crímenes contra la humanidad”.
¿Cómo nos dejamos cuestionar por estas realidades?. ¿Nos
mueven a expresar gestos de solidaridad en red con
Instituciones públicas y eclesiales?
23. Una de las periferias que esperan
Misericordia de nosotras como
Consagradas Salesianas y por lo
tanto como educadoras es la
pobreza educativa y relacional.
Muy a menudo escuchamos tantos
niños, jóvenes y padres de familia
que claman por una educación a
la paz como esperanza de futuro.
Escuchemos este grito “con corazón
misericordioso” y con gestos de
verdadera solidaridad.
24. “A nosotras nos toca despertar el
mundo a la urgencia de una
educación evangelizadora, colaborar
en la construcción de una sociedad
más justa, donde los olvidados, los
pobres y los más vulnerables puedan
encontrar un puesto digno de los
Hijos de Dios y dar su aporte”.
(Cfr. Actas C.G.XXIII, n. 67)
25. Si llegamos a ayudar a una sola
persona para que viva mejor , ésto
ya es suficiente para justificar el
don de nuestra vida. Cuántas
periferias serían transformadas en
islas de esperanza, de justicia, de
solidaridad.
26. Entre las dimensiones educativas
subrayo la urgencia de la educación
para la paz. Seguramente es una Obra
de Misericordia prioritaria en este
momento histórico para ponerlo en acto
sin ceder a la perplejidad o a los miedos.
Favorecer “Una Cultura de la Paz”
implica unirnos a otras personas e
Instituciones para denunciar estructuras
de injusticia, y formar las nuevas
generaciones a la legalidad, a la no
violencia, al respeto por toda persona.
27. “Educar a la Paz” es educar a las
relaciones, a la acogida recíproca, a la
reconciliación. La educación en este
sentido es una palestra privilegiada al
ejercicio de la Misericordia. Es necesario
prevenir, acompañar, cuidar, expresar
cercanía en los varios ámbitos de la
fragilidad humana empezando por los
últimos.
28. La acción educativa se nutre de reciprocidad y en este sentido los más pobres
pueden ser nuestros “educadores” en el arte del diálogo y de la solidaridad para
crear “una Cultura de Paz” libre de prejuicios y de cerrazones.
29. Las personas que trabajan por
la Paz son más que las que
siembran división, discordia,
muerte. Hay tantos empeñados
en construir la Paz donde otros
tienen intención de destruirla
30. Os agradezco por las búsquedas
que estáis haciendo para encontrar,
como Comunidad Educativa, la
audacia, el valor, la fuerza para ir
contra corriente e inventar caminos
adecuados para potenciar “la
Cultura de la Paz” en el cotidiano.
31. La humanidad del futuro es intercultural.
Vivimos a nivel mundial la interdependencia
multiétnica y multirreligiosa que nos
compromete a conocer y valorar las diversas
culturas, para formar al respeto del otro
como un misterio para descubrir.
32. La apertura intercultural requiere el
diálogo como canal privilegiado. “Es
una condición indispensable para la
Paz… es una escuela de humanidad,
constructora de unidad que nos ayuda
a desarrollar la sociedad”
(Papa Francisco en Sarajevo)
33.
34. Para educar en un contexto de
Misericordia es indispensable que
nosotras seamos personal y
comunitariamente testimonios de
Misericordia, de Reconciliación y
de Paz.
35. Tengo una gran esperanza en
vuestro compromiso para ser
Comunidades atentas a acoger
las “periferias” cercanas que nos
tocan, hasta el punto de crear en
nosotras una sana inquietud de
Amor y creatividad misionera.
36. Me impresiona profundamente en las
Hnas. ancianas y enfermas que son
auténticas misioneras no sin sufrimientos
y sacrificios. Las invito a continuar
siendo nuestro sostén, nuestro “Faro de
Luz”, para que juntas podamos hacer
resplandecer la Misericordia del Padre a
través de gestos de Paz y Solidaridad.
37. Salir para realizar con Jesús la misión
que el Padre nos confía no es
necesariamente ir a otras tierras o
atravesar los océanos sino saber superar
las preocupaciones particulares, salir de
las propias comodidades, alargar el
corazón hasta encontrar los horizontes
de la humanidad, de la cual todo
hombre y toda mujer son parte viva.
38. El Papa nos ha presentado figuras
espléndidas de mujeres y hombres que son
ejemplos de Misericordia sin ir a otras
tierras. Podemos también contemplar la
vida de tantas FMA que conocemos o
hemos oído hablar, animadas de un gran
fuego interior y que encarnan el valor
misionero en el quehacer de cada día.
39. Todas estamos llamadas a ser Misioneras
de Misericordia y por lo tanto Misioneras
de humanidad.
40. Somos Misioneras de la Misericordia
cuando brilla la Luz Evangélica de
Comunión, cuando sabemos escucharnos y
bendecir con corazón sincero, cuando
nuestra primera preocupación no es que
somos pocas o que nos faltan fuerzas para
sostener las Obras sino cuando estamos
abiertas a la contemplación que nos
permite entrar en “el hoy de Dios”. A
menudo hemos identificado la misión con
las Obras
41. En un mundo en el que todos hablan y pocos escuchan, una Obra significativa de
Misericordia es escuchar y escucharnos; atender a las personas sin miedo a “perder
el tiempo”, estar disponibles para “permanecer con los jóvenes” dejando que ellos
sean “nuestros maestros”.
42. El cambio de mentalidad es condición
para que nuestras realidades tengan el
Rostro de la Misericordia y la conversión
pastoral misionera y para relanzar la
esperanza, el respeto a la persona y la
consecución de la Paz.
43. Estamos llamadas a ser
Comunidades en un
continuo dinamismo de
conversión, prontas a
dejarnos “acompañar”
por los jóvenes con
humildad y convicción,
así como sucedía en
Valdocco y Mornés.
44. Como D. Bosco, M. Mazzarello primera
misionera en el deseo y en la vida mira el
mapamundi para familiarizarse con las
futuras destinaciones misioneras.
Os invito a ser Comunidades que brillen
con el Amor Misericordioso del Padre
para reconocer la sed de Dios en los
jóvenes y en las personas que nos
encontramos.
45. Nos estamos preparando para
celebra 140 años de la primera
expedición misionera de las FMA
el 14 de noviembre del 2017,
alabando a Dios por el bien
sembrado por muchas Hermanas
en todo el mundo.
46. Renovar el ardor misionero nos pone en
sintonía con el C.G.XXIII y con las
opciones de la Iglesia que es por
naturaleza misionera. Estoy convencida
que reavivando “un fuerte impulso
misionero” habrá un nuevo despertar
de vocaciones para la Iglesia, para
nuestro Instituto, para la Familia
Salesiana.
47. Este “Año de la Misericordia” está
llegando a su fin pero sigue sin límites de
tiempo a través de nuestro compromiso
de salir, de abrazar con alegría nuevos
horizontes. Para algunas los confines
lejanos y para otras los de la propia
Comunidad. En los dos casos hay
“periferias” que nos esperan.
48. El Espíritu Santo y María
Auxiliadora velan sobre nuestro
Instituto y mantienen vivo el
ardor misionero de los orígenes.
Agradezco a las Inspectoras con
sus Comunidades Inspectoriales
por el don de las vocaciones
misioneras.
49. Os auguro un fecundo mes mariano y
misionero. Con María podemos surcar
aguas borrascosas sin temor: “Ella es
nuestra Guía y la Brújula segura”.