Fragm

1. Fragmento I - Vanidades para leerlo.
Quiero empezar pidiendo disculpas a las mujeres, todas tan hermosas y
que me han rodeado siempre, no trato de ofenderlas con mis escritos, o
por lo menos no a todas, sólo quiero demostrar qué tanto le puede pasar
a un hombre por su cabeza cuando piensa en ellas.
Prometo que esto no será sólo para ella, he querido hacer algo que de
verdad la enamore, pero no puedo perder el impulso y por qué no,
enamorar otras cuantas. No voy a exponer ninguna forma literal
costumbrista, no me interesa saber que opinan los grandes escritores de
esto y menos los que se creen grandes lectores, esto lo estoy
escribiendo para entender su fondo y no su forma.
Hace un tiempo me dejó de importar que ante los ojos de García
Márquez, Vargas Llosa o de los Nobel la cagaba escribiendo como lo
hago, es más, ni me importa lo que piensen mis profesores de español.
Cuando estaba más vivo -teniendo en cuenta que cada día morimos un
poco- escribía muy buenos ensayos sobre lo que otros escribían, hoy
que estoy muy viejo me está dejando de importar que otros escriban.
Esto no es un libro de amor, es más ni sé si es algo, pero creo que
debemos empezar ya y dejar a un lado esta etiqueta egocéntrica donde
pretendo que me conozcan, viendo que en realidad me importa un culo
que eso pase.
Hoy estoy muy viejo, ya casi ni puedo ver y a veces creo que ni sentir,
desde cuando tenía 8 años estuve enamorado de una mujer, la vine a
conocer hace poco pero siempre la amé. Ella no es famosa, no sale en
revistas, no es mi vecina, no es una amiga de mi mamá y por fortuna
tampoco de mi hermana, yo nunca la había visto pero cuando me la
imaginé me enamoré y mucho...

2. Fragmento II - A Su Piel
Ese fuego en la mente... Pasar por tu cuerpo sin necesidad de palpar tu
piel arropada en destellos. El ambiente es diferente, es tibio y fresco, al
mirar tus ojos desnudos y al rozar mis labios por tu cuello. Mirarte de pies
a cabeza, empieza a formar una ola de calor que llega y se va por
momentos en una calma tensa...
Mis manos entre la tuyas por todo tu ser. Mis besos por tu rostro,
cubriendo cada una de tus facciones. Tus ojos que encienden mi corazón
y tus labios sensuales atrapados en lo profundo de los míos.
Cómo demostrarte que cuando estoy a tu lado, nuestros cuerpos en la
desnudez de su espíritu, es como empezar a vivir un principio sin un fin...
Tomándote de las manos mientras te beso y que te sientas protegida
como las princesas de los cuentos más bellos.
Con mi rostro acaricio tu pecho, lo beso hasta tu ombligo, tú me indicas
que si... y sigo. Luego de unos minutos subo para sentir tu respiración,
cierras los ojos y me besas, mientras abrazados, siento como quiere
explotar mi corazón.
Tu piel hermosa y radiante, que tiene rasgos de soledades incontables,
hay secretos y sonidos alucinantes, que me indican que te bese y te bese
y te bese de manera incesante.
Me llevas por tus piernas hasta tu forma de mujer y allí... me detengo a
saborear las sensaciones de tu ser. Acaricio tu entre pierna hasta llevarte
al punto de la desesperación. Te manejo con mis labios, tus ojos reflejan
tu extremada excitación. Tomo tus senos, frágiles y los beso, te enlazas
a mi pecho y te subo sobre mí, para sentir el rose lento de tu cuerpo.
Nuestros cuerpos unidos, en un movimiento lento, tú y yo siendo uno en
este clamor de agudizar nuestros sentidos. Este momento en que eres
mía, tu cuerpo y alma en canje con mi vida.
Desnuda junto a mí, puedo ver como se refleja en tu rostro lo vulnerable
que es tu alma, la silueta de tu cuerpo una obra perfecta, de pasiones y
de calmas. Ver tu cuerpo desnudo iluminado por la luz de la luna,
arropado en una sexual forma de ternura, como hacerte el amor y llevarte
a la locura.

3. Fragmento III - Su cuerpo
Con sus grandes ojos me contempló un rato, acercó sus labios a los
míos, me besó y después huyó a esconderse entre el aire, como una
niña al cometer travesuras, me acerque a ella y observé su rostro
sonrojado, me vi reflejado una vez más en sus ojos, e intenté devolverle
el pecado que me había entregado con sus labios trémulos.
No me había percatado en sus labios hasta que los probé, ella con un
cabello entre nubes, con unos ojos de luna y con unos labios que son la
perdición que todo hombre quisiera tener. Besarla una y otra y otra vez.
Con un cuello provocador que al besarlo lleva a un éxtasis de pasión.
Su espalda con ese color de fragilidad, que al rozar mis manos, el cerrar
de tus ojos se escucha el silencio hasta del más fuerte campanal.
Su pecho que provoca perderse y no regresar, dos hermosos,
momentos, su pecho al cual necesito entrar, donde con mis besos tu
latido puedo acelerar y como un fuerte terremoto en el mar, deseo
besarte hasta la calma encontrar.
Tiene un abdomen con un ombligo tan sensual que mejor no hablo,
prefiero solo besar. Más abajo, hasta allá abajo, tiene las puertas del
placer, que seduce, que envuelve, que atrapa y que controla todo lo que
alguien pueda ser.
Largas y fuertes, sensuales y dominantes, dos piernas atrapantes que
pueden amarrarte y hasta no sentir la paz sexual, no soltarte. Con unos
pies de encanto, que al besarlos y masajearlos ella siente corrientazos,
desde el cielo hasta lo más sensato.

4. Fragmento IV - En medio del silencio de tus palabras.
En medio del silencio de tus palabras, me revuelco en la desnudez de mi
cuerpo y de mi espíritu, en medio de esta tierra virgen, me ensucio el
cuerpo pero no me importa porque soy tierra y quiero morir en tierra.
En medio del silencio de tus palabras, siento como el amor es algo con
un significado totalmente desvanecido, frente a lo que debería pensar.
En medio del silencio de tus palabras, siento que lo que hago quedó
como un tiempo perdido en algún lugar de la esperanza de ser
diferentes.
En medio del silencio de tus palabras, me pierdo en la oscuridad de este
fuerte verano que le causa tantas quemaduras a mi pensamiento.
En medio del silencio de tus palabras, se me dificulta andar por el camino
del éxito, porque está lleno de lodo, un lodo que absorbe mis energías y
no me permite sobrevivir si ya no te tengo a ti.
En medio del silencio de tus palabras, me doblego a lo que pides y no
me importa morir en el hecho o sobrevivir en la tristeza de saber que no
tengo nada.
En medio del silencio de tus palabras, creo en nunca creer en nadie
porque no me gustaría entregarle mis deseos, mis ilusiones y mi
propiedad de ser a otra persona.
En medio del silencio de tus palabras, veo como se destruye el mundo
en ideas egoístas de territorios, de colores, de dineros y de clases, el
hombre se desmiembra por solo hacerle daño al otro.
En medio del silencio de tus palabras veo como haz hecho que nuestro
miedo mas profundo sea a nosotros mismos; es nuestra luz, no la
oscuridad la que nos aterra, por eso cierras tus ojos.
En medio del silencio de tus palabras, no te veo… y no sé quien eres.

5. Fragmento V - El arte de tu cuerpo.
Es tu rostro, hermoso, sí muy hermoso, la luna tal vez se quede ofendida
al darse cuenta que existes, es excitante mirarlo, me hace sentir una
ternura diferente, me lleva entre tus ojos y solo veo un instante de
éxtasis, un olvido de todo mi alrededor.
Te miro a los ojos y me pierdo, dibujando en ellos la silueta de tu rostro,
me centro en una parte de el, es algo adorable, siento que puedes hacer
cosas fantásticas, cuando los siento sobre los míos, todo mi cuerpo se
eriza, luego siento tu lengua dentro de mi boca y es la no terminación del
beso y solo quisiera que no fuera solo uno, me encanta.
Tu cuerpo...
Tus senos son tan redondos, tan hermosos, tan provocativos que... No
se, no se qué, pero me encantan, tienen forma de montañas en las
cuales me encantaría vivir y porque no morir.
Al pasar mis manos por tu piel sin dejar un solo rincón sin acariciar, hace
que mi cuerpo quede impregnado de tu piel y de tus caricias...
Tu abdomen, un ombligo hermoso al cual le doy constantes besos
incluyendo en ellos mi lengua, porque te hace erizar tanto que me obligas
con tus sensaciones a seguir bajando.
Llego a una parte que esta humedad, mujer te sientes tan apenada, pero
también quieres que haga algo... que será... bueno simplemente lo
llamare besarte, besarte en esta parte de tu cuerpo, tus piernas se
entiesan y tus manos son como si no las pudieras mover de los lados de
tu cuerpo.
Veo tus pies en esa posición, decido bajar hasta ellos y decido masajear
la planta de ellos, son tan pequeños y sexys, lamo tus dedos, el espacio
en cada uno de ellos y tú sigues como tiesa mientras te mueves muy
pero muy lentamente.
Tu piel, tu sexo profundo, tu excitación, tu respiración acelerada, tus
senos en un estado diferente, tu humedad en alguna parte de tu cuerpo,
tu saliva en mi boca, la fuerza con la que no me quieres soltar hace que
vea tu cuerpo abrigado en un religiosidad demoníaca.
No se que me pasa estoy en la utópica promesa del amor y la terrenal
sensación del sexo, no hay un nombre para lo que siento cuando
estamos haciendo el amor.

6. Fragmento VI - Una mujer bajo los árboles.
Bajo los árboles, que bañan el suelo con su sombra puedo mirar a lo
lejos una figura que me llena, que me lleva a volar sin miedo a caer, que
simplemente me toma de la mano y me ayuda sólo a vivir...
Bajo los árboles, que son mi única forma de mirarte cuando no estás
cerca, me siento horas enteras a pensar en el sonido de tus canciones y
las notas de tus ojos expuestos para darle al mundo un tinte más de
adoración...
Bajo los árboles, que son donde me siento a fumar, quiero que el humo
me lleve hacia tu pensamiento y que de ahí no me deje salir hasta no
saber que volveré a entrar por tu boca para sentir tus labios...
Bajo los árboles, que son mis hermanos sólo entiendo quien eres y te
reconozco tan blanca en la oscura forma del ser humano sin
sentimientos...
Bajo los árboles, me quedo escribiéndote poemas que tal vez no se
leerán porque no te he visto a los ojos, pero no será necesario, porque lo
que quiero es sentir tu alma...
Bajo los árboles, me pregunto ¿Y si nos enamoramos? Y bajo los árboles
me respondo: Y qué tal que de eso se trate, de enamorarnos...

7. Fragmento VII - El secreto de tus ojos...
Este cuento empezará con la noche: Era una noche oscura, tranquila,
fría, pero con un calor particular, era una noche arropada en pestañas…
Ella tenía los ojos cerrados.
A veces en horas de la madrugada entran rayos de luz, de luz que llenan
el alma de magia… Ella parpadea mostrando sus hermosos ojos.
Hay días en los que la lluvia moja los corazones del mundo, en donde el
sol no sale entre las nubes y donde lo azul se vuelve tan gris como los
corazones de piedra inservible… Ella está llorando.
Hay días en los que llegan tormentas que a todos asusta, todos corren y
nadie quiere mojarse en el dolor… Ella tiene los ojos tristes.
Hay días en que el sol sale desde la madrugada y advierte a todos que
no hay posibilidad del gris y solo brillan las posibilidades de lo hermoso…
Ella tiene los ojos felices.
Hay días en los que los corazones se quedan palpitando muy lento, en
los que no temblamos y no nos sudan las manos de los nervios, pero
llega ella con sus ojos lindos y solo se puede sentir como la luna y el sol
salen con toda su fuerza y le iluminan su rostro para sentir como la
hermosura misma tiene sentido…

8. Fragmento VIII - La luna no quiere al amor...
La hermosa luna no esperaba encontrarse con él esa noche, haciendo lo
mismo que ella, escondiéndose de las estrellas para no jugar a tener las
nubes. La hermosa luna tenía unos ojos muy bellos, tanto así que
cuando los abría iluminaba su parte de la tierra.
Él era... ¡Bueno, sólo era él!. El loco enamorado de la luna, que después
de esa noche no pudo volver a dormir. Ella un día muy decidida lo besó,
pero cuando sintió como su corazón latía sin parar corrió entre las nubes
a esconderse.
Él no la ha vuelto a ver de frente, ella decidió no volver a correr en las
noches y quiso siempre tener las estrellas. Se privó del delirio, de la
locura y del amor.
Ella sólo huye cuando lo ve, sólo quiere escapar de su sentir, le duele
que el derrita el hielo de su frío corazón con besos. En las madrugadas
se asoma por las nubes, pero ahí sigue él, esperando verla a los ojos
para gritarle a las estrellas cuanto la ama.
Él todas las noches se queda como un perro mirando a la luna, a la
hermosa luna, esperando tal vez el último beso. No hay fin cuando existe
un sentimiento, el corazón es algo infinito.

9. Fragmento IX - Verdades de Ella...
De sus ojos ruedan lagrimones de sangre. De sus manos solo pueden
salir toques de dolor. Sus pies solo pueden dar pasos de amargura. Y su
corazón olvidó latir para simplemente no sentir.
Desnuda en la oscuridad, no hay nada entre ella y la nada. Ella desnuda
no es fotogénica. Ella desnuda no quiere verse por el pánico de sentirse
hermosa. Ella desnuda prefiere arroparse en mentiras. Ella prefiere estar
desnuda para no arropar con calor a alguien.
Prefirió alejarse para olvidar, para olvidar, condenarse a la tortura,
apuñalarse con cordura, el más alto y puro sentimiento hasta llegar a la
impura forma de la locura.
Nunca se permitió amar, nunca se permitió amarse, el ogro que habitaba
su sentir la hizo borrar los cuentos de hadas, que la habían acompañado
hasta sucumbir en ese hechizo de morir.
Ella, no existe. Ella, si existe. Ella, eres tú. Ella, nunca se verá en ti. Ella,
sigue viviendo. Ella, se suicida en cada pestañear. Ella, prefirió morir...
Verdades de ella II
Ella tenía ojos de fuego, pero sus lagrimas eran de hielo.
El viento la arropaba en su caminar pero un soplo la podía dejar desnuda
frente los ojos incrédulos de su sentir.
La tierra era la única que la podía sostener, sus pies ardían por caminar
descalza sobre carbones calientes del odio de su corazón.
En el sexo se entregaba hasta la saciedad, pero sentía como si vendiera
cada parte de su alma.
Su rostro era tan triste como la vida misma, sus ojos eran tan oscuros
como la falta de luz en su corazón, ella dejó de escuchar, no le
interesaba saber de su ser.
Tenía un hombre a su lado, un hombre que había comprado sus
sentimientos, al cual ella se había regalado por encima de los tormentos.
Él nunca la amó pero siempre estuvo ahí, el le hacia el amor pero nunca
ella se sintió amada.
Él la mató desde el momento en que la vio a los ojos y le ofreció un vivir,
ella murió viendo como su cabello se caída con los días que le
quedaban.
La muerte de Ella fue en vano, él consiguió una nueva razón para vivir y
ella... Pobre ella nunca, desde que nació pudo vivir.

10. Fragmento X - Pedazos para ella.
Ven
Ven y calma esta guerra de sentimientos.
Ven y cura mis dolores, sácame de este agujero.
Ven, que cuando estabas todo era menos perfecto.
Ven, que tus ojos eran mi guía, eran mi faro en este océano sin salida.
Ven, que mi ceguera sigue dejándome caminar seguro.
Ven, que mi sonrisa es solo un elemento de lo impuro.
Ven y dame una mano que con las mías solo siento el frío de los años.
Ven y escucha por mi, que me ahogo y no me siento, para olvidar el
respiro de tus besos.
O mejor no vuelvas, mejor que no existas.
Se deshizo mi pensar y confundiste mi caminar.
Mejor quédate allá.
Mejor déjame morir en este humo espeso, en este humo gris.
Déjame olvidar que algún día te tuve y que fuiste solo para mí...
Farolero
Déjame ser tu farolero y encender la luna en tus noches de desvelo.
Un farolero, que enfrentaría con gusto la fiera oscuridad de tu camino
lleno de agujeros.
Déjame caminar con solo mi antorcha encendida y de puerta en puerta
saber cual es la indicada para entrar a tu corazón y al suspirador de tu
alma fría.
Sal al balcón hasta las nueve, que la luz de tus ojos me ayudará a
iluminar las sombras que en la oscuridad se mueven.
A veces no te veo y te busco, apagando cada estrella pensando que en
el cielo esperas la luz de mi camino, sin razones y sin destino.
En la mañana apagaré la luna y encenderé tu sol, la compañía para el
día y mi carta para que empecemos el amor... Farolero.

11. Fragmento XI - El amor de Ella
Él decidió ir a buscar el amor. Decidió irse para el polo norte creyendo
que así estaría más cerca de ella. Vivía al otro lado del mundo, pero esto
no fue impedimento para llegar. Después de caminar y caminar sin
resultados, su mundo se había vuelto pequeño como sus ojos, ya no
brillaba su alma, no palpitaba su corazón, no corría calor por su cuerpo.
De tanto caminar sin encontrar, cayó en la nada, no era por olvido, no era
por renunciar, sólo eran lágrimas de desespero, desilusión y dolor. No le
dolían sus manos, ni sus piernas, le dolía su corazón que se convirtió en
hielo, buscando el amor.
Creo que duró 15 días caído en la nada, algunos dicen que se lo
comieron los lobos y otros que sigue ahí esperando, yo conozco otra
historia, ella me la contó.
Dicen que en el polo norte pasa mucho tiempo sin que llegue la noche, él
inició su viaje cuando empezaba la época de sólo día y como ella salía
era en la oscuridad por eso nunca la encontró. Cuando empezaron las
noches los lobos no paraban de aullar, no era un aullido normal, era con
dolor y tristeza, no paraban de cavar en el hielo, pero era imposible sacar
con sus garras lo que había ahí. Ella a lo lejos sólo miraba con
curiosidad.
Cuando empezó el fin de la larga noche y el calor aumentaba un poco se
escuchaba la respiración de alguien, pero nadie lo podía encontrar, los
perros no sentían el olor a sangre, ni el sonido del corazón, tal vez
porque ya no existían. Ella decidió ver que era eso y encontró un cuerpo
frío y sin movimiento, pero había algo extraño, este hombre tenía una
gran sonrisa y una mano en el lado izquierdo de su pecho. Su sonrisa la
hizo entender que él estaba ahí por ella.
Ella al ver que no reaccionaba lo tomó en sus brazos y salió a buscar
quien le ayudara. Fue donde una vieja y sabia estrella, pero le dijo que
no podía hacer nada por él, que lo que hiciera lo terminaría de matar y
que no entendía como todavía estaba vivo.
Ella no quería renunciar y por eso lo llevó donde el sabio señor Sol, él
muy triste le dijo que nada podía hacer, que si le daba calor le derretiría
su corazón que se había convertido en un bloque de hielo y no podría
vivir.
Ella muy triste tomó una peligrosa decisión, ir donde el tenebroso, furioso
y poco formal señor Mar, él no le podía ayudar, pero le dijo algo muy
valioso: “Hay corazones que no necesitan aire, que no necesitan fuego,

12. que no necesitan luz y que tampoco necesitan suelo, hay corazones que
sólo necesitan al otro”.
Ella no quería desfallecer, pero no sabía que hacer, subió con él hasta la
montaña más alta para hablar con la Vida, lloró y lloró gritándole que por
favor la escuchara, después de un tiempo en las mismas la vida le prestó
atención y le preguntó sobre su problema, ella sólo le podía decir que lo
amaba y que lo amaba tanto como a la vida misma. Al verla con su
tristeza le hizo una serie de preguntas:
La Vida: ¿Qué podrías darme a cambio por devolverle la vida?
Ella: No tengo nada, sólo te tengo a ti, mi vida.
La Vida: ¿Es tan grande tu amor qué eres capaz de perderme?
Ella: Aun no sé que tan grande sea, sólo sé que él dio la suya por
mí.
La Vida pidió que no muriera, pero que si perdería lo que es, ella era una
hija de los dioses y él la conoció una vez que se escapó para la tierra a
jugar con los niños, él era uno de ellos cuando se enamoró de sus ojos,
de sus lindos ojos. Ella le acepto a la vida esa petición.
La Vida le dijo que su sacrificio sería estar en el cielo todas las noches,
brillando como lo hace su corazón, cambiando como el color de sus ojos
con el clima y ayudando a que en la tierra el amor se enamore de ella.
Ella se convirtió en la Luna y él en el cinturón azul que la rodea…

13. Fragmento XII - Te Regalo…
Es una buena noche mujer, una buena noche para ti.
Es una noche de regalos.
Empecemos por mi vista. Te regalo mi fortuna de ver, la cual me deja
introducirme
en tu corazón para simplemente buscar un poco de amor, el amor que no
tengo y seguiré buscando la forma de que mis sentimientos sean cada
vez mayores a lo básicos que creemos que son. Es para ti.
Te regalo mi olfato, mi agudo olfato que se volvió básico cuando te
conocí, porque lo único que siente ahora es tu aroma en el ambiente y
está tan extasiado de tu olor que cree que estás en la lluvia, en el aire, en
el agua… Es para ti.
Te regalo mi habla, la cual sólo está dispuesta para adorarte, para
adornar tu escucha con mis palabras, que son pedazos de mi corazón
para ti en simplemente sonidos. Es para ti.
Te regalo mi escucha, la cual dejó de escuchar para convertirse en un
radar de tu corazón, te juro que identifica ese latido a lo lejos. ¡Ah! y se
volvió confiada, cree que late es por mí… Es para ti.
Los siguientes regalos serán mas complicados para dártelos, porque no
sé donde encontrarlos.
Te regalo mi pensamiento, creo que está en mi cabeza, pero no estoy
seguro, porque en ocasiones siento que se encuentra en una burbuja
inventada, en la cual todo es perfecto y todo funciona con la fuerza de
saber que existes, sólo siente y necesita pensar en ti porque eres su
aliciente para ver el mundo diferente. Es para ti.
Te regalo mi corazón el cual tampoco estoy seguro donde está, dicen
que en el pecho, pero ya no lo sé. Ay mujer, por la que tanto escribo,
este corazón ya no está conmigo, ya vive pegado del tuyo y de ahí no
quiere salir. Es para ti.
No moriré en mis letras, no me ahogaré en mi lluvia de pensamientos, no
me rendiré en esta batalla, no me cansaré de caminar en estos círculos
de confusión, estoy seguro que no me dará un paro cardiaco, porque mi
corazón está en un muy buen lugar.
Te juro que volveré a pensar en mi realidad irracional de ser, te juro que
sentiré nuevos olores, te juro que hablaré y escucharé a seres que
existan, te juro que miraré de nuevo este mundo material... Y te juro que

14. pensaré y pensaré.
Hay algo que no te puedo jurar, no te puedo jurar que algún día te dejaré
de pensar, pero todos esos regalos tómalos. Son para ti…

15. Fragmento XIII - Ellas...
Ella tiene los ojos verdes, tan puros, tan verdaderos, son como si toda la
vida se reflejara en ellos, son el infinito y la pasión concentrados. En ellos
está la tristeza y la alegría. La lluvia y el sol nunca se han visto más
hermosos desde que los empezó a mirar.
Y Ella tiene los ojos color café, con la textura firme de la madera y la
crudeza de la vida, la muerte y el amor pueden compartir su brillo, la
pasión y el sentimiento son su expresión constante, tal vez ni el mismo
azul del mar caben en su mirar infinito.
Ellas no son más que amor, viven en una cabaña alejada del mundo,
comen lo que siembran, ven lo que cada hermoso día les quiera dar. La
luna es una compañera constante, aunque a veces no salga para los
demás, el sol siempre las acompaña en sus caminatas a la felicidad,
donde de la mano son una, sólo una.
En el sexo... No sé si decir sexo, es una religiosidad demoníaca, tan
excitante, tan puro, tan coordinado en sus movimientos, es como si en
ellas hubiera nacido la pasión y el placer.
Se pueden quedar horas mirándose a los ojos, mientras se reconocen en
la otra, pensando que no hay nada más perfecto, sienten llegar al
éxtasis mientras besan sus figuras, mientras se dan cuenta que ellas
tienen todo lo que su corazón y su ser esperaban... Ellas viven
enamoradas.

16. Fin - El que escribe la vida...
Pasaba por un camino solitario, diría yo que muy solitario, pero hermoso
naturalmente hermoso, era totalmente verde, con un olor a tierra
indescriptible tal vez algo nunca antes sentido. Se hacia de noche y
necesitaba donde amanecer, solo encontré una pequeña choza, lo de
choza es muy enserio, por fuera se veía sin riquezas, por lo contrario una
apariencia totalmente pobre.
En la parte de adentro se veían luces de velas, no había electricidad,
pero había un contraste poco imaginable, porque tenia un gran jardín, y
en la parte posterior de la choza un sembrado de diferentes alimentos,
era simplemente divino.
Toqué a la puerta para ver si me podían dar posada, me abrió un
personaje de imagen totalmente impactante, generaba demasiado miedo
y su olor era raro, olía a la tierra y al verde que había en el camino. Lo
saludé y le pedí que si me dejaba pasar la noche en su casa, no me
respondió, simplemente abrió totalmente la puerta y me dejó entrar, me
senté en un mueble viejo y feo, como su casa vieja y fea, yo estaba
totalmente asustado y por decencia trataba de poner una conversación,
pero no respondía.
Fue a su “cocina”, un fogón de… no lo sé creo que de madera o algo así,
generaba un humo diferente, simplemente no me ahogaba, no conozco
nada parecido, sirvió una bebida hirviendo, me la entregó y se sentó al
frente mío mientras me miraba a los ojos, pero yo no era capaz de
sostenerle su mirada, la bebida era simplemente deliciosa, me quito el
frio de mi cuerpo y sentí algo extraño, creo que también el frio de mi alma
y el de mi corazón, era tan relajante estar ahí. Él no paraba de mirarme a
los ojos.
Ya era tarde en la noche y seguíamos en la misma situación, mi bebida
no se acababa y tampoco se enfriaba, era extraño, decidí empezar una
conversación así no me respondiera, empecé a preguntarle muchas
cosas para ver si me decía algo:
¿Qué pasa con su cabello y su barba enredada? si desea le ayudo con
eso si usted no sabe motilarse, además usted huele a selva, a tierra, que
le pasa. ¡Pues no, no me respondió nada!
¿Por qué su mirada es tan fría, tan tenebrosa y por qué me mira tratando
de buscar secretos dentro de mi, usted no sabe que eso genera miedo?
¡Pues no, no me respondió nada!
Su rostro parece como si hace años no sonriera, pero también como si

17. nunca hubiera llorado, ¿no sabe qué esos dos actos hacen parte de la
verdadera forma del ser?
¡Pues no, no me respondió nada!
Su casa es llena de libros viejos, no cree que debería botarlos porque
generan un mal olor y eso es incómodo para sus invitados, o es que no
los tiene.
¡Pues no, no me respondió nada!
Qué pasa con sus joyas, no tiene oro. Su ropa está vieja y mal tratada.
¡Pues no, no me respondió nada!
Sus manos no son maltratadas, por qué, si tiene una hermosa tierra o
tiene trabajadores, ¿usted es un gran ganadero o algo así?
¡Pues no, no me respondió nada!
Por qué no veo entre sus libros una biblia y porque su casa no tiene nada
religioso, no tiene ni un cristico, ni una imagen de la virgen, que pasa,
¿no sabe usted que hay que estar acompañado de Dios para que nos
ayude en lo que necesitamos?
¡Pues no, no me respondió nada!
Me puede usted decir la hora, es que no veo reloj acá en su casa, ¿es
qué usted no maneja el tiempo?
¡Pues no, no me respondió nada!
Después de un buen rato en silencio viendo que él no me respondía, vi
que se paró y por primera vez en la noche o creo que ya era madrugada,
me habló, me dijo "¿Quiere usted que le responda lo que me pregunto?",
pues yo le dije que claro que por eso se lo preguntaba.
Su voz era de tinieblas, parecía como si se metiera en mi conciencia y
me diera paz, pero también que me empezara a manipular, era
simplemente tenebroso.
Pues empezó a responderme:
Mi barba y mi cabello simplemente son así, porque reflejan mi estructura
mental, larga y enredada para el mundo, pero corta y suelta para mí,
porque cada día necesito ser.
Mi fría mirada, mi rostro sin sonrisas y sin lagrimas, son ciertas, la mirada
es simplemente para introducirme en la mente metálica del hombre, la
cual es tan vacía que le da calificativos también metálicos a los demás y
no, no sonrío, ni lloro porque me siento tranquilo, además porque ya
pude salir del sistema, así que nada me hace daño y nada me hace
aparentemente feliz.

18. Mis libros viejos nunca los botaré, porque son los únicos que cuentan la
esencia del hombre desde el principio de la vida, son los únicos que me
ayudaron a salir de su núcleo social, no los botaré por agradecimiento,
para qué joyas y ropas, si eso no soy yo, prefiero ser palabra y razón,
eso sí soy.
¿Sabe por qué mis manos no son maltratadas? porque la tierra es la
única que nos cura las realidades físicas y mentales, cuando somos
parte de ella como soy yo ahora, simplemente todo nos pasa de lado
hasta los años, si y por eso huelo a ella.
Lo religioso amigo mío, es simplemente porque su dios no entra acá,
porque su dios metálico no ingresa a mi casa y su dios plástico no me
cubre la vida, es sólo por eso, lo de las velas y el reloj son porque vivo en
otra época del mundo, donde nada era del conformismo, todo era de lo
vivido y lo sentido, en conclusión todo era en función de ser, no de tener
y no me gusta vivir en la cólera del tiempo.
Le respondo todo esto, simplemente porque sé que usted me recordará,
pero eso no me importa, lo que me importa es que lo hará como si yo no
existiera, porque le parece imposible que exista alguien como yo.
Además sé que cuando entró a mi casa pensó muchas cosas de mí. No
soy un indigente, tampoco un filosofo, tampoco un ganadero, no soy rico,
pero tampoco pobre, además la tierra no es de nadie, por lo contrario
nosotros somos de ella y para decirle lo que soy se lo digo tranquilo,
simplemente soy loco.
Y mucho gusto mi nombre es...