1. Los foraminíferos son protistas rizópodos. Su protoplasma está diferenciado en un
endoplasma y un ectoplasma del cual emergen pseudópodos retráctiles que el organismo
usa para la locomoción, captura de presas y creación de su esqueleto calcáreo (concha).
Este esqueleto intraectoplásmico es la característica más sobresaliente de los
foraminíferos, y el motivo de que sean susceptibles de fosilizar con relativa facilidad. El
esqueleto está constituido por cámaras interconectadas por poros llamados forámenes
(foramina) que, además, dan el nombre al grupo. El interior de las cámaras se encuentra
forrada por una película orgánica de naturaleza desconocida, pero próxima a la quitina.
El filo Foraminifera suele considerarse como el más importante de los grupos de
microfósiles marinos debido a que son organismos muy abundantes en los sedimentos
marinos y presentan una gran diversidad de especies, y su gran utilidad en los estudios
de tipo biostratigráfico, paleoecológico, paleoceanográfico, etc.
Ciclo reproductivo
Los foramíniferos presentan una alternancia generacional que se traduce en dos
morfologías diferentes (dimorfismo). Así, en el ciclo reproductivo, existen dos
generaciones diferentes:
• forma A: gamonte haploide uninucleado megalosférico, con reproducción sexual
(tamaño pequeño).
• forma B: esquizonte diploide plurinucleado microsférico, con reproducción
asexual (tamaño grande).
La forma microsférica es conservadora en el sentido ontogenético, pues recapitula el
desarrollo filogenético del grupo. Por el contrario, la forma megalosférica es progresiva,
al comenzar directamente su desarrollo en formas evolutivamente avanzadas.
Entre las poblaciones actuales la proporción de esquizontes es mucho mayor que la de
gamontes, lo que indica que la reproducción sexual es más excepcional.
Ecología:
Los foraminíferos presentan dos modos de vida claramente diferenciados: bentónico y
planctónico, viviendo en el sedimento o en la columna de agua.
Los foraminíferos bentónicos, cuyos primeros fósiles datan de finales Precámbrico,
pueden ser tanto sésiles como vágiles. Según la posición que ocupan en el sedimento se
pueden clasificar en epibentónicos o endobentónicos (epifaunales o infaunales,
respectivamente). Dos parámetros ambientales son los principales responsables en
determinar la profundidad en la que un foraminífero vive y su abundancia, la
disponibilidad de oxígeno y la cantidad de alimento disponible. Se valen de sus
pseudópodos o de secreciones calcáreas para fijarse al sustrato. La mayoría son marinos
y estenohalinos (i.e., toleran pequeñas variaciones en los niveles de salinidad de las
2. aguas). Algunos foraminíferos con conchas de tipo aporcelanado en ambientes
hipersalinos (salinidad > 35‰), mientras que algunos foraminíferos aglutinados o
hialinos prefieren aguas salobres, incluso algunos son capaces de adaptarse a las más
variadas condiciones de salinidad (salvo lagos).
Los foraminíferos planctónicos son mucho menos diversos que los bentónicos (con
alrededor de 40 especies modernas) además de presentar un menor registro geológico,
ya que los primeros fósiles son del período Jurasico. Son típicamente estenohalinos
(salinidad entre 34 y 36‰). Suelen ocupar la zona fótica, y durante su ciclo vital
algunas especies varían de profundidad (migración ontogénica). La profundidad límite
suele ser alrededor de 200 m, y frecuentemente la mayor parte de las especies suele
habitar a profundidades inferiores a los 50 m. Las biocenosis de foraminíferos presentan
una mayor diversidad de especies y con morfologías más complejas e individuos de
mayor tamaño en los ambientes tropicales y subtropicales (asociaciones politáxicas).
Por el contrario, en ambientes de alta latitud las asociaciones de foraminíferos
planctónicos suelen ser poco diversas, con organismos de pequeño tamaño y formas
sencillas, y suelen estar dominadas por una o a lo sumo dos especies (asociaciones
oligotáxicas).
Los foraminíferos son utilizados como indicadores de la profundidad de la columna de
agua, la temperatura, productividad, volumen total de hielo así como características
geoquímica del agua (pH, concentración de metales trazas), y contaminación del medio.
La conchilla:
Tradicionalmente la taxonomía en foraminíferos ha estado basada en la morfología y
geometría de sus conchillas o testas:
• Rasgos de Nivel de Familia: plano general de la disposición de las cámaras.
• Rasgos de Nivel Genérico: forma general del caparazón, situación de la abertura,
forma de las cámaras, construcción de la pared, carácter de los poros y de las
espinas, concentración de poros.
• Rasgos de Nivel Específico: número de cámaras, carácter de las suturas, detalles
de las aberturas.
• Rasgos de la variedad: detalles de la ornamentación el cual depende de la
variabilidad del medio.
Las conchas de los foraminíferos pueden estar constituidas por:
• Material orgánico (quitina)
• partículas del medio ambiente unidas entre sí mediante un cemento (calcítico o
quitinoideo) segregado por el organismo, llamadas conchas aglutinadas.
3. • por material calcáreo (calcita o menos frecuentemente aragonita) segregado
enteramente por el organismo. Dependiendo de la disposición de los cristales,
las conchas pueden ser aporcelanadas o hialinas.
• muy raramente presentan conchas silíceas.
Los cristales de las conchas "imperforadas" aporcelanadas son de muy pequeño tamaño
(0,1-2µm), con formas aciculares o globulares y dispuestos aleatoriamente. Al no existir
paralelismo entre sus ejes ópticos, con el microscopio con luz transmitida la concha se
ve negra y opaca, mientras que con luz reflejada se ve blanca y brillante. Las conchas
aporcelanadas suelen tener pseudoporos que no suelen atravesar la concha por
completo.
Las conchas hialinas ("perforados"), se caracterizan por su transparencia, que es el
resultado de la delgadez de las paredes en las conchas granulares, o de la disposición
regular de los cristales con un eje óptico perpendicular a la superficie del concha en las
fibroradiales. Existen también conchas hialinas de estructra lamelar, formadas por la
superposición de laminas calcáreas separadas por una película de proteína. La estructura
lamelar puede ser monolamelar o plurilamelar en función del número de láminas
calcáreas por cada cámara. Las conchas hialinas presentan perforaciones con diámetro,
densidad y localización variables.
Disposición de las cámaras de foraminíferos:
Las conchillas de los foraminíferos dan lugar a unos espacios llamados cámaras. El
número, forma y la disposición de estas cámaras es uno de los criterios de clasificación
básico en la taxonomía de estos organismos.
• Número de cámaras:
Las conchas pueden dar lugar a una única cámara, son las conchas uniloculares, o
pueden estar formadas por varias cámaras, en este caso se trata de conchas
pluriloculares.
• Disposición de las cámaras:
Esta clasificación evidentemente hace referencia únicamente a las conchas
pluriloculares. En el caso de las conchas uniloculares, el criterio de diferenciación es la
forma de su única cámara (e.g., esférica, tubular, espiralada,…).
La disposición de las cámaras puede ser:
• Seriada, las cámaras se sitúan en relación longitudinal a un eje. Pueden ser
uniloculares, biloculares, triloculares, o mixtas.
• Espiralada, esta es la denominaión cuando las cámaras sufren un proceso de
enrollamiento según una espiral. Este enrollamiento puede ser en un único
plano, son las conchas planispiraladas, que a su vez pueden ser involutas o
4. evolutas dependiendo de si las cámaras son abrazadoras o no. El enrollamiento
también se puede producir en un eje, con lo que se obtiene un diseño helicoidal,
son las conchas trocoespiraladas.
• Agatistega, en este caso la disposición de las conchas se hace alternativamente
según varios ejes.
• Ciclostega, se trata de cámaras circulares que se sitúan en un solo plano. El
resultado son conchas planas o biconvexas de periferia circular.
• Orbitostega, son conchas con un crecimiento ciclostego al que se superpone
otro de cámaras en un eje perpendicular al plano principal de crecimiento. El
resultado son conchas de contorno leticular.
• Otras características de las conchas:
Además de la morfología de la concha es interesante observa la forma, posición y
número de otros elementos morfológicos. Estos son:
Abertura principal de la concha, aberturas secundarias o accesorias, presencia de
espinas, dientes, tegillas, bullas, costillas, estrías, carenas, murica, etc.
Otras características interesantes son la estructura y textura superficial de la concha, la
presencia o no de cuello, las suturas intercamerales, etc.