El documento describe el progreso dialéctico de la revelación de Dios en el Antiguo Testamento como un proceso histórico en el que Dios se revela gradualmente a su pueblo a través de promesas y cumplimientos. Culmina con la encarnación de Jesucristo, que es la manifestación plena de Dios. Jesucristo trae la revelación definitiva de Dios y su muerte y resurrección cumplen la promesa de salvación. El documento también analiza cómo varios libros del Nuevo Testamento presentan a Jesucristo como la
1. El progreso dialéctico de la revelación en el A.T y la encarnación<br />Al realizar esta reflexión en torno al progreso dialéctico de la revelación en el A.T, y el principio encarnacional, se intentara elaborar en diálogo con el concilio vaticano. Así, lo que se busca es comprender algunas características de la revelación en la que Dios se ha manifestado al hombre a través de la historia para darse a conocer en las manifestaciones (teofanía) y así poder oír su palabra que transforma y da un nuevo sentido a la vida del hombre. <br />Se iniciara analizando el “progreso dialéctico de la revelación en el A.T” frente a la cual el concilio vaticano II, en el documento “Dei Verbum”, se presenta la revelación como un proceso un proceso histórico en la que Dios escoge un pueblo y realiza una promesa con él (Abraham), es un Dios que desea derramar sus bendiciones sobre un pueblo elegido, se podría platear la pregunta del por qué estos, ante la cual posiblemente no se pueda dar una respuesta de tipo argumentativo y racional, sino simplemente se debe decir “porque sí”, pues, su origen esta en su bondad y gratuidad, en la que Dios da a conocer ciertas verdades sobre sí mismo y del propio hombre, las dos se dan simultáneamente. <br />Al ahondar en el progreso de la revelación en el A.T se debe tener en cuenta el movimiento dialéctico doble entre promesa y cumplimiento (Latourelle), frente a la que Dei Verbum la presenta como un binomio inseparable entre promesa y alianza, en la que Dios “se fue revelando a su pueblo, con obras y palabras, como Dios vivo y verdadero”, allí es fundamental que el Pueblo de Israel empieza a descubrir a ese Dios que está actuando en su historia que se proyecta al futuro, donde lo que Dios promete lo cumple (Ex. 20,2), por ello es importante oír su palabra (Abraham) fruto de una experiencia histórica reflexiva (profeta) que el hombre la experimenta y lleva a su interior para hacerla vida.<br />En este proceso hay un encuentro interpersonal en la que Dios se da a conocer (YHWH) y manifiesta su palabra haciendo uso del lenguaje del hombre para dar a comunicar su mensaje con una intencionalidad que apunta a un cambio en existencia humana, de lo contrario no tendría ningún sentido la revelación de Dios, pero para que verdaderamente se dé un cambio en la realidad y el ser del hombre se hace necesario tener como presupuesto la fe, como proceso de aprendizaje en el que la comunidad ha ido descubriendo la develación de Dios, fruto de una experiencia histórica. Así, se puede decir que la revelación de Dios no es de modo absoluto y terminada, sino que se va dando a través de la historia como un proceso pedagógico en el que Dios a empezado a revelarse desde al A.T y tiene su culmen en el N.T, pero que en este proceso pedagógico de revelación Dios se sigue revelando en la historia actual, teniendo como base el proceso ya dado desde el pasado en el A.T y en la tradición.<br />Volviendo nuevamente a ver el proceso dialéctico de revelación en el A.T y el proceso pedagógico en el que Dios se ha revelado al hombre, se puede decir, que los receptores de la revelación son los profetas cuya función es descubrir el hablar de Dios en medio de la historia (signo de los tiempos), para vivir su palabra y comunicarla, como esperanza; pero aquí volvemos a plantear la pregunta del por qué Dios se devela en la historia, ante la que se debe contestar que Él es el Dios del amor, así por lo menos lo lograron percibir los hombres del A.T en especial los profetas o hombres llamados por Dios, los cuales descubren a un Dios que se autodefine por sus cualidades de compasión, clemencia, paciencia, misericordia y felicidad, es un Dios Padre que ama, llama y enseña a caminar; que perdona antes que se convierta el hombre, es un Dios sencillamente que ama gratuitamente al hombre sin merecerlo, esta es una experiencia de confianza, esperanza y obediencia del hombre que está en actitud de escucha, de vigilancia ante el actuar misericordioso de Dios en su pueblo y en su interior. <br />No se debe olvidar que en la manifestación de Dios en A.T, es parcial y que su promesa tiene su total cumplimiento con el venida de Jesucristo, como lo afirma “Dei Verbum”, donde el fin principal del A.T. es preparar la venida De Jesucristo, como redentor con su reino mesiánico anunciado por los profetas (cf. Lc. 24, 44, 44), de esta forma hay unidad entre el N.T. y el A.T. en la que se conjuga el binomio de promesa y cumplimiento, pues en Cristo se da el cumplimiento total de la promesa de Dios (cf. Gál. 4,4), ya que en Él se da la manifestación plena de Dios en la encarnación, quien se manifiesta con palabras y obras concretas y cumple con su obra al morir y resucitar dando la esperanza al hombre con la salvación y luego cumpliendo al enviar el Espíritu Santo para que guie al hombre en camino hacia el Padre. <br />La Encarnación según Latourelle, es tiempo de plenitud, en la que Dios para manifestarse asume la condición humana en todas su dimensión, así la revelación es la automanifestación y autodonación de Dios, es la manifestación más plena del amor de Dios, dado en su máximo grado, en la que el primer hombre salido de la tierra, es terreno; y el segundo viene del cielo; para que por medio de Cristo que es imagen de Dios restablezcan la dignidad que poseían como imagen de Dios. También gracias a la encarnación de Cristo como hijo del Padre en el seno de la trinidad, revela al hombre su condición de hijos, pues al escucharlo y contemplarlo devela el sentido y condición de hijos de Dios por la semejanza entre persona creada y la divina.<br />Así, la revelación que se da en el nuevo testamento gracias a la encarnación, es la máxima expresión del amor de Dios y de la totalidad de su revelación como promesa que se ha cumplido, en la que Dios mismo nos habla por medio de su Hijo después de haber hablado de muchas maneras parciales al hombre (cf. Hb. 1,1-2). Aquí Jesucristo asume la condición humana en todo el sentido de la palabra como ya se había dicho anteriormente. “Jesús es el profeta definitivo, que ha llevado la revelación de Dios a su plenitud. Por tanto, eso significa que en Jesús, y con Jesús, Dios nos ha revelado todo lo que tenía que revelar, Dios nos ha dicho todo lo que tenía que decirnos. En Jesús lo tenemos todo”.<br />Ahora se realizara un recorrido por el N.T. para poder detallar con más objetividad el acontecimiento de la revelación y encarnación del Hijo de Dios. De esta forma, en la tradición sinóptica, Cristo en la mayor epifanía (aparición, manifestación) de Dios, en que su acción reveladora se va dando la predicar, enseñar, su acción es con hechos y palabras ante la llegada del reino (cf. Lc. 4,21), y su contenido fundamental en está revelación es la salvación gratuita ofrecida a los hombres fruto del amor misericordioso de Dios manifestada en el reino de Dios; en los hechos de los apóstoles, ellos se presentan como testigos y heraldos de Cristo por fuerza el Espíritu; en el “corpus” paulino, es fundamental el binomio entre misterio–evangelio, misterio ante el designio de Dios por la salvación realizada por él (cf.Col.1,26), y evangelio como Palabra de de Dios o de Cristo que interpela a la humanidad (cf. Rom. 10,14). <br />Así, para Pablo la revelación y encarnación de Dios, es la acción libre y gratuita de Dios que en Cristo y por Cristo manifiesta la economía de salvación; en la carta a los Hebreos, la revelación es palabra de Dios y en San Juan en el evangelio y cartas, la revelación es escuchar y creer, es Dios ya entre nosotros. Y el Concilio Vaticano II, la encarnación de Cristo en “Dei Verbum” es de carácter histórico salvífico, en la que se colocan los grandes acontecimientos de la historia de la salvación que tienen su culmen en la muerte y resurrección de Cristo (W.Panneberg, O. Cullman), en esta revelación, Dios sale al encuentro con el hombre, Cristo es parte del historia, la vive en carne propia, aquí Dios se presenta al hombre para insertarse en su interior como gracia gratuita de comunión con Dios.<br />Se puede concluir diciendo que la revelación de Dios ha sido un proceso pedagógico a través de la historia, en la que es fundamental la fe para poderla llevar a la auto praxis, y la biblia y la misma tradición no se pueden considerar como un deposito de verdades, sino que Dios se sigue revelando y por la fe se acepta estas verdades que se actualizan y se renuevan en la actualidad, no se debe olvidar que la biblia y la tradición en la Iglesia son elementos esenciales para continuar descubriendo la revelación de Dios en el hoy. <br />