1. LIBRO DE LAS
ENFERMEDADES
ALÉRGICAS DE
LA FUNDACIÓN
BBVA Dirigido por
Dr. José Manuel Zubeldia
Dra. M.ª Luisa Baeza
Dr. Ignacio Jáuregui
Dr. Carlos J. Senent
5. Dirigido por
Dr. José Manuel Zubeldia
Dra. M.ª Luisa Baeza
Dr. Ignacio Jáuregui
Dr. Carlos J. Senent
LIBRO DE LAS
ENFERMEDADES
ALÉRGICAS DE
LA FUNDACIÓN
BBVA
7. Relación de autores
Dra. Elena Alonso Lebrero. Médico especialista en Alergolo-
gía y Pediatría. Servicio de Alergia del Hospital Materno-Infan-
til Gregorio Marañón, Madrid.
Dra. M.ªTeresa Audicana Berasategui. Médico especialista en
Alergología. Servicio de Alergología e Inmunología Clínica del
Hospital Santiago Apóstol, Vitoria-Gasteiz.
Dra. M.ª Luisa Baeza Ochoa de Ocáriz. Médico especialista en
Alergología. Servicio de Alergia del Hospital General Univer
sitario Gregorio Marañón, Madrid.
Dra. Natalia Blanca-López. Médico especialista en Alergo-
logía. Sección de Alergología del Hospital Infanta Leonor,
Madrid.
Dr. Carlos Blanco Guerra. Médico especialista en Alergología.
Jefe del Servicio de Alergia del Hospital Universitario de La
Princesa, Madrid.
Dra. Nieves Cabañes Higuero. Médico especialista en Aler
gología. Servicio de Alergología del Hospital Virgen del Valle,
Toledo.
Dra. Victòria Cardona Dahl. Médico especialista en Alergo
logía. Sección de Alergología del Hospital Universitari Vall
d’Hebron, Barcelona.
Dra. Teresa Carrillo Díaz. Médico especialista en Alergología.
Jefe de la Sección de Alergología del Hospital Universitario de
Gran Canaria Dr. Negrín. Profesora asociada de Medicina de la
Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.
Dr. Tomás Chivato Pérez. Médico especialista en Alergología.
Servicio de Alergia del Hospital Central de la Defensa Gómez
Ulla, Madrid. Profesor asociado de Alergología de la Facultad
de Medicina de la Universidad CEU San Pablo, Madrid.
Dra. Anna Cisteró-Bahima. Médico especialista en Alergo
logía. Jefe del Servicio de Alergia del Institut Universitari
Dexeus, Barcelona.
Dr. Carlos Colás Sanz. Médico especialista en Alergología. Jefe
del Servicio de Alergología del Hospital Clínico, Zaragoza.
Dr. Ignacio J. Dávila González. Médico especialista en Aler
gología. Servicio de Alergología del Complejo Asistencial Uni-
versitario de Salamanca. Profesor asociado de Alergología de
la Universidad de Salamanca.
Dr. Julio Delgado Romero. Médico especialista en Alergo-
logía. Unidad de Gestión Clínica de Alergología del Hospital
Universitario Virgen Macarena, Sevilla.
Dr. Ernesto Enrique Miranda. Médico especialista en Aler
gología. Sección de Alergología del Hospital General de
Castellón.
Dra. Montserrat Fernández Rivas. Médico especialista en Aler
gología. Servicio de Alergia del Hospital Clínico San Carlos,
Madrid.
Dra. Consuelo Fernández Rodríguez. Médico especialista en
Alergología. Servicio de Alergia del Hospital Universitario 12
de Octubre, Madrid.
Dra. Marta Ferrer Puga. Médico especialista en Alergología.
Directora del Departamento de Alergología de la Clínica Uni-
versidad de Navarra, Pamplona. Profesora titular de Alergo-
logía e Inmunología Clínica en la Facultad de Medicina de la
Universidad de Navarra.
Dra. Ana Fiandor Román. Médico especialista en Alergología.
Servicio de Alergia del Hospital Universitario La Paz, Madrid.
Dra. Victoria Fuentes Aparicio. Médico especialista en Aler-
gología. Servicio de Alergia del Hospital Materno-Infantil
Gregorio Marañón, Madrid.
Dra. Pilar García Ortega . Médico especialista en Alergología.
Unidad de Alergia del Hospital Germans Trias i Pujol, Badalona.
La doctora Pilar García Ortega, alergóloga en el Hospital de Badalona y coordinadora del Comité de Alergia a Fármacos de la Societat Catalana
d’Al.lergia e Inmunología Clínica (SCAIC), no ha llegado a ver publicado este libro. Todos lamentamos profundamente su ausencia. Q. E. P. D.
8. Dra. Rosa García Rodríguez. Médico especialista en Alergolo-
gía. Servicio de Alergología del Hospital General Universitario
de Ciudad Real.
Dr. Jesús María Garde Garde. Médico especialista en Aler-
gología y Pediatría. Jefe de la Sección de Alergia del Hospital
General Universitario de Elche.
Dra. Teresa Garriga Baraut. Médico especialista en Alergo-
logía. Servicio de Alergia del Institut Universitari Dexeus,
Barcelona.
Dra. María José Goikoetxea Lapresa. Médico especialista en
Alergología. Departamento de Alergología de la Clínica Uni-
versidad de Navarra, Pamplona. Profesora asociada de Alergo-
logía e Inmunología Clínica de la Facultad de Medicina de la
Universidad de Navarra.
Dr. Pedro Guardia Martínez. Médico especialista en Alergolo-
gía. Jefe del Servicio de Alergia del Hospital Virgen Macarena,
Sevilla. Profesor asociado de Medicina de la Universidad de
Sevilla.
Dr. Manuel de las Heras Gozalo. Médico especialista en Aler-
gología. Servicio de Alergología de la Fundación Jiménez
Díaz, Madrid.
Dr. Francisco Javier Hernández Arbeiza. Médico especialista
en Alergología. Jefe de la Sección de Alergología del Com-
plejo Hospitalario de Cáceres.
Dra. Dolores Hernández Fernández de Rojas. Médico espe-
cialista en Alergología. Jefe del Servicio de Alergia del Hospital
Universitari i Politècnic La Fe, Valencia. Profesora asociada de
Medicina de la Universidad de Valencia.
Dra. Guacimara Lucía Hernández Santana. Médico espe-
cialista en Alergología. Sección de Alergología del Hospital
Universitario Nuestra Señora de Candelaria, Santa Cruz de
Tenerife.
Dr. Juan Manuel Igea Aznar. Médico especialista en Alergolo-
gía. Clínica Alergoasma, Salamanca.
Dr. Javier Iglesias Souto. Médico especialista en Alergología.
Sección de Alergología del Hospital Universitario Nuestra
Señora de Candelaria, Santa Cruz de Tenerife.
Dra. María Isidoro García. Médico especialista en Bioquímica
Clínica. Sección de Genética Molecular y Farmacogenética del
Complejo Asistencial Universitario de Salamanca. Profesora
asociada de Medicina Molecular de la Facultad de Medicina
de la Universidad de Salamanca.
Dr. Ignacio Jáuregui Presa. Médico especialista en Alergolo-
gía. Servicio de Alergia del Hospital de Basurto, Bilbao.
Dra. Belén de La Hoz Caballer. Médico especialista en Aler-
gología. Sección de Alergología del Hospital Universitario
Ramón y Cajal, Madrid.
Dr. Ramon Lleonart Bellfill. Médico especialista en Alergolo-
gía. Unidad de Alergología del Hospital Universitario de Bell
vitge, L’Hospitalet de Llobregat.
Dr. Teófilo Lobera Labairu. Médico especialista en Alergo-
logía. Jefe de la Sección de Alergología del Hospital de San
Pedro, Logroño.
Dra. María Flora Martín Muñoz. Médico especialista en Aler-
gología. Servicio de Alergia del Hospital Materno-Infantil de
La Paz, Madrid.
Dr. Víctor Matheu Delgado. Médico especialista en Alergolo-
gía. Sección de Alergología del Hospital Universitario Nuestra
Señora de Candelaria, Santa Cruz de Tenerife.
Dr. Alfonso Miranda Páez. Médico especialista en Alergolo-
gía. Servicio de Alergología del Hospital Regional Universita-
rio Carlos Haya, Málaga.
Dr. Ángel Moral de Gregorio. Médico especialista en Aler-
gología. Servicio de Alergología del Hospital Virgen del Valle,
Toledo.
Dra. Carmen Moreno Aguilar. Médico especialista en Alergo-
logía. Sección de Alergia del Hospital Universitario Reina Sofía,
Córdoba.
Dr. Francisco Javier Muñoz Bellido. Médico especialista en
Alergología. Servicio de Alergología del Complejo Asistencial
Universitario de Salamanca. Profesor asociado de Alergología
de la Universidad de Salamanca.
Dr. Daniel Muñoz Lejarazu. Médico especialista en Alergolo-
gía. Jefe del Servicio de Alergología e Inmunología Clínica del
Hospital Santiago Apóstol, Vitoria-Gasteiz.
Dr. José María Olaguibel Rivera. Médico especialista en Aler-
gología. Servicio de Alergología del Complejo Hospitalario
de Navarra, Pamplona. Profesor asociado de Medicina de la
Universidad de Navarra.
Dr. Antonio Parra Arrondo. Médico especialista en Alergolo-
gía. Jefe de la Sección de Alergología del Complexo Hospitala-
rio Universitario de A Coruña.
Dr. Roberto Pelta Fernández. Médico especialista en Aler-
gología. Servicio de Alergia del Hospital General Universita-
rio Gregorio Marañón, Madrid. Historiador de la Sociedad
Española de Alergología e Inmunología Clínica.
Dr. Sergio Luis Porcel Carreño. Médico especialista en Aler-
gología. Sección de Alergología del Complejo Hospitalario de
Cáceres.
9. Dra. M.ª Dolores del Pozo Gil. Médico especialista en Alergo-
logía. Sección de Alergología del Hospital San Pedro, Logroño.
Dr. Joaquín Quiralte Enríquez. Médico especialista en Alergo-
logía. Jefe de la Sección de Alergología del Hospital Universi-
tario Virgen del Rocío, Sevilla.
Dr. Santiago Quirce Gancedo. Médico especialista en Aler-
gología. Jefe del Servicio de Alergia del Hospital Universitario
La Paz, Madrid.
Dra. Vanessa Rodríguez García. Médico especialista en Aler-
gología. Centro de Asma y Alergia Subiza, Madrid.
Dr. Jaime Sánchez López. Médico especialista en Alergología.
Investigador del Hospital Clínic de Barcelona.
Dra. María Luisa Sanz Larruga. Médico especialista en
Alergología. Departamento de Alergología e Inmunolo-
gía Clínica de la Clínica Universidad de Navarra, Pamplona.
Profesora titular de Alergología e Inmunología Clínica de
la Facultad de Medicina de la Universidad de Navarra.
Dr. Joaquín Sastre Domínguez. Médico especialista en Aler-
gología. Jefe del Servicio de Alergología de la Fundación
Jiménez Díaz, Madrid. Profesor asociado de Medicina de
la Universidad Autónoma de Madrid.
Dr. Carlos J. Senent Sánchez. Médico especialista en Alergo-
logía. Jefe del Servicio de Alergología del Hospital Virgen del
Valle, Toledo.
Dr. Javier Subiza Garrido-Lestache. Médico especialista en
Alergología. Centro de Asma y Alergia Subiza, Madrid.
Dra. PilarTornero Molina. Médico especialista en Alergología.
Servicio de Alergia del Hospital General Universitario Gregorio
Marañón, Madrid.
Dra. María José Torres Jaén. Médico especialista en Alergolo-
gía. Servicio de Alergología del Hospital Regional Universita-
rio Carlos Haya, Málaga.
Dr. AntonioValero Santiago. Médico especialista en Alergolo-
gía. Servicio de Neumología y Alergia Respiratoria del Hospital
Clínic de Barcelona.
Dra. Carmen Vidal Pan. Médico especialista en Alergología.
Jefe del Servicio de Alergia del Complejo Hospitalario Uni-
versitario de Santiago de Compostela. Profesora asociada de
Medicina de la Universidad de Santiago de Compostela.
Dr. Ramón Vives Conesa. Médico especialista en Alergología.
Jefe de Sección del Servicio de Alergia del Hospital Universita-
rio 12 de Octubre, Madrid.
Dra. Petruta Cristina Vlaicu. Médico especialista en Alergolo-
gía. Investigadora del Instituto Ramón y Cajal para la Investi-
gación Sanitaria. Hospital Universitario Ramón y Cajal, Madrid.
Dra. Lydia Zapatero Remón. Médico especialista en Alergolo-
gía. Servicio de Alergia del Hospital Materno-Infantil Gregorio
Marañón, Madrid.
Dr. José Manuel Zubeldia Ortuño. Médico especialista en
Alergología. Jefe del Servicio de Alergia del Hospital General
Universitario Gregorio Marañón, Madrid. Profesor asociado de
Medicina de la Universidad Complutense de Madrid.
10.
11. Presentación ............................................................................................................................................................. 15
Introducción .............................................................................................................................................................. 17
aspectos generales
1. ¿Qué es la alergia? ¿Qué estudia la Alergología?
Tomás Chivato Pérez ...................................................................................................................... 21
2. Historia del desarrollo de los conocimientos
en Alergología. Alérgicos ilustres
Roberto Pelta Fernández ........................................................................................................ 31
3. Importancia actual de las enfermedades
alérgicas
Carlos Colás Sanz .................................................................................................................................. 41
¿cómo se producen las enfermedades alérgicas?
4. El sistema inmunitario y la alergia
José Manuel Zubeldia Ortuño ...................................................................................... 51
5. Los agentes causantes de las enfermedades
alérgicas
M.ª Luisa Baeza Ochoa de Ocáriz ............................................................................ 61
6. Los genes, el medio ambiente y la alergia
Ignacio J. Dávila González y María Isidoro García ..................... 71
los responsables de la rinoconjuntivitis
y el asma alérgicas
7. Alergia primaveral: ¿qué son los pólenes y
cómo evitarlos?
Javier Subiza Garrido-Lestache y
Vanessa Rodríguez García .................................................................................................... 81
8. Alergia al polvo: ¿qué son los ácaros y
cómo evitarlos?
Teresa Carrillo Díaz ............................................................................................................................. 89
9. Alergia a la humedad: ¿qué son los hongos y
cómo evitarlos?
Carlos J. Senent Sánchez ........................................................................................................ 97
10. Alergia a las mascotas y a otros animales
Manuel de las Heras Gozalo ......................................................................................... 107
alergia respiratoria
11. La rinitis y la rinoconjuntivitis
Antonio Valero Santiago y Jaime Sánchez López ................ 121
12. ¿Qué es el asma?
Joaquín Sastre Domínguez ........................................................................................... 129
13. El asma en la infancia
Jesús María Garde Garde ................................................................................................... 137
14. El asma en el trabajo
Santiago Quirce Gancedo ................................................................................................ 145
15. El asma en el embarazo, el deporte y
la obesidad
Carmen Vidal Pan ............................................................................................................................. 155
16. Vivir con asma: la influencia del entorno
Ángel Moral de Gregorio ................................................................................................... 163
17. Enfermedades alérgicas pulmonares
excepcionales
Francisco Javier Hernández Arbeiza y
Sergio Luis Porcel Carreño .............................................................................................. 173
alergia cutánea
18. Urticaria y angioedema
Marta Ferrer Puga ........................................................................................................................... 185
19. El eccema
Daniel Muñoz Lejarazu .......................................................................................................... 193
20. La dermatitis atópica
Ramon Lleonart Bellfill .......................................................................................................... 199
21. Sol, piel y alergia
M. ª Dolores del Pozo Gil .................................................................................................... 207
alergia a los alimentos
22. ¿Qué es la alergia a los alimentos?
Montserrat Fernández Rivas ....................................................................................... 217
23. Alergia a la leche
María Flora Martín Muñoz ............................................................................................... 223
Índice general
12. 24. Alergia al huevo
Elena Alonso Lebrero ............................................................................................................... 233
25. Alergia a pescados y mariscos
Ana Fiandor Román .................................................................................................................... 241
26. Alergia a frutas y verduras
Anna Cisteró-Bahima y Teresa Garriga Baraut ........................... 249
27. Alergia a cereales, legumbres y frutos secos
Ernesto Enrique Miranda ................................................................................................... 259
28. Vivir con alergia a alimentos
Rosa García Rodríguez ........................................................................................................... 267
29. Tratamiento de la alergia a alimentos
Lydia Zapatero Remón .......................................................................................................... 275
alergia a los medicamentos
30. ¿Qué es la alergia a los medicamentos?
Teófilo Lobera Labairu ............................................................................................................ 283
31. Alergia a los antibióticos
María José Torres Jaén y Natalia Blanca-López ......................... 291
32. Alergia a la aspirina y a otros antiinflamatorios
Joaquín Quiralte Enríquez .............................................................................................. 297
33. Alergia a otros medicamentos
Pilar Tornero Molina .................................................................................................................... 303
34. La alergia en el quirófano
Pilar García Ortega .................................................................................................................... 311
35. Recomendaciones y soluciones
para el paciente alérgico a medicamentos
Nieves Cabañes Higuero .................................................................................................... 317
otras enfermedades alérgicas
36. La anafilaxia y el choque anafiláctico
Victòria Cardona Dahl ............................................................................................................. 323
37. Alergia al látex
Carlos Blanco Guerra ................................................................................................................. 329
38. Alergia a abejas, avispas y otros insectos
Alfonso Miranda Páez .............................................................................................................. 337
39. Alergia al Anisakis simplex
M. ª Teresa Audicana Berasategui ...................................................................... 345
40. Enfermedades alérgicas raras
Dolores Hernández Fernández de Rojas .............................................. 355
¿cómo se estudian las enfermedades alérgicas?
41. Las pruebas en la piel
Antonio Parra Arrondo .......................................................................................................... 365
42. Los análisis de sangre para el estudio
de la alergia
María Luisa Sanz Larruga y
María José Goikoetxea Lapresa ............................................................................. 371
43. Las pruebas de provocación con alimentos
y medicamentos
Julio Delgado Romero ............................................................................................................ 379
44. Los estudios de las vías respiratorias
José María Olaguibel Rivera ......................................................................................... 387
45. Pruebas diagnósticas de valor incierto
o no comprobado
Juan Manuel Igea Aznar ..................................................................................................... 393
el tratamiento de las enfermedades alérgicas
46. Los antihistamínicos
Ignacio Jáuregui Presa ........................................................................................................... 403
47. Los broncodilatadores
Consuelo Fernández Rodríguez y
Ramón Vives Conesa ................................................................................................................. 409
48. Los corticoides
Francisco Javier Muñoz Bellido .............................................................................. 415
49. Manejo de los dispositivos para inhalar
fármacos
Victoria Fuentes Aparicio .................................................................................................. 425
50. Otros medicamentos para el tratamiento de
las enfermedades alérgicas
Víctor Matheu Delgado, Guacimara Lucía Hernández
Santana y Javier Iglesias Souto .............................................................................. 431
51. Medicina complementaria y alternativa en
Alergología
Petruta Cristina Vlaicu y Belén de La Hoz Caballer ............ 437
52. Las vacunas contra la alergia o inmunoterapia
Pedro Guardia Martínez y Carmen Moreno Aguilar ........ 445
Glosario ........................................................................................................................................................................... 453
Índice alfabético .......................................................................................................................................... 473
Créditos fotográficos y de ilustraciones .................................................. 487
13. La prevalencia de las enfermedades alérgicas a nivel mun-
dial no cesa de aumentar, estimándose que entre el 30 y el
40% de la población se encuentra afectada por alguna de
ellas. En España, las cifras son similares: una de cada cuatro
personas padece algún tipo de trastorno alérgico.
El aumento de la temperatura y la mayor con-
taminación atmosférica están provocando variaciones
al alza en las concentraciones atmosféricas de pólenes,
el número de insectos y la prevalencia de hongos asocia-
dos a las enfermedades alérgicas, por lo que es plausible
que el número e intensidad de los casos se incrementen
en el futuro.
Estas patologías combinan su carácter crónico con
la aparición de exacerbaciones o brotes agudos; y para su
control es tan necesario el diagnóstico preciso y la instau-
ración de tratamientos a largo plazo como un adecuado
manejo por parte del paciente, no sólo en lo que se refiere
a la farmacoterapia, sino, también, respecto a la adopción
de hábitos que permitan llevar una vida libre de episodios
el mayor tiempo posible.
Se trata, además, de un grupo de enfermedades
en cuyo abordaje cuentan numerosos agentes: desde los
hogares y las escuelas hasta las empresas. Por su parte, las
administraciones públicas tienen una particular responsa-
bilidad en favorecer el desarrollo de un entorno amigable
para la salud.Todos ellos colaboran con los especialistas en
la gestión eficaz de estas patologías.
La puesta en marcha de acciones de formación de
los pacientes se traduce en una reducción de la morbili-
dad y de los costes asistenciales, al tiempo que permite
elevar de manera significativa la calidad de vida percibida.
En esa línea de transferencia de conocimientos a la socie-
dad se enmarca el Libro de las enfermedades alérgicas de la
FundaciónBBVA, que pone al alcance de la población gene-
ral la información más relevante y actual en este campo, de
la mano de reconocidos expertos e investigadores.
Mediante su lectura, los lectores conocerán los
desencadenantes de la enfermedad y la explicación científica
Presentación
de las enfermedades alérgicas, al tiempo que distintas re-
comendaciones y medidas contrastadas para minimizar su
impacto.
La proyección de esta obra en el entorno web
permite el acceso a sus contenidos de manera gratuita y
universal. Las tecnologías de la información y la comuni-
cación rompen las barreras que los formatos tradicionales
establecen, poniendo así a disposición del público, sin im-
portar su localización, una obra excelente sobre las enfer-
medades alérgicas.
Esta obra se suma a otras dos anteriores –el Libro
de la salud cardiovascular del Hospital Clínico San Carlos-
Fundación BBVA y el Libro de la salud del Hospital Clínic de
Barcelona-Fundación BBVA–, de radio y foco distinto, pero
de idéntico propósito: acercar a la sociedad el conoci-
miento biomédico más avanzado y fiable en un lenguaje
transparente y una narrativa cercana al público.
Esta línea editorial de difusión de los conocimien-
tos en el ámbito de la salud es una dimensión esencial del
programa de actividad de la Fundación BBVA en el área de
la Biomedicina y la Salud, que incluye también el apoyo y
el impulso de la investigación, la organización de talleres
y seminarios especializados, la ampliación de estudios de
profesionales de la salud, el reconocimiento de aportacio-
nes fundamentales por parte de investigadores básicos
y clínicos a través de la categoría de Biomedicina de los
Premios Fronteras del Conocimiento de la Fundación BBVA,
la preparación de vídeos para un mejor conocimiento por
los pacientes de una serie de patologías crónicas y los ci-
clos de conferencias.
No nos queda sino agradecer y felicitar a los autores
por la calidad de esta obra singular que, estamos seguros,
se convertirá en una referencia en su ámbito en lengua es-
pañola, y en una útil herramienta para los profesionales de
la salud en su comunicación al público de la etiología, ma-
nifestaciones y tratamiento de las enfermedades alérgicas.
Fundación BBVA
14.
15. Las enfermedades alérgicas constituyen un problema de
salud pública a nivel global cuya incidencia, según las pre-
visiones científicas más fiables, aumentará a medio y largo
plazo. Es esperable, pues, un incremento de la demanda
sanitaria por estos procesos, con el consiguiente impacto
sobre la salud pública y los recursos sanitarios disponibles.
El desconocimiento de las enfermedades alérgicas
y la falta de un diagnóstico y un tratamiento adecuados
conducen a una clara disminución de la calidad de vida
relacionada con la salud, al aumento de las complicaciones
y mortalidad, y a un incremento considerable en los costes.
Por todo ello, profundizar en su conocimiento y difundirlo
son tareas que nos corresponde tanto al personal sanitario
como a las instituciones, públicas o privadas, conscientes
de esta importante misión socio-sanitaria.
La obra que tiene en sus manos es fruto de la labor
conjunta de destacados especialistas en Alergología de
nuestro país y la Fundación BBVA. A lo largo de sus cin-
cuenta y dos capítulos, se recogen de forma clara y actua-
lizada las enfermedades alérgicas conocidas, las técnicas
diagnósticas más actuales y los tratamientos más emplea-
dos en todo el mundo, con una información rigurosa y
exhaustiva en un lenguaje comprensible. Todo ello, en un
formato de preguntas cortas y de respuestas concretas
muy directo, dando réplica a los interrogantes que con más
frecuencia se plantean las personas que sufren y conviven
con procesos alérgicos: qué es exactamente una alergia
y cómo se produce, cuáles son sus agentes responsables,
qué enfermedades provoca, cómo se diagnostica, cómo se
trata y cómo se previene una alergia respiratoria, cutánea,
alimentaria o medicamentosa.
Los directores de este trabajo queremos agrade-
cer la iniciativa a la Fundación BBVA, en la persona de su
director, D. Rafael Pardo, y reconocer el apoyo recibido
de la Fundación de la Sociedad Española de Alergia e
Inmunología Clínica (SEAIC). Ambas organizaciones con-
tribuyen con esta obra a la difusión del conocimiento de
Introducción
las enfermedades alérgicas en nuestra sociedad, guiadas
por un único interés, el bienestar de los pacientes y de sus
familias.
Este trabajo no hubiese sido posible sin el entu-
siasmo y dedicación de los sesenta y cuatro profesionales
de reconocido prestigio que han redactado los diversos
capítulos. Vaya nuestro agradecimiento a Cathrin Scupin y a
Mercedes Bravo del Departamento Editorial de la Fundación
BBVA por encauzar el desarrollo de este complejo proyecto.
Reconocemos también el esfuerzo de Editorial Nerea por
haber sabido plasmar este reto, con nuestro agradecimiento
especial a Marta Casares, Marién Nieva y Saioa Iriarte.
Coincide la aparición de esta obra con la celebra-
ción del centenario del descubrimiento de la vacunación
antialérgica (o inmunoterapia específica). A lo largo del
siglo XX, esta forma de tratamiento ha disfrutado de una
enorme popularidad, si bien en los últimos años su uso ha
experimentado un cierto declive debido a la introducción
de agentes farmacológicos cada vez más eficaces en el tra-
tamiento de las enfermedades alérgicas. En el momento
actual, sin embargo, la inmunoterapia se ratifica como el
tratamiento más eficiente con que combatir y prevenir
ciertas enfermedades alérgicas, con capacidad de mejorar
los síntomas, detener su progresión y prevenir el desarrollo
de nuevas sensibilizaciones.
El acceso a la formación y a la información médica
redunda positivamente en la calidad de vida del paciente
alérgico, reduciendo el impacto y el coste que provoca la
enfermedad en su entorno laboral y familiar. En este sen-
tido, nuestro objetivo es concienciar a la población espa-
ñola acerca del origen de las enfermedades alérgicas, de
sus manifestaciones, de los métodos actuales de diagnós-
tico, de su prevención y tratamiento, con el fin de mejo-
rar la calidad de vida de los pacientes alérgicos. Nada nos
complacería más que haberlo conseguido.
Directores de la obra
19. 21
Capítulo 1
¿Qué es la alergia?
¿Qué estudia la Alergología?
Dr. Tomás Chivato Pérez
Médico especialista en Alergología. Servicio de Alergia del Hospital Central de la Defensa Gómez Ulla, Madrid.
Profesor asociado de Alergología de la Facultad de Medicina de la Universidad CEU San Pablo, Madrid
¿Qué es la alergia?
La alergia es una respuesta exagerada (reacción de hiper-
sensibilidad) del sistema defensivo (sistema inmunitario)
del paciente que identifica como nocivas determinadas
sustancias inocuas (como pueden ser los pólenes de algu-
nas plantas o los ácaros del polvo doméstico, por ejemplo)
habitualmente toleradas por la mayoría de las personas.
Esta respuesta inapropiada y equivocada, en lugar
de ser beneficiosa, es claramente perjudicial para el paciente
y produce una serie de alteraciones inflamatorias de la piel
y mucosas, que originan los diferentes síntomas y signos de
las enfermedades alérgicas que se describirán en esta obra.
¿Cómo se originan las enfermedades alérgicas?
Existen unos factores predisponentes genéticos y unos
factores ambientales desencadenantes. Los antecedentes
familiares son muy importantes. Se ha calculado que si uno
de los progenitores es alérgico, la probabilidad de que el
niño padezca alergia es aproximadamente del 50%. Si los
dos progenitores son alérgicos, la probabilidad se acerca
al 70%.
Es importante destacar que no se nace alérgico, se
tiene una predisposición genética y en función de los fac-
tores ambientales la persona se hace alérgica a determina-
das sustancias con capacidad de producir una respuesta
inmunológica de hipersensibilidad y posteriormente aler-
gia. Estas sustancias se denominan alérgenos.
Existen muchos tipos de alérgenos:
• Inhalados o aeroalérgenos (pólenes, ácaros, epi-
telios de animales…).
• Alimentarios (proteínas de leche de vaca, huevo,
frutas, frutos secos…).
• Fármacos (antibióticos, antiinflamatorios, anesté
sicos…).
• De contacto (níquel, cromo, perfumes…).
• Ocupacionales o laborales (látex, harina de trigo…).
• Veneno de insectos (abeja, avispa…).
Todas estas sustancias pueden sensibilizar a la per-
sona predispuesta, de modo que su sistema inmunitario
produzca una serie de anticuerpos, habitualmente del
tipo inmunoglobulina E (IgE) contra estos alérgenos. Estos
anticuerpos tipo IgE se fijan a la superficie de unas célu-
las llamadas mastocitos (localizadas en la piel y mucosas)
y basófilos (circulantes en el torrente sanguíneo). Cuando
el paciente vuelve a tener contacto con el alérgeno se pro-
duce una interacción con la IgE fijada a dichas células y
se efectúa un cambio conformacional en la superficie de
estas células, que liberan una serie de mediadores proinfla-
matorios, responsables de los diferentes síntomas y signos
de las enfermedades alérgicas.
En el caso de los alérgenos de contacto, el meca-
nismo de hipersensibilidad implicado es de tipo retardado
20. LIBRO DE LAS ENFERMEDADES ALÉRGICAS DE LA FUNDACIÓN BBVA
22
mediado por células (linfocitos). Los alérgenos de contacto
sensibilizan a los linfocitos y, cuando el paciente vuelve a
tener contacto con dichas sustancias, liberan una serie de
mediadores proinflamatorios que provocan los síntomas y
signos característicos de la dermatitis alérgica de contacto.
¿Cuáles son las enfermedades alérgicas más
frecuentes?
Las enfermedades alérgicas más frecuentes son:
• Rinitis alérgica. Es la enfermedad alérgica más
frecuente. Afecta al 25-30% de la población de
los países desarrollados. Produce estornudos en
salva, secreción nasal acuosa, picor de nariz y con-
gestión nasal. En muchos casos la rinitis alérgica
coexiste con la conjuntivitis alérgica, que cursa
con enrojecimiento conjuntival, lagrimeo y picor
ocular. Además, puede asociarse al asma alérgica.
Los alérgenos causantes de la rinitis alérgica más
importantes son los pólenes (gramíneas, árboles
y malezas), los ácaros del polvo doméstico, los
epitelios de animales (perro y gato) y los hongos.
Puede clasificarse en función de su severidad en
leve, moderada o grave, y también en función de
sus manifestaciones, en intermitente o persistente.
• Asma alérgica. Es la segunda enfermedad alér-
gica por su frecuencia, y es muy importante por
tratarse de una enfermedad crónica que puede
cursar con crisis asmática. En algunas comuni-
dades autónomas afecta al 10% de la población
infantil. En la población adulta afecta al 5% de las
personas. El asma produce tos, dificultad respira-
toria (disnea) y ruidos inspiratorios y espiratorios
torácicos (sibilancias). El asma alérgica suele cur-
sar con los síntomas descritos anteriormente de la
rinitis y conjuntivitis alérgica. Los alérgenos cau-
santes del asma alérgica más importantes son los
mismos de la rinitis alérgica. Al igual que la rinitis
alérgica, puede clasificarse en función de su seve-
ridad en leve, moderada o grave, y también en
función de sus manifestaciones, en intermitente
o persistente.
• Urticaria. Se trata de una enfermedad cutánea
que se manifiesta por la aparición de ronchas
(habones) que suelen picar (prurito). Estos habo-
nes pueden ser de tamaño, forma y localización
variable. La duración de estas lesiones suele ser
menor de 24 horas, aunque habitualmente según
van desapareciendo pueden ir apareciendo nue-
vas lesiones. En ocasiones la enfermedad puede
afectar a las partes más profundas de la piel y apa-
recen entonces hinchazones, y son más frecuen-
tes en párpados o labios. En esos casos hablamos
de angioedema. En algunos pacientes aparecen
simultáneamente la urticaria y el angioedema,
y en otros aparecen una u otra forma clínica por
separado. La urticaria-angioedema puede ser de
curso agudo (duración de unos días), subagudo,
o crónico (duración superior a 6 semanas). Las
causas pueden ser alimentarias, medicamento-
sas, picadura de insectos o parasitarias. Existe un
angioedema hereditario que tiene unas peculiari-
dades especiales (y que se describirán en el capí-
tulo correspondiente). La urticaria es una enfer-
medad muy frecuente que afecta a más del 10%
de la población en algún momento de su vida.
• Dermatitis atópica o eccema atópico. Afecta habi-
tualmente a los niños desde las primeras etapas
de la vida (lactantes), pero también a jóvenes
y adultos. La sequedad cutánea es una de sus
características principales; dicha sequedad pro-
duce picor intenso (prurito) e induce al rascado.
El rascado repetido produce lesiones inflamato-
rias con enrojecimiento y descamación (eccema).
La alergia es una respuesta exagerada del sistema inmunitario
de algunas personas, que identifica como nocivas determinadas
sustancias inocuas, como pueden ser los pólenes de algunas plantas.
21. ¿QUÉ ES LA ALERGIA? ¿QUÉ ESTUDIA LA ALERGOLOGÍA?
23
La dermatitis atópica puede ser leve, moderada
o grave en función de la extensión e intensidad
de las lesiones cutáneas. Como la mayoría de las
enfermedades alérgicas, tiene un curso crónico y
puede asociarse a otras enfermedades alérgicas
alimentarias o respiratorias.
• Dermatitis alérgica de contacto. Es una enferme-
dad alérgica producida por el contacto directo
de la piel con los alérgenos que pueden producir
sensibilización y posterior eccema de contacto.
Las lesiones son muy variadas en función del
grado de severidad (leve, moderado, grave) y de
la extensión. Puede tener un curso agudo, suba-
gudo o crónico en función de la exposición al
contactante. Algunos alérgenos que pueden pro-
ducir esta enfermedad alérgica son los metales
(níquel, cromo, cobalto), tintes de cabello (para-
fenilendiamina) o el látex.
• Alergia alimentaria. En esta enfermedad alérgica
los alimentos ingeridos son los alérgenos respon-
sables de la reacción de hipersensibilidad. Las
manifestaciones clínicas más frecuentes son picor
o hinchazón de labios y boca (síndrome de alergia
oral). En ocasiones cursan con manifestaciones
digestivas (náuseas, vómitos y/o dolor abdomi-
nal) o cutáneas (dermatitis atópica o urticaria).
Los casos más graves pueden producir anafilaxia. Los
alimentos más frecuentemente implicados en la
edad pediátrica son la leche de vaca y el huevo.
En la edad adulta son los frutos secos, las frutas y
los crustáceos.
• Anafilaxia. Es la enfermedad alérgica más grave.
Se trata de una reacción de hipersensibilidad de
instauración rápida, generalizada o sistémica y
que amenaza la vida. Es un síndrome complejo
que cursa con liberación generalizada de media-
dores de mastocitos y basófilos a nivel cutáneo
(eritema, prurito, urticaria y/o angioedema) como
en otros órganos (gastrointestinal, respiratorio
o cardiovascular). Puede cursar con las manifes-
taciones cutáneas descritas, manifestaciones
digestivas (náuseas, vómitos, dolor abdominal,
diarrea); manifestaciones respiratorias (rinitis,
asma); cardiovasculares (hipotensión y taquicar-
dia) y neurológicas (mareo e incluso pérdida de
conocimiento). En los casos más graves, espe-
cialmente si no se administra un tratamiento
adecuado, puede ser mortal. El alérgeno puede
llegar al organismo por vía digestiva (alimentos o
medicamentos) o inyectada (picadura de insectos
himenópteros o medicamentos administrados
por vía parenteral, intramuscular o intravenosa).
¿Hay nuevas alergias? ¿Hay nuevos alérgenos?
En las últimas décadas se han identificado nuevos alér-
genos responsables de nuevas enfermedades alérgicas.
A continuación resaltamos algunos, que serán tratados en
profundidad a lo largo del libro.
• Látex. En 1979 se publicó el primer caso de urtica-
ria de contacto en un ama de casa sensibilizada al
látex. Desde entonces se han descrito numerosos
casosdealergiaallátex.Esunalérgenomuyexten-
dido tanto en el medio sanitario (tubos endotra-
queales, mascarillas, guantes, catéteres, etc.),
como no sanitario (preservativos, globos, chupe-
tes, tetinas, etc.). Afecta más frecuentemente al
personal sanitario y ha llegado a afectar hasta al
17% de profesionales; los guantes son el material
más frecuentemente implicado en la aparición
de esta alergia. Puede producir urticaria, rinitis,
conjuntivitis, asma e incluso anafilaxia. Gracias a
las medidas preventivas instauradas, la incidencia
de alergia al látex se ha reducido de forma muy
llamativa.
Cualquier tipo de alimento es susceptible de provocar síntomas
alérgicos en una persona sensibilizada.
22. LIBRO DE LAS ENFERMEDADES ALÉRGICAS DE LA FUNDACIÓN BBVA
24
• Mascotas. Han cambiado mucho los hábitos y
costumbres en los domicilios. La presencia de
hámsteres, hurones, chinchillas, ardillas, cobayas,
iguanas y otros animales ha dejado de ser algo
excepcional, e incluso en ocasiones estos anima-
les duermen con sus dueños. Se han descrito dife-
rentes enfermedades alérgicas por sensibilización
a los epitelios de dichos animales; las más fre-
cuentes son la rinoconjuntivitis y el asma alérgica.
• Nuevos pólenes. Es una realidad que las tempera-
turas de los inviernos se están suavizando y junto
con el efecto invernadero existente en las grandes
ciudades debido a la contaminación ambiental
se ha observado un aumento de la incidencia de
la alergia a pólenes de invierno como los de las
cupresáceas (ciprés y arizónicas), que era algo
excepcional hace dos o tres décadas. Otro fenó-
meno que se ha descrito es cómo la contamina-
ción (sobre todo las partículas de los motores
diésel) potencia la alergenicidad de determinados
pólenes.
• Anisakis simplex. Se trata de un parásito de los
mamíferos marinos. Se conoce desde el siglo XIX
pero no se ha relacionado con los cuadros de aler-
gia hasta 1995. En el ciclo vital de este parásito se
produce un paso desde los mamíferos marinos
hasta los peces de los océanos. En el aparato
digestivo de los peces se da una fase larvaria; pos-
teriormente, si ingerimos pescado crudo o insu-
ficientemente cocinado, se desencadenan dife-
rentes manifestaciones alérgicas y/o digestivas
debidas a la acción de la larva de Anisakis simplex
y la respuesta de hipersensibilidad del paciente.
Puede ocasionar cuadros de alergia (urticaria,
angioedema, anafilaxia) o digestivos (pseudoobs-
trucción intestinal). En la actualidad se ha publi-
cado una normativa legal que especifica cómo
debe cocinarse el pescado para evitar los cuadros
descritos anteriormente.
¿Están aumentando las enfermedades alérgicas?
¿Por qué están aumentando?
Las enfermedades alérgicas aumentan cada año. Las posi-
bles causas son muy variadas. Hemos comentado que exis-
ten factores genéticos predisponentes, pero estos no bas-
tan para justificar el aumento observado de la incidencia
de estas enfermedades.
El modo de vida occidental conlleva una serie
de hábitos y costumbres claramente perjudiciales para
los habitantes de los países desarrollados (tabaquismo,
cambios en las costumbres alimenticias, sedentarismo,
obesidad…).
Además, los inviernos más suaves, el efecto inver-
nadero de las ciudades y la contaminación ambiental favo-
recen la sensibilización a pólenes que anteriormente no se
observaban.
Existe también la teoría de la higiene. Nuestros hijos
viven en ambientes limpios, se bañan con mucha frecuen-
cia, están vacunados de numerosas enfermedades (¡afor-
tunadamente!), utilizan en bastantes ocasiones antibióti-
cos (no siempre indicados), están libres de enfermedades
parasitarias, nunca están sucios. Todas estas situaciones
favorecen que el sistema inmunitario se equivoque de ene-
migos, puesto que no halla bacterias o parásitos contra los
que combatir, y se oriente a sustancias tan inocuas como
son los pólenes de las gramíneas o las heces de los ácaros
del polvo doméstico. Por tanto, las alergias serían un tri-
buto exigido por el desarrollo sociosanitario.
Recientemente, hemos observado cómo hay inmi-
grantes que han venido a trabajar a nuestro país desde
otros no tan desarrollados industrialmente, y con menor
contaminación, que presentan alergia respiratoria a los
dos o tres años de residir en nuestras ciudades. Por tanto,
Las proteínas provenientes de las mascotas domésticas son causa
frecuente de rinitis, conjuntivitis y asma alérgicas.
23. ¿QUÉ ES LA ALERGIA? ¿QUÉ ESTUDIA LA ALERGOLOGÍA?
25
el peso de la contaminación ambiental sería de mayor rele-
vancia que los anteriormente descritos.
¿Afectan las enfermedades alérgicas a la calidad
de vida de los pacientes?
Las enfermedades alérgicas son procesos crónicos que
afectan de forma significativa a la calidad de vida de los
pacientes. En edades pediátricas y juveniles acarrean pér-
didas de días de escolarización (absentismo escolar), y en
edades adultas pérdidas de días de trabajo (absentismo
laboral). En todas las edades, las enfermedades alérgicas
mal controladas, incluida la rinitis alérgica, traen consigo
alteraciones en el descanso nocturno y consecuente pér-
dida de la capacidad de concentración, y por tanto dismi-
nución de la producción escolar (dificultades de aprendi-
zaje) y laboral.
Las alteraciones observadas en la calidad de vida de
los pacientes ocurren tanto en su ámbito físico como en el
emocional, social y psíquico.
Hemos descrito anteriormente enfermedades alér-
gicas que pueden ser graves y que requieren visitas a los
servicios de urgencias e incluso hospitalizaciones. Todos
estos factores comportan un impacto negativo sobre la
calidad de vida de los pacientes. Recientemente se han
publicado estudios que demuestran que algunas enfer-
medades alérgicas muy frecuentes, como la rinitis alérgica,
influyen en la calidad de vida de los pacientes en mayor
medida que otras enfermedades crónicas como la hiper-
tensión arterial.
¿Qué profesional sanitario atiende al paciente
alérgico?
Las enfermedades alérgicas constituyen una de las epide-
mias no infecciosas del siglo XXI y son muchos los profesio-
nales sanitarios implicados en la atención de los pacientes
alérgicos: atención primaria (médicos de familia, médicos
generales, médicos rurales, pediatras) y hospitalarios (otorri-
nolaringólogos, neumólogos, dermatólogos, digestólogos,
inmunólogos, internistas, intensivistas, médicos de servicios
de Urgencias y alergólogos).
El médico de atención primaria es el profesional
sanitario que atiende al mayor número de pacientes y es
responsable de los flujos asistenciales entre el paciente,
los servicios de Urgencias y los servicios de Alergología
u otras especialidades. El médico de atención prima-
ria suele atender en primer lugar al paciente alérgico.
Evalúa los casos, interpreta la sintomatología, solicita las
pruebas complementarias iniciales y prescribe el trata-
miento inicial.
El paciente alérgico presenta en ocasiones altera-
ciones en distintos órganos, como ocurre con la rinitis, la
conjuntivitis, el asma, la dermatitis y la alergia alimentaria.
El especialista en Alergología aporta la visión integral de
los distintos procesos que presenta el paciente alérgico.
¿Qué estudia la Alergología?
La Alergología es una especialidad médica oficialmente
reconocida en España por los Ministerios de Sanidad,
Política Social e Igualdad y de Educación. Se entiende por
Alergología la especialidad médica que comprende el
conocimiento, diagnóstico y tratamiento de la patología
producida por mecanismos inmunológicos, con las técni-
cas que le son propias. El Programa Oficial de la especiali-
dad vigente se publicó en el BOE número 241, de lunes 9
de octubre de 2006. Para acceder a la formación especiali-
zada en Alergología son requisitos previos imprescindibles
ser licenciado en Medicina y obtener plaza en la convoca-
toria del examen MIR.
Los médicos internos residentes (MIR) realizan un
período formativo de cuatro años en unidades docen-
tes acreditadas de hospitales con formación reconocida
de posgrado. Durante esos cuatro años, los MIR adquieren de
forma progresiva conocimientos, habilidades, actitudes,
capacidad operativa y responsabilidad propias de un espe-
cialista en Alergología.
La Alergología es una especialidad multidisciplinar
querequiere,ademásdeformaciónenelserviciodeAlergia,
rotaciones en Medicina Interna, Pediatría, Inmunología,
Neumología, Dermatología y Otorrinolaringología.
Los residentes en Alergología deben dominar el
temario publicado en el BOE que incluye inmunología
básica, inmunopatología general, alergología básica y aler-
gia clínica. Una vez que culminan la formación especiali-
zada, los residentes obtienen el título de especialista en
Alergología que les faculta para ejercer esta especialidad.
¿Quién es el alergólogo?
El alergólogo es un médico especializado en Alergología
y, por tanto, preparado para prevenir, diagnosticar y tratar
las enfermedades alérgicas, así como educar a pacientes
y familiares acerca de ellas. Es importante resaltar que el
alergólogo recibe formación y acumula experiencia en
enfermedades alérgicas tanto en pacientes pediátricos
como en adultos.
24. LIBRO DE LAS ENFERMEDADES ALÉRGICAS DE LA FUNDACIÓN BBVA
26
El alergólogo está capacitado para evaluar los
diferentes aspectos de las enfermedades alérgicas que
pueden afectar a distintos sistemas del organismo (piel,
aparato digestivo, aparato respiratorio, sistema cardiovas-
cular, etc.). Suele ocurrir que un mismo paciente presente
rinitis, conjuntivitis, asma, dermatitis y alergia alimentaria.
El alergólogo puede realizar un diagnóstico y tratamiento
integral.
Es esencial la colaboración, tal y como hemos des-
crito anteriormente, entre atención primaria y los alergólo-
gos. Además, en el medio hospitalario es muy conveniente
y eficaz la colaboración con otras especialidades también
descritas más arriba.
¿En qué puede ayudar el alergólogo?
El alergólogo tiene como objetivo fundamental en su
práctica diaria intentar identificar el alérgeno responsable
de la enfermedad alérgica. Una vez identificada la causa
mediante las diferentes pruebas diagnósticas, será posible
instaurar todas las medidas disponibles para controlar el
proceso alérgico y mejorar por tanto la calidad de vida del
paciente alérgico.
El paciente alérgico puede presentar diferentes
enfermedades a lo largo de su vida. Son frecuentes los
casos de niños que comienzan la marcha alérgica con una
dermatitis atópica, posteriormente padecen una alergia
alimentaria y, finalmente, presentan una alergia respirato-
ria que se manifiesta primero como una rinitis alérgica y a
continuación como asma alérgica. El alergólogo está cuali-
ficado para realizar un seguimiento adecuado del paciente
a lo largo de las diferentes etapas de la enfermedad alér-
gica y, sobre todo, establecer medidas preventivas dirigi-
das a disminuir la aparición de nuevas sensibilizaciones y
evitar la progresión de la enfermedad alérgica.
¿Qué pruebas diagnósticas realiza el alergólogo?
Decía el Dr. Gregorio Marañón que la mejor herramienta
diagnóstica era una mesa, una silla y un papel para realizar
una correcta historia clínica. Esta aseveración está vigente
(únicamente modernizada por el ordenador) y es funda-
mental en el diagnóstico inicial o de sospecha de las enfer-
medades alérgicas. La historia clínica consiste en recoger
de forma metódica y exhaustiva toda la información que se
solicita al paciente sobre sus manifestaciones clínicas (sín-
tomas subjetivos). Los datos aportados por el paciente se
complementan con una adecuada exploración física (sig-
nos objetivos).
Para realizar el diagnóstico de certeza, el alergólogo
dispone de una serie de pruebas in vivo (pruebas cutáneas
y de exposición o provocación) e in vitro (analítica de labo-
ratorio). Las pruebas cutáneas continúan siendo una de las
principales herramientas diagnósticas en los procesos alér-
gicos; realizadas por personal cualificado y experto, son
habitualmente seguras, rápidas en su realización, con un
coste asumible y fiables. Existen diferentes técnicas en fun-
ción del proceso alérgico que se vaya a evaluar: alérgenos
inhalados, alimentos, contactantes, medicamentos, etc.
En los capítulos siguientes se describirán estas pruebas. En
ocasiones, como en algunos casos de alergia alimentaria o
medicamentosa, es necesario recurrir a pruebas de exposi-
ción o provocación.
En relación con las pruebas de laboratorio es posi-
ble cuantificar la inmunoglobulina E total y las diferentes
inmunoglobulinas E específicas frente a determinados
alérgenos inhalados, alimentarios, medicamentosos,
parasitarios u ocupacionales. Es posible medir diferentes
marcadores de la activación de células inflamatorias par-
ticipantes en las enfermedades alérgicas como son, por
ejemplo, la triptasa mastocitaria o la proteína catiónica del
eosinófilo. Algunos de estos marcadores pueden ser medi-
dos en suero, esputo, lágrima, lavado broncoalveolar, orina
e incluso en heces.
En la actualidad, el diagnóstico molecular permite
realizar diagnósticos más exactos en Alergología y por
tanto instaurar medidas terapéuticas más acertadas. Por
ejemplo, es relativamente común encontrar pacientes poli-
sensibilizados a numerosos pólenes, y a la hora de decidir
el tratamiento no siempre es posible realizar pruebas de
provocación conjuntival, nasal o bronquial. Mediante téc-
nicas de diagnóstico molecular puede obtenerse el perfil
real de sensibilización específico del paciente y plantear así
el mejor tratamiento personalizado (véase figura 1).
¿Qué tratamientos recomendará el alergólogo?
El alergólogo recomendará el tratamiento más adecuado
para cada paciente. El tratamiento integral del paciente
alérgico incluye cuatro apartados: medidas de control
ambiental (desalergenización), tratamiento farmacológico,
tratamiento con vacunas (inmunoterapia) y la educación
del paciente alérgico y sus familiares.
Como en todas las enfermedades, es importante
tomar medidas preventivas. Una vez que se ha realizado
el diagnóstico etiológico o causal de la enfermedad alér-
gica han de indicarse las medidas de control ambiental o
25. ¿QUÉ ES LA ALERGIA? ¿QUÉ ESTUDIA LA ALERGOLOGÍA?
27
desalergenización. Estas medidas se aplicarán en función
del alérgeno responsable; así, por ejemplo, las hay para
pacientes alérgicos a pólenes, ácaros, epitelios u hongos.
En el caso de las alergias alimentarias, dermatitis de
contacto o alergias medicamentosas, el tratamiento inicial
es la evitación de los alérgenos responsables de la apari-
ción de las diferentes manifestaciones clínicas.
Respecto al tratamiento farmacológico, el alergó-
logo recomendará diferentes fármacos en función de la
edad, de la severidad (leve, moderada, grave) y del tipo de
manifestaciones (intermitentes o persistentes), aplicando
para ello diferentes guías existentes para el diagnóstico y
tratamiento de las enfermedades alérgicas. Existen guías
nacionales e internacionales para el tratamiento de la rini-
tis, del asma o de la urticaria, por citar algunos ejemplos.
El tratamiento con inmunoterapia (vacunas aler-
génicas) está indicado en determinados tipos de rinitis y
asma alérgica, y en los pacientes con reacciones graves
de hipersensibilidad a veneno de himenópteros (abejas
y avispas). La eficacia de este tratamiento con vacunas
está relacionada con la calidad del extracto seleccionado,
la duración del tratamiento y la dosis administrada. Es
importante destacar que la inmunoterapia con alérgenos,
junto con las medidas de control ambiental, constituyen
los pilares del tratamiento etiológico o causal de las enfer-
medades alérgicas. El tratamiento etiológico es el único
que puede modificar la evolución natural de la rinitis y del
asma alérgica, disminuyendo la intensidad de la sintoma-
tología, reduciendo las necesidades de tratamiento sinto-
mático, mejorando la calidad de vida del paciente e incluso
llegando a solucionar definitivamente la enfermedad.
Las medidas de educación son esenciales para el
paciente alérgico y sus familiares. Los cursos de autocui-
dados en pacientes asmáticos o los campamentos para
niños asmáticos son herramientas muy útiles para mejo-
rar el cumplimiento terapéutico de estos pacientes. Se ha
demostrado que los pacientes que realizan estas medi-
das educativas mejoran la calidad de vida, disminuyen
sus visitas imprevistas a Urgencias y reducen sus ingresos
hospitalarios.
El alergólogo diseñará planes de actuación para los
pacientes alérgicos respecto al tratamiento de las fases de
crisis agudas (crisis de asma por ejemplo), y para las fases
estables de las diferentes enfermedades.
¿Existen nuevos tratamientos en Alergología?
En los últimos años se están produciendo importantes
avances terapéuticos en el control de las enfermeda-
des alérgicas. Citaremos algunos ejemplos que serán
desarrollados de forma pormenorizada en los capítulos
correspondientes.
En el asma bronquial alérgico grave mal contro-
lado, disponemos de un novedoso tratamiento biológico
con un anticuerpo monoclonal (omalizumab) que está
permitiendo conseguir mejorías en algunos pacientes.
Omalizumab tiene un efecto anti-IgE. Como antes hemos
descrito, la inmunoglobulina E es la responsable de las
manifestaciones alérgicas de hipersensibilidad.
Las pruebas cutáneas son una de las principales herramientas diag-
nósticas en los procesos alérgicos.
FIGURA 1. Técnicas de diagnóstico molecular
en Alergología
26. LIBRO DE LAS ENFERMEDADES ALÉRGICAS DE LA FUNDACIÓN BBVA
28
En algunos casos de alergia alimentaria (leche o
huevo), se están realizando desensibilizaciones e induccio-
nes de tolerancia a dichos alimentos, permitiendo modifi-
car la evolución natural de estas enfermedades alérgicas.
En pacientes alérgicos a determinados medica-
mentos en los que es imprescindible su utilización (citostá-
ticos, antibióticos o antiinflamatorios), se están aplicando
diferentes pautas de desensibilización que permiten ser
empleados con seguridad.
En el caso de la inmunoterapia específica con alér-
genos, se están llevando a cabo avances significativos en
las pautas agrupadas con vacunas administradas vía sub-
cutánea. Disponemos también de avances en la inmunote-
rapia sublingual, como es la administración de vacunas en
forma de liofilizados bucodispersables.
¿Pueden prevenirse las enfermedades alérgicas?
¿Puede el paciente ser activo en su prevención?
Es esencial conocer los niveles de exposición o presiónalergé-
nica a la que está sometido el paciente alérgico. En la actua-
lidad, es posible medir en microgramos por gramo de polvo
los niveles de alérgenos de ácaros del polvo doméstico en los
domicilios de los pacientes. Los alérgicos a hongos y/o ácaros
deben evitar la utilización de humidificadores, y deben venti-
lar y limpiar con frecuencia la casa. Además, deben evitar
vivir con objetos que acumulen polvo (moquetas, alfombras,
cortinas) y procurar que los suelos y paredes sean limpiables.
Existen también colectores de pólenes que realizan
mediciones de estos en prácticamente todo el territorio
nacional. Así, el paciente alérgico a pólenes de gramíneas
conoce la concentración medida en granos por metro
cúbico de aire y día. La Sociedad Española de Alergología
en Inmunología Clínica (SEAIC) facilita esta información a
través de su página web (www.polenes.com). Los alérgicos
a pólenes deben tomar una serie de medidas de protec-
ción en las épocas de polinización (usar gafas de sol, via-
jar en el coche con las ventanillas cerradas, evitar pasear o
hacer deporte al aire libre en las horas de máxima poliniza-
ción, evitar cortar el césped, etc.). Los pacientes alérgicos a
aeroalérgenos deben evitar la presencia de animales en el
domicilio, y si los tienen, deben bañarlos periódicamente
con productos adecuados.
El tabaco es perjudicial para todas las personas,
pero mucho más para los pacientes alérgicos que presen-
tan inflamación de las vías respiratorias altas y bajas. Los
alérgicos no deben fumar (fumadores activos) y no se debe
fumar en su presencia (fumadores pasivos).
Es muy importante no caer en la automedicación.
Cada paciente requiere un tratamiento en función de su
enfermedad alérgica, su severidad (leve, moderada o
grave) y la presencia de sintomatología (intermitente o
persistente). Cada alérgico debería disponer de un plan
personalizado de tratamiento para conseguir el control de
su patología.
En el caso de pacientes que han presentado anafi-
laxia es muy importante el entrenamiento en el correcto
empleo de autoinyectores de adrenalina.
La inmunoterapia específica con alérgenos ha
demostrado su eficacia previniendo el paso de rinitis a
asma, y también frenando la aparición de nuevas sensibi-
lizaciones a otros aeroalérgenos. En los pacientes en que
esté indicada debe utilizarse en pauta, composición y
tiempo suficientes.
En los respectivos capítulos de esta obra se profun-
dizará en los aspectos preventivos de cada una de las pato-
logías alérgicas.
¿Tienen un coste sanitario las enfermedades
alérgicas?
El coste económico de las enfermedades alérgicas está
aumentando de forma exponencial. Los costes incluyen
diversos apartados:
• Costes directos derivados de su asistencia médica
(visitas al médico, medicamentos, visitas a ser-
vicios de Urgencias, análisis, pruebas diagnósti-
cas, hospitalizaciones, etc.) y costes no médicos
(transporte, fisioterapia, asistencia social, etc.).
• Costes indirectos (pérdida de trabajo productivo,
disminución del rendimiento laboral, pérdida de
capacidad productiva, pérdida de trabajo pro-
ductivo por asistencia a familiares).
• Costes intangibles (dolor, malestar, miedo, tris-
teza, sufrimiento).
En la actualidad, la Sociedad Española de
Alergología e Inmunología Clínica está realizando un estu-
dio pionero para conocer el coste fármacoeconómico de la
rinitis alérgica en España.
¿Existen asociaciones de pacientes alérgicos en
España?
Existen diferentes asociaciones de pacientes en España. La
colaboración entre sociedades científicas y asociaciones
27. ¿QUÉ ES LA ALERGIA? ¿QUÉ ESTUDIA LA ALERGOLOGÍA?
29
de pacientes es cada vez más estrecha, y en el último con-
greso de la SEAIC, celebrado en Madrid en 2010, tuvieron
lugar varias sesiones compartidas, impartidas por dichas
asociaciones y profesionales sanitarios. Además, se firmó
en conjunto la «Declaración de Buenos Aires» entre las aso-
ciaciones de pacientes y familiares y la SEAIC.
He aquí algunas de estas asociaciones específicas:
de alérgicos a alimentos (www.aepnaa.org); de alérgi-
cos al látex (www.alergialatex.es); de alérgicos al veneno
de himenópteros (www.scaic.org/scaic/adaphi.htm); de
asmáticos (www.airelibre.org, www.asmatics.org, www.
accesible.org/asga, www.asmaler.galeon.com) y de pacien-
tes de dermatitis atópica (www.adeaweb.org).
¿Existen sociedades científicas de Alergología?
¿Para qué sirven?
Existen diferentes sociedades regionales, autonómicas,
nacionales e internacionales de Alergología. La SEAIC, fun-
dada en 1949, alberga estos fines:
• Fomentar y dar a conocer los estudios sobre
Alergología e Inmunología Clínica.
• Promover y facilitar el contacto de sus miembros
entre sí y con otros profesionales o entidades afines.
• Contribuir a la formación y perfeccionamiento
profesional en Alergología e Inmunología Clínica.
• Propiciar cualquier tipo de intercambio e inicia-
tiva (no exclusivamente científico profesional)
entre los socios, que contribuya a la buena mar-
cha de la sociedad.
• Intervenir como tal Sociedad en los problemas
que puedan afectar a sus miembros respecto al
ejercicio profesional, a la especialidad, a la sani-
dad y a la salud pública.
• Promover programas educativos para el público
en general, encaminados a dar a conocer las
enfermedades inmunoalérgicas, su prevención,
tratamiento y cualquier actividad relacionada con
este fin.
La SEAIC tiene como órgano oficial de expresión
la revista Journal of Investigational Allergology and Clinical
Immunology (www.jiaci.org), y cuenta con una página web
oficial en la que pueden conocerse todas las actividades
societarias (www.seaic.org).
La principal actividad de la SEAIC es la cientí-
fica. La Junta Directiva, elegida democráticamente cada
cuatro años, está asesorada por los diferentes comités:
Aerobiología,Alergiaaalimentos,Alergiacutánea,Alergiaa
himenópteros, Alergia a medicamentos, Alergólogos jóve-
nes y MIR, Asma, Calidad y seguridad asistencial, Alergia
infantil, Ejercicio y desarrollo profesional, Enfermería,
Formación continuada, Informática, Inmunología, Inmu
noterapia, Látex, y Rinitis y conjuntivitis.
La SEAIC cuenta con una Fundación a través de la
cual favorece proyectos de investigación mediante la con-
vocatoria semestral de becas, promueve actividades for-
mativas enfocadas a pacientes (cursos de autocuidados,
campamentos para niños asmáticos o los Juegos Olímpicos
para jóvenes asmáticos) y realiza actividades divulgativas
(la Semana de la Alergia o el Día del Asma).
Además, la SEAIC mantiene estrechas relaciones de
colaboración con sociedades internacionales como la WAO
(Organización Mundial de Alergia), SLAAI (Sociedad Latino-
americana de Asma e Inmunología), SEAS (Sociedad de
Sociedades de Alergología del Sur de Europa), Interasma o
EAACI (Academia Europea de Alergia e Inmunología Clínica).
A nivel regional o autonómico, existen asimismo
estas sociedades de Alergología e Inmunología Clínica: la
aragonesa (www.alergoaragon.org); la castellano-leonesa
(www.aclaic.org); la murciana (www.alergomurcia.com); la
andaluza (www.alergosur.com); la de la zona Norte (www.
alergonorte.org); la extremeña (www.saicex.es); la gallega
(www.sgaic.org); la de Madrid/Castilla-La Mancha (www.
smclm.com); la catalana (www.scaic.org), la valenciana
(www.avaic.org) y la canaria (www.scaic.es).
Bibliografía
Academia Americana de Alergia, Asma e Inmunología. http://www.
aaaai.org. (Fecha de consulta: 12 de septiembre de 2011.)
Academia Europea de Alergia e Inmunología Clínica. http://www.
eaaci.org. (Fecha de consulta: 12 de septiembre de 2011.)
Organización Mundial de Alergia. http://www.worldallergy.org.
(Fecha de consulta: 12 de septiembre de 2011.)
Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica. http://
www.seaic.org. (Fecha de consulta: 12 de septiembre de 2011.)
Comité de Aerobiología, http://www.polenes.com. (Fecha de con-
sulta: 14 de septiembre de 2011.)
Journal of Investigational Allergology and Clinical Immunology.
http://www.jiaci.org. (Fecha de consulta: 12 de septiembre de 2011.)
28. LIBRO DE LAS ENFERMEDADES ALÉRGICAS DE LA FUNDACIÓN BBVA
30
• Las enfermedades alérgicas constituyen una auténtica
epidemia no infecciosa en los países desarrollados en
el siglo XXI.
• La incidencia de estas enfermedades aumenta de forma
continua cada año, afectando a seres humanos de todas
las edades desde la infancia hasta la senectud.
• La alergia se debe a una respuesta exagerada e inapro-
piada del sistema inmunitario frente a sustancias que
son inocuas para la mayoría de las personas.
• Las enfermedades alérgicas más frecuentes son la rino-
conjuntivitis, el asma, la urticaria, la dermatitis atópica,
la dermatitis alérgica de contacto, la alergia alimentaria,
la alergia a fármacos y la anafilaxia.
• Las alergias son procesos crónicos que afectan la cali-
dad de vida de los pacientes tanto en su esfera física
como psíquica. Conllevan un coste sanitario en diferen-
tes aspectos: directos, indirectos e intangibles.
• El alergólogo es el profesional formado específicamente
para identificar los alérgenos responsables de las dife-
rentes enfermedades, realizar un diagnóstico e instau-
rar las medidas terapéuticas adecuadas a cada paciente.
• Existen diferentes pruebas diagnósticas que permiten
establecer un correcto diagnóstico etiológico o causal
y realizar a continuación un tratamiento con todas las
garantías: medidas de control ambiental, educación de
pacientes y familiares, tratamiento farmacológico y tra-
tamiento con inmunoterapia (vacunas).
• Cada paciente alérgico debe disponer de un informe,
certificado u otro documento actualizado que especi-
fique su patología alérgica y el tratamiento prescrito.
Debe conocer su enfermedad y adoptar medidas pre-
ventivas para evitar el desencadenamiento de la reac-
ción de hipersensibilidad y los consiguientes síntomas y
signos característicos de las diferentes alergias.
Resumen
29. 31
Capítulo 2
Historia del desarrollode los conocimientos
en Alergología. Alérgicos ilustres
Dr. Roberto Pelta Fernández
Médico especialista en Alergología. Servicio de Alergia del Hospital General Universitario Gregorio Marañón, Madrid.
Historiador de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica
¿Es la alergia una enfermedad moderna?
Son muchos los pacientes que acuden al alergólogo con la
idea de que los procesos alérgicos eran desconocidos en
el pasado, considerándolos propios de sociedades indus-
trializadas, y favorecidos en gran parte, con independencia
de la predisposición hereditaria, por factores ambientales
como la polución atmosférica y los cambios del estilo de
vida. Aunque no les falta razón, haremos a continuación
un sucinto viaje a través de los siglos para mostrar que los
médicos de épocas pasadas también los conocieron.
¿Cuándo y por qué se acuñó el término alergia?
Los médicos griegos ya intuyeron la existencia de un
modo especial de respuesta en el organismo de las per-
sonas alérgicas, pues idearon el término idiosincrasia, que
deriva de idios (propio), sun (son) y krasis (temperamento),
para referirse al propio comportamiento en virtud del cual
se distingue uno de los demás. Pero el creador del voca-
blo alergia fue el médico austriaco Clemens Peter Freiherr
von Pirquet von Cesenatico. Nacido en 1874, estudió
Medicina en la Universidad de Viena y se hizo pediatra.
Su interés por la infancia le llevó a fundar en la propie-
dad familiar que poseía la primera factoría que producía
leche pasteurizada con un adecuado control de calidad
para su consumo por niños. En 1906, al introducir el con-
cepto de alergia, justificaba su aportación con estas pala-
bras: «Necesitamos un nuevo término más general para
describir el cambio experimentado por un organismo
tras su contacto con un veneno orgánico, bien sea vivo
o inanimado. Para expresar este concepto general de un
cambio en el modo de reaccionar, yo sugiero el término
alergia. En griego allos significa 'otro', y ergon 'una des-
viación del estado original'». La muerte de Von Pirquet y
su esposa es un enigma: el 28 de febrero de 1929 fueron
hallados sin vida, tras ingerir cianuro. El médico se había
casado en 1904 con una mujer de Hannover, con la que
pronto surgieron tensiones conyugales tras ser sometida
a una intervención quirúrgica ginecológica que impidió
al matrimonio tener descendencia. La esposa del célebre
médico desarrolló una vejez prematura, con una noto-
ria obesidad, pues pasaba la mayor parte del tiempo en
la cama. De carácter histérico, iba a precisar en el futuro
el ingreso en un sanatorio privado cerca de Viena, para
tratar su adicción a los somníferos. Pero tan solo cuatro
años antes de que Von Pirquet expusiera sus teorías, había
surgido un hallazgo también decisivo en la historia de la
Alergología, como ahora veremos.
¿Cuándo y por qué se acuñó el término anafilaxia?
Existe un tipo de reacción alérgica grave que puede poner
en peligro la vida y que generalmente ocurre en personas
predispuestas por la administración de un medicamento,
la ingestión de un alimento o la picadura de una abeja
o de una avispa. Consiste en la aparición de ronchas en
30. 32
LIBRO DE LAS ENFERMEDADES ALÉRGICAS DE LA FUNDACIÓN BBVA
la piel, hinchazón de ésta o de la glotis (que es el espa-
cio situado entre las cuerdas vocales, y causaría asfixia),
asma, vómitos, diarrea, e incluso sensación de mareo por
descenso de la tensión arterial (choque anafiláctico). Fue
el catedrático francés de la Universidad de La Sorbona,
Charles Robert Richet (1850-1935) —que además de
por la medicina se interesó por la historia, la literatura,
la sociología, la parapsicología y la psicología—, el que
acuñó en 1902 el término anafilaxia para referirse a ese
modo de reaccionar por parte de algunos individuos,
expresando que «muchos venenos poseen la notable pro-
piedad de aumentar en lugar de disminuir la sensibilidad
del organismo frente a su acción». En el verano de 1901,
Richet y el zoólogo Paul Jules Portier (1866-1962) fueron
invitados a un crucero por el Mediterráneo por el prín-
cipe Alberto I de Mónaco (1848-1922), cuyo interés por la
oceanografía le llevó a promover viajes a bordo del yate
Princesse Alice II, dotado de laboratorios para investiga-
ciones marinas. El aristócrata era propietario del Casino
deMontecarlo,perocomosentíaaversiónporlosjuegosde
azar nunca lo frecuentó y prohibió la entrada a sus súb-
ditos; sin embargo, las enormes ganancias del casino
le permitieron emprender fabulosas travesías marinas.
Como había visto dificultados sus baños por las dolorosas
picaduras de las medusas, encargó a Portier y Richet que
investigasen el asunto. Ambos comprobaron mediante la
experimentación que un extracto acuoso preparado con
filamentos de esos animales era muy tóxico para los patos
y los conejos, pero precisaban ampliar sus experimentos.
En efecto, las medusas se valen de un veneno que secre-
tan sus tentáculos para lograr paralizar a sus presas, antes
de ingerirlas. De regreso a París a los científicos no les
fue posible obtener el tipo de medusa que habita en el
Mediterráneoparaseguirinvestigando,perosevalieronde
un organismo similar, la actinia o anémona de mar, cuyos
tentáculos también albergan veneno. El objetivo era obte-
ner un suero protector para los bañistas que fuesen pica-
dos por aquellos animales marinos, contrarrestando así los
efectos nocivos del veneno. Constataron que la muerte de
los perros que habían utilizado no ocurría hasta pasados
algunos días tras la inyección de la ponzoña; y además,
los que no habían recibido una dosis letal sobrevivían,
aunque a partir de entonces eran muy sensibles a peque-
ñas dosis del veneno y fallecían en minutos. Al recibir
Charles Richet en 1913 el Premio Nobel de Medicina, éstas
fueron sus palabras durante la entrega del galardón: «El
descubrimiento de la anafilaxia no es de ninguna manera
el resultado de una profunda reflexión sino de una simple
observación, casi accidental, por lo tanto no tengo otro
mérito que el de no haber rehusado ver los hechos que se
mostraban ante mí, completamente evidentes». Aunque
Richet obtuvo en solitario el Nobel, y no Portier, no surgió
entre ambos envidia o resentimiento alguno.
¿Cuándo y por qué se acuñó el término atopia?
En 1923 fue el médico neoyorquino Arthur Fernández
Coca (1875-1959) quien, asesorado por un profesor de
griego, acuñó el término atopia (atopos significa 'inhabi-
tual' o 'raro'), para referirse a los padecimientos de algunos
sujetos que sufrían rinitis, asma o urticaria y en los que exis-
tía un condicionante hereditario. Aún se sigue empleando
la denominación de dermatitis atópica para referirse a un
tipo de eccema que aparece en la piel de ciertos indivi-
duos que, en su mayoría, muestran una especial propen-
sión a padecer procesos alérgicos como la rinitis o el asma.
Pero no fue posible conocer el mecanismo íntimo de las
reacciones alérgicas hasta que se descubrió una proteína
Charles Richet obtuvo el Premio Nobel de Medicina por el descubri-
miento de la anafilaxia.
31. HISTORIA DEL DESARROLLO DE LOS CONOCIMIENTOS EN ALERGOLOGÍA. ALÉRGICOS ILUSTRES
33
llamada IgE, que suele ser la causa de la mayoría de ellas.
Fue en 1967, gracias a dos grupos de investigadores que
trabajaban por separado, uno en Baltimore (el matrimonio
nipón Ishizaka) y otro integrado por tres científicos suecos
de la Universidad de Uppsala (los doctores Wide, Bennich
y Johansson).
¿Cuáles fueron a lo largo de la historia las primeras
evidencias de que algunas personas sensibles
padecían rinitis alérgica en primavera?
El médico árabe de origen persa Rhazes (865-932), que
ejerció en el primer cuarto del siglo X y está considerado
como el más eminente galeno musulmán medieval —des-
tacó también como filósofo, cantante y por su dominio de
la cítara—, tituló una de sus publicaciones Una diserta-
ción sobre la causa de la coriza que ocurre en la primavera,
cuando las rosas liberan su perfume. Es probablemente la
primera descripción en la historia de la Medicina de la rini-
tis alérgica estacional por sensibilización al polen, ya que
el olor de un perfume puede causar irritación en las fosas
nasales pero no otros síntomas típicos de la exposición a
ese elemento vegetal, que sirve para que determinadas
plantas se reproduzcan, como sucede con el picor de los
ojos y de la nariz. Según el Diccionario de la Real Academia
Española, coriza es sinónimo de romadizo, que a su vez
significa 'inflamación de la mucosa que tapiza las fosas
nasales, causando el catarro', es decir, el «flujo o destilación
procedente de las membranas mucosas». Para los antiguos
médicos griegos, el vocablo katarrhein era sinónimo de
correr a través de; kata significa en griego 'para abajo' y por
rheo se entiende el hecho de fluir.
Otro célebre filósofo y médico árabe, Avicena (980-
1037), logró producir un líquido que llamó agua de rosas
y que adquirió pronto gran fama; se dice que cuando el
sultán Saladino entró en Jerusalén el año 1187 lavó con él
la totalidad de la Mezquita de Omar. Tras las Cruzadas se
puso de moda el uso de perfumes, pues los caballeros que
participaron en ellas se los traían de Oriente a sus damas.
Más adelante, en 1556, el médico luso João Rodrigues
(1511-1568), conocido como Amato Lusitano, atribuyó
la presencia de estornudos en algunos individuos al per-
fume que emanaba de las rosas. Asimismo, fue en 1565
cuando el cirujano y anatomista italiano de origen francés
Leonardo Botallus (1519-1587) afirmó que conocía el caso
de un paciente que al oler las rosas sentía dolor de cabeza
y estornudos, por lo que designó la afección como fiebre
de la rosa. Experiencias similares fueron recopiladas por
otros autores, y en 1673 el médico suizo Johann Nikolaus
Binninger (1628-1692) exponía el caso de la esposa de un
eminente personaje que padecía catarros solo en la época
en que florecían las rosas. Hoy sabemos que las rosas, al
igual que los claveles y otro tipo de plantas ornamentales,
se valen de insectos como las abejas para llevar a cabo su
polinización (que se llama entomófila), mientras que son
las especies vegetales que se valen del aire para la disper-
sión de su polen (anemófilas) las verdaderas causantes de
la alergia primaveral. De ahí la gran intuición de un médico
suizo natural de Ginebra, el doctor Jean Jacob Constant
de Rebecque (1645-1732), alérgico al polen desde su ado-
lescencia, que afirmaba en 1691: «Creo más bien que las
rosas emiten algo que irrita mi nariz sensible y, como por la
acción incesante pero no advertida de aguijones, provoca
una secreción del color del agua». Dos años más tarde,
Herlinus hablaba de un cardenal romano tan sensible al
olor de las rosas que mantenía cerradas a cal y canto las
puertas de su palacio.
¿Quién acuñó el término fiebre del heno para
denominar la alergia al polen?
En 1819 John Bostock (1773-1846), médico homeópata y
catedrático de las Universidades de Liverpool y Londres,
comunicó a otros colegas las manifestaciones alérgicas
que él padecía desde su infancia en una reunión de la
Sociedad Médico-Quirúrgica de Londres, en los términos
que abreviadamente exponemos: «Los siguientes sín-
tomas aparecen cada año a mediados de junio, con un
mayor o menor grado de violencia. Se nota una sensación
de calor y plenitud en los ojos, primero a lo largo de los
bordes de los párpados, y especialmente en los ángulos
internos, pero después de algún tiempo compromete a
todo el globo ocular. Al comienzo la apariencia externa del
ojo se ve poco afectada, salvo por la existencia de ligero
enrojecimiento y lagrimeo. Este estado se incrementa gra-
dualmente, hasta que la sensación se transforma en un
picor y escozor más agudos, mostrándose aquéllos muy
inflamados y descargando un fluido mucoso copioso y
espeso. Esta afección ocular tiene sus paroxismos, que se
suceden a intervalos irregulares, desde la segunda semana
de junio hasta mediados de julio. Después de que los sín-
tomas oculares se han ido aminorando, aparece una sensa-
ción general de plenitud en la cara y particularmente sobre
la frente; dichas manifestaciones se siguen de una irrita-
ción de la nariz, produciendo estornudos, que ocurren en
forma de salvas de una extrema violencia, sucediéndose
32. 34
LIBRO DE LAS ENFERMEDADES ALÉRGICAS DE LA FUNDACIÓN BBVA
con intervalos inciertos. A los estornudos se suma una
sensación de opresión torácica y dificultad para respirar.
Surge una necesidad de buscar aire en la habitación para
poder respirar mejor, volviéndose la voz ronca y existiendo
una incapacidad para hablar de forma prolongada sin
tener que pararse...». Además, en 1828, Bostock publicó un
trabajo con observaciones de 18 casos similares al suyo,
empleando por vez primera el término fiebre del heno, pero
rechazando su idea inicial de que hubiera relación con el
heno o pasto seco, por considerarla errónea. Actualmente
sabemos que la causa de la rinoconjuntivitis alérgica pri-
maveral es el polen, y que tal afección no causa fiebre,
pero dicho término ha hecho fortuna y sigue usándose por
algunos médicos y pacientes. A partir de las observaciones
deBostocksurgióelinterésdeotrosgalenosporelestudiode
la enfermedad, que a diferencia de lo que sucedía en su
época, donde era una rareza, alcanza hoy una frecuencia
notable.
¿Quién descubrió las pruebas cutáneas y efectuó
investigaciones pioneras sobre la causa de
la alergia al polen?
El doctor Charles Harrison Blackley, nacido en 1820, prac-
ticó la homeopatía en Manchester, tras ser tratado de su
alergia al polen por un practicante de dicha terapia, que
le inculcó el interés por ella. La homeopatía tiene su ori-
gen en las investigaciones del galeno alemán Samuel
Hahnemann (1755-1843), y se basa en curar con dosis
infinitesimales de medicamentos; pero al tratarse de algo
innovador era rechazado por la mayoría de los médicos,
como ha venido sucediendo hasta la actualidad. Al mos-
trarse Blackley preocupado por su reputación y temiendo
que algunos de sus contemporáneos le considerasen un
charlatán, fue a la Universidad de Bruselas para comple-
tar su formación. Un día de 1873, uno de sus hijos colocó
en una habitación de la casa un florero con un ramo de
grama; y al añadirle Blackley un poco de agua advir-
tió que se desprendían pequeñas cantidades de polen
cerca de su cara, y que comenzaba de inmediato a par-
padear y estornudar, reproduciéndose así los síntomas
de su proceso alérgico. Entonces decidió experimentar y
tras arañarse la piel la frotó con una gramínea humede-
cida, observando que aparecía un enrojecimiento y se
formaba una pequeña elevación o habón. Había descu-
bierto las pruebas cutáneas, tan valiosas para el diagnós-
tico en Alergología, que siguen usándose, con modifica-
ciones, actualmente. Además construyó un dispositivo
con un mecanismo de relojería, que le permitía exponer
unas superficies adherentes durante un tiempo dado
en la atmósfera. Era el primer colector de pólenes de la
historia, consistente en un barrilete a modo de cometa,
al que incorporó en su zona central un portaobjetos
untado con vaselina; logró elevar su ingenio en el aire a
más de 500 m de altura y cada 24 horas desmontaba el
portaobjetos y lo observaba al microscopio, para identi-
ficar y contar los pólenes. Se apercibió así de la influen-
cia del viento, el calor y la humedad sobre la distribución
deaquéllos.ComprobóqueenManchester,enlosmesesde
junio y julio, la época en que él y sus pacientes presenta-
ban síntomas, se daban altas concentraciones atmosféri-
cas de pólenes de gramíneas, y obtuvo mayores recuentos
en jornadas en las que lucía el sol y además había viento.
También logró protegerse de los efectos nocivos del polen
con ayuda de un filtro de aire fabricado con capas de
muselina, y empleando unas almohadillas nasales, a modo
de calzas, cuyas suelas estaban elaboradas con gasa.
¿Cómo se descubrió que el asma podía tener
un origen alérgico?
Una de las descripciones más antiguas del asma bronquial,
afección caracterizada por dificultad respiratoria y silbidos
por el estrechamiento de los bronquios, se la debemos al
médico romano Areteo de Capadocia, cuya vida se cree que
transcurrió entre el último cuarto del siglo I d. C. y la primera
mitad del II. Afirmaba a este respecto: «Si corriendo, al hacer
gimnasia o cualquier otro trabajo, la respiración se vuelve
dificultosa, a eso se le llama asma». Gerolamo Cardano fue
un matemático, médico y filósofo italiano, nacido en 1501
en Pavía, y que falleció en Roma el año 1576. Este curioso
personaje ya intuyó que el asma podría tener un origen
alérgico cuando, en 1552, John Hamilton, arzobispo escocés
de St. Andrews (Edimburgo), le hizo llamar pues creía haber
contraído tuberculosis pulmonar. El paciente experimentó
un notable alivio al seguir las recomendaciones del galeno y
retirar de su lecho el colchón y la almohada de plumas, que
sustituyó por otros de seda tejida.
Johann Baptista van Helmont (1577-1644), médico
y químico de origen belga, describió un tipo de respira-
ción dificultosa que le asaltaba con frecuencia, desenca-
denándose los accesos tras la exposición al polvo domés-
tico. Además pudo constatar la influencia del clima sobre
su enfermedad, ya que presentaba episodios de asma en
Bruselas, mientras que por el contrario permanecía asinto-
mático cuando residía en Oxford.
33. HISTORIA DEL DESARROLLO DE LOS CONOCIMIENTOS EN ALERGOLOGÍA. ALÉRGICOS ILUSTRES
35
El médico inglés Henry Hyde Salter (1823-1871),
que padeció asma desde su infancia y publicó en 1860 un
tratado muy completo titulado On Asthma, its Pathology
and Treatment, apuntaba la posibilidad de que algunos ali-
mentos pudieran ser la causa de los ataques en individuos
susceptibles, y se refirió a otros factores exógenos como
las plumas de las aves, refiriendo la aparición en su propia
piel de una reacción urticarial tras la fricción con el pelo de
gato, si el animal le producía algún rasguño. Recomendaba
para su tratamiento diversos fármacos, café bien cargado y
el humo que se desprendía al quemar estramonio, ingre-
diente de los llamados cigarrillos antiasmáticos. El francés
Armand Trousseau (1801-1867), profesor de la Facultad
de Medicina de París y que padecía asma en presencia de
algunas flores como las violetas, también recomendaba
dichos cigarrillos.
¿También existió en el pasado la alergia a
los alimentos?
Aunque actualmente es cada vez mayor el número de
personas afectadas por este problema de salud, estas aler-
gias han acompañado al hombre desde épocas remotas.
El médico y naturalista griego del siglo I d. C., Pedáneo
Dioscórides, y el escritor latino Cayo Plinio Segundo el
Viejo (23-79 d. C.) describieron la acción dañina de los plá-
tanos para la salud de algunas personas, atribuyéndola
erróneamente a los pelos que crecen en sus hojas.También
Hipócrates se refiere así al queso: «Algunos lo pueden
comer a la saciedad sin que les ocasione ningún mal, pero
otros no lo soportan bien».
Tito Caro Lucrecio, poeta latino (siglo I a. C.), en su
poema De Rerum Natura (De la naturaleza de las cosas),
dado a conocer después de su muerte por su amigo
Cicerón, escribió: «Lo que es alimento para algunos, puede
ser para otros un veneno violento». En 1480, antes de que
tuviera lugar la coronación del rey Ricardo II de Inglaterra,
los lores desearon agradar al monarca sirviéndole una
abundante taza de fresas, que comió en su presencia. Horas
más tarde convocó al Consejo de Estado, se abrió la camisa
y mostró el tórax, que estaba cubierto de zonas enroje-
cidas y prominentes, que le causaban una gran desazón.
Trató de hacer ver a los allí presentes que se trataba de un
intento de envenenamiento por parte de uno de sus cola-
boradores más allegados, el cual fue condenado a muerte.
En 1689 un médico de Kiel, Johann Christian
Bautzmann, describió que: «muchos comen con avidez
marisco sin sufrir daño alguno. He visto, sin embargo, algu-
nas mujeres, muchachas jóvenes y niños, los cuales, cada
vez que comen marisco, se sienten mal; experimentan
dolores en el corazón; su sudor es frío; tienen tendencia a
desmayarse y se quejan de hinchazón en el vientre, la cara
y las extremidades, lo que hace temer por su vida». A su
vez, Conrad Heinrich Fuchs (1803-1855), en 1841, llamó la
atención sobre el papel que ciertos alimentos podían des-
empeñar en el desencadenamiento de la erupción de ron-
chas en la piel, expresándose así: «Hay, empero, individuos
que presentan esta forma de urticaria cuando comen cier-
tos manjares, como fresas, frambuesas, miel, almendras
dulces, totalmente inocuos para la otra gente...».
¿Desde cuándo se conoce la urticaria?
El picor o prurito es el síntoma capital de afecciones alér-
gicas de la piel como el eccema o la urticaria. Esta última
consiste en la erupción de lesiones sobreelevadas y
Areteo de Capadocia (siglos I-II d. C.) describió el asma de esfuerzo.
Mosaico del Palacio Imperial de Constantinopla.
34. 36
LIBRO DE LAS ENFERMEDADES ALÉRGICAS DE LA FUNDACIÓN BBVA
enrojecidas de contornos geográficos, denominadas ron-
chas o habones.Ya Hipócrates de Cos, padre de la medicina,
que vivió durante los años 460-377 a. C., describió lesiones
urticantes que sobresalían en la piel y que estaban pro-
ducidas por ortigas y mosquitos, a las que llamó cnidosis,
utilizando la raíz griega cnido que se refería a las ortigas
(Urtica urens L.). Con posterioridad, el erudito romano de la
primera mitad del siglo I d. C. Aulus Cornelius Celsus (53 a.
C.-7 d. C.), que probablemente no era médico, compendió
los conocimientos de su época en una magna obra que
tituló Artes o Celesti, abarcando todas las ramas del saber.
Este rico patricio contemporáneo del emperador Tiberio,
comparó una erupción cutánea que cursaba con picor y
sensación de ardor con lesiones originadas tras el contacto
accidental de la piel con ortigas. Estas plantas, cuyas hojas
están recubiertas de pelos, son capaces de generar la apa-
rición de ronchas al contacto con la piel, idénticas a las de
los sujetos con urticaria.
En numerosas ocasiones en la historia de la medi-
cina ha sucedido que los conocimientos sobre una deter-
minada enfermedad han progresado gracias al interés
de médicos que la han padecido. Es lo que sucedió, en
el caso de la urticaria, con el inglés Thomas Masterman
Winterbottom (1766-1859), que desarrollaba ronchas e
hinchazón en su piel al comer almendras dulces; noti-
ficó dicha eventualidad por escrito a su amigo el doctor
Robert Willan (1757-1812), que trabajaba en el dispensario
público de un barrio londinense atendiendo a enfermos
de baja extracción social. Willan se interesó mucho por el
mal que afligía a su colega y por otras afecciones cutáneas.
Lamentablemente no logró culminar su ingente labor,
pues la muerte le sobrevino de forma inesperada cuando
contaba 55 años de edad. Sin embargo, fue Thomas
Bateman, uno de sus discípulos, quien se encargó de dar
a conocer la obra del maestro en el libro Sinopsis práctica
de las enfermedades cutáneas, publicado en 1813, descri-
biendo los diferentes procesos patológicos de la piel, entre
ellos varios casos de urticaria y edema angioneurótico (un
tipo de hinchazón cutánea que hoy día se conoce como
angioedema).
¿Cómo se descubrieron los antihistamínicos?
Sir Henry Hallett Dale (1875-1968), un farmacólogo inglés
interesado en investigar sustancias del cornezuelo (un
hongo que parasita el centeno), comprobó, en colabora-
ción con sir Patrick Playfair Laidlaw (1881-1940), que uno
de los productos hallados era la histamina, responsable de
la mayoría de las reacciones alérgicas y del enrojecimiento
e hinchazón de la piel, gracias al estudio de sus efectos en
animales de experimentación. Corría el año 1910 y habría
que esperar hasta 1933 para que el químico hispano-
francés Ernest Fourneau (1872-1949), trabajando en el
Instituto Pasteur en colaboración con Anne Marie Staub,
descubriera la existencia de sustancias capaces de antago-
nizar los efectos nocivos de la histamina en los tejidos del
paciente alérgico: eran los primeros antihistamínicos. En el
año1944,DanielBovet(1907-1992)obtuvoelNeoantergan
(maleato de pirilamina), que fue el primer antihistamínico
empleado en humanos.
En 1947 los doctores Gay y Carliner, del Hospital
Johns Hopkins de Baltimore, usaron dimenhidrinato para
tratar a una paciente con urticaria. Era otro antihistamínico,
que curiosamente alivió a la enferma de los mareos que
sufría al viajar en coche o en tranvía. A partir de entonces
se sospechó que con independencia de su acción antialér-
gica, el fármaco también aliviaba el llamado mal de mar.
Así, el 26 de noviembre de 1948 se llevó a cabo la denomi-
nada operación mareo en el navío General Ballou, un barco
que zarpó de Nueva York con rumbo a Bremerhaven, lle-
vando 1.300 soldados a bordo. Se ensayó el dimenhidrinato
durante una gran tempestad, demostrándose la eficacia
del producto mediante el suministro de cápsulas de pla-
cebo a otro grupo de sujetos. A partir de entonces, el com-
puesto pasó a formar parte de la terapéutica destinada a
combatir el mareo y el vértigo.
Es llamativo cómo los viajes han favorecido el
avance de la medicina en circunstancias concretas. En
1961, el resfriado de los tripulantes de la nave espacial
Apolo VII complicó el vuelo, poniendo en peligro la misión.
Por ello se invirtieron grandes esfuerzos en obtener un fár-
maco eficaz, capaz de aliviar con rapidez los síntomas nasa-
les, descubriéndose el clorhidrato de oximetazolina. Pero
anteriormente, en los años treinta, cuando se descubrieron
los antihistamínicos, se observó que dichos fármacos eran
también eficaces para aliviar los síntomas del catarro.
¿Cómo influyó el padecimiento de afecciones
alérgicas en la obra de algunos personajes
famosos?
Puesto que las enfermedades alérgicas son frecuentes en
la infancia, originando pérdida de calidad de vida en los
individuos afectados, es atractivo repasar las biografías de
quienes haciendo de la necesidad virtud no sólo lograron
convivir con sus dolencias, sino que además descollaron
35. HISTORIA DEL DESARROLLO DE LOS CONOCIMIENTOS EN ALERGOLOGÍA. ALÉRGICOS ILUSTRES
37
como buenos profesionales e incluso como genios en las
más variadas ramas de la cultura. A continuación se ofrece
una pequeña galería de personajes alérgicos que ocupan
un lugar destacado en la historia, y que se vieron condicio-
nados por las afecciones que padecieron para elaborar su
obra, si bien en la mayoría de los casos fueron el detonante
para estimular su talento creador.
Como veremos, muchos de ellos fueron conside-
rados unos verdaderos excéntricos al verse obligados por
sus procesos alérgicos a modificar sus hábitos de vida. Es
lo que le sucedió al célebre novelista Marcel Proust, que
nació en París el 10 de julio de 1871 y sufrió la primera cri-
sis asmática, que fue muy grave, a los 9 años durante un
paseo primaveral con su familia por un bosque. A partir de
entonces cada año se repitieron en primavera los sínto-
mas nasooculares de su alergia al polen; sin embargo, las
crisis asmáticas surgían en cualquier época, y eran cada
vez más graves y frecuentes. No pudo asistir a la escuela
durante meses, y se veía imposibilitado para gozar de la
Naturaleza, que le encantaba. Aunque el padre de Proust,
que era un médico eminente, tenía acceso a los mejores
especialistas, poco se pudo hacer. Los médicos prescri-
bieron a Marcel en su juventud cigarrillos antiasmáticos
y otros remedios de poca eficacia. Más tarde, tras el des-
cubrimiento de la adrenalina, pudo recibir inyecciones de
dicho medicamento.
En un momento dado, el escritor abandonó la casa
familiar y se trasladó a un apartamento, contratando los
servicios de un ama de llaves; rara vez se levantaba de
la cama y apenas salía. Además, prohibió cocinar en la
vivienda por miedo a que los olores y los vapores pudie-
ran desencadenarle ataques de asma. Puesto que dormía
durante el día, para evitar la exposición ambiental al polen,
forró las paredes de su habitación con corcho, para así ais-
larse de los ruidos del vecindario, mientras las ventanas
estaban cubiertas por pesadas cortinas y nunca se abrían.
Es fácil deducir que dicho dormitorio debía de ser un buen
albergue para los ácaros que anidan en el polvo domés-
tico, aunque en esa época se desconocía su existencia. Por
ello, Proust seguía desesperado con sus crisis asmáticas;
pasó a consumir por prescripción facultativa pequeñas
cantidades de morfina y heroína, así como grandes canti-
dades de cerveza fría. El confinamiento forzoso en su dor-
mitorio hizo que dedicase todas sus energías a escribir de
noche. Fruto de su fecunda labor es el célebre conjunto de
siete voluminosos volúmenes titulado En busca del tiempo
perdido.
El escritor cubano José Lezama Lima nació en
1910 en un campamento militar próximo a La Habana,
donde su padre era coronel de Artillería. A los 7 meses
tuvo la primera crisis de asma, y las manifestaciones se
recrudecieron en años venideros. Al inicio de su obra más
conocida, Paradiso, describe de forma autobiográfica sus
padecimientos:
La mano de Baldovina separó los tules de la entrada
del mosquitero, hurgó apretando suavemente
como si fuese una esponja y no un niño de cinco
años; abrió la camiseta y contempló todo el pecho
del niño lleno de ronchas, de surcos de violenta
coloración, y el pecho que se abultaba y se encogía
Marcel Proust (1871-1922), renombrado autor francés de En busca del
tiempo perdido, padeció diferentes enfermedades alérgicas, incluida
el asma bronquial.