1. NOMBRE : María Cristina Aranguren Goodridge
CURSO : Computación
GRADO : 6 grado
SECCION : A II
PROFESORA : Miss Miriam Santisteban Cuellar
2. HISTORIA DEL EL SEÑOR DE LOS MILAGROS
El Señor de los Milagros es una imagen de Jesús Crucificado pintada originalmente por el esclavo Benito de
Angola a mediados del siglo XVII, en la ciudad de Lima, capital del Virreinato del Perú.
En 1655 Lima sufrió un fuerte sismo, pero la imagen no sufrió daño alguno, lo que fue considerado un hecho
milagroso. Inicialmente fue venerado por los esclavos del barrio de Pacha camilla, pero el virrey Conde de
Lemos (1684-1689) se hizo su devoto y el culto se extendió rápidamente a otros sectores sociales.
El año 1746 Lima padeció el terromoto mas destructor de su historia y, según cuenta la tradición, una réplica
de su imagen salió en procesión y la tierra dejó de temblar. Esto acrecentó la devoción del pueblo. En el
gobierno del virrey Manuel Amat y Juniet (1761-1776) se construyó la Iglesia de las Nazarenas, que hoy es el
santuario donde se le rinde culto. Decenas de miles de devotos llegan de todas partes del mundo en el mes de
octubre para participar en las procesiones en su honor por las calles de Lima.
3. MILAGROS DEL SEÑOR DE PACHACAMILLA.
El Terremoto de 1655
El 13 de Noviembre de 1655 a las 14:45 horas, tuvo lugar un terrible terremoto que
estremeció lima y callao, derrumbándose templos, mansiones y las viviendas más
frágiles, ocasionando miles de víctimas mortales y damnificados. El temblor afectó
también la zona de Pachacamilla y las viviendas igualmente se derrumbaron. Todas
las paredes del local de la cofradía se derrumbaron, produciéndose entonces el
milagro: el débil muro de adobe en donde se erguía la imagen de Cristo quedó intacto,
sin ningún tipo de resquebrajamiento. escrito por Anthony Hurtado.
El milagro a Antonio de León
Aproximadamente en 1670, Antonio de León (Raúl Banchero le llama Andrés de León,
mientras Rubén Vargas Ugarte, Antonio de León), un vecino prominente de la
Parroquia de San Sebastián que padecía de terribles dolores debido a una metástasis
en el cerebro, fue comunicado por una esclava sobre el Cristo Moreno y sus milagros.
Este, al no encontrar solución en médicos y curanderos, acudió a la imagen,
milagrosamente sus dolores desaparecieron.
4. PERSONAJES QUE ACOMPAÑAN EN LAS PROCESIONES
DEL SEÑOR DE LOS MILAGROS
Los cargadores
Desde que esta tradición religiosa empezó a forjarse, los cargadores de la imagen del Cristo crucificado vienen
dejando en cada centímetro de su recorrido gotas de sudor y lágrimas de sacrificio, combinadas con toda la
emoción que sienten en su interior al llevar encima de sus hombros la imagen a la que todos quisieran tener el
privilegio de acercarse por lo menos unos metros.
Las sagradas andas son llevadas por cuadrillas de devotos, todos varones, continuando una tradición de más de
300 años. Cada cuadrilla tiene un capataz y un sub capataz que cubre una jornada o sector.
Durante la procesión, la cuadrilla que va a entrar en el turno aguarda tres señales, las cuales son dadas por el
capataz antes de entrar en acción. Primero, el capataz advierte a los 32 hombres que componen la cuadrilla con la
palabra: ¡gente! Cuando dice ¡armen!, los hermanos cargadores se agachan para colocarse las andas sobre los
hombros. Finalmente el capataz toca la campanilla de acero y plata y los hermanos cargan las andas al mismo
tiempo dando inicio a un nuevo recorrido.
Las cuadrillas
Conocidos por ser aquellos devotos que soportan sobre sus hombros el peso del anda del Señor de los Milagros.
En un inicio era gente del pueblo pero con el tiempo las cuadrillas están formadas por todas las clases sociales, es
un honor que comparten pobres y ricos, criollos, mestizos y morenos. Todos ellos tienen en común una enorme fe
en el señor de los milagros y una pasión por perpetuar esta creencia.
La primeras cuatro cuadrillas de cargadores se fundaron el 3 de mayo de 1766, en la época del virrey Manuel
Amat y Juniet. Hoy son veinte cuadrillas, cada una de ellas integrada por 200 hermanos cargadores. Todas
participan en la tradicional procesión de octubre y se turnan para cargar al Cristo Morado.
5. Las Sahumadoras
Se dice que la tradición de las sahumadoras se remonta a los orígenes de esta tradición en 1671 pero recién el 20 de
agosto de 1958 se formalizó su participación dentro de la Hermandad del Señor de los Milagros.
Dice la historia que durante la colonia las sahumadoras eran en su mayoría las criadas de las familias aristocráticas
que asistían a la procesión con ostentosos pebeteros de plata labrada y vestidas cuidadosamente con trajes de raya y
seda, joyas valiosas y zapatitos talqueados.
En la actualidad hay 375 sahumadoras. Ellas acompañan las andas echando incienso y se ubican en la parte
delantera del cortejo, aromatizando el ambiente en todos los lugares por donde pasa el recorrido procesional. Para su
labor utilizan carbón de sauce y una mezcla de sahumerio, incienso y mirra. Su hábito morado es suelto, sin
aberturas, con dos cordones blancos y una mantilla de igual color.
Durante la procesión el grupo se divide en cinco sectores, cada uno integrado por 75 hermanas que acompañan las
andas en un espacio equivalente al que recorren cuatro cuadrillas, o sea, aproximadamente cuatro horas, para luego
ingresar otro grupo. De esta forma ninguna se queda sin participar.
Las cantoras
Una buena voz y sobre todo un espíritu de acero y voluntad de servir al Señor es lo que se requiere para pertenecer
al grupo de cantoras de la Hermandad. Al igual que los cargadores y las sahumadoras, las cantoras cumplen una
función primordial en la procesión, pues se encargan de entonar a viva voz los himnos y las canciones que toda la
feligresía en general va siguiendo conforme avanza el cortejo.
Las cantoras se ubican en la parte delantera de las andas, detrás de las sahumadoras, y se turnan para intervenir con
sus cánticos cada cuatro horas.
6. Las bandas musicales
Acompañan la procesión las bandas de música de la Policía Nacional, del Ejército, la Marina y la Fuerza Aérea. Cada
agrupación alterna su labor en turnos de cuatro horas, de tal manera que siempre hay un acompañamiento musical
en la procesión. La primera banda a creado más de cien marchas a las que denominan Señor de los Milagros y les ha
servido para viajar a Washington, Miami y Nueva York donde hay alrededor de seis mil peruanos residentes que, con
la misma fe, organizan cada año su procesión.
Los Veleros
Actualmente ya no existen estos personajes que destacaron en tiempos de la colonia gracias a unos pequeños
candiles que portaban en las procesiones y cuyo objetivo como es fácil inferir era iluminar las oscuras calles por
donde transitaba el señor de los milagros. Las velas que llevaban poco a poco fueron adquiriendo un carácter
artístico hasta que se convirtieron en largos cirios labrados con gracia que acompañaban al cristo morado y que
al final de la jornada eran dejados como ofrendas en el Templo de las Nazarenas. En la actualidad han sobrevivido
los cirios de color morado muy cotizados, algunos de los cuales pueden llegar a medir más de 2 metros.
Los Faroleros
Estos personajes han ido desapareciendo con el presente siglo. En el pasado, cuando los hermanos faroleros
escuchaban en su parroquia el sonido de una campanilla acudían rápidamente para acompañar y alumbrar la salida
del Santísimo. Durante la procesión los faroleros concurrían luciendo sus hábitos morados y acompañaban todo el
tiempo con grandes y adornadas luminarias.
7. Los Penitentes
Como su nombre los describe estos personajes son aquellos que se auto encomiendan penas que deben padecer
como una forma de expiar sus culpas o pecados. En la antigüedad los penitente tenían la tarea de pedir limosnas.
Hoy son devotos que ante un favor concedido realizan un sacrificio físico que cumplen a costa de gran sufrimiento
como una muestra de fe y agradecimiento. Las promesas más comunes son andar de rodillas largas cuadras o
caminar con los pies descalzos durante los tres días que dura la procesión.
Las Vivanderas
La riqueza gastronómica de nuestra ciudad siempre ha estado presente en todas sus fiestas populares. La
procesión no ha sido la excepción y por eso las vivanderas han pasado a formar parte del escenario como actrices
de reparto que provistas de anticuchos, choncholies, cau cau, papa a la huancaina, causa limeña, choclos,
butifarras y un largo etcétera ponen en evidencia la mezcla de culturas en nuestra comida popular. Además ha
brillado también la repostería costeña a base de la miel de chancaca y la caña de azucar. Postres como los
picarones, los suspiros y otros dulces.