La pobreza y el desarrollo son problemas complejos que afectan a las sociedades de todo el mundo. Los gobiernos deben diseñar e implementar políticas públicas efectivas que promuevan el crecimiento económico e igualdad de oportunidades para todos los ciudadanos. El objetivo final es mejorar las condiciones de vida de los más vulnerables y alcanzar una distribución más justa de los recursos en la sociedad.