4. El pueblo de Israel, en el
desierto, torturado por la
sed, murmura contra
Moisés:
”Tu has hecho que
nosotros salgamos de
Egipto y ahora vamos a
morir de sed nosotros,
nuestros hijos y nuestros
ganados”
Moisés gritó a Dios
diciendo: ”Qué puedo
hacer con este pueblo.
¡Falta poco para que me
tiren piedras!”.
5. Dios contestó a
Moisés: “Preséntate
delante del pueblo
acompañado de
algunos ancianos de
Israel; lleva en tu
mano el bastón con el
que abriste el mar y
vete. Yo , Dios, estaré
allí , a tu lado , sobre
la roca, en el monte
Horeb; Tu golpearas la
peña y saldrá de ella
agua para que beba el
pueblo”.
7. Moisés puso por nombre a aquel lugar “Masá” y “Meriba”
(Tentación y Protesta) por el pleito que el pueblo de Israel
había puesto a Moisés y, también, porque habían tentado a Dios
diciendo: “¿Está o no está el Señor en medio de nosotros?”
Palabra de Dios.
10. Venid, aclamemos
al Señor,
demos vítores a la
Roca que nos salva;
entremos a su
presencia dándole
gracias,
vitoreándolo al son
de instrumentos.
R.-
14. Ojalá escuchéis hoy su
voz:
«No endurezcáis el
corazón como en
Meribá,
como el día de Massá
en el desierto;
cuando vuestros
padres me pusieron a
prueba
y me tentaron, aunque
habían visto mis
obras.» R.
17. Nosotros hemos recibido la
justificación por la fe y ahora
estamos en paz con Dios,
gracias a nuestro Señor
Jesucristo.
Por Él hemos ganado, con la
fe, la entrada a esa gracia en
la que ahora estamos. Y nos
gloriamos apoyados en la
esperanza de (recibir) la
gloria de los hijos de Dios.
La esperanza no engaña,
porque el amor de Dios ha
sido derramado en nuestros
corazones con el Espíritu
Santo que Dios nos ha dado.
18. En efecto, cuando estábamos sin fuerzas, en el tiempo señalado (por
el Padre) , Cristo murió por lo malvados; La verdad es que muy pocos
mueren por salvar a una buena persona; Apenas alguien moriría por
una persona de bien. Pero la prueba de que Dios nos ama es que
Cristo, siendo nosotros todavía pecadores, murió por nosotros.
Palabra de Dios
19. ACLAMACIÓN
Jn 4,42 y 15
Señor tu eres de
verdad el
Salvador del
mundo; dame
agua viva así no
tendré sed.
22. Jesús llega a un pueblo de Samaria. El pueblo se llama
Sicar. Está cerca del campo que Jacob había dado a su hijo
José; Allí estaba el manantial de Jacob.
24. Llega una mujer samaritana a sacar agua y Jesús le dice:
“Dame de beber”
(Los discípulos se habían ido al pueblo a comprar comida)
25. La mujer le dice:
“¿Cómo tu,
siendo judío, me
pides de beber a
mi que soy
samaritana ?”:
(porque los
judíos no tiene
trato con los
samaritanos)
26. Jesús le
contesta: “Si
tu conocieras
el Don de Dios
y quien es el
que te pide de
beber, le
pedirías tú y él
te daría agua
viva”.
27. La mujer le dice:
“Señor, si tú no
tienes cubo y el
pozo es hondo, ¿de
donde sacas el
agua viva? ¿Eres tú
mas importante
que nuestro padre
Jacob, que nos dio
este pozo y de él
bebieron él, sus
hijos y sus
ganados?.
28. Jesús le contesta:”La persona que bebe de esta agua
vuelve a a tener sed; pero si alguien bebe del agua que
yo le daré nunca mas tendrá sed.
29. El agua que yo le daré se convertirá, dentro
de ella, en un surtidor de agua que salta
hasta la vida eterna”.
30. La mujer le
dice: “Señor,
dame esa
agua; así yo
no tendré
mas sed, ni
tendré que
venir aquí a
sacarla”.
31. Jesús le dice:
“¡Anda! Llama a
tu marido y
vuelve”.
La mujer le
contesta: “Yo no
tengo marido”.
Jesús le dice: En
eso tienes razón.
No tienes marido.
Tu has tenido
cinco y el hombre
de ahora no es tu
marido. Has
dicho la verdad”.
32. La mujer le dice:
“Señor, veo que
tú eres un
profeta. Nuestros
padres dieron
culto en este
monte, y
vosotros decís
que el sitio donde
todos deben dar
culto es en
Jerusalén”…
33. Jesús le dice:”Creé en mi, mujer. Esta cerca la hora en que no daréis
culto ni en este monte ni en Jerusalén, Se acerca la hora, ya estamos
en ella, en que los que quieran dar culto verdadero adoraran al Padre
en Espíritu y Verdad, porque eso es lo que quiere el Padre.
Dios es espíritu y los que le dan culto deben hacerlo en Espíritu y
Verdad.
34. La mujer le
dice: “Yo se
que viene el
Mesías, el
Cristo; cuando
él venga nos
los explicará
todo”.
Jesús le dice:
“Yo soy, el que
habla
contigo”.
36. Todavía creyeron muchos mas por su
predicación y decían a la mujer: ”Ya no creemos
por lo que tú dices, nosotros mismos lo hemos
oído y sabemos que Él es de verdad el Salvador
del mundo”.
Palabra de Señor.