Messaggio della Consigliera per le Missioni_14 agosto 2021 por
Dom xv. t.o. ciclo 'b'
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Lectio Divina
XV Domingo, T.O. Ciclo ‘B’
(Mc 6, 7-13)
Siguiendo el itinerario de Marcos damos un paso adelante: ‘Los
discípulos se hacen misioneros’. Desde el primer momento en que son
llamados se alude a su tarea en la comunidad: “Los haré pescadores de
hombres” (Mc 1,17), “Para enviarlos a predicar con poder para expulsar
los demonios” (Mc 3,14b-15). Jesús los envía por primera y única vez en
el evangelio de Marcos.
El relato se centra en el envío de los Doce; no tiene referentes
temporales porque no dice cuándo fue, ni cuánto duró; no precisa
geográficamente dónde estaban o a dónde se fueron. Tampoco sabemos
cómo reaccionaron los destinatarios de la misión. La fuerza del relato
está en la relación de los discípulos con Jesús quien los llamó, los envió, les dio poder y los
formó. Al final de este capítulo, Marcos nos dirá que los enviados tuvieron que rendir cuentas
al Maestro, quien los había enviado (Mc 6,30).
Los pescadores, y quienes tenían otros oficios, empezaron a participar en la misión de Jesús
en función de la salvación y la vida para todos los hombres. Lo que habían escuchado el día de
su llamado, acerca de lo que iban a hacer en el futuro, se hizo una realidad que fueron
experimentando personal y comunitariamente. Nosotros somos parte de esa misión.
Pensemos y abrámonos a lo que Dios quiere que escuchemos para hacer vida su Palabra.
Seguimiento:
7. Jesús llamó a los Doce y comenzó a enviarlos de dos en dos, dándoles poder sobre los
espíritus inmundos.
8. Les ordenó que nada tomasen para el camino, fuera de un bastón: ni pan, ni alforja, ni
calderilla en la faja;
9. que llevasen sandalias, pero no dos túnicas.
10. Y les dijo: “Cuando entre en una casa, quédense en ella hasta marcharse de allí.
11. Si algún lugar no los recibe y no los escuchan, márchense de allí sacudiendo el polvo de la
planta de sus pies, en testimonio contra ellos‟.
12. Y, yéndose de allí, predicaron que se convirtieran;
13. expulsaban a muchos demonios, y ungían con aceite a muchos enfermos y los curaban”.
LEER: entender lo que dice el texto fijándose en cómo lo dice
Con el capítulo 6º, y en esta narración, nos encontramos delante de una curva. La gente de
Nazaret se cierra ante Jesús (Mc 6,1-6). Y Él, ante esta postura de cierre de la gente de su
comunidad, se abre a gentes de otras comunidades. Se dirige a los de Galilea y envía a sus
discípulos en misión, enseñando cómo debe ser la relación con las personas, de modo que sea
verdadera y comunitaria, que no excluya a nadie, como sucedía entre los de Nazaret (Mc 6,7-
13).
Según Mc 6,6b, Jesús enseñaba en los “alrededores” de su ciudad de Nazaret (ver 6,1-4), una
vez que su misión allí prácticamente fracasara el sigue su tarea. Lo esencial de la misión de
Jesús, la predicación y el acontecer del Reino de Dios, se describe con el verbo “enseñar”.
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Es la “enseñanza con autoridad” (Mc 1,22.27) que lo diferenciaba de los maestros de la Ley y
que consistía en someter las fuerzas de mal con su Palabra, liberando así al hombre de sus
opresiones y reconstituyéndolo como hijo de Dios. Aquellos que fueron llamados en la
montaña y fueron constituidos “para que estuvieran con él, y para enviarlos a predicar con
poder de expulsar demonios” (3,14-15).
Los “Doce” (3,16), comienzan a realizar lo que habían aprendido de Jesús y con la autoridad.
Comienza así una nueva sección del evangelio de Marcos que relata la última gira misionera
de Jesús en Galilea y sus alrededores (Mc 6,6b-8,26).
El punto de partida es el envío misionero de los Doce. A partir de aquí vemos cómo Jesús
compromete más a los discípulos en lo que él hace en medio de un camino que no conoce
reposo y que lo lleva incluso fuera de Galilea. Jesús toma la iniciativa de enviar a los doce
apóstoles en misión.
La palabra "apóstoles" significa "enviados, mandados". Ellos realizaría su vocación después de
la resurrección de Cristo, con el don del Espíritu Santo en Pentecostés. Sin embargo, desde el
principio el Señor quiso involucrarlos en su acción: les fue enseñando en vista de la gran
responsabilidad que les esperaba.
La misión de la Iglesia entera es prefigurada y regulada por este gesto de Jesús.
En el pasaje distinguimos las siguientes partes: (1) Convocatoria y envío de los Doce (6,7) (2)
Instrucciones para la misión (6,8-11): Acerca de lo que deben llevar (6,8-9). Acerca del
comportamiento que tienen que tener si los acogen o si los rechazan (6,10-11). Les hace un
resumen de lo que tiene que ser su misión (6,12-13).
Aunque la mirada está puesta en la acción misionera que realizarían los Doce, es notable que
la persona de Jesús está en el centro de todo: Él llama, Él envía, Él reviste de poder y Él es
quien determina cómo deben comportase quienes son sus misioneros ante los espíritus
inmundos.
El texto nos ofrece tres frases en progresión temporal: el llamado de los Doce, el envío en
parejas y la atribución a ellos de poderes exorcistas.
Jesús está en el centro de todo: llama hacia él y envía, al mismo tiempo capacita.
Marcos coloca los términos que evocan un acto solemne. El envío tiene que ver con la esencia
de la vocación. El número “Doce”, que evoca a los doce patriarcas de Israel, es signo de la
intención que tiene Jesús de reconstituir al pueblo de la Alianza.
La misión de Jesús está conectada con la realización del proyecto de Dios iniciado con ese
Pueblo, por el que quiere convocar a todo el mundo a la comunión con Él.
Jesús los envía de dos en dos Se realiza en sintonía con el derecho judío del testimonio (tema
que se menciona al final del v.11: “en testimonio contra ellos”) según la norma de
Deuteronomio 19,15 Jesús la aplica. De aquí aprendemos que los misioneros: ‘No van en
nombre propio, sino como testigos de un mensaje recibido de Él. Ellos debían ayudarse y
apoyarse entre sí, incluso corregirse si fuera necesario. Tenían una visión comunitaria de la
misión: ‘La misión se realiza en comunidad y apunta a la formación de la comunidad’.
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Jesús les dio poder sobre los espíritus impuros Esta prerrogativa suya (ver 1,22-27) la
transfiere al grupo de los Doce. Se entiende que dicho poder es para expulsar los demonios, tal
como se afirma al final: “y expulsaban a muchos demonios” (6,13ª).
Hasta este texto ya se habla de seis exorcismos de Jesús: (1,22-27.34.39; 3,11-12.22; 5,1-20);
esto nos muestra que dentro del anuncio del Reino el actuar con poder ante el mal y sus
consecuencias es una actividad esencial
Desde el principio del evangelio en las dos primeras escenas de la misión de Jesús, y después
del llamado de los cuatro primeros, se realizaron las curaciones.
MEDITAR: aplicar lo que dice el texto a nuestra vida
Las actitudes de los misioneros no son casuales ni pasajeras, sino que tienen que irse
haciendo habituales. Los tiempos verbales del v.13 lo señalan: “expulsaban…”, “ungían…”,
“curaban”. Si el hombre es enviado por Dios y se abre a lo que Él quiere hacer en su persona y
a través de él, tendrá autoridad para instaurar el Reino de Dios y éste se manifestará a través
de exorcismos y sanaciones. La fuerza del relato recae sobre la relación de los discípulos con
Jesús quien los llamó, los envió, los dotó de poder y los formó.
El cristianismo tuvo como tarea expulsar a los demonios, enfrentar las diversas
manifestaciones del mal y vencerlas con el poder de Jesús. Al principio la acción principal de
los misioneros fue exorcizar, pero Jesús también les confió, junto a ésta, otras dos tareas: ‘la
predicación de la conversión y la curación de los enfermos’ (6,13).
¿Qué es para mí el ser llamado personal y comunitariamente a cumplir una misión?.
¿Cómo la vivo? ¿Soy consciente que Dios me llama y me envía? ¿Cómo ejerzo el poder que me
da al llamarme?
Acerca de lo que se debe llevar para la misión y lo que no (6,8-9) Jesús fue muy preciso: “Les
ordenó que no tomaran nada para el camino, fuera de un bastón: ni pan, ni alforja, ni calderilla
en la faja; sino: ‘solo sus sandalias y una túnica’.
Jesús les dice a los suyos que no debían llevar: “Nada de pan”: sino ayuno total. • “Nada de
alforja”: no hay alforja, la mochila del viajero, porque es innecesaria: ni víveres. “Nada de
dinero en la faja”: lo anterior podría hacer pensar que no se llevan los víveres ni los
implementos para pernoctar en el camino, como signo de ligereza para el viaje. La radicalidad
de Jesús: ni siquiera les permitía llevar, como se acostumbraba, dinero envuelto en el
cinturón, para comprar lo que les hiciera falta en el camino.
¿Por qué nos hemos hecho tantas necesidades si una sola cosa es necesaria? ¿Por qué
nos cuesta dejar cosas y más cosas, cuando ellas nos pueden estorbar la misión que el Señor
nos confía? ¿Nos cuestiona la radicalidad de Cristo Jesús para con sus discípulos misioneros?
Los llamados por Jesús son caminantes que van en busca de la gente, ellos no se permiten
acomodaciones e instalaciones. Este también es un rasgo esencial de la misión cristiana y así
lo pide el Papa Francisco en la Exhortación ‘Evangelii Gaudium’, cuando insiste en la Iglesia en
salida, cuando pide que se vaya a las periferias y no se busquen espacios egoístas ni cosas
superfluas.
Hoy Jesús me interpela, me invita a ser su discípulo misionero. ¿Qué significa para
mí estar en actitud de salida? ¿Siento que esta es una exigencia para todo bautizado? ¿Cómo
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puedo vivirla bien si soy laico o consagrado? Puedo decir que estas palabras de Jesús son solo
para el sacerdote, para la religiosa o religioso… para quienes son de un instituto secular, pero
no… Mi bautismo me pide ir a quienes me necesitan y actuar con el poder que Dios me da para
hacer realidad el Reino, su Reino que es nuestra tarea.
Jesús les dijo: “Y no vistan dos túnicas”. Hay que distinguir entre las prendas para vestir en
esta época: la túnica, que la bata que está en contacto directo con la piel, y el manto que va
encima. El desprendimiento pedía no ser de aquellas personas que colocaban una túnica
encima de la otra, dando la impresión de llevar un gran vestido. Esto indicaba que se podía
vivir con lo estrictamente esencial: sin lujos ni riquezas.
¿Por qué Jesús pidió a los suyos el despojo? ¿Qué pensarían la gente que los viera al ser
desprendidos? ¿Qué piensan los que nos ven, cuál es nuestro testimonio en cuanto a las
apariencias? ¿Qué cambios podemos hacer para significar en nuestra comunidad la misión
que Cristo nos confía?
ORAMOS nuestra vida desde este texto:
Padre Bueno: También nosotros hemos recibido tu llamado para ser
discípulos – misioneros tuyos. Tenemos una misión que cumplir: ser
buenos, ejercer el poder que Tú nos confías y crecer en sabiduría para
hablar en tu nombre y por ti.
Si todo lo recibimos gratis, haz que lo sepamos darlo así, con gratuidad
y generosidad. Que escuchemos, comprendamos y respondamos
vigorosamente a tu voz, que nos habla a través de las circunstancias
que vivimos en el día a día, siendo responsables de la Nueva
Evangelización, con el ardor interior que ha caracterizado a tantas
personas que se han empeñado, con Cristo y como Él, en hacer
presente tu Reino. ¡Así sea!