La presente investigación tiene como fuentes principales los libros “En busca de Luis
Barragán”, refl exiones de María Emilia Orendáin a partir de los subrayados que el arquitecto
hizo de sus libros, las fotografías que conservó a lo largo de su vida y las cartas depositadas en
el archivo, y los comentarios del libro: Jardins enchantés de Ferdinand Bac. Otra fuente importantísima
es la propia casa del arquitecto en Tacubaya2 éste “convento de un solo hombre” que
dice sobre su autor tanto o más que las anotaciones en sus cuadernos, su correspondencia y lo
referido por Barragán en las pocas entrevistas que concedió.
2016 blog mdanavarra curso de teoria_ marina cantó armero_paper fernando pérez-oyarzum 2014
1. LA INFLUENCIA DE
LOS JARDINES ENCANTADOS
EN LA ARQUITECTURA DE LUIS BARRAGÁN
Teoría y Crítica de Arquitectura
Prof: Fernando Pérez-Oyarzun
Alumno: Marina Cantó Armero
Curso: 2013/2014
2. 1
ÍNDICE
INTRODUCCIÓN.
CUANDO LUIS BARRAGÁN CONOCE A FERDINAND BAC.
LA CASA DE TACUBAYA EXPUESTA A UN ANÁLISIS LITERARIO-ARQUITECTÓNICA
PRIMERA PLANTA:
Entrada a la casa y “Le Torrent Rose”
La utilización del color: la magia
El salón-biblioteca y “La Tour du Calife ”
El jardín: paraíso terrenal perdido al que se llega através del laberinto
El patio de las ollas
SEGUNDA PLANTA:
El monasterio
La habitación blanca y “Le Pavillion Blanc”
El vestidor
TERCERA PLANTA:
La puerta de la terraza y “Le porte Rouge”
La terraza y “Le Bain de la Sultane”
CONCLUSIONES
BIBLIOGRAFÍA.
pág.
2
3
3
4
5
5
6
6
7
7
7
8
8
9
9
3. 2
Luis Barragán nace en México el 9 de marzo de 1902. Su infancia transcurre en Gua-
dalajara, en medio de patios coloniales y muros encalados que marcarán profundamente su
percepción de las formas, los colores y los espacios. Como arquitecto es autodidacta, pues su
formación universitaria fue la de un ingeniero; sin embargo, su particular sensibilidad y su
refinamiento innato lo llevaron por los caminos del arte y la arquitectura. Barragán no fue, por
otra parte, ajeno a las propuestas del Movimiento Moderno. Atraído por la nueva arquitectura,
por las obras más emblemáticas de este movimiento, recorrió Europa entre 1925 y 1927, años a
partir de los cuales parte esta investigación.
Realiza su primer viaje a Europa en estos años, visita España, y probablemente Italia,
para después trasladarse a Francia, justo cuando en París se llevaba a cabo la Exposition Inter-
nationale des Arts Decoratifs et Industriels Modernes1
. Lo que llamó la atención de Barragán
fue un pequeño jardín diseñado por Ferdinand Bac, que comprendía un ideal decididamente
francés. Bac consideraba que los jardines debían ser poéticos, misteriosos, embrujados, serenos
y alegres. El trazado enigmático de los jardines en Barragán gira en torno a lo que Proust llamó,
con gran agudeza, la búsqueda de un paraíso perdido.
La presente investigación tiene como fuentes principales los libros “En busca de Luis
Barragán”, reflexiones de María Emilia Orendáin a partir de los subrayados que el arquitecto
hizo de sus libros, las fotografías que conservó a lo largo de su vida y las cartas depositadas en
el archivo, y los comentarios del libro: Jardins enchantés de Ferdinand Bac. Otra fuente impor-
tantísima es la propia casa del arquitecto en Tacubaya2
éste “convento de un solo hombre” que
dice sobre su autor tanto o más que las anotaciones en sus cuadernos, su correspondencia y lo
referido por Barragán en las pocas entrevistas que concedió.
El encuentro con aquel libro y los textos que Barragán privilegiará, es el criterio más
importante que se encuentra en sus escritos personales, cartas, anotaciones y en dos cuadernos
donde transcribe aforismos, máximas y pensamientos de sus autores preferidos, entre los que
se encuentra el seleccionado por esta investigación.
¿Por qué es tan importante este diáogo entre su bibliotca y su archivo?
“Barragánesunpoetasinpalabras,leresultadifícilexpresarse;más
aún,piensadesdeloqueotrosescriben.Losautoresqueeligesonlamásfielra-
diografíadesualmayaellospideprestadassuspalabrasparaexpresarse,para
definirse,paracomprendersee,incluso,paradefenderse.Sonelloslosquele
escribenalaamanteyaparecen ensusmásíntimosescritos,sonlosgrandes
intermediarios entre su yo y el mundo.”4
Barragán encuentra en el arte y la filosofía el refuigo provisional que le ayuda a recu-
perar “el tiempo perdido”, el tiempo del rincón íntimo. La casa de Tacubaya es una inmensa me-
táfora de esta búsqueda; es testimonio poético de la fugacidad del tiempo y de la eternidad del
instante. Espacios materializados de unidad cósmica, donde lo real físico y lo real imaginado se
fusionan. Lo existente se cristaliza en una forma, adquiere un sentido, no fijo, no definido, sino
viviente como un organismo.
Por ello, este ensayo se centra en una de las grandes influencias de este arquitecto; el
libro Jardins enchantés de Ferdinand Bac. Este arquitecto y jardinero es, posiblemente, la figura
más influyente en la carrera de Barragán en la recepción del premio Pritzker5
, 55 años más tar-
de, califica a Bac como un “gran escritor y artista del paisaje”. Tuvo la oportunidad de conocerlo
personalmente y, al parecer, fueron buenos amigos. El objetivo en este trabajo es rastrear la
influencia de Bac sobre Barragán en su casa estudio, a partir de la obra Jardins enchantés.
1. Exposition Internationale des Arts Décoratifs et Industriels Modernes, realizada en 1925 en París, feria en la que se gestó el movimiento estilístico conocido
como Art Déco.
2. Declarada por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad(Beijing, China, Julio de 2004
3. Alfaro, Alfonso, Voces de tinta dormida. Itinerarios espirituales de Luis barragán, México, Artes de México-Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, 1996
4. El recorrido de la simplifidad, pág 12. En búsca de Luis Barragán. María Emilia Orendáin, México, Primera Edición, 2004)
5. Discurso leído en 1980 y publicado en Apuntes y ensayos para un bosquejo crítico, Universidad Autónoma de Guadalajara, Guadalajara.
Portada del libro Jardins Enchantés, escri-
to por Ferdinand Bac
Ferdinand Bac
Luis Barragán
INTRODUCCIÓN
4. 3
Así explica Barragán la experiencia cuando conoció el trabajo de Bac:
(...) entonces ese gusto por los jardines fue una especie de liberación de muchas cosas
tradicionales porque en la jardinería se puede ejercer la imaginación y eso le ayuda a uno a
olvidarse un poco del academismo también en la arquitectura. Se olvida uno del academismo
muchas veces para crear un jardín, se permite mucha más libertad, crear un ambiente mágico,
entonces eso permite ya que el arquitecto que se ocupe en jardines diga: “ pues la imaginación
la puede uno usar” y entonces viene ya la parte de cómo puede usarse la imaginación sin des-
virtuar el ambiente en que se hace una construcción, que representa un clima especial. Es así
como se puede pensar en una residencia. Ya si uno lo va extendiendo puede representarse en un
parque público y puede procurarse realmente crear ambientes y atmósferas que ayuden a vivir
confortablemente y que funcionen también para el fin para el que se hacen en forma agradable
y emotiva (“ Conversaciones con Luis Barragán”).
LA CASA TACUBAYA EXPUESTA A UNA VISIÓN LITERARIO-ARQUITECTÓNICA:
“En el año 48 realicé la casa en la que vivo, y la hice para mi gusto expresamente, pues
no buscaba clientela ni seguía sus deseos, deseando la nostalgia de los ranchos, la nostalgia de
los pueblos, con las ideas que yo tenía del confort de la vida moderna. Estas ideas produjeron
mi casa, que es la que más me ha dado a conocer aquí y en el extranjero”.6
Ferdinand Bac por su parte, cuando escribió Jardins Enchantés tuvo un desafío per-
sonal muy claro: crear un universo capaz de hacerlo viajar permitiéndole poner término a sus
largas peregrinaciones por Europa” y “hacer un ramillete de todos mis recuerdos de viaje...
reeditarlos a mi alrededor para mejor volver a vivirlos”.
A Ferdinand Bac le gustaba puntualizar; “ es una arquitectura del sentimiento, un arte
hecho de todos nuestros recuerdos nostálgicos y de todos los lugares donde hubiéramos queri-
do levantar nuestra tienda y permanecer en la dulzura de lo bello y la fuerza de lo simple”.7
Inicialmente ya encontramos la primera similitud entre ambos: crear a partir de re-
cuerdos. Ya sea en literatura o en arquitectura el objetivo de los dos era el mismo. Gracias a Bac,
Barragán pudo encontrar la manera de ligar la creación con los “pulsos del alma”, un camino
para buscar en el trabajo sobre la forma las respuestas fundamentales.
Por ello, fue mucho más que una influencia: fue su maestro, rango que Barragán no
dudó en concederle, pues Bac proponía realizar espacios que se acercaran lo más posible a
esos recintos ideales, que pudieran ser protagonistas de encuentros y desencuentros vitales,
agentes vivos de un trayecto literario idealizado y en el caso de Barragán un trayecto arquitec-
tónico. Los dos consiguen fundir todas las artes en una sola creación del espacio mágico, desde
esta postulada ciencia del entorno expresar lo intemporal, lo geográfico: Presentar la memoria
construida.
Las páginas ilustradas de los libros de Ferdinand Bac, permitían enriquecer su severa
fisonomía originaria, confiriéndole en aquellos caracteres “ el misterio de la religión y la magia
de la sensualidad”,en los cuales Barragán reconocía la belleza esencial de la arquitectura islámi-
ca.8
En cualquier rincón de la casa Tacubaya encontramos el universo entero: “...soñar que tras
las murallas se encuentra la choza protegida contra el exterior...”, escribió en su cuaderno rojo.
“El jardín es pozo de sabiduría, fuente a la que hay que ir a buscar aguas claras para beber”, Barragán 1945.
Luis Barragán en las escleras del salón-biblioteca de su
casa-estudio en Tacubaya
Índice del libro Jardins enchantés. En el que observa-
mos varios nombres de capítulos que estudiaremos en
este ensayo.
Fachada principal casa-estudio Tacubaya. Calle Gene-
ral Francisco Ramírez nº 12 y 14
Jardín de la casa-estudio.
Ejemplo de la obra de Gio Ponti, Torre Pirelli,
Año 1950 Milán.
6. Ramírez Ugarte: «Conversación con el arquitecto Luis Barragán en la Ciudad de México».
7. Juan Molina y Vedia. Exilios. Luis Barragán Paraisos, p.27
8. Mario Schjetnan Garduño, “Conversaciones de formas. Entrevista a Luis Barragán”, en Artes deMéxico, Nº23, 1994, pp74-77.
5. Es esencial en el estudio de por qué Les Jardins enchantés fue uno de los libros
favoritos de Barragán saber que en esta obra literaria aparece la evocación de la figura feme-
nina en una idealización quijotesca que recibe el nombre de Minguilla. Para María Emilia
Orendáin es una personificación de la musa de la arquitectura lo cual cree que fue lo que
captó la atención y fascinación de Barragán. En el libro Bac pregunta a un eremita dónde
vive la mujer “que podría encadenar su razón” y la respuesta que obtiene es:
Yo la conozco, bachiller. Ella se llama Minguilla. Si quieres re-
unirte con ella, toma la ruta que sigue el torrente. Cuando los valles se
cubran de crepúsculo tú los verás cubrirse de rosa como el fondo de
una concha, pues el agua lleva la luz a las tinieblas. Después percibirás
una roca vestida, de cara a las montañas, de una blancura brillante... En
su cima verás brillar unos jardines, vastos como ciudades. Es ahí donde
habita Minguilla.
La portería de la casa Tacubaya es una esclusa de descompresión, un filtro sen-
sorial y por lo tanto emocional. Este acceso de dimensiones reducidas que tiene una luz
teñida por un vidrio amarillo en una reinterpretación de un espacio tradicional. Aquel que
provoca la pausa que antecede a la casa mexicana o a la mediterránea, a los conventos o a los
monasterios. Solamente al ingresar nos recibe una pequeña habitación ámbar, un espacio
alargado de piso volcánico de paredes retranqueadas.
Al traspasar este pequeño espacio nos encontramos con un llamativo muro de
color rosa, perteneciente al vestíbulo, la cual parece estar sacada del primer capítulo “Le
Torrent Rose”. Al entrar al vestíbulo de la casa Tacubaya es curioso como encontramos a
primera vista esa pared rosa y como si siguiéramos el transcurso del escrito percibimos de
frente un muro blanco brillante bañado de luz cenital que cae desde el cielo invitándonos a
subir por las escaleras a esa cima descrita donde habita Minguilla.
4
“El paraíso terrenal perdido al que se llega através del laberinto”, Ferdinand Bac.
Primera imagen del Libro Jardins enchantés, Capítulo
1:“Le torrent rose”.
Primera planta de la casa-estudio
Vestíbulo
Portería
Los paisajes de Barragán son paisajes realizados
por un arquitecto. Se refieren a la definición de espacios,
a la coreografía del movimiento, al vigor de los planos de
los muros y al impacto de los colores brillantes. Sus paisajes
son escaparates de su estructura.
Cuarto tras cuarto, se abren distintas preguntas
que se reponden a sí mismas; cada uno existe como un
compartimento estanco de memorias. Pequeños laberintos
que suben o bajan hacia una esquina, hacia una ventana,
hacia una azotea. Son espacios siempre generosos, con-
fiados y autónomos, con espacios intermedios de articu-
lacion, pequeños, comprimidos y casi tortuosos; espacios
culminantes, con giros y aparciones inesperadas. Hay una
presencia y un uso reiterado de los espacios previos, de la
sorpresa.
La casa es un espacio cómplice, una arquitectura
que nada para acompañar, no para imponerse. Tampoco es
una arquitectura para ser observada, alabada o estudiada,
sino simplemente para ser habitada. Es un espacio creado
con la sombra, con el resguardo, con el confort ambiental
que escenifica la presencia del espacio en silencio para ser
recorrido.
El enigma está servido.
6. 5
De esta manera el amarillo de la portería satura la pupila para recibir al color rosa
que es, a su vez, preparación y catálisis, si es que abrimos una puerta más y nos asomamos
hacia la ventana del comedor que tiene el fondo verde intenso y sombreado del jardín.
El color ocupó un lugar importante en la arquitectura de Bac, así como en sus
dibujos. Los rojos y ocres se complemetan con los verdes del jardín, oponiendo a la arqui-
tectura y la vegetación en un diálogo simbólico. Para Bac, el estilo de un pabellónn o de un
puente era menos importante que la manera en que atrapaba el ojo del visitante o guiaba su
camino.
Por otra parte se encuentran el comedor y el desayunador, desde el comedor se
logra desprender la vegetación del suelo para añadir un color más en la composición. En el
desayunador la ventana se eleva una vez más y ya no tiene una posición frontal generosa. El
jardín se presenta entonces como una fuga superior de la perspectiva, en el lugar más íntimo
de la casa, donde hay que resguardar la mirada entre los muros. En la cocina, amplia y bien
iluminada, el jardín aparece sólo al abrir la puerta. Los vidrios translúcidos denotan aquí
una jerarquía de ventana muy distinta a las antes descritas.
Los dos arquitectos y paisajistas introducen en sus escritos, dibujos y arquitectura
la luz, el color y las texturas, con unas dosis de ubicación precisas, enriquecen el resultado
introduciendo la magia.
El salón-biblioteca de doble altura está sutilmenye articulado por muros-pantalla
bajos y biomos que quiebran y envuelven las zonas de transicióon en penumbras controla-
das. Sólo el alto techo con un denso y geométrico entrevigado de madera da continuidad a
este espacio y le confiere carácter monumental e íntimo al mismo tiempo.
En el otro extremo del salón, el que da a la calle, se eleva un gran ventanal en cua-
drícula de vidrios que permiten la entrada de luz blanca desde lo alto. A primera vista, es
una ventana que no tiene mucho que decir. Entra por ella una luz densa, pero no pentra el
espacio exterior, pues el vidrio es translúcido y pesa mucho la carpintería cuadriculada de
30x30 centímetros, realizada con perfil estructural.
Este gran ventanal se prolonga hacia fuera para conseguir un mayor espesor de
muro en el interior, y así hacer la luz más sólida; es el único juego volumétrico que se per-
mite en la fachada de la calle, que es ciega y muda. En consecuencia, se puede asegurar que
esa ventana es un lucernario.
La ventana de la biblioteca enrejada recuerda a la de “La Torre del Califa”. Bac
anticipó en su obra cierta idea de mediterranismo, una amalgama de tendencias culrales y
formas arquitectónicas que abarcaba de España a Italia.
Es bien sabido que Barragán tomó de este libro influenciado por la cultura medite-
rránea dos materiales patentes en este salón-biblioteca: la madera como elemento horizon-
tal recordando los pórticos utilizados por Bac y el enrejado en las ventanas.
Comedor
“La Tour du Calif”. Capítulo 15 libro Ferdinand Bac
Fachada principal. Calle General Francisco Ramírez nº 12-14
Ventana biblioteca
Ejemplo de colores utilizados por Bac en su libro
Vista desde el salón hacia el biombo
Biblioteca
Las dos fachadas,
aunque compositivamenen-
te sean muy distintas, tienen
cierto parecido en como se
relacionan con el exterior.
Todas las ventanas son muy
pequeñas y sólo existe una
apertura grande que casual-
mente es el único volumen
sobresaliente en la fachada
de los dos edificios.
7. 9. Un escenario para la soledad. La revolución callada. Fundación Barragán. p 117
10. Luis Barragán, “Gardens for Enviroment; Jardines del Pedregal”, Journal of the American Institute of Architects, abril de 1952, p.172
11. Citado en Michel Racine, Ernest J.P. Boursier-Mougenot, The Gardens of Provence and the French Riviera.
12. Luis Barragán, Escito de Nueva York, junio de 1931, manustrito. Cit. en Riggen Martínez, Luis Barragán 1902-1988, op. cit. p.87
13. Bac había escrito: “¡Los jardines son casas y las casas son jardines!” en Jardins enchantés. Un romancero op. cit. p.41
14. Ramírez Ugarte, Conversación con el arquitecto Luis Barragán, op. cit.
Barragán utilizará grandes ventanales que proporcionan la sensación de tener el jar-
dín dentro de la casa, como es el caso del salón-biblioteca. En la casa proyecta un recorrido
interior tortuoso, para llegar, siempre, al jardín. Aquí aparece la poesía de Bac, que se abre a un
universo interior sensual, rico y poético: el paraíso terrenal perdido al que se llega a través del
laberinto. Hace que en su interior las cosas sucedan poco a poco, de modo casi natural, que el
recorrido y el todo sean como un juego lleno de sorpresas.
La casa de Barragán comparte características con los paisajes literarios de Bac: no
existe un plan rector evidente; cada espacio, habitación, patio o vista se localiza y extiende
gracias al movimiento, más que a una composición en el plano.9
En esta casa se pasa de un
espacio a otro mediante zonas de transición; pasos, puertas profundas, vestíbulo de retención,
biombos... Nada se ofrece directamente, nada es obvio ni inmediato, todo hay que descubrirlo
como en los poemas de Bac, para llegar hasta Minguilla hay que ir descubriendo diferentes
lugares y sensaciones todo ello acompañado de estos colores y materiales tradicionales.
No debemos disociar el Bac literario del Bac paisajista en lo que se refiere a la forma-
ción de Luis Barragán, pues éste le ofrecía más que un simple modelo de jardineríao arquitec-
tura. Encuadre: “Uno no debe pasarse con el tema de las vistas panorámicas circulares, pues un
buen paisaje aunmenta en belleza cuando se enmarca y delimita propiamente”.10
El descubrimiento de Les Colombiers, jardines diseñados por Ferdinand Bac, hizo
que Barragán encontrara que los jardines procurarán ser un escenario propicio para el retiro,
la meditación y el silencio. Bac intentó vincular en sus jardines a aquello que era propio de la
religión con una evocación poética que transcendiera las características cotidianas del lugar.
Los jardines y los patios de Luis Barragán también pueden ser vistos bajo esta misma luz. Sus
espacios y jardines están asociados a la imaginación libre y a la ruptura de las reglas. Lleva a la
práctica la concepción mediterránea de la arquitectura, por la influencia de Bac:
...En este movimiento donde se metía el color y se metía sobre todo un ele-
mento muy importante, el embrujar un lugar, el embrujar los patios, los rin-
cones de los jardines y hasta ligar los jardines con las casas, meter ya un poco
el jardin en las habitaciones. Fue interpretado no solo en los jardines sino
también en las casas...
Esta es una idea que Barragán tomó prestada del paisajista Bac. Ferdinand Bac tenía
una táctica llamada “Sumisión al panorama majestuoso” la cual describió en los siguientes
términos:
“La idea era empezar con pequeños espacios privados cerca de la casa, con un jardín
secreto encerrado por muros y puertas, y gradualmente, a medida que uno se aleja de la vivien-
da, ampliar el movimiento con rasgos geométricos más atrevidos; éstos a su vez harán deferen-
cia a la rebelde topografía natural llena de grandeza, llena de lomas y valles, barrancos y rocas,
resistiendo tercamente cualquier intento por domesticarlos; la conclusión será un promotorio
y una vista de la última serranía alpina arrojándose hacia el horizonte infinito(...)donde su
belleza nos dará el toque final”. 11
El patio de las ollas podría leerse como es pequeño espacio privado cerca de la casa,
es ese jardín secreto cerrado, escondido detrás del estudio de Barragán. Un lugar privado, un
jardín misterioso cerrado como un pequeño cuarto. Así, extendían el universo de la casa a su
corazón introvertido, a aquella “arquitectura sin techos”, que para Barragán era la arquitectura
de los jardines. “ Hay que buscar la manera de que las casas sean jardines y los jardines sean
casas”, escribía Barragán en 193112
parafraseando textualmente a Bac:13
un gesto con el que “se
metía el color y se metía sobre todo un elemento muy importante, el embrujar un lugar, em-
brujar los patios, los rincones de los jardines y hasta ligar los jardines con las casas”.14
6
Imagen del libro “Les Colombièrs”
Vista hacia la puerta de entrada al estudio de Barragán
Imagen estanque del Patio de las Ollas
Vista desde el jardín de la venta del salón
Vista ventana salón
8. 7
Se han escogido de esta planta tres estancias para expliar la relación de Ferdinand
Bac y Luis Barragán con la religión y la soledad . Ambos compartían la soledad, aunque fue-
ran amantes de varias mujeres Bac en su libro y Barragán en su vida real no encontraban a la
mujer excepcional con la que compartir sus días. Relación por la cual María Emilia Orendáin
cree que Barragán tenía Les Jardins enchantés como libro de cabecera.
El tema del monasterio aparece por primera vez aquí: el monasterio es una metáfora
del estado de contemplación. Tendría que representar la inmovilidad pero no resulta así: por
su misma naturaleza está condenado a mutar y dejar de ser.
No puede permanecer inmóvil lo que está camino de la eternidad. Y si con tanto
celo se custodia en su interior, se desvela a través de la luz. Me parece ver aquí una de las ideas
fundamentales de Barragán: él asimila el monasterio a la casa: un espacio cerrado a la mirada
exterior dice Bac en “Le pavillon blanc”:
“Ahíarriba,sinduda,sustrayéndosealasmiradasindiscretasdoñaMinguilla,
a lo largo de los árboles tallados, se pasea con su abanico”. (p13)
Que, no obstante, existe para dejar ver. Pero hay algo aún más sobresaliente: el mo-
nasterio y la amada se funden entre sí. El monasterio representa el espacio de la amada, el
recinto secreto que se puede ocultar de todos salvo del amante, que es su alter ego. El Cuarto
blanco, lugar de encuentros. Tiene este nombre tomado por Barragán de “Le Pavillon Blanc”,
séptimo capítulo de Les jardins enchantés.
Claridad de lineas, tratamiento de los vidrios y
ausencia total de ornameno, debido a los materiales em-
pleados, a sus recorridos acusados y laberínticos, y a los
sorprendentes y ricos efectos del color provocados por el
sutil manejo de la luz, la casa rezuma por todos sus poros
la atmósfera de otra época. Al final, y como suma de todo
lo anerior, es un espacio atemporal y universal, como los
jardines de Bac.
Al subir a la planta alta, el pasillo que conecta al
tapanco y al cuarto de huéspedes, ilumina ambas habitacio-
nes con un tono ámbar, provocado por un tragaluz con cris-
tal amarillento. El cuarto blanco y la recámara principal son
habitaciones que se sienten más iluminadas que el comedor
y la estancia, a pesar de que la ubicación de las ventanas en
las cuatro, es la misma. La luz de la mañana proveniente del
vestíbulo hasta llevarla al interior de las recámaras.
La habitación de huéspedes y las otras dos habi-
taciones de este segundo nivel tienen como denominador
común su espíritu monacal, no sólo por la economía de re-
15. Carlos Mijares: “Luis Barragán y los duendes del sitio”.
Vestidor. Con acceso a la terraza
Segunda Planta casa-estudio
Cuarto Blanco
Cuarto principal: habitación de Barragán
9. La oposición entre cercanía y lejanía nos presenta la capacidad de ver desde el
horizonte. En el capítulo “La porte rouge” escribe Bac:
“El loco me había dicho bien que era necesario amar las cosas lejanas.
Quiero creer que ellas se dignarán a venir a mi encuentro y que ni
están entrenadas por buetes castellanos”(p.18)
El escritor eleva al lector hasta la cima de los montes: a la claridad (Bac, p.7).
Hay una metáfora oculta: a mayor altura, mayor claridad. Hay un ejemplo espléndido en
el capítulo tiulado “ Le bain de la sultane”:
“ Cuando mis pasos van errantes en los aleros sin fin, por vastas que
sean las terrazas, estoy como amurallado. Y cuando recorro las man-
siones estoy fuera, bajo el cielo (p.41)
La terraza de la vivienda en 1951 Barragán decidió cerrarla totalmente median-
te muros altos teniendo así la sensación de “estar amurallado”, estar totalmente aislado
del exterior. Estos muros se extienden hacia el infinito del cielo son los “aleros sin fin”
creando así una conexión directa con lo transcendental. La terraza es la habitación más
privada de la casa, el espacio más enigmático y donde Barragán experimenta con el color
y las texturas que nunca antes había empleado. Este espacio es el final del recorrido ar-
quitectónico por la casa: “un lugar de una inquietante vacuidad que está abierto al cielo”.
La percepción del límite no es evidente puesto que en muchos casos el espacio
desaparece misteriosamente a la vuelta de una esquina o se abre hacia el cielo. De esta
manera una distancia puede parecer lejana y ser cercana. “Hay misterio” apuntaba Ba-
rragán “ cuando se ve la copa de un árbol detrás de un muro”. Casualmente encontramos
una vez más una relación entre “ El recuerdo del muro rosa que nos guía hacia los mon-
tes donde habita Minguilla” y la vegetación cuando observamos que de toda la terraza
sólo aparece volcada encima de este muro.
8
La luz, la sombra, la penumbra y el enmarcamiento
como generadores de espacios intermedios, que provocan la
transición y la relación tersa entre espacios de mayor escala, en-
tre el dentro y el fuera. Con el manejo afectuoso de los umbrales,
el quicio de una puerta, el marco profundo de una ventana. La
presencia importante de elementos conectores, escaleras, esca-
linatas, plataformas. La escalera como textura, como escultura
abstracta adosada a los muros, tratada en dorma escueta, pu-
rista, refinada, elegante y de sofisticada sencillez. La atracción
por el valor del significado y el ademán que implica la imagen
incluso por encima de consideraciones de orden práctico.15
Vista muro rojo con entrada desde el vestidor
Tercera planta. La terraza
Imagen panorámica de la terraza
Vista hacia el muro rosa envuelo en vegetación
Vista hacia el cielo desde el patio de las ollas
10. 9
CONCLUSIÓN:
El libro Los Jardines Encantados, está ilustrado con estampas que aluden a visiones de jardines donde además de la vegeta-
ciónaparecendecoracionesconrecursosarquitectónicos,esculturas,columnas,mediasglorietas,yendondelasfuentesylosestanques
son elementos constantes. El otro tema muy importante del libro de Bac es el de los cuentos asociados a cada uno de los jardines, es
decir, no se trataba solamente de arreglos de vegetación, sino de que el jardín con su arquitectura agregada, respondía a una historia
particular por la cual cada elemento tomaba otra dimensión significante además de la estética. Si bien es cierto que en las casas de
Guadalajaraaparecierondetallesaccesoriosquealudierondirectamenteaimágenesdellibro(portonesdemadera,rejasypergolados),
másimportantefueparalaintegracióndelimaginarioarquitectónicodeBarragán,elpoderrelacionarlaexistenciadelascosasdela
arquitectura con los motivos de una narración, no adicional, sino básica, en tanto que era lo que movía a la creación del ámbito.
La influencia sobre Barragán se torna patente desde una estética del sentido, desde la conversión de los objetos de la vida
cotidiana en mediadores de sentido. La arquitectura de Barragán está construida sobre atisbos de sentido y precisamente porque son
atisbos, no se pueden redondear, no pueden adquirir la forma de un teoría: ésta presume la posesión de la idea, y la idea, no obstante
es inaprensible. Su verdadera naturaleja es semejante al agua, a las sombras, a las nubes bajo un cielo encendido: su figura es fugaz.
La renuncia amorosa del poeta Bac a Minguilla se traduce en una renuncia amorosa de Barragán a una teoría arquitectónica, a una
comprensión definitiva del habitar y el construir.
El capítulo de los Jardins enchantés titulado “La chapelle” nos ha mostrado el flanco religioso de Bac. El resto de los capítu-
los, su estética de la arquitectura. Pero también se puede advertir que la pasión amorosa, la sacralización de lo cotidiano y el sujeto
amado, la personificación de las rejas, las galerías, la vitalización y totalización de los jardines, la platonización del motivo arquitec-
tónico forman un cuerpo indivisible. En la arquitectura de Barragán se convierte también, acaso por mediación de esta infuencia, en
un arte total.
Que se trata de una coincidencia trágica (lo contrario sería pura ingenuidad) se prueba por la bella ironía final: uno puede
libre y soberanamente consagrarse a una ilusión, pero no reconocer que se trata tan sólo de una ilusión. Sé que no puede ser; mas.
¿qué me impide creer? Hay sueños que son creencias y creencias que son meros sueños... Pero hay otra posible interpretación, y me
parece que es la apuesta de Bac:
“Cabe que el arte sea el único espacio donde los imposibles necesarios (los ideales) se tornan posibles. En tal caso,
creer sería un acto de cordura, no de insensatez. Éste es también quizá, el sentido más profundo del Quijote: la po-
sibilidad de que los ideales no se pierdan en el horizonte, diluidos por la brutalidad de lo cotidiano”.
Creo que esta es una de las visitas que más me haya impresionado. Al salir, es difícil poder resumir el sinnúmero de sensa-
ciones almacenadas en el recorrido, es difícil reproducir en palabras la belleza que estos espacios transmiten. Ha sido una lección de
contundencia y claridad en los principios arquitectónicos y los postulados de la arquitectura moderna. Pero es fundamentalmente
una lección de humildad, de cómo se puede lograr tanto con tan pocos recursos, de cómo se puede llegar a ser eterno sin aspavientos,
de cómo mediante el silencio se puede decir tanto. Algo característico en la arquitectura del gran maestro Luis Barragán.
“De la mayoría de las publicaciones de arquitectura y de la prensa diaria, han desaparecido las palabras be-
lleza, poesía, embrujo, magia, encantamiento, sortilegio. También otras como s erenidad, silencio, misterio, asom-
bro, hechizo. Todas ellas han encontrado amorosa acogida en mi alma. Por eso pienso que en mí se premia a quienes
aman y persiguen estas hermosas palabras y la realidad que ellas reflejan:
No pretendo haberlo logrado, pero ése ha sido el principal interés de mi vida”16
BIBLIOGRAFÍA:
LIBROS.
_María Emilia Orendáin. En busca de Luis Barragán.
_Buéndía Palomar Eguiarre. Luis Barragán
_La revolución callada. Fundación Barragán.
_Juan Molina y Vediam Ronaldo Schere Arquitectos. Luis Barragán, Paraisos
_Alfaro, Alfonso. Voces de tinta dormida. Itinerarios espirituales de Luis Barragán.
_Conversaciones con Luis Barragán en la Ciudad de México. Ramírez Ugarte
_Conversaciones de formas. Entrevista a Luis Barragán. Mario Schjetnan Garduño
_Luis Barragán, “Gardens for Enviroment; Jardines del Pedregal”, Journal of the American Institute of Architects
_ Carlos Mijares: “Luis Barragán y los duendes del sitio”.
16 “Discurso de Luis Barragán en la Presentación del Premio Pritzker de Arquitectura 1980”. En Saito, Yutaka. Luis Barragán. México, Noriega Editores, 1994, p. 10.