El poema describe la situación de un barco a la deriva cuyos capitanes no pueden controlar el rumbo. El barco está contaminado y los capitanes gritan "Sálvese quien pueda" mientras el barco se dirige hacia un arrecife. Los subordinados se amotinan y toman el control del timón, dejando al capitán para que sea devorado por los tiburones. A pesar de los cambios de liderazgo, el barco sigue sin rumbo fijo y se dirige hacia el desastre.