Se identifica con el nombre propio del autor español Fernando Martorell, que en 1945 describe estas heridas por primera vez como úlceras supramaleolares por arteriolitis en grandes hipertensas.
Suelen aparecer en pacientes de entre 40 y 80 años de edad, mayoritariamente de sexo
femenino. Hay diferentes teorías para explicar la aparición de estas lesiones. Lo que está claro es que la hipertensión arterial no es condición suficiente, por lo que debe asociarse a otras
alteraciones.
Se trata de una arterioloesclerosis subcutánea oclusiva que debe ser diagnosticada por si clínica, por una historia de HTA de larga evolución y una biopsia extensa profunda.
Su principal tratamiento será el desbridamiento cortante.
3. DEFINICIÓN
Se identifica con el nombre propio del autor español Fernando Martorell, que en 1945
describe estas heridas por primera vez como úlceras supramaleolares por arteriolitis en
grandes hipertensas.
La presentación clínica es muy característica: úlceras superficiales, necróticas, tienden a
extenderse, con frecuencia son bilaterales, extremadamente dolorosas, con bordes
irregulares e hiperémicos.
También llamada úlcera hipertensiva-isquémica de Martorell.
CARACTERÍSTICAS DE LA ÚLCERA
Las características de las úlceras de Martorell son las siguientes:
- Localización: suelen situarse en la cara lateral externa entre el tercio medio y el tercio
inferior de la extremidad inferior. También pueden aparecer en la zona del tendón de
aquiles.
- Forma: estas suelen tener una forma irregular y suelen ser planas.
- Piel perilesional: se trata de una piel pálida, sin vello, brillante y delgada.
- Tamaño y profundidad: suelen tener un tamaño pequeño-moderado y ser
superficiales.
- Bordes: son hiperémicos e incluso violáceos y con tejido necrótico.
- Dolor: se trata de un dolor punzante, intenso y continuo. Suele agravarse al decúbito.
- Exudado: son úlceras poco exudativas.
- Evolución: suelen tener una rápida evolución y tienden a cronificarse.
- Fondo: se trata de un tejido pálido, con gran cantidad de fibrina, tejido necrótico y
escaso tejido de granulación.
- Edema: en gran parte de los casos se encuentra un miembro inferior inflamado, con
edema.
- Infección: generalmente úlceras infectadas.
- Simetría: hay una simetría bilateral en el 50% de los casos. En otros casos hay una
mancha hiperpigmentada en uno de los miembros y lesión en el otro.
4. ETIOLOGÍA
Suelen aparecer en pacientes de entre 40 y 80 años de edad, mayoritariamente de sexo
femenino.
Hay diferentes teorías para explicar la aparición de estas lesiones. Lo que está claro es que
la hipertensión arterial no es condición suficiente, por lo que debe asociarse a otras
alteraciones.
Un elevado porcentaje de pacientes también presenta diabetes mellitus. En estos pacientes
se ha encontrado una alta resistencia vascular, que evitaría la relajación compensatoria distal
que se produce normalmente en casos de obstrucción vascular, con la consiguiente
disminución de la perfusión distal y la aparición de las heridas. También se ha propuesto una
alteración de la inervación simpática.
Por otro lado, no es infrecuente que la úlcera de Martorell se desencadene tras un
traumatismo.
HISTOPATOLOGÍA
Las úlceras de Martorell son el resultado de la isquemia causada por lesiones de las
arteriolas. Se trata de una arterioloesclerosis subcutánea oclusiva.
Esta consiste en:
- Un engrosamiento de la pared.
- Una calcinosis de la media.
- Trombosis arteriolar.
Estos factores producen una disminución del calibre de las arteriolas, causando una
disminución del flujo que conlleva una isquemia local y por tanto una úlcera.
DIAGNÓSTICO
La clínica compatible y la historia de hipertensión arterial de larga evolución nos hacen
sospechar una úlcera de Martorell.
Sin embargo, hay otras patologías que también pueden presentarse con úlceras en piernas
dolorosas de aspecto necrótico y bordes eritemato-violáceos bien definidos y crecimiento
rápido. Este es el caso de otras vasculopatías oclusivas, calcifilaxis, vasculitis o pioderma
gangrenoso.
Algunas de estas patologías se presentan característicamente con otras alteraciones asociadas,
como el fallo renal en la calcifilaxis o la presencia de autoanticuerpos en algunas vasculopatías.
5. Sin embargo, el diagnóstico diferencial no es tan sencillo en el caso del pioderma gangrenoso, ya
que no presenta datos patognomónicos y se trata en muchas ocasiones de un diagnóstico de
exclusión.
Los hallazgos histológicos ayudan a establecer el diagnóstico. La úlcera de Martorell se
caracteriza por una arterioloesclerosis subcutánea oclusiva, con engrosamiento de la pared y
disminución del calibre, en ausencia de signos de vasculitis. Si la biopsia no es suficientemente
profunda y extensa, puede observarse únicamente necrosis cutánea y un infiltrado inflamatorio,
y confundirse con pioderma gangrenoso. Dado que el tratamiento del pioderma gangrenoso es
completamente distinto al de la úlcera de Martorell (mejora con tratamiento inmunosupresor y
empeora con desbridamiento cortante), es esencial diferenciarlos.
TRATAMIENTO
Uno de los pilares del tratamiento de las úlceras de Martorell es el control de la tensión
arterial y de la diabetes, en caso de que se presente. Cabe destacar que estas lesiones
aparecen en pacientes con hipertensión arterial bien y mal controlada. Hay casos en los que
el adecuado tratamiento mejora la cicatrización de la úlcera, pero hay otros en los que, a
pesar de presentar un buen control, no se consigue una buena evolución clínica.
Como se trata de úlceras muy dolorosas, el tratamiento analgésico es un pilar esencial.
En las curas, ha de realizarse una buena limpieza, con desbridamiento cortante para eliminar
el tejido necrótico y evitar el riesgo de infección.
En ocasiones, si se tratan de úlceras de pequeño tamaño (3-4 cm de diámetro), a menudo
cierran con tratamiento conservador, evitando cambios frecuentes de apósito y usando
productos no adherentes. Añadiendo además si es posible un vendaje compresivo en la
pierna.
Dado que en muchas ocasiones se trata de úlceras resistentes a tratamiento convencional, la
aplicación de terapia de presión negativa o el uso de injertos cutáneos pueden ser
necesarios para conseguir su cicatrización.
Si no existe contraindicación, como en toda herida de pierna, el vendaje compresivo
(adaptado a la tolerancia del paciente) disminuye la inflamación y facilita la cicatrización de
las lesiones.
6. Desbridamiento cortante
El desbridamiento cortante está recomendado en el tratamiento de la úlcera de Martorell.
Un desbridamiento cortante extenso podría comportar una extensión de la herida, ya que la
úlcera se puede comportar como un traumatismo, con una primera fase en la que se liberan
sustancias vasoactivas para producir una vasoconstricción que limite el daño tisular, el
sangrado y facilite la formación del coágulo. Tras esta vasoconstricción, se produce una
importante vasodilatación con aumento de la permeabilidad de su pared, con el objetivo de
que las células (neutrófilos, macrófagos) y moléculas inflamatorias accedan al lecho de la
herida.
Esto se debe a que la patología cursa con una arterioloesclerosis subcutánea debido a la
menor reactividad de la pared de las arteriolas, las calcificaciones y a la disminución del
calibre de estas.
Como consecuencia en la posterior vasodilatación con liberación de mediadores
inflamatorios aumenta la necrosis (muerte celular), y aquí se inicia el círculo vicioso de la
necrosis-inflamación. La necrosis secundaria a esta inflamación mantendría los mediadores
pro-inflamatorios con la consiguiente extensión de la herida.
En este caso sería frecuente hallazgo de infiltrado inflamatorio en las biopsias superficiales,
lo que podría causar confusión con el pioderma gangrenoso.
Injerto en sello y corticoide tópico
El desbridamiento cortante se considera de elección. Pero en caso de que aparezca el circulo
vicioso necrosis-inflamación se recurriría al injerto.
Autores como Elena Conde utilizan un tratamiento con corticoide de potencia media-alta y
su posterior cobertura con injertos en sello como primera opción
Realizar un injerto precoz tiene sus ventajas, como llevar a cabo un buen control del dolor,
limitar extensión de necrosis y promover re-epitelización. No es raro requerir sesiones
secuenciales de injertos en sello hasta la epitelización completa.
Cuenta con poca evidencia pero autores recomiendan corticoide tópico porque reduce
inflamación, disminuye la necrosis y mejora las condiciones lecho antes del injerto sin
desbridamiento cortante agresivo.