Moscas Dasiops en cultivos de pasifloras

(Diptera: Lonchaeidae)
en cultivos de pasifloras
MOSCASdel género
Dasiops Rondani 1856

MOSCAS DEL GÉNERO Dasiops Rondani 1856 (Diptera: Lonchaeidae)
EN CULTIVOS DE PASIFLORAS
© Publicación del Instituto Colombiano Agropecuario, ICA.
Tipo de publicación: Boletín Técnico
Código: 00.09.32.11C
ISBN: 978-958-8779-18-8
Edición: Produmedios
Tiraje: 1500 Ejemplares
Producción Editorial:
Diagramación, impresión y encuadernación
Produmedios
El contenido de esta publicación es propiedad intelectual del Instituto
Colombiano Agropecuario, ICA. Prohibida su reproducción con fines
comerciales.
Impreso en Colombia. Printed in Colombia.
El material impreso se realizó con recursos del Fondo Nacional de Fomento
Hortifrutícola y fue producido en el marco del convenio ICA Asohofrucol
TR 1305 “Ajuste, validación y transferencia de tecnologías de manejo fi-
tosanitario de la mosca del ovario - Dasiops spp. (Diptera: Lonchaeidae) en
cultivos de Pasifloras en Colombia”.
Juan Camilo Restrepo Salazar
Ministro de Agricultura y Desarrollo Rural
Ricardo Sánchez López
Viceministro de Agricultura y Desarrollo Rural
Teresita Beltrán Ospina
Gerente General ICA
Carlos Alberto Soto Ravé
Subgerencia de Protección Vegetal ICA
Luz Marina Arango
Subgerencia de Análisis y Diagnostico ICA
Emilio Arévalo
Dirección Técnica de Epidemiología y Vigilancia Fitosanitaria ICA
John Jairo Alarcón Restrepo
Dirección Técnica Sanidad Vegetal ICA
Adriana Castañeda
Dirección Técnica de Análisis y Diagnostico Fitosanitario ICA
Autores
Ángela P. Castro Ávila, I. A., candidato a MSc. Universidad Nacional de
Colombia, convenio ICA – Asohofrucol.
Adriana M. Sepúlveda Silva, Biol., convenio ICA-Asohofrucol
Camila Vallejo Sánchez, I. A., convenio ICA-Asohofrucol
Cheslavo A. Korytkowski G. I.A., ScD. Programa de maestría en entomología,
Universidad de Panamá, PANAMÁ.
Everth E. Ebratt Ravelo, I. A., MSc. Instituto Colombiano Agropecuario ICA
Helena Brochero, Biol., MSc., PhD., Profesor Asociado Universidad Na-
cional de Colombia
Herberth Matheus Gómez, I. A., MSc., Instituto Colombiano Agropecuario ICA
Jordano Salamanca Bastidas, I. A., candidato a MSc. Universidad Federal
de Lavras (Brasil), convenio ICA-Asohofrucol
Maikol Santamaría Galindo, Ing. en Agroecología, Profesor Uniminuto,
candidato a MSc., U. Nacional de Colombia
Marco A. Cubides Acosta, I. A., convenio ICA-Asohofrucol
Mercedes González Martínez, I. A., Instituto Colombiano Agropecuario ICA
Olga Y. Martínez Barrera, Ing. en Agroecología, candidato a MSc., IPN –
CEPROBI (México), convenio ICA-Asohofrucol
Sandra M. Parada Pire, Ing. en Agroecología, candidato a MSc., Universidad
Nacional de Colombia
Zaida Flórez Prieto, I.A., Instituto Colombiano Agropecuario ICA
Agradecimientos:
Al Instituto Colombiano Agropecuario, Dirección Técnica de Vigilancia Epi-
demiológica Agrícola; a los líderes del proyecto frutales de las seccionales
ICA Cundinamarca, ICA Boyacá, ICA Huila, ICA Tolima, ICA Meta, ICA An-
tioquia, ICA Caldas, ICA Risaralda, ICA Quindío e ICA Valle del Cauca; a
Asohofrucol; a la Universidad Nacional de Colombia, escuela de postgrados
de la Facultad de Agronomía sede Bogotá, al Fondo Nacional de Fomento
Hortifrutícola FNFH, a la escuela de postgrado de la Facultad de Agronomía
de la Universidad de Panamá, a Cheslavo Korytkowski y a los productores
que apoyaron la ejecución del proyecto.

Contenido
1. Introducción 8
2. Generalidades del género Passiflora L. 11
3. Generalidades de las moscas de la familia Lonchaeidae 13
3.1 Aspectos biológicos del género Dasiops Rondani 13
3.2. Características morfológicas de Dasiops Rondani 15
4. Las ‘moscas negras de la fruta’ y del ‘botón floral’ en pasifloras cultivadas 16
4.1. Especies de Dasiops Rondani que afectan cultivos de pasifloras en Colombia 17
4.1.1. Dasiops caustonae Norrbom & McAlpine, 1996 17
4.1.2. Dasiops gracilis Norrbom & McAlpine, 1996 18
4.1.3. Dasiops yepezi Norrbom & McAlpine, 1996 19
4.1.4. Dasiops inedulis Steyskal, 1980 20
5. Importancia económica de Dasiops Rondani en pasifloras cultivadas 21
5.1. Daños 21
5.1.1. Daños en granadilla 24
5.1.2. Daños en gulupa 25
5.1.3. Daños en maracuyá 26
5.1.4. Daños en curuba 27
6. Manejo integrado de Dasiops Rondani 28
6.1. Etapas del manejo integrado de plagas (MIP) 28
6.1.1. Prevenir 28
6.1.2. Inspeccionar 29
6.1.3. Intervenir 31
a. Control cultural 31
b. Control etológico y químico 31
c. Control natural 32
Consideraciones 35
Literatura citada 36

Lista de tablas
Tabla 1. Especies de Dasiops Rondani que afectan pasifloras

cultivadas en Colombia 17
Tabla 2. Niveles de daño por Dasiops inedulis en botones
de pasifloras cultivadas e Colombia. 23
Tabla 3. Niveles de daño en frutos de pasifloras cultivadas en Colombia. 23
Tabla 4. Himenópteros recuperados de botones y frutos de pasifloras
infestadas por Dasiops Rondani. 33
Tabla 5. Porcentaje promedio de parasitoidismo natural en moscas
Dasiops Rondani registrado en Cundinamarca y Boyacá. 34

MOSCAS DEL GÉNERO Dasiops Rondani 1856 (Diptera: Lonchaeidae) EN CULTIVOS DE PASIFLORAS
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Lista de figuras
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Figura 1. Especies de pasifloras priorizadas en el proyecto ICA-AsohofrucolTR
1305
Figura 2. Estructuras reproductivas correspondientes a botones florales,
flor, ovario en desarrollo y fruto maduro de granadilla, gulupa, curuba y
maracuyá, susceptibles ataque por Dasiops Rondani.
Figura 3. A) Vista parcial de ovario polinizado de curuba infestado con
posturas de Dasiops caustonae. B) Vista parcial de ovario polinizado
de
granadilla infestado con posturas de Dasiops yepezi.
Figura 4. A) Larva de Dasiops gracilis en arilo de gulupa. B) Larva de Dasiops
gracilis en fruto de gulupa.
Figura 5. A) Pupas de Dasiops gracilis en frutos de gulupa. B) Pupario de
Dasiops gracilis en suelo.
Figura 6. A) Vista dorsal Dasiops Rondani. B) Vista frontal de la cabeza de
Dasiops Rondani. C) Vista dorsal del ala de Dasiops Rondani.
Figura 7. Vista frontal de la cabeza de Dasiops alveofrons McAlpine, 1961
(izquierda macho y derecha hembra).
Figura 8. Vista lateral del mesotórax de Dasiops Rondani
Figura 9. Antena de Dasiops Rondani
Figura 10. Ala de Dasiops Rondani
Figura 11. Ovipositor de Dasiops caustonae
Figura 12. Larva de Dasiops Rondani
Figura 13. Adulto de Dasiops spp.
Figura 14. Hembra adulta de Dasiops caustonae Norrbom & McAlpine, 1996.
Figura 15. Hembra adulta de Dasiops gracilis Norrbom & McAlpine, 1996.
Figura 16. Hembra adulta de Dasiops yepezi Norrbom & McAlpine, 1996.
Figura 17. Hembra adulta de Dasiops inedulis Steyskal.
Figura 18. Ciclo general correspondiente a moscas del género Dasiops
Rondani que afectan botón floral y flor-fruto en pasifloras.
Figura 19. Oviposición de Dasiops yepezi en flor aperturada (fruto en
formación) de granadilla.
Figura 20. Síntomas de daño en fruto de granadilla
Figura 21. Larva de Dasiops yepezi en fruto de granadilla
Figura 22. Síntomas de daño en botón de granadilla causado por Dasiops
inedulis
Figura 23. Oviposición de Dasiops gracilis en flor aperturada (fruto en formación)
de gulupa.
Figura 24. Frutos de gulupa con síntomas de daño causado por Dasiops
gracilis.

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30
Figura 25. Síntomas de daño en botón floral causado por Dasiops inedulis.
Figura 26. A) Fruto de maracuyá sin daño causado por Dasiops gracilis. B)
Fruto de maracuyá con síntomas de daño causado por Dasiops gracilis.
Figura 27. A) Dasiops inedulis en botón floral de maracuyá. B) Botón floral
de maracuyá con síntomas de daño por Dasiops inedulis.
Figura 28. Botón floral de maracuyá consumido por larvas de Dasiops
inedulis
Figura 29. Oviposición de Dasiops caustonae en flor aperturada (fruto en
formación) de curuba.
Figura 30. Síntomas de daño en fruto de curuba, causado por Dasiops
caustonae
Figura 31. Daño en curuba causado por Dasiops caustonae
Figura 32. Trampas McPhail con base removible de color amarillo y esquema
de una trampa McPhail clásica.

7

8
1. Introducción
a nivel mundial (PFN, 2006; Agronet,
2008; FAO, 2008).
Las pasifloras cultivadas en nuestro país
(maracuyá, granadilla, gulupa, curuba y
badea, entre otras) son susceptibles al
ataque de plagas, que ocasionan dismi-
nución de la producción de fruta, generan
aumentos en los costos de control y por
consiguiente en los costos de producción,
y causan también una disminución del
valor comercial y restricciones en el acceso
a los mercados especializados (Agronet,
2008; Conpes, 2008).
Entre los años 2008 y 2010 se tenían
sembradas 12.458 hectáreas de pasifloras
en representación del 5,6% de los frutales
producidos en Colombia, distribuidas
así: 5.900 ha en maracuyá (Passiflora
edulis f. flavicarpa Degener), 4.800 ha
en granadilla (Passiflora ligularis Juss) y
1.518 ha en curuba (Passiflora tripartita
var. mollissima Nielsen & Jorgensen y P.
tarminiana Coppens & Barney) (Anuario
estadístico, 2008; Agronet, 2010).
Los mayores productores por cultivo son: el
Valle del Cauca para maracuyá, con 26.640
t; el Huila para granadilla, con 24.348 t; y
Boyacá para curuba, con 7.298 t (Anua-
rio estadístico, 2008). El cultivo de gulupa
(Passiflora edulis f. edulis Sims) no cuenta
con datos estadísticos y solamente se
La producción de frutas en Colombia
constituye uno de los renglones más im-
portantes para la economía tanto para la
demanda interna como de exportación.
Las ventajas comparativas de estos cultivos
tropicales en Colombia, los bajos niveles
relativos de consumo de frutas y hortalizas
a nivel nacional, y la creciente demanda
de los mismos en los mercados interna-
cionales, algunos de ellos considerados de
alto valor, determinan un potencial de cre-
cimiento favorable para este sector en el
país (Conpes, 2008).
En la producción frutícola nacional, las
pasifloras son promisorias por considerar
nativas a muchas de estas especies, lo que
ha beneficiado su manejo y por ende su
cosecha (Miranda et al., 2009).
Después del banano y la uchuva, las pasi-
floras constituyen los frutales con mayor
exportación. Del total de las exporta-
ciones agrícolas realizadas durante el año
2009, las pasifloras participaron con el
5,96%, por un valor de US$3.700.000
para maracuyá, US$2.700.000 para
granadilla y US$9.200.000 para gulupa
(Agronet, 2010). La importancia en la
producción, comercialización y exporta-
ción de este grupo de frutas posiciona la
actividad como una de las más exigentes
con relación al cumplimiento de normas
y requisitos fitosanitarios y de inocuidad

9
reportan 197 ha sembradas a nivel nacio-
nal, particularmente en el departamento
de Cundinamarca (Agronet, 2010).
Según datos del Conpes (2008), las pro-
ducciones se ven afectadas por los daños
causados por las moscas negras de los
botones florales y las moscas negras
del fruto, que provocan pérdidas entre
el 50-60%. Esta situación, sumada a la
implementación inadecuada de estrate-
gias para su manejo, se agrava por el
uso inadecuado de insecticidas de sínte-
sis química sin especificidad alguna y sin
existir homologación de las técnicas de
manejo para cada una de las pasifloras
cultivadas, lo que ha generado pérdidas
anuales cercanas a los 1,2 billones de
pesos (Bernal y Díaz, 2005).
Además, la comercialización se puede ver
interrumpida por las restricciones impues-
tas por el mercado internacional (Conpes,
2008); sin embargo, en estas moscas no
se tiene claramente establecida su trascen-
dencia en los mercados internacionales.
Debido a la importancia económica de esta
plaga, mediante la Resolución ICA 001 del
2011 el Instituto Colombiano Agrope-
cuario establece que algunas especies de
las moscas del género Dasiops entran en
la categoría de moscas de la fruta, bajo un
seguimiento de vigilancia fitosanitaria en
el ámbito nacional (ICA, 2011).
Se considera como problema fitosani-
tario en pasifloras el daño causado por
algunas especies del género Dasiops
Rondani, conocidas como ‘moscas del
botón floral’ o ‘moscas del ovario’ (Conpes,
2008); sin embargo, por los hábitos de
muchas podrían ser llamadas ‘moscas
negras de la fruta’ (Korytkowski, 2003).
La comercialización de frutas en fres-
co y sus derivados constituye una de
las principales actividades comerciales,
pero es afectada por las moscas de las
frutas, que causan las mayores pérdidas
en el ámbito mundial (Uchoa y Zucchi,
1999).
Por la importancia económica de las pa-
sifloras cultivadas, se pretende ofrecer en
esta cartilla la información fitosanitaria
necesaria en relación con algunas de las
especies de moscas del género Dasiops
Rondani que las afectan en Colombia. Se
incluyen aquí aspectos para su recono-
cimiento, características de los daños y
síntomas generados en botones y frutos,
algunas particularidades del comporta-
miento y las recomendaciones de manejo
acorde con los resultados obtenidos en
el proyecto TR 1305 “Ajuste, validación
y transferencia de tecnologías de ma-
nejo fitosanitario de la mosca del ovario
–Dasiops Rondani (Diptera:Lonchaeidae)
en cultivos de pasifloras en Colombia”.
En el proyecto ICA-Asohofrucol (TR 1305)
se pudo determinar que actualmente
se registran 17 especies del género
Dasiops Rondani asociadas a pasifloras
cultivadas en Colombia, 5 de ellas de
importancia económica en cultivos de
curuba, maracuyá, granadilla y gulupa
(Figura. 1). También se estableció que
existe una asociación de dos especies
del género Dasiops Rondani para cada
una de las pasifloras cultivadas, una
especie que afecta el botón floral y otra
que afecta el fruto.

10
Figura 1. Especies de pasifloras priorizadas en el proyecto ICA-Asohofrucol TR 1305 (Fuente: Castro et al., 2012).
Maracuyá
Passiflora edulis f. flavicarpa Degener 1932
Curuba de castilla
Passiflora tripartita var. mollissima Nielsen y Jorgensen
1988
Curuba india
Passiflora tarminiana Coppens & Barney 2001
Granadilla
Passiflora ligularis Juss 1805
Gulupa
Passiflora edulis f. edulis Sims 1818

11
2. Generalidades del género
Passiflora L.
mitad del filamento con dehiscencia lon-
gitudinal). Los pistilos tienen tres carpelos
abiertos y unidos en un ovario unilocular,
superogloboso, ovoide, con numerosos
óvulos al interior, estilos aplanados y divi-
didos en tres ramas, cada uno con estigmas
capitados dispuestos a recibir el polen y
dar inicio a la etapa de fruto (Rivera et al.,
2002; Angel et al., 2011).
El fruto del tipo baya está compuesto por
el epicarpio, el exocarpio o corteza dura,
el mesocarpio o corteza blanca espon-
josa, el endocarpio o pulpa comestible y
las semillas (Villamizar, 1992). El epicarpio
es una cubierta natural delgada de con-
sistencia cerosa que protege el fruto de
cambios bruscos de temperatura y le da
la apariencia lustrosa (Saldarriaga, 1998);
el exocarpio, formado de varias capas de
células cortas y de paredes muy gruesas,
le da solidez y favorece el transporte del
fruto, aunque mide menos de 1 mm de
espesor (Rivera et al., 2002); el mesocarpio
es blanco, esponjoso, seco, de 5 mm de
grueso y favorece el almacenamiento; y el
endocarpio es una fina membrana blanca
que alberga un promedio de 200 a 250
semillas planas y angostas envueltas en un
arilo grisáceo, traslúcido, mucilaginoso y
acidulado que constituye la parte comes-
tible (Gutiérrez, 1984; Rivera et al., 2002).
Se debe tener claridad de las diferencias en
los estados fenológicos de las estructuras
reproductivas, para de esta forma poder
La familia Passifloraceae L., conformada
por 18 géneros y 630 especies descritas,
es nativa de las zonas tropicales y subtro-
picales. El mayor registro se sitúa en África
y Madagascar. En América la familia está
representada por 4 géneros: Ancistrothyrsus,
Dilkea, Mitostemma y Passiflora L.
El género Passiflora L. es endémico del
nuevo continente y se considera como
el más importante de la familia, ya que
incluye aproximadamente 530 especies co-
nocidas (Ulmer & MacDougal, 2004). La
mayoría de ellas tienen su origen en la re-
gión tropical y subtropical de Suramérica
(Cunha, 1996); de las especies conocidas,
alrededor de 60 producen frutos comes-
tibles. En el ámbito mundial se destacan
por su importancia económica las espe-
cies Passiflora edulis f. flavicarpa Degener
(maracuyá), Passiflora edulis f. edulis Sims
(gulupa) y Passiflora alata Curtis (Martin &
Nakasone, 1994).
La fenología floral de las pasifloras pasa
por las etapas de botón floral, flor aper-
turada y fruto desarrollado. El botón floral
es una estructura reproductiva inmadura
compuesta por sépalos que protegen los
espirales de estambres y el ovario inma-
duro. La flor aperturada es una estructura
reproductiva madura caracterizada por la
presencia de sépalos de forma lanceolada
con pétalos tubulares que forman una
corola; consta de cinco estambres unidos
por su base (las anteras se unen hacia la

12
asociarlas a la especie de Dasiops Rondani
que las infesta. Las etapas fenológicas en
el cultivo susceptibles al ataque y daño
por moscas del género Dasiops Rondani
comprende los botones florales y la flor
aperturada (Figura 2).
Figura 2. Estructuras reproductivas correspondientes a botones florales (columna 1), flor (columna 2), ovario en
desarrollo (columna 3) y fruto maduro (columna 4) de granadilla (fila 1), gulupa (fila 2), curuba (fila 3) y maracuyá
(fila 4), susceptibles al ataque por Dasiops Rondani. (Fotografía: Proyecto ICA-Asohofrucol TR 1305).
Botón floral
Ataque de botón
por Dasiops inedulis
excepto en curuba
Ataque de fruto por Dasiops
yepezi en granadilla,
por Dasiops gracilis en
maracuyá y gulupa
y por Dasiops caustonae
en curuba
Flor aperturada Ovario en desarrollo Fruto maduro

13
Las moscas de la fruta pertenecen a la
superfamilia Tephritoidea, que a su vez
está comprendida por diez familias, aun-
que solo Tephritidae y Lonchaeidae son
referidas como plagas de frutos (Colless
& McAlpine, 1991). La familia Lonchaeidae
reúne un grupo importante de moscas
de las frutas que se destacan como pla-
gas en diferentes especies cultivadas en el
mundo; otras especies han sido utilizadas
como agentes de control biológico en
pasifloras consideradas como malezas
(Norrbom & McAlpine, 1996; Korytkowski,
2003).
La familia Lonchaeidae comprende los
géneros Earomyia Zetterstedt, 1948;
Chaetolonchaea Czerny,1934; Protearomyia
McAlpine, 1962; Setisquamalonchaea
Morge, 1963; Lamprolonchaea Bezzi,
1920; Silba Macquart, 1851; Lonchaea
Fallén, 1820; Neosilba McAlpine, 1982; y
Dasiops Rondani, 1856. Los últimos tres
géneros están restringidos al Neotrópico
y han sido reportados en Colombia. Sus
especies tienen hábitos muy variados,
desde saprófagas, carpófagas secunda-
rias y carpófagas primarias, las que se
reconocen por su color negro brillante
generalizado, con iridiscencia azul, verde
y a veces cúprico (Korytkowski, 2003).
Dasiops Rondani es el género más primi-
tivo de la familia Lonchaeidae (McAlpine,
1962), cosmopolita, e incluye especies de
importancia económica debido a que sus
larvas frecuentemente se desarrollan en
botones florales y frutos de Cactaceae y
Passifloraceae (Korytkowski, 2003).
3.1 Aspectos biológicos
del género Dasiops
Rondani
Huevo: de color blanco cremoso, de for-
ma alargada y ahusada en los extremos.
Su tamaño es menor de 2 mm (Figura 3).
3. Generalidades de las moscas
de la familia Lonchaeidae
Figura 3. A) Vista parcial de ovario polinizado de
curuba infestado con posturas de Dasiops caustonae. B)
Vista parcial de ovario polinizado de granadilla infestado
con posturas de Dasiops yepezi. (Fotografía: Angela
Castro).
A
B

14
Figura 6. A) Vista dorsal Dasiops Rondani. B) Vista
frontal de la cabeza de Dasiops Rondani. C) Vista dorsal
del ala de Dasiops Rondani. (Fotografía: Angela Castro).
Larva: de color blanco con tonalidad
amarilla, presenta dos ganchos bucales y
los espiráculos posteriores de color negro
con anillo esclerotizado denominado peri-
tremo (Figura 4).
Pupa: el pupario tiene forma cilíndrica seg-
mentada de color café a marrón de aproxi-
madamente 7 mm de longitud (Figura 5).
Figura 5. A) Pupas de Dasiops gracilis en frutos de
gulupa con grado de madurez 5. (Fotografía: Angela
Castro y Maikol Santamaría).
A
Figura 5. B) Pupario de Dasiops gracilis en suelo. (Foto-
grafía: Angela Castro y Maikol Santamaría).
B
Figura 4. A) Larva de Dasiops gracilis en fruto en
formación de gulupa. B) Larva de Dasiops gracilis en
fruto de gulupa con grado de madurez 5. (Fotografía:
Angela Castro).
A
B
Adulto: de acuerdo con Korytkowski
(2003) y Castro et al., (2012), las especies
del género Dasiops son de tamaño varia-
ble y alcanzan hasta 10 mm de longitud;
tienen color negro, con brillo azul o verde
metálico. La característica más importante
para este género es la presencia de setas
post-estigmales; además, las antenas pre-
sentan el tercer segmento o flagelómero
corto y redondeado. Las alas son gene-
ralmente hialinas, aunque numerosas
especies se presentan parcial o totalmente
infuscadas (ahumadas) de tonalidades
marrón o amarillo, con el margen costal
proyectado o curvado hacia adelante. Las
patas son negras, con los segmentos de
los tarsos enteramente negros o con to-
nalidades amarillas (Korytkowski y Ojeda,
1971; Korytkowski, 2003) (Figura 6).
B
C
A

15
Figura 9. Antena de Dasiops Rondani. 2°. Segundo
segmento antenal; 3°. Tercer segmento antenal; S.sb.
Segmento subbasal de la arista; Ar. Arista. (Tomado y
modificado de Korytkowski y Ojeda, 1971).
Figura 10. Ala de Dasiops Rondani. Cstg. Celda stigmal;
ta. Vena transversa anterior; tp. Vena transversa
posterior; Cm. Celda marginal; Csm. Celda submarginal;
Cap. Celda apical; Cd. Celda distal; aa. Distancia entre
ta y tp. (Tomado y modificado de Korytkowski y Ojeda,
1971).
Figura 11. Ovipositor de Dasiops caustonae. A.
Syntergosternito; B. Membrana eversible; C. Aculeus; D.
Ápice. (Tomado y modificado de Norrbom & McAlpine,
1996).
Figura 12. Larva de Dasiops Rondani. DC. Cornu dorsal;
VC. Cornu ventral; PH. Esclerito faringeal; PST. Esclerito
parastomal; SHP. Esclerito subhypostomal; PDP. Proceso
posterodorsal del gancho mandibular; LAB. Esclerito
labial; DT. Esclerito dentado; PSC. Pseudocefalón;
MH. Gancho mandibular. (Tomado y modificado de
McAlpine, 1961).
3.2. Características
morfológicas de
Dasiops Rondani
A continuación se presenta el detalle de las
características morfológicas relevantes para
el reconocimiento de Dasiops Rondani.
Figura 7. Vista frontal de la cabeza de Dasiops alveofrons
McAlpine 1961 (izquierda macho y derecha hembra):
IV. Seta vertical interna; PV. Seta posvertical; OV. Seta
vertical externa; UO. Seta orbital; O. Seta ocelar; FD.
Depresión frontal; IO. Sétula orbital inferior; IF. Sétula
interfrontal; L. Lúnula; P. Parafacia; CE. Ojo compuesto;
AR. Arista antenal; VL. Vibrissa; OS. Sétula oral. (Tomado
y modificado de McAlpine, 1961).
Figura 8. Vista lateral del mesotórax de Dasiops Rondani.
Ha. Seta humeral anterior; Hp. Seta humeral posterior;
pstg. Setas post-stigmales; pp. Seta propleural; stg. Seta
stigmal; Mspl. Mesopleura; Cma. Seta marginal anterior
(mesopleural); Cp. Seta posterior (mesopleural); Sstpl.
setulae sternopleurales; stpl. Seta sternopleural; Cal.
Calypterae. (Tomado y modificado de Korytkowski y
Ojeda, 1971).

16
Algunas especies del género Dasiops
Rondani (Diptera: Lonchaeidae) adquieren
importancia económica como insectos
plaga, debido a que infestan estructuras
florales y en primer estado de formación de
Passiflora spp. silvestres y cultivadas (Figura
13) (Norrbom & McAlpine, 1996; Sepúlveda
y Ebratt, 2008; Castro et al., 2012).
Con la realización de este proyecto se
registran 17 especies del género Dasiops
Rondani asociadas a pasifloras cultivadas
en Colombia a partir de ejemplares
recuperados en botones florales, frutos y
la captura en trampas McPhail ubicadas en
predios productores en diez departamentos
del territorio nacional. Se determinó que
existen dos especies del género Dasiops
Rondani: una asociada a botón floral y otra
al fruto en desarrollo para cada una de
las pasifloras cultivadas, a excepción de la
curuba P. tripartita var. mollissima, en la que
solo se reporta Dasiops caustonae Norrbom
& McAlpine sobre frutos en desarrollo. Se
reportansietenuevasespeciescapturadasen
trampas McPhail con proteína hidrolizada,
cuatro nuevos reportes para Colombia;
así como Dasiops passifloris McAlpine y
Dasiops curubae Steyskal, capturadas en
trampas McPhail con proteína hidrolizada
(Castro et al., 2012).
De las especies asociadas a pasifloras, cuatro
de ellas infestan directamente la planta
hospedante (Tabla 1). Es así como Dasiops
inedulis Steyskal infesta exclusivamente
botones florales en maracuyá, granadilla y
gulupa,razónporlacualpodríadenominarse
a esta especie como ‘mosca del botón
floral’. En cambio, Dasiops yepezi Norrbom
& McAlpine infesta frutos en formación
a partir del estado de flor aperturada
polinizada de granadilla; Dasiops gracilis
Norrbom & McAlpine infesta frutos en
formación en flor aperturada y polinizada
de gulupa y maracuyá, y Dasiops caustonae
Norrbom & McAlpine infesta frutos en
formación en flor aperturada y polinizada
de curuba (Causton, 1993); de acuerdo
con Korytkowski (2003), a este grupo de
moscas se le podría denominar ‘moscas
negras de la fruta’. Es importante enfatizar
que la gulupa y el maracuyá corresponden
a una misma especie (Passiflora edulis),
razón por la cual Dasiops gracilis infesta sus
frutos en desarrollo.
Figura 13. Adulto de Dasiops spp. (Fuente: Sepúlveda y
Ebratt, 2008).
4. Las ‘moscas negras de la fruta’
y del ‘botón floral’ en
pasifloras cultivadas

17
4.1. Especies de Dasiops
Rondani que afectan
cultivos de pasifloras
en Colombia
a 2,24 mm y la del aculeus está entre 1,18
a 1,36 mm, con una relación aculeus/
largo del mesonoto de 0,61 a 0,68 mm
sin presencia de dientes o sierra (Norrbom
& McAlpine, 1996; Castro et al., 2012)
(Figura 14).
D. caustonae infesta frutos en desarrollo de
curuba en los departamentos de Boyacá y
Cundinamarca. Los cultivos muestreados
presentan una particularidad al tener una
mezcla de las especies Passiflora tripartita
var. mollissima y P. tarminiana, se logró
observar que D. caustonae afecta en mayor
proporción a P. tripartita var. mollissima
que a P. tarminiana. Umaña (2005) registró
a Dasiops caustonae con una severidad
de daño estimado de 23,7% en frutos de
curuba en el municipio de Sutamarchán,
Boyacá. D. caustonae ha sido registrada en
Cundinamarca en frutos deformados de
curuba, caracterizados por presentar forma
de pera y con pudrición hacia el pedúnculo
de los mismos (Sepúlveda y Ebratt, 2008).
Tabla 1. Especies de Dasiops Rondani que afectan pasifloras cultivadas en Colombia.
Especie Cultivo Afecta Departamento Referencia y país
Dasiops caustonae Curuba
de castilla
Fruto Boyacá
Cundinamarca
Causton (1993). Venezuela
Umaña (2005). Colombia
Sepúlveda y Ebratt (2008). Colombia
Dasiops gracilis Gulupa
Maracuyá
Fruto Antioquia, Tolima
y Cundinamarca
Yepez y Vélez (1989). Colombia
Norrbom & McAlpine (1996).
Dasiops yepezi Granadilla Fruto Cundinamarca,
Risaralda, Boyacá
y Huila
Yepez y Vélez (1989). Colombia
Santos et al., (2009). Colombia
Dasiops inedulis Gulupa,
granadilla
y maracuyá
Botón Caldas, Antioquia,
Cundinamarca,
Boyacá, Meta,
Huila, Tolima,
Quindío, Risaralda
y Valle.
Steyskal (1980). Panamá
Ambrecht et al., (1986). Colombia
Norrbom & McAlpine (1996).
Santos et al., (2009). Colombia
4.1.1. Dasiops caustonae
Norrbom & McAlpine,
1996
Especie de tamaño mediano (3,95 mm
de longitud), cabeza setulosa, con alas
completamente hialinas.
La característica más concluyente en la
hembra es la forma del ovipositor (Figura
14), el cual se estrecha justo antes del
inicio del ápice, se ensancha ligeramente
y se estrecha en su ápice; presenta 2 a 3
sensilas en la parte media del cerci. De
acuerdo con la literatura, la longitud del
mesonoto tiene un rango que va de 1,80

18
4.1.2. Dasiops gracilis
Norrbom & McAlpine,
1996
Especie grande (las hembras miden
en promedio 4,98 mm de longitud) de
alas infuscadas tenuemente desde la
celda C hasta la celda r1, r2+3, r4+5 y
la vena dm-cu. El aculeus es delgado,
ligeramente afilado con agudas muescas
y setas en la parte preapical. La longitud
del mesonotum tiene un rango que va
de 1,80 a 2,20 mm y la del aculeus es
de 1,79 a 2,29 mm, con una relación
aculeus/largo del mesonotum de 0,95
a 1,11; ápice de 0,08 a 0,105 mm de
largo y 0,040 a 0,045 mm de ancho,
sin presencia de dientes (Norrbom &
McAlpine, 1996; Castro et al., 2012)
(Figura 15).
Figura 14. Hembra adulta de Dasiops caustonae Norrbom & McAlpine, 1996. Detalle de ovipositor. (Fuente: Castro
et al., 2012; Sepúlveda y Ebratt, 2008).
Figura 15. Hembra adulta de Dasiops gracilis Norrbom & McAlpine, 1996. Detalle de ovipositor. (Fuente: Sepúlveda
y Ebratt 2008; Castro et al., 2012).

19
dm-cu. El aculeus es delgado, ligeramente
afilado con agudas muescas (Figura 16).
Esta especie se diferencia de D. gracilis
por la longitud del mesonotum, que tiene
un rango que va de 2,04 a 2,40 mm, y por
la longitud del aculeus, que es más corta
(de 1,38 a 1,62 mm); con una relación
aculeus/largo del mesonotum de 0,58 a
0,78. Otra característica que las diferencia
es el largo del ápice: en D. yepezi con
0,120 a 0,135 mm de largo y 0,050 a
0,060 mm de ancho, sin dentición en
su ápice (Norrbom & McAlpine, 1996;
Castro et al., 2012) (Figura 16). D. yepezi
se encontró en frutos en desarrollo de
granadilla en los departamentos de
Cundinamarca, Boyacá y Huila; también
se capturó en trampa McPhail cebada con
proteína hidrolizada en Risaralda. Yepes y
Velez(1989)reportaronaD.yepezienfrutos
de granadilla en Antioquia; esta especie
fue descrita y confirmada por Norrbom
& McAlpine (1996). Igualmente, en los
estudios realizados en el departamento del
Huila, se encontró a D. yepezi en frutos de
granadilla (Santos et al., 2009).
D. gracilis se encontró distribuida en los
departamentos de Cundinamarca, Huila,
Tolima y Antioquia, y afectó frutos en
desarrollodegulupaymaracuyá,estoúltimo
en el departamento de Cundinamarca. En
Colombia Yepez y Velez (1989) reportaron a
D. gracilis en Antioquia en frutos de gulupa;
esta especie fue descrita y confirmada por
Norrbom & McAlpine (1996). Sepúlveda
y Ebratt (2008) observaron que las larvas
de D. gracilis se alimentan del mesocarpo
y endocarpo, lo que produce que el fruto
comience a tomar una coloración púrpura
antes de madurar, seguida del arrugamiento
externo, que finalmente conduce, en
algunas ocasiones, a la caída del fruto.
4.1.3. Dasiops yepezi
Norrbom & McAlpine,
1996
Especie grande (las hembras miden en
promedio 4,9 mm de longitud), con alas
infuscadas tenuemente desde la celda C
hasta la celda r1, r2+3, r4+5 y la vena
Figura 16. Hembra adulta de Dasiops yepezi Norrbom & McAlpine, 1996. Detalle de ovipositor. (Fuente: Castro et
al., 2012; Sepúlveda y Ebratt, 2008).

20
4.1.4. Dasiops inedulis
Steyskal, 1980
Especie con fuerte brillo azul metálico.
Alas de 2,9 a 4,1 mm, hialinas; calyptero
y cilia blancos. Ápice del aculeus agudo,
aproximadamente1,4vecestanlargocomo
ancho (Korytkowski, 1989). El mesonotum
tiene una longitud de 1,84 ± 0,162 mm;
de acuerdo con lo reportado por Norrbom
& McAlpine (1996) el rango de variación
para esta característica va de 1,36 a 2,04
mm. El aculeus de esta especie presenta
constricción justo antes del inicio del
ápice, la punta es triangular y totalmente
aserrada, con una ligera constricción antes
de la sierra (Figura 17). La longitud del
aculeus es de 1,23 a 1,83 mm, con una
relación aculeus/largo del mesonoto de
0,77 a 0,93 (Norrbom & McAlpine, 1996;
Castro et al., 2012) (Figura 17). D. inedulis
registra hábitos fitófagos-verticilares, ya
Figura 17. Hembra adulta de Dasiops inedulis Steyskal. Detalle de ovipositor. (Fuente: Sepúlveda y Ebratt 2008;
Castro et al., 2012).
que oviposita en los botones florales y
sus larvas consumen el contenido de los
sacos polínicos, las anteras y el ovario en
formación (Ambrecht et al., 1986; Santos
et al., 2009; Castro et al., 2012). Se observó
que, en general, el daño produce clorosis
en la estructura infestada, pérdida de brillo
natural, un leve arrugamiento en la parte
basal y finalmente la caída del botón.
En el marco del proyecto ICA-Asohofrucol
TR 1305 la especie se encontró distribuida
en los departamentos de Cundinamarca,
Meta, Huila, Tolima, Antioquia, Caldas,
Quindío, Risaralda y Valle del Cauca, en
botones florales de gulupa, maracuyá y
granadilla. Esto coincide con los reportes
de Ambrecht et al., (1986), Chacón y Rojas
(1984) en maracuyá del Valle del Cauca
y Santos et al., (2009) en granadilla del
Huila y en el cultivo de gulupa en el Tolima
(Sepúlveda y Ebratt, 2008).

21
5. Importancia económica de
Dasiops Rondani en pasifloras
cultivadas
5.1. Daños
Al hablar del daño generado por un insecto
plaga, es importante definir los siguientes
términos en el contexto del MIP:
• Rendimiento: se debe entender como
la producción económica medible de
un cultivo; generalmente se expresa en
kg/ha o t/ha.
• Daño: puede ser la expresión visible y
medible de los síntomas ocasionados
por el ataque de un insecto o también
por la reducción en la calidad o cantidad
en el rendimiento.
• Pérdida: es la reducción en los ingresos
netos por unidad de área debido al
ataque de un insecto (Teng, 1987;
Walker, 1983).
En los cultivos de pasifloras, Dasiops inedulis
infesta exclusivamente botones florales de
maracuyá, gulupa y granadilla en todas
las regiones productoras muestreadas.
Los botones infestados por esta mosca no
continúan a la siguiente etapa fenológica
de flor y son abortados por la planta, debido
a los daños generados en su interior (Figura
18). Según Ambrecht et al., (1986), la caída
de los botones florales infestados se da por
la acción alimenticia de los estados larvarios
que consumen las anteras no dehiscentes y
el ovario en formación.
Los niveles promedio de infestación real
(presencia de larvas/estructura) en botones
alcanzaron un 47%, 26% y 25% y una
severidad de daño del 17% (n= 700), 12%
(n=600) y 13% (n= 300) en maracuyá,
granadilla y gulupa, respectivamente (Tabla
2). Estos niveles de daño podrían afectar
en promedio 2,68 de 14,5±6,49; 1,04
de 8,7±3,5 y 1,88 de 14,5±5,83 botones
florales por rama de maracuyá, granadilla
y gulupa, en su orden. La infestación de los
botones florales interrumpe la fenología
floral y reduce los rendimientos esperados
desde el inicio de la etapa de producción.
A pesar de tener un papel protagónico por
su importancia económica en pasifloras
cultivadas en Colombia, la mosca del
botón floral D. inedulis actualmente se
considera una plaga secundaria ante el
desconocimiento de su efecto negativo
directo en la producción esperada.
Caso diferente ocurre con los ovarios de las
flores al ser infestadas con oviposiciones
de D. gracilis, D. yepezi y D. caustonae
en gulupa, granadilla y curuba respectiva-
mente, ya que estas estructuras permane-
cen adheridas a la planta y pasan a la
siguiente etapa fenológica hasta fruto
en sus diferentes estados de desarrollo.
Siendo imperceptible el daño en el mo-
mento de la oviposición y solo en la etapa
de fruto formado con grado de madurez 3

22
(Fisher, 2011); se manifiestan los síntomas
de arrugamiento externo o malformación,
producto del daño generado por los esta-
dos larvarios de estas moscas al interior del
mismo; particularmente las larvas de pri-
mer y segundo estadio consumen el arilo
y la semilla; esta condición hace los frutos
no aptos para la comercialización. Al final
del proceso de daño, las larvas de tercer
estadio realizan galerías en el mesocarpo y
perforan el exocarpo para salir del fruto y
empupar en el suelo (Figura 18). Los nive-
les promedio de infestación real (presencia
de larvas/estructura) en frutos alcanzaron
un 15%, 31% y 33%, con una severidad
de daño de 3% (n= 700), 15% (n= 600) y
20% (n= 300) en granadilla, gulupa y curu-
ba respectivamente (Tabla 3). Estos niveles
de daño podrían ocasionar pérdidas en la
producción por hectárea año, cercanas a
456 kg, 1300 kg y 1800 kg de fruta de
granadilla, gulupa y curuba, en su orden.
Figura 18. Ciclo general correspondiente a moscas del género Dasiops Rondani que afectan botón floral y flor-
fruto en pasifloras. (Fuente: Castro et al., 2012).
Mosca en botón
floral
Mosca en flor
aperturada
Caída de larvas
pupas

23
Tabla 2. Niveles de daño por Dasiops inedulis en botones de pasifloras cultivadas en Colombia. SD= Desviación
estándar; SE= Error estándar (Castro et al., 2012).
Estadística de evaluación de daños en botones florales
n Muestreos Media SD SE
Botones Maracuyá 700 14 21,57 12,01 3,21
Infestados 14 8,57 4,20 1,12
% Infestación 14 47 0,26 0,07
% Severidad 14 17 0,08 0,02
Botones Granadilla 600 12 22,17 10,18 2,94
Infestados 12 5,92 4,52 1,31
% Infestación 12 26 0,17 0,05
% Severidad 12 12 0,09 0,03
Botones Gulupa 300 6 19,33 14,00 5,71
Infestados 6 6,5 6,72 2,74
% Infestación 6 25 0,21 0,08
% Severidad 6 13 0,13 0,05
Tabla 3. Niveles de daño en frutos de pasifloras cultivadas en Colombia. SD= Desviación estándar; SE= Error estándar
(Castro et al., 2012).
Estadística de evaluación de daños en frutos
Frutos Granadilla 300 6 12 8,94 3,65
Infestados 6 1,33 1,63 0,67
% Infestación 6 15 0,21 0,09
% Severidad 6 3 0,03 0,01
Frutos Gulupa 300 6 17,3 13,65 5,57
Infestados 6 7,5 12,23 4,99
% Infestación 6 31,40 0,31 0,13
% Severidad 6 15 0,24 0,10
Frutos Curuba 300 6 31,5 17,68 12,5
Infestados 6 10 4,24 3
% Infestación 6 33 0,05 0,04
% Severidad 6 20 0,08 0,06

24
Esta conducta como carpófago primario
es similar en algunos géneros de la familia
Tephritidae, en concordancia con Norrbom
& McAlpine (1996) y Moffitt and Yaruss
(1961). Por lo tanto, existen dos tipos de
daño según la estructura afectada: daño
en botón floral y daño en fruto; este último
provocado por la oviposición en el ovario
a partir del estado de flor aperturada. Este
reporte no coincide con los resultados
de Santos et al., (2009) y Wyckhuys et
al., (2012), quienes observaron que D.
inedulis infesta el botón floral y la flor,
y D. yepezi infesta directamente el fruto
ya formado de granadilla; sin embargo,
según los resultados obtenidos a partir
de muestreos directos en estructuras
florales, en todos los casos se encontró
que D. inedulis infesta únicamente
botones florales (figuras 22, 25, 27, 28)
y que D. yepezi, D. gracilis y D. caustonae
infestan frutos a partir del estado
fenológico de flor aperturada polinizada
(figuras 19, 20, 21, 23, 24, 26, 29, 30, 31).
5.1.1. Daños en granadilla
Figura 19. Oviposición de Dasiops yepezi en flor
aperturada (fruto en formación) de granadilla. (Fotografía:
Maikol Santamaría).
Figura 20. Síntomas de daño en fruto de granadilla con
grado de madurez 2. (Fotografía: Maikol Santamaría).
Figura 21. Larva de Dasiops yepezi en fruto de
granadilla con grado de madurez 2. (Fotografía: Maikol
Santamaría).
Figura 22. Síntomas de daño en botón de granadilla
causado por Dasiops inedulis (Fotografía: Maikol
Santamaría).

25
5.1.2. Daños en gulupa
Figura 23. Oviposición de Dasiops gracilis en flor aperturada (fruto en formación) de gulupa (Fotografía: Maikol
Santamaría y Everth Ebratt).
Figura 24. Frutos de gulupa con síntomas de daño causado por Dasiops gracilis A) Fruto con grado de madurez 1. B
y C) Fruto con grado de madurez 3. (Fotografía: Jordano Salamanca, Olga Martínez y Everth Ebratt).
Figura 25. Síntomas de daño en botón floral causado por Dasiops inedulis (Fotografía: Everth Ebratt).
A B
C

26
5.1.3. Daños en maracuyá
Figura 26. A) Fruto de maracuyá con arrugamiento causado por problemas fisiológicos. B) Fruto de maracuyá con
síntomas dedañocausadoporDasiopsgracilis.(Fotografía:MaikolSantamaría).
Figura 27. A) Dasiops inedulis en botón floral de maracuyá. B) Botón floral de maracuyá con síntomas de daño
por Dasiops inedulis. (Fotografía: Marco Cubides).
Figura 28. Botón floral de maracuyá consumido por larvas de Dasiops inedulis (Fotografía: Marco
Cubides y Maikol Santamaría).
A
A
A
B
B
B

27
Figura 30. Síntomas de daño en fruto en desarrollo de curuba, causado por Dasiops caustonae. (Fotografía:
Maikol Santamaría).
Figura 31. Daño en curuba causado por Dasiops caustonae. (Fotografía: Everth Ebratt).
*Los grados de madurez de los frutos fueron catalogados
de acuerdo a Fisher (2011) y Rivera et al., (2002).
5.1.4. Daños en curuba
Figura 29. Oviposición de Dasiops caustonae en flor aperturada (fruto en
formación) de curuba (Fotografía: Everth Ebratt).

28
6. Manejo integrado de Dasiops
Rondani
e involucran el control legal, el control
cultural, el control biológico, el control
etológico y –en última instancia– el
control químico.
6.1. Etapas del manejo
integrado de
plagas (MIP)
El manejo integrado de plagas (MIP)
consiste en una serie de evaluaciones,
decisiones y acciones de control, cuyo
enfoque comprende tres etapas:
6.1.1. Prevenir
Los programas del MIP están diseñados
para evitar que las plagas se transformen
en una amenaza. En un cultivo, esto puede
implicar el uso de las siguientes tácticas:
• Rotación de cultivos.
• Siembra de material de propagación
sano (proveniente de viveros registrados
ante el ICA).
• Implementación de planes de riego y
fertilización acordes con el cultivo y las
condiciones ambientales del lugar.
• Manejo de malezas.
• Podas de formación, sanitarias y de
mantenimiento.
El manejo integrado de plagas (MIP) es
la combinación de prácticas y estrategias
que permiten reducir las poblaciones de
una plaga, manteniéndolas a un nivel que
no causen daño económico. Según Kogan
(1998), el MIP “es un sistema de apoyo
en la toma de decisiones para seleccionar
y usar tácticas de control de plagas
solas o combinadas, armónicamente
en estrategias de manejo, basadas en
el análisis de beneficio/costo que debe
considerar los intereses y los impactos en
los productores, la sociedad y el medio
ambiente”.
Corredor (1995) y Pedigo & Buntin
(1994) sostienen que los programas de
MIP se sustentan sobre tres componen-
tes fundamentales: el muestreo, los um-
brales y las tácticas de control. Sin un
método estandarizado de muestreo no
puede haber umbrales, y sin umbrales
no hay forma de racionalizar las tácticas
de control.
El muestreo permite identificar y evaluar
el problema de acuerdo con el daño y el
agente causal; el umbral es el parámetro
que permite tomar la decisión de usar
o no una estrategia de control según el
efecto del daño sobre las pérdidas en el
rendimiento; y finalmente las tácticas
de control, que en la práctica se utilizan
para regular las poblaciones de las plagas

29
• Cosecha oportuna.
• Implementación de Buenas Prácticas
Agrícolas (BPA).
6.1.2. Inspeccionar
Los programas del MIP funcionan para
monitorear las plagas e identificarlas con
precisión, de modo que se puedan tomar
decisiones apropiadas para el control.
El muestreo directo e indirecto y la
identificación del agente causal eliminan
la posibilidad de un uso inadecuado de
los plaguicidas y la utilización cuando en
realidad no se necesiten o que se emplee
un tipo de plaguicida equivocado (EPA,
2010). Esta etapa es de gran importancia
y un referente en la toma de decisiones
para el manejo de la plaga.
Los programas de manejo de las moscas de
la fruta consisten fundamentalmente en el
muestreo constante del estado adulto de
la plaga. El sistema de captura indirecto de
las moscas adultas se basa en el hecho de
que ellas buscan alimento rico en proteína;
por esto, se utilizan trampas alimenticias
cebadas con proteína hidrolizada, las
cuales son de tamaño, forma y coloración
variable (Korytkowski, 2011). Además de
los muestreos indirectos, también se debe
realizar muestreo directo de estructuras
en los cultivos de pasifloras con el fin de
registrar síntomas de daño en botones
florales, flores y frutos en 15 puntos
diferentes por hectárea dentro del cultivo.
En cada punto de muestreo se considera
el número de estructuras presentes en
dos ramas por planta, se discriminan las
estructuras sanas e infestadas, y de esta
forma se establece la distribución del
daño en la unidad de área “porcentaje
de infestación” y el daño presente en
cada planta muestreada “porcentaje
de severidad” mediante las siguientes
funciones:
% Infestación = (n/N)*100
Donde, n = Puntos muestreados con
presencia de daño y N = Total de puntos
muestreados.
% de Severidad = (A/B) *100
Donde, A = Número de botones o frutos
con daño y B = Total de botones o frutos
muestreados.
Para el caso de botones florales, se
recomienda muestrear estructuras de un
tamaño de 3 cm de longitud (Ambrecht et
al., 1986; Santos et al., 2009) y determinar
la presencia de larvas de D. inedulis en
ellas. En cuanto a los frutos, se deben
observar detenidamente los síntomas de
arrugamiento, colapso o malformación de
los mismos y la presencia de tonalidades
rosadas o moradas. Para el caso de los
frutos inmaduros, estos son asintomáticos
y se observan aparentemente en buen
estado; sin embargo, en ellos se pueden
ubicar punteaduras de oviposición, y al
tacto son de consistencia blanda.
Actualmente no existe un sistema de
muestreo indirecto a partir de una trampa
y proteína eficaces para la captura del
género Dasiops Rondani; no obstante,
se ha implementado el uso de la trampa

30
McPhail con tonalidad amarilla, cebada
con atrayente alimenticio a base de
proteína hidrolizada. Estas trampas se
deben instalar hacia el tercio superior
de las plantas, en un sistema de siembra
en espaldera o por debajo del mantel en
un sistema de emparrado, protegidas de
la luz directa del sol. Para la detección y
monitoreo de la mosca se debe instalar 1
trampa por cada 0 a 2 hectáreas durante
toda la fenología del cultivo.
La trampa lleva en su interior una mezcla
de 250 cm3
de agua, proteína hidrolizada
y bórax, en proporción 100:10:2 respecti-
vamente. La trampa debe lavarse antes de
ser recebada e instalada (Matheus, 2010)
(Figura 32).
Los intervalos de servicio de la trampa y
de recebado dependen de las condiciones
ambientales y de la zona altitudinal
en la cual se encuentra ubicada la red
de trampeo o predios. El periodo de
revisión para trampas por encima de los
2000 msnm se debe hacer cada 14 días,
mientras que a las trampas ubicadas por
debajo de este rango altitudinal se les
debe hacer servicio y mantenimiento cada
7 días (ICA, 2011); sin embargo, para el
caso de la captura de moscas Dasiops
spp., se ha observado que la proteína
hidrolizada fermentada (alrededor de 20
días de exposición) produce una mayor
captura.
En la captura de las moscas de la fruta,
se emplea como referente el índice
poblacional Moscas por Trampa por Día
o MTD. Este índice estima el número
promedio de moscas capturadas en una
trampa en un día de exposición en el campo
(OIEA, 2005). La función de este índice
poblacional es dar una medida relativa del
tamaño de la población adulta de la plaga
en un espacio y tiempo determinados. Este
índice se usa como base de referencia para
comparar el tamaño de la población antes,
durante y después de la aplicación de un
programa de control (OIEA, 2005).
El MTD se calcula al dividir el número total
de moscas capturadas entre el producto
Figura 32. Trampas McPhail con base removible de color
amarillo y esquema de una trampa McPhail clásica (Fo-
tografía: Marco Cubides).
Mezclade
proteína
hidrolizaday
agua

31
obtenido de la multiplicación del número
total de trampas atendidas por el número
promedio de días en que las trampas
estuvieron expuestas en campo.
MTD = M/(TxD)
Donde:
M = Número total de moscas
T = Número de trampas atendidas
D = Número promedio de días en que las
trampas estuvieron expuestas en el campo
6.1.3. Intervenir
Se hace necesario una vez que la vigilancia,
la identificación de la infestación,
del agente causal y la determinación
del índice poblacional (porcentaje de
infestación total, número de larvas por
estructura floral y nivel de daño) indican
que se requiere de una medida de
control y los métodos preventivos ya no
son efectivos o no están disponibles. El
programa MIP debe evaluar el método de
control apropiado en cuanto a eficacia y
riesgo. Como métodos de intervención se
incluyen las siguientes tácticas de control:
a. Control cultural
Es parte fundamental dentro de las
actividades comprendidas en el manejo
integrado de moscas de la fruta. Es una
prácticasencillayseejecutaconstantemente
para evitar las condiciones favorables para
su desarrollo. Una de las medidas más
importantes de control corresponde a
la práctica cultural, que permite reducir
notablemente el daño causado por las
moscas de la fruta; consiste en recolectar
y enterrar los botones y frutos infestados
(Korytkowski, 2011). Esta medida solo
es eficiente si la recolección se produce
periódica y rápidamente después de que la
estructura infestada muestre los síntomas
de daño o se encuentre en el suelo. Con
la medida se pretende que las larvas que
caen con los frutos o botones no logren
enterrarse para empupar. Es importante
que las estructuras recogidas queden
profundamente enterradas (a más de 50
cm debajo de la superficie del suelo) o
dispuestas en bolsas plásticas negras calibre
4, amarradas y expuestas al sol por 3 días.
En forma complementaria, especialmente
cuando no es posible recoger rápidamente
las estructuras, se puede esparcir cal
sobre el terreno alrededor de la base de
las plantas. Otras actividades de control
cultural involucran la rastrillada superficial
del suelo, realizar podas de sanidad y
aclareo, y dejar periodos de descanso;
esta última, con el objeto de romper los
ciclos de las moscas ante la no presencia
de plantas hospederas. Además, en la
poscosecha es factible seleccionar y retirar
los frutos infestados debido a su apariencia
arrugada, mal formada y la presencia de
puntos de oviposición.
b. Control etológico y químico
El aprovechamiento del comportamiento
de los insectos para su control se denomina
control etológico. Esta práctica se sugiere
como opción de manejo biorracional y
su uso se convierte en una alternativa

32
en forma de atrayente alimenticio tóxico
o cebo atrayente tóxico. Este último se
compone de proteína hidrolizada más un
insecticida de baja categoría toxicológica y
acción residual; así mismo, se recomienda
que su aplicación se realice en las primeras
horas de la mañana con el fin de proteger
la actividad de los polinizadores y de los
diversos enemigos naturales presentes en
el cultivo.
De esta forma se resguarda la acción be-
néfica de insectos polinizadores como
abejorros, abejas y parasitoides, para
garantizar rendimientos óptimos en los
cultivos a partir de la conservación de la
entomofauna benéfica. Esta práctica se
realiza en sitios de aplicación alternados
o intercalados en las hileras y cuadran-
tes, ya sea para el sistema de espaldera o
emparrado, y evitar así aplicaciones gene-
ralizadas al cultivo. La fumigación de un
cebo atrayente tóxico en sitios específicos
permite que la mosca sea la que busque
el insecticida, a manera de alimento en-
venenado, y no que el insecticida sea el
que busque e impacte la mosca, como
tradicionalmente se realiza. En este con-
texto, cada gota asperjada se convierte en
una estación cebo, con capacidad insec-
ticida al momento de ser consumida por
la mosca, lo que sugiere un aumento de la
eficacia del control.
Debido a los hábitos de alimentación
de los adultos de las moscas de la fruta,
esta táctica de control se puede utilizar
en forma eficiente y eficaz, al conocer y
aprovechar el comportamiento del insecto
plaga (Korytkowski, 2011). Es importante
tener en cuenta que el tratamiento solo
tiene efecto sobre el estado adulto de la
mosca, por tanto es esencialmente un
tratamiento preventivo a futuras oviposi-
ciones. Es imperativo que los tratamien-
tos se efectúen con base en la captura
de adultos en trampas y del índice mosca
por trampa por día (MTD), aunque a la
fecha no existe un estudio que determi-
ne la existencia de correlación entre los
MTD y los niveles de infestación y severi-
dad en botones y frutos de pasifloras por
las moscas del género Dasiops Rondani.
Las aplicaciones de los cebos alimenti-
cios tóxicos tienen una periodicidad de
7 a 15 días.
c. Control natural
Las moscas negras del botón floral y de
la fruta en pasifloras tienen enemigos na-
turales muy eficientes, que pueden lograr
reducir notablemente los efectos de daño
en el cultivo. En los cultivos de pasifloras
existe una gran diversidad de insectos y
arañas que controlan este tipo de moscas.
Ambrecht et al., (1986) detectaron dos
parasitoides y cuatro predadores sobre
D. inedulis.
Entre los parasitoides se menciona a Opius
sp. (Hymenoptera: Braconidae) y entre los
predadores a las ninfas y adultos de Zelus
rubidus Lethierry y Severin y Zelus sp.
(Hemiptera: Reduviidae).Actualmente están
reportados cinco parasitoides que actúan
sobre D. inedulis, identificados como
Basalys sp. (Hymenoptera: Diapriidae),
Aspylota sp. (Hymenoptera: Braconidae),
una especie de la subfamilia Eucoilinae
(Hymenoptera: Figitidae), Pentapria sp.

33
(Hymenoptera: DiapriidaeyPachycrepoideus
vindemmiae (Hymenoptera: Pteromalidae)
(Santos et al., 2009). Estos parasitoides y
depredadores son controladores naturales
que hacen presencia en los cultivos y ejercen
un control natural sobre las poblaciones de
las moscas del género Dasiops Rondani.
Para favorecer y proteger a los enemigos
naturales es necesario conservar espacios
de vegetación nativa cerca a los cultivos
e implementar de manera articulada y
correcta las demás estrategias de manejo
integrado de plagas, especialmente en el
empleo de plaguicidas de síntesis química.
En los cultivos de pasifloras se han re-
portado diversos parasitoides de moscas
del género Dasiops Rondani (tablas 4 y
5), con una acción de control natural y
niveles de parasitoidismo del 8 al 44%
sobre las moscas del botón floral y del
fruto en pasifloras cultivadas de los de-
partamentos de Cundinamarca y Boyacá
(Santamaría et al., 2012).
Tabla 4. Himenópteros recuperados de botones y frutos de pasifloras infestadas por Dasiops Rondani (Santamaría
et al., 2012).
Familia de parasitoide Especie parasitada
de Dasiops
Cultivo Estructura del cultivo
atacada por el hospedero
Diapriidae Dasiops gracilis Norrbom
& McAlpine
Maracuyá Fruto
Gulupa Fruto
Dasiops inedulis Steyskal Granadilla Botón floral
Gulupa Botón floral
Dasiops sp. Curuba Fruto
Braconidae Dasiops gracilis Norrbom
& McAlpine
Dasiops inedulis. Maracuyá Botón floral
Gulupa Fruto
Figitidae Dasiops yepezi Granadilla Fruto
Dasiops inedulis Granadilla Botón floral
Dasiops inedulis Maracuyá Botón floral

34
Cultivo

Municipio Departamento % de parasitoidismo
Maracuyá Tena Cundinamarca 44
Gulupa Fusagasugá Cundinamarca 25
Gulupa Buenavista Boyacá 12
Granadilla San Bernardo Cundinamarca 6
Curuba Umbita Boyacá 8
Tabla 5. Porcentaje promedio de parasitoidismo natural en moscas Dasiops Rondani registrado en Cundinamarca y
Boyacá (Santamaría et al., 2012).

35
Consideraciones
Se encontró que la ‘mosca del botón floral’
(Dasiops inedulis) infesta solo botones flo-
rales de maracuyá, granadilla y gulupa; esta
infestación produce aborto floral. También
se encontró que las ‘moscas negras de la
fruta’ (D. gracilis, D. yepezi y D. caustonae)
infestan frutos en desarrollo de gulupa,
granadilla y curuba, respectivamente. En
esta guía se reconocen los síntomas y sig-
nos en los botones florales y frutos infes-
tados por la mosca negra, y se entregan
las pautas que permiten un muestreo más
eficaz. Se recomienda realizar muestreo
directo, recoger las estructuras caídas, mal
formadas y disponer este material vegetal
para su destrucción en condiciones que
no consientan la eclosión y emergencia de
nuevas generaciones de moscas negras.
La implementación de buenas prácticas
agrícolas, en lo que respecta a la defini-
ción, diligenciamiento y seguimiento de
formatos estandarizados para a) la vigi-
lancia y muestreo de las estructuras re-
productivas, que permitan obtener datos
sobre porcentajes de infestación, porcen-
taje de severidad, del numero de estruc-
turas sanas y los rendimientos esperados,
b) evaluación de las medidas de control
directas contra las moscas, considerando
insecticidas con ingredientes activos con
baja categoría toxicológica y c) el impacto
positivo de las actividades agrícolas en el
manejo de malezas, plateo, fertilización,
riego y drenajes, darán como resultado
una producción de pasifloras con fruta
inocua y más sana.

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