El documento describe las características principales del Manierismo en arquitectura, pintura y escultura a través de tres obras: La Biblioteca Laurenciana de Miguel Ángel representa la arquitectura manierista con su uso caprichoso de elementos clásicos y espacios angustiantes. La Virgen de Cuello Largo de Parmigianino muestra la pintura manierista con figuras alargadas e irrealistas. El Salero de Francisco I de Cellini es un ejemplo escultórico con figuras dinámicas y en movimiento helicoidal.
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El Manierismo en
1. El Manierismo
Sus principales características en la arquitectura, pintura y escultura
Arquitectura: La Biblioteca Laurenciana
Pintura: La Virgen de Cuello Largo
Escultura: El Salero de Francisco I
El término Manierismo fue empleado por primera vez por Lanzi a finales del siglo XVIII para
referirse a un importante grupo de artistas que trabajaron durante la segunda mitad del
Cinquecento. Estos artistas fueron durante mucho tiempo, víctimas de feroces críticas como las de
Bellori, que los despreciaba por considerar que se habían apartado de la imitación de la
naturaleza. Las obras manieristas estaban destinadas a una clientela refinada y culta y sus
pintores afirmaban pintar alla maniera de Miguel Ángel, Rafael o aquellos grandes pintores del
Cinquecento.
2. La Virgen de Cuello Largo
Autor: Parmigianino, 1534-1540
Técnica: Óleo sobre lienzo
Tamaño: 216 cm × 123 cm
Localización: Galería Uffizi, Florencia
La Madonna del cuello largo o La Virgen con Niño, ángeles y San
Jerónimo es quizás la obra más importante del manierista Girolamo
Francesco Maria Mazzola más conocido como Parmigianino (1503-40).
En realidad la obra fue inacabada debido a la prematura muerte del
artista y sin embargo se ha convertido en uno de los mejores ejemplos
de pintura manierista de todos los tiempos.
Características de la pintura manierista
Pérdida de la necesidad de representar el cuerpo humano según las
proporciones de carácter clásico, de acuerdo a los principios de
armonía y equilibrio, de tal modo que éste se hace mas estilizado,
alargado e irreal. La obra de Parmigianino se caracteriza por la
tremenda estilización a la que somete a la figura humana debido a la
utilización de lentes distorsionantes y se ve ejemplificado en las
dimensiones de la Virgen, sobre todo su cuello y manos y el tamaño de
Jesús.
El espacio dentro del cuadro ya no es interpretado como el resultado
de la matemática y geometría. Ahora la representación es mas
caótica, dinámica y fluída y, parece en algunos casos salirse de los
marcos del cuadro como ocurre con los almohadones y pies de la
Virgen. En este caso, su postura, la del niño Jesús que parece caerse
y sobre todo la agrupación de varios ángeles a un lado, mientras que
al otro está un espacio abierto con la figura del santo hace que la
composición se aparte de la solución clásica de perfecta armonía y
equilibrio.
Los colores se intensifican y se busca la captación del
movimiento. Esto hace que surja con fuerza el empleo de la línea
serpentinata, las líneas cursas que refueran la sensación de
inestabilidad. En esta representación los colores son
predomienantemente fríos y su luz irreal y blanquecina.
3. La Biblioteca Laurenciana
Miguel Ángel Buonarroti nace en Florencia; unos
años mas tarde por pedido del papa Julio II realiza
la Biblioteca Laurenciana, construida en el claustro
de la medicea basílica de San Lorenzo y válido
ejemplo de la arquitectura manierista. Para su
realización, alargada en el tiempo por cuestiones
personales y políticas, Miguel Ángel cambió por
completo el concepto de arquitectura, borrando de
un solo plumazo el clasicismo del Cinquecento. Aquí
podemos ver algunas de las características de este
movimiento ejemplificadas:
El contraste previsamente expresado se ve ilustrado cuando se compara el
Ricetto con la Sala de Lectura. El Ricetto, vestíbulo de acceso a la biblioteca
es un espacio cuadrado de dimensiones reducidas pero con gran altura,
dando lugar a un ambiente alto y estrecho donde las paredes se presentan
ricamente ornamentadas, tratadas como si fuesen fachadas externas. Los
elementos arquitectónicos vienen utilizados por su valor plástico, como una
gran escultura, donde en su parte más alta la decoración es aún más intensa,
coincidiendo con las únicas entradas de luz de la estancia, inalcanzable para
el espectador, aumentando así su sensación de angustia. Se convierte en una
idea abstracta, un puro amasijo de volúmenes y formas, casi como si fuera
una escultura (o arquitectura) contemporánea.
Utilización del lenguaje clásico con absoluta libertad, empleando los
elementos tradicionales pero sin respetar las reglas que los rigen y su
distribución original. Otro aspecto esencial es la creación de espacios, por
un lado compartimentados y por otro agobiantes.
4. Nada más entrar vemos su desproporción
manifiesta ya que es muy estrecho para su
enorme altura y una extraña sensación. La
arquitectura más parece la de una fachada al
exterior con sus frontones, columnas vistas,
en donde el muro ha perdido por completo
su protagonismo.
Ventanas con enormes
frontones que quedan
aprisionadas sin espacio
en sus paños.
Estípites.
Columnas
adosadas que
disminuyen según
descienden,
volviendo a crear
un sensación de
desequilibrio.
Dobles columnas que nada sujetan que, en vez de
reforzar la pared, se embuten en ella, de nuevo
creando un sentimiento de opresión.
Empleo de elementos arquitectónicos que no
siempre cumplen una función estructural. En
la base del Manierismo se encuentra un
cierto enfrentamiento entre la función y la
forma.
Dobles ménsulas que
sustentas las columnas,
impidiéndoles su
llegada lógica al suelo.
5. Búsqueda de la sorpresa, la originalidad y el movimiento. El arquitecto se está apartando de los ideales de belleza
clásicos basados en el orden, la proporción y la medida.
Dentro de todo este escenario, el espacio en planta viene
literalmente invadido por la escalera que nos lleva a la
siguiente sala, de formas curvas y elementos caprichosos, que
desparramada por el vestíbulo nos invita directamente a
tomarla. El Ricetto es concebido como una introducción oscura
a la luminosidad de la sala de lectura.
En este espacio la escalera (realizada por Ammanatti siguiendo
las cartas del maestro) es un verdadero objeto más digno de
admiración que de uso (de nuevo una ruptura del ideal de
equilibrio del clasicismo).De tres entradas que convergen en
una final a través de dos volutas, sus peldaños curvilíneos
crean una enorme movilidad que termina desparramándose por
completo en los tres inferiores, generándose una nueva
sensación de constante crecimiento que muy pronto llenará la
estancia.
Tras las escaleras aparece un largo y diáfano espacio rectangular
articulado con pilastras entre las que se abren grandes ventanas que
iluminan homogéneamente todo el ambiente, bajo las cuales se
disponen los pupitres de lectura también diseñados por Miguel
Ángel. Finalmente hemos llegado a la sala de lectura, un conjunto
armónico de elementos que inspiran calma y tranquilidad invitándote
sin reparos al estudio y la meditación. Sensación que viene reforzada
gracias al intencionado contraste entre este espacio, pausado y
ordenado y el del Ricetto, tenso y comprimido.
Miguel Ángel, fue quien acostumbró al público a admirar los
caprichos e invenciones de un artista, y quien dio el ejemplo de un
genio que no se satisfacía con la incomparable perfección de sus
obras maestras, sino que constante e incansablem ente investigaba
nuevos modos y fórmulas de expresión.
6. El Salero de Francisco I
Por su vanidad y amor propio, así como por la inquietud que le
llevó de ciudad en ciudad y de corte en corte, provocando
querellas y conquistando laureles, Cellini es un auténtico producto
de su tiempo. Para él, ser artista no consistía ya en constituirse en
respetable y sedentario dueño de un taller, sino en un virtuoso por
cuyo favor debían competir príncipes y cardenales.
La verdadera vocación de Cellini, por encima de su talento como
broncista, fue la de orfebre. Con diseños previos de una seguridad y
elegancia nada comunes brilló en el famoso Salero labrado en
Fontainebleau para Francisco I de Francia durante su segunda
permanencia en la nación transalpina, en 1540. En oro, plata y
esmalte, lo concibió en un diámetro de unos 30 cm como una fuente
monumental que también habría podido dilatarse a escala humana,
hermoseada por una pareja de dioses desnudos en contraposto, Neptuno
como dios del mar proporcionador de la sal, y Tellus como divinidad
de la Tierra productora de la pimienta, para la que dispuso un estuche
en forma de arco de triunfo. Es pieza capital de la orfebrería europea
del manierismo.
La escultura manierista se define, fundamentalmente, por tres
aspectos: el dinamismo, el movimiento helicoidal que provoca
que las figuras giren sobre si mismas y ofrezcan al espectador
diversos puntos de vista y el gran dominio técnico,
especialmente en bronce. La sensación que se obtiene al observar
una escultura manierista es de desequilibrio e inestabilidad.
7. Es una de la piezas de orfebrería mas bellas
que existen. Así lo describe el autor: el mar en
forma de hombre sostiene un barco finamente
labrado que puede contener bastante sal; debajo
puse cuatro caballos marinos, y a la figura le di
un tridente. La tierra, en forma de hermosa
mujer, tan graciosa como me fue posible. A su
lado coloqué un templo ricamente adornado
para poner pimienta.
Detalle
El punto de vista de Cellini es típico de los intentos infatigables
y agotadores de crear algo más interesante y poco frecuente
que lo realizado por la generación anterior.