La Doctrina de Error: Tiempo de Apostasia

Mission Israel Mehanaim
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La Doctrina de Error: Reflexión
“Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos
algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus
engañadores y á doctrinas de demonios” (1 Timoteo 4:1)
La Palabra de Dios establece con claridad, que llegado el tiempo del fin, se levantarán
falsos profetas y falsos maestros, y confundirán a muchos, pero a los Escogidos de
Dios, no podrán engañarlos:
“Porque se levantarán falsos Cristos, y falsos
profetas, y harán grandes señales y prodigios, de
tal manera que engañarán, si fuere posible, aun a
los escogidos” (Mateo 24:24)
Lo terrible de esto es, que las falsas doctrinas harán que muchos honren de labios al
Señor, pero sin obedecerlo en su corazón:
“Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías, cuando
dijo:
Este pueblo de labios me honra;
Mas su corazón está lejos de mí.
Pues en vano me honran,
Enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres”
(Mateo 15:7-9)
Enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres
Como veremos más adelante, la doctrina de error va conduciendo al creyente por un
camino que parece, pero que en verdad, no conduce a la puerta estrecha. Es tal la
confusión, que como dijo el Señor Jesús:
“Y aun viene la hora cuando cualquiera que os mate, pensará
que rinde servicio a Dios” (Juan 16:2)
Por eso el Señor Jehová Dios dijo:

“Mi pueblo fue destruido, porque le faltó
conocimiento” (Oseas 4:6)
El Señor establece que los de él no serán engañados, pero el resto de los hombres
caerán bajo las enseñanzas falsas, creyendo que irán al cielo, serán conducidos directo
al infierno.
“Así que vosotros, oh amados, sabiéndolo de antemano,
guardaos, no sea que arrastrados por el error de los inicuos,
caigáis de vuestra firmeza” (2 Pedro 3:17)
Pero, alguien preguntará: ¿Pastor, cómo yo sé que no seré confundido?
Algunas evidencias de las Doctrinas de Error:
- No Predican sobre la Santidad. Permiten que el pueblo viva en
pecado para evitar que la congregación pierda miembros importantes, en
términos financieros. La Palabra de Dios dice:
“Santificaos, pues, y sed santos, porque yo Jehová soy vuestro
Dios” (Levítico 20:7)
“Porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo”
(1 Pedro 1:16)
- No Practican la Justicia. Un síntoma inequívoco es que en medio del
pueblo haya hermanos con muchas necesidades, y sentados uno al lado del
otro, el hermano no reciba del Espíritu Santo la aflicción que embarga al otro
hermano. Esto es más grave a la salida del servicio: Aunque esté lloviendo, no
son capaces de ofrecerse a llevar a los hermanos que están a pie, ni siquiera el
pastor se detiene a preguntar a dónde van los hermanos. La justicia de Dios es
amar a tu hermano como a ti mismo. Aún más, caen enfermos los hermanos y
a nadie le importa si ese hermano tiene quien le haga una sopa, o la hermana
está embarazada y no tiene quien la ayude, los ancianos y líderes de la
congregación no se preocupan por el bienestar de las ovejitas. La Palabra de
Dios dice:
“Así también vosotros por fuera, a la verdad, os mostráis
justos a los hombres, pero por dentro estáis llenos de
hipocresía é iniquidad” (Mateo 23:28)
“Entonces los justos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo
te vimos hambriento, y te sustentamos, o sediento, y te dimos
de beber?” (Mateo 25:37)
- No Practican la Fe. El Señor Jesús se preguntó si cuando él volviera a la
tierra hallaría fe, y eso es lo que estamos viendo en este último tiempo: Un

pueblo con muy poca fe. Por lo regular, caen enfermos los hermanos, y los
ancianos y líderes de la iglesia están llamados a ir a ungir el enfermo y a orar
por él, pero es muy difícil que eso ocurra. En la iglesia primitiva se practicaba la
fe por medio de la sanidad, pues esto mostraba la presencia del Espíritu Santo,
hoy es más fácil que remitan a los hermanos a los medicamentos, para que Dios
no pueda ser glorificado. Jesús dijo acerca de los que en él creían:
“Sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán”
(Marcos 16:18)
- No Hay Espíritu de Profecía. La Palabra de Dios establece que los
pueblos sin profecía, se descarrilan. A principios de la era cristiana, el Don de
Profecía era notorio, pues Dios habla por la boca de los profetas. Pero la
profecía que se escucha en algunas iglesias de falsa doctrina, no corresponden
a lo que Dios quiere decir o advertir al pueblo, esos falsos profetas,
profetizan prosperidad (Leer Jeremías Capitulo 28). Muchos dicen que
el rol profético cambió después del ministerio público del Señor Jesús, lo
que dicen esto no conocen a Dios, y no han leído acerca de la iglesia
primitiva:
“En aquellos días unos profetas descendieron de Jerusalén a
Antioquía. Y levantándose uno de ellos, llamado Agabo, daba
a entender por el Espíritu, que vendría una gran hambre en
toda la tierra habitada; la cual sucedió en tiempo de Claudio”
(Hechos 11:27-28)
El Señor Jesús dijo:
“Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y
las mías me conocen” (Juan 10:14)
El que conoce la verdad, conoce a Cristo y el que conoce a Cristo, conoce a Dios. La
doctrina de Cristo, quien es la Verdad y la Vida, es según la piedad.
La Doctrina de Cristo es Según la Piedad
El que es Escogido por Dios, camina en la verdad de Cristo. Es por esto que el Apóstol
Pablo, en sus cartas se lo reiteraba a sus discípulos:
“PABLO, siervo de Dios, y apóstol de Jesucristo, conforme a la fe
de los escogidos de Dios y el conocimiento de la verdad que es
según la piedad” (Tito 1:1)

El Conocimiento de la Verdad, es según la Piedad
Jesucristo es la Verdad; Jesús mismo dijo:
“Yo Soy el Camino, y la Verdad y la Vida, nadie
viene al Padre, sino por mi” (Juan 14:6)
Dios nos revela a su amado Hijo, por medio de la fe en Jesucristo:
“JUSTIFICADOS, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio
de nuestro Señor Jesucristo” (Romanos 5:1-2)
Pero, ¿Cómo yo sé, que soy una oveja del Señor?
“Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen”
(Juan 10:27)
Nuestro Señor Jesucristo declara:
“Más al extraño no seguirán, sino huirán de él, porque no
conocen la voz de los extraños” (Juan 10:5)
También dijo:
“Todo aquél que es de la verdad, oye mi voz” (Juan 18:37)
“El que es de Dios, las palabras de Dios oye” (Juan 8:47)
Aun sigue el dilema: ¿Cómo saber que somos de Cristo, quien es la Verdad?
Las Sagradas Escrituras nos enseñan lo que estableció Dios en su misericordia, para el
hombre vivir en Cristo Jesús:
“De tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su
hijo unigénito, para todo aquel que en él cree, no se
pierda, más tenga vida eterna” (Juan 3:16)
Los que son de Cristo, son los que en él creen

Muchos tienen la falsa creencia de que son seguidores o discípulos de nuestro Señor
Jesucristo. Pero, al momento de la verdad, no pueden sustentar con frutos la base de
la doctrina del Señor Jesús.
El mejor ejemplo lo tenemos en un creyente cambiando de religión o de denominación.
Debido a las enseñanzas que han recibido, cuando se cambian de iglesia abrazan la
nueva doctrina olvidando la anterior, esto es una muestra de que la enseñanza no
venia del Espíritu Santo, sino de hombre. Por esto las Sagradas Escrituras nos
advierten:
“Para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados
por doquiera de todo viento de doctrina, por
estratagema de hombres que para engañar emplean
con astucia las artimañas del error” (Efesios 4:14)
En este punto, preste mucha atención:
He aquí una poderosa señal que nos dejó el Señor Jesús, para que nadie se lleve a
engaño. Medite en esto bien, pues esto salió de labios del mismo Señor Jesús, que es
Dios.
Si en usted no se cumple lo que él dijo, entonces arrodíllese humildemente y pídale a
Dios en el nombre de su Hijo Amado, que en usted se cumpla su Palabra, pues su
Palabra es Verdad. No cometa el doble error de refugiarse en la doctrina que a
usted le enseñaron, sea sabio o pida sabiduría a Dios. Esta es la Señal:
“De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las
obras que yo hago él las hará también; y aún mayores
hará, porque yo voy al Padre” (Juan 14:12)
Jesucristo nos revela, que los que en él creen son verdaderos Hijos de Dios, pues
pueden hacer lo que él hacia cuando estaba en la tierra durante su ministerio público:
El que en mí Cree, las obras que yo hago él las hará
El Señor Jesús nos dejó como enseñanza inequívoca, las señales que seguirían a los
que en el creen, los que practican su sana doctrina conforme a la piedad:
“Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera
demonios; hablaran nuevas lenguas; tomarán en las manos serpientes, y si
bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus
manos, y sanarán” (Marcos 16:18)

Sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán
Como acabamos de ver en la cita anterior de Juan 14:12, los que reciben las
enseñanzas del Maestro, podrán hacer las obras que él hacía, como testimonio de
que el Espíritu de Dios mora en ellos.
De igual forma, los que caminan en doctrinas erráticas, trataran de usar las
justificaciones que les enseñaron sus falsos maestros y falsos profetas, para
mantenerse apegados al camino que lleva a la puerta ancha, la de la perdición:
“Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y
espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los
que entran por ella.
Porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a
la vida, y pocos son los que la hallan” (Mateo 7:13-14)
Las falsas doctrinas, no quieren, ni pueden aceptar la Verdad de Dios, manifestada en
las obras de Jesús de Nazaret, Salvador y Señor nuestro; obras que él hace por medio
nuestro:
“Yo soy la vid, vosotros los pámpanos: el que permanece en
mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí
nada podéis hacer” (Juan 15:5)
Separados de mí, nada podéis hacer
Jesús, el Señor, fue resucitado por el Espíritu Santo, que es el Espíritu de Dios, y
hacia los milagros por medio a él, lo que reiterada veces manifestó. Po esto es que
somos templo del Espíritu de Dios, quien es que hace las obras:
“Pero si yo por el Espíritu de Dios echo fuera los demonios, ciertamente
ha llegado a vosotros el reino de Dios” (Mateo 12:28)
Y, el Espíritu Santo se recibe por fe en Cristo Jesús, por medio a él es que Dios opera
las obras que hacemos, que son las que testifican que Cristo está en nosotros. Pero, esto
solo es posible a los que obedecen a su doctrina, a los que en él creen, como niños:
“Y nosotros somos testigos suyos de estas cosas, y también el Espíritu
Santo, el cual ha dado Dios a los que le obedecen” (Hechos 5:32)
El Espíritu Santo: es dado a los que obedecen a Dios

La Doctrina de Error, cuestiona la doctrina o enseñanzas de nuestro Salvador, porque
no pueden aceptar con fe su Verdad. Esto nos muestra que ciertamente estamos en los
últimos tiempos, como el mismo Señor Jesús profetizó. Hoy, en cualquier lugar se
predica una palabra muerta sin poder, y el Evangelio de Cristo, es Poder de Dios:
“Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de
Dios para salvación a todo aquel que cree” (Romanos 1:16)
EL Evangelio: es Poder de Dios para el que Cree
Fundamentos de la Doctrina de Cristo:
Tenemos que estar apercibidos, sobre que doctrina recibimos, pues hay lineamientos
claros, bíblicos, que nos declaran cual es el fundamento de la doctrina de Cristo, lo que
él enseñaba públicamente:
1. Enseñaba Palabras de Poder con sabiduría:
“Y se admiraban de su doctrina; porque les enseñaba
como quien tiene autoridad, y no como los escribas”
(Marcos 1:22)
“Y se maravillaban de su doctrina, porque su palabra era
con autoridad” (Lucas 4:32)
2. Mostraba Autoridad sobre los espíritus inmundos:
“Y todos se asombraron, de tal manera que discutían
entre sí, diciendo: ¿Qué es esto? ¿Qué nueva doctrina es
ésta, que con autoridad manda aun a los espíritus
inmundos, y le obedecen?” (Marcos 1:27)
3. Enseñaba a Sanar Enfermos por Imposición de las Manos:
“Y le rogaba mucho, diciendo: Mi hija está agonizando;
ven y pon las manos sobre ella para que sea salva, y
vivirá” (Marcos 5:23)
“Y llegado el día de reposo, comenzó a enseñar en la
sinagoga; y muchos, oyéndole, se admiraban, decían: ¿De
dónde tiene éste estas cosas? ¿Y qué sabiduría es ésta que
le es dada, y estos milagros que por sus manos son
hechos?” (Marcos 6:2)
“Y no pudo hacer allí ningún milagro; salvo que sanó a
unos pocos enfermos, poniendo sobre ellos las manos”
(Marcos 6:5)

4. Les Enseñaba que su poder venía de Dios:
“Jesús les respondió y dijo: Mi doctrina no es mía, sino
de aquél que me envió” (Juan 7:16)
La Doctrina de Dios es en base a la Piedad:
“PABLO, siervo de Dios, y apóstol de Jesucristo, conforme a la fe
de los escogidos de Dios y el conocimiento de la verdad que es
según la piedad” (Tito 1:1)
Su Doctrina solo la practican los que hacen la voluntad de
Dios:
“El que quiera hacer la voluntad de Dios, conocerá si la
doctrina es de Dios, o si yo hablo por mi propia cuenta”
(Juan 7:17)
El que quiera hacer la voluntad de Dios, conocerá si la doctrina es de Dios
Es triste como muchos falsos lideres religiosos enseñan doctrinas de error,
queriendo invalidar la Doctrina de la Verdad, que es conforme a la piedad de nuestro
Señor Jesucristo:
“Si alguno enseña otra cosa, y no se conforma a las sanas
palabras de nuestro Señor Jesucristo, y a la doctrina que es
conforme a la piedad, está envanecido, nada sabe, y delira
acerca de cuestiones y contiendas de palabras, de las cuales
nacen envidias, blasfemias, malas sospechas, disputas necias
de hombres corruptos de entendimiento y privados de la
verdad, que toman la piedad como fuente de ganancia;
apártate de los tales” (1 Timoteo 6:3-5)
La Doctrina de Jesucristo es Conforme a la Piedad
La doctrina de Cristo la practicaron los apóstoles, y los discípulos de la iglesia
primitiva. Así también, sus enseñanzas continúan hasta hoy, pero no todos los que se
llaman cristianos, pueden testificar la presencia de Jesucristo en sus vidas por medio
de la obra del Espíritu Santo. Sobre este mal testimonio o falta de autoridad y poder, el
Señor nos advirtió en sus enseñanzas, que provenía del desconocimiento de quien
es Dios:
“Entonces respondiendo Jesús, les dijo: Erráis, ignorando las
Escrituras y el poder de Dios” (Mateo 22:29)

Erráis, ignorando las Escrituras y el poder de Dios
Esto es lo que ocurre con algunas sectas religiosas, que por falta de fe argumentan que
ya Dios no hace milagros, ni sana a los enfermos, que eso sólo ocurrió en el Antiguo
Testamento, y en los tiempos de Jesús.
“¡Ay de ellos! porque han seguido el camino de Caín, y se
lanzaron por lucro en el error de Balaam, y perecieron en la
contradicción de Coré” (Judas 1:11)
Si estas leyendo esta reflexión, y has podido llegar a leer estas líneas, es porque el
Espíritu Santo te está guiando a la verdadera conversión a Cristo, para que seas salvo, y
su testigo fiel.
El Diablo nunca te va a salir con cachos, cola, alas y fuego, el entra en un hombre o
una mujer, y desde ahí te dirige hacia su objetivo que es ganar tu alma. Ya en el
infierno, se quita el disfraz y la careta y se presenta tal como es, y te dice:
“Bienvenido amig@, te estaba esperando”.
Para que nadie se pierda por engaño, el Espíritu Santo, nos instruye acerca de la
doctrina de la Verdad, la doctrina de Cristo, mostrándonos cuales son los
fundamentos de la misma:
“Por tanto, dejando ya los rudimentos de la doctrina de Cristo, vamos
adelante a la perfección; no echando otra vez el fundamento del
arrepentimiento de obras muertas, de la fe en Dios, de la doctrina de
bautismos, de la imposición de manos, de la resurrección de los muertos,
y del juicio eterno” (Hebreos 6:1-2)
En Resumen, los Principios o Rudimentos de la Doctrina enseñada por Jesús son:
a. El Arrepentimiento de Obras Muertas
“Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento” (Mateo 3:8)
“Id, pues, y aprended lo qué significa: Misericordia quiero, y no
sacrificio. Porque no he venido a llamar justos, sino pecadores al
arrepentimiento” (Mateo 9:13)
b. La Fe en Dios
“Y respondiendo Jesús, les dijo: Tened fe en Dios” (Marcos 11:22)

c. La Doctrina de Bautismos
“Yo a la verdad os bautizo en agua para arrepentimiento; pero el que
viene tras mí, cuyo calzado yo no soy digno de llevar, es más poderoso
que yo; él os bautizará en Espíritu Santo y en fuego” (Mateo 3:11)
d. La Imposición de Manos
“Y le rogaba mucho, diciendo: Mi hija está agonizando; ven y pon las
manos sobre ella para que sea salva, y vivirá” (Marcos 5:23)
“Y llegado el día de reposo, comenzó a enseñar en la sinagoga; y muchos
oyéndole, se admiraban, y decían: ¿De dónde tiene éste estas cosas? ¿Y
qué sabiduría es ésta que le es dada, y estos milagros que por sus manos
son hechos?” (Marcos 6:2)
“Y no pudo hacer allí ningún milagro; salvo que sanó a unos pocos
enfermos, poniendo sobre ellos las manos” (Marcos 6:5)
“Cuando vio Simón que por la imposición de las manos de los apóstoles
se daba el Espíritu Santo, les ofreció dinero” (Hechos 8:18)
e. La Resurrección de los Muertos
“Cuando descendieron del monte, Jesús les mandó, diciendo: No digáis a
nadie la visión, hasta que el Hijo del hombre resucite de los muertos”
(Mateo 17:9)
“Pero respecto a la resurrección de los muertos, ¿no habéis leído lo que
os fue dicho por Dios, cuando dijo: Yo soy el Dios de Abraham, el Dios
de Isaac y el Dios de Jacob? Dios no es Dios de muertos, sino de vivos”
(Mateo 22:31-32)
f. El Juicio Eterno
“De cierto os digo que en el día del juicio, será más tolerable el castigo
para la tierra de Sodoma y de Gomorra, que para aquella ciudad”
(Mateo 10:15)
“Por tanto os digo que en el día del juicio, será más tolerable el castigo
para Tiro y para Sidón, que para vosotras” (Mateo 11:22)

“Mas yo os digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres, de
ella darán cuenta en el día del juicio” (Mateo 12:36)
“Los hombres de Nínive se levantarán en el juicio con esta generación, y
la condenarán; porque ellos se arrepintieron a la predicación de Jonás, y
he aquí más que Jonás en este lugar” (Mateo 12:41)
Si donde te congregas no se predican y se practican estos principios, conforme a la
piedad, entonces comienza a orar para que Dios te de sabiduría y te busque una iglesia
verdaderamente cristiana: Sálvate, la Salvación es individual; el
Infierno es Real.
El principio de la sabiduría es el temor a Dios, dicen las Sagradas Escrituras, si te falta
sabiduría, dice el Señor, pídela y Dios te la dará. Y, piensa siempre lo que dice el
Proverbio:
“El que hace errar a los rectos por el mal camino, Él caerá en
su misma fosa: Mas los perfectos heredarán el bien”
(Proverbios 28:10)
Como el árbol se conoce por sus frutos, si en tu iglesia, durante los servicios no se
ven estas señales, apártate de los tales. Dios advirtió que nadie se lleve a engaño, Dios
no puede ser burlado, pues no tomará al culpable por inocente, y todo lo que el
hombre sembrare, eso cosechará.
La doctrina de error, lleva al hombre por el camino ancho y no por el estrecho, su
fundamento es material, no espiritual. Esta doctrina está basada en el amor a lo
terrenal, en la de Cristo es por medio de la fe que vivimos, es por esto que él nos pide
que hagamos tesoro en el cielo, no en la tierra.
La doctrina de error está basada en las ofertas que recibió Jesús del maligno después
de estar en ayuno cuarenta días y cuarenta noches en el desierto.
El Diablo lo tienta con cosas materiales que el hombre teme (el hambre y la muerte) o
las cosas que al hombre le atrae (las riquezas y el poder):
- El Hambre y La Muerte:
“Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto, para ser tentado
por el diablo. Y después de haber ayunado cuarenta días y cuarenta
noches, tuvo hambre. Y vino a él el tentador, y le dijo: Si eres Hijo de
Dios, di que estas piedras se conviertan en pan. Él respondió y dijo:

Escrito está: No solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que
sale de la boca de Dios.
Entonces el diablo le llevó á la santa ciudad, y le puso sobre el pináculo
del templo, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, échate abajo; porque escrito
está: A sus ángeles mandará acerca de ti, y, en sus manos te sostendrán,
para que no tropieces con tu pie en piedra. Jesús le dijo: Escrito está
también: No tentarás al Señor tu Dios” (Mateo 4:1-7)
- Las Riquezas y el Poder:
“Otra vez le llevó el diablo a un monte muy alto, y le mostró todos los
reinos del mundo, y la gloria de ellos, y le dijo: Todo esto te daré, si
postrado me adorares.
Entonces Jesús le dijo: Vete, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu
Dios adorarás, y a él solo servirás” (Mateo 4:8-10)
Como podrán apreciar, el foco de preocupación de Satanás, era el asegurarse si estaba
o no frente a un Hijo de Dios, pues si en verdad era Hijo de Dios, tendría autoridad y
suficiente poder para enfrentarlo a él y a sus seguidores, que son ángeles caídos:
“He aquí os doy potestad de hollar serpientes y
escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo, y nada
os dañará” (Lucas 10:19)
Posteriormente, al Apóstol Pablo, le fue revelada por Dios esta verdad:
“Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra
principados, contra potestades, contra los gobernadores de las
tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad
en las regiones celestes” (Efesios 6:12)
No tenemos lucha contra sangre y carne

Pero este conocimiento lo da Dios a los que le obedecen, los que conforme a su
propósito son llamados; los que reciben la leche espiritual no adulterada, como
establece el Apóstol Pedro en su primera epístola:
“Desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada,
para que por ella crezcáis para salvación” (1 Pedro 2:2)
Resumiendo;
Ten presente, que el espíritu de error que ha entrado en la iglesia del Señor Jesús, nos
muestra el cumplimiento de las profecías para los tiempos del fin: La Apostasía.
“No os engañe nadie en ninguna manera; porque no vendrá sin
que venga antes la apostasía, y se manifieste el hombre de
pecado, el hijo de perdición” (2 Tesalonicenses 2:3)
El Señor Jesús se preguntó si encontraría fe en la tierra a su regreso, que es
exactamente lo que hoy acontece, pues la fe viene por el oír la Palabra de Dios no
adulterada.
“Luego la fe es por el oír; y el oír por la palabra de Dios”
(Romanos 10:17)
Como el Espíritu Santo vaticinó, muchos apostatarían a la fe, escuchando doctrinas de
demonios. En esas iglesias prima lo material, y el dinero es la rueda del evangelio, pues
le pasa como Simón: Quieren hacer milagros sobre la base del dinero.
“Cuando vio Simón que por la imposición de las manos de los apóstoles
se daba el Espíritu Santo, les ofreció dinero” (Hechos 8:18)
En esas doctrinas no existe la piedad, es pura apariencia, por eso Dios los desecha:
“Teniendo apariencia de piedad, más habiendo negado la eficacia de ella:
a éstos evita” (2 Timoteo3:5)
La piedad, Dios la ejerce por medio de los que aman la venida de nuestro Señor
Jesucristo, los Escogidos por él.
“PABLO, siervo de Dios, y apóstol de Jesucristo, según la fe de los
escogidos de Dios, y el conocimiento de la verdad que es según la
piedad” (Tito 1:1)

Como el Espíritu Santo no está en ellos, tergiversan la verdad para no ser evidenciados
por los que pudieran estar buscando profundamente de Dios. Por esto es que ellos
mismos están enfermos, y no pueden imponer manos para que se sanen los que están
enfermos en sus congregaciones, no pueden imponer las manos para que sus hermanos
reciban el bautismo de fuego del Espíritu Santo.
“De la doctrina de bautismos, y de la imposición de
manos, y de la resurrección de los muertos, y del juicio
eterno” (Hebreos 6:2)
Es por esto que muchos andan divagando de iglesia en iglesia, pues saben que algo no
anda bien, pues no se predica a un Cristo vivo lleno de poder.
“Que ya no seamos niños fluctuantes, y llevados por doquiera
de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que,
para engañar, emplean con astucia los artificios del error”
(Efesios 4:14)
Por la falta del Espíritu Santo morando en ellos es que no son redargüidos de su modo
de vivir mundano,
“En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo
hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, Y
renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo
hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la
verdad” (Efesios 4:22-24)
A sus seguidores los convierten en sus siervos, cuando en el reino de los cielos el que
sirve es el mayor.
“En aquel tiempo los discípulos vinieron a Jesús,
diciendo: ¿Quién es el mayor en el reino de los cielos?
Y llamando Jesús a un niño, lo puso en medio de ellos,
y dijo: De cierto os digo, que si no os volvéis y os
hacéis como niños, no entraréis en el reino de los
cielos. Así que, cualquiera que se humille como este
niño, ése es el mayor en el reino de los cielos”
(Mateo 18:1-4)

“El que es el mayor de vosotros, sea vuestro siervo”
(Mateo 23:11)
Es por el amor a las cosas que hay en el mundo, que cierran sus oídos a la Palabra de
Dios, y se complacen con la mentira que les predican en error; pero Dios no puede ser
burlado, todo lo que el hombre sembrare, eso cosechará.
“Por esto Dios les envía un poder engañoso, para que crean la
mentira, a fin de que sean condenados todos los que no
creyeron a la verdad, sino que se complacieron en la
injusticia” (2 Tesalonicenses 2:11-12)
“Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina,
sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros
conforme a sus propias concupiscencias” (2 Timoteo 4:3)
Esas predicas son agradables y hacen sentir bien a los que tienen el espíritu del
mundo, que no quieren ni pueden apartarse del pecado.
“Pues hablando palabras infladas y vanas, seducen
con concupiscencias de la carne y disoluciones a los
que verdaderamente habían huido de los que viven en
error” (2 Pedro 2:18)
Cuando se predica a Cristo, hay liberación, edificación y exhortación. Podemos ver en
las iglesias como caen bajo convicción de pecado, de justicia y de juicio, todo el que
llegó a la Casa de Dios con necesidad de Cristo.
“Nosotros somos de Dios; el que conoce a Dios, nos
oye; el que no es de Dios, no nos oye. En esto
conocemos el espíritu de verdad y el espíritu de error”
(1 Juan 4:6)
Cuando Jesús predicaba, los que estaban endemoniados eran liberados, los enfermos
sanados, y los fariseos que no soportaban en sus oídos la Verdad, cogían piedras para
arrojárselas.

“Sepa que el que haga volver al pecador del error de su
camino, salvará de muerte un alma, y cubrirá multitud
de pecados” (Santiago 5:20)
“El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el
que no creyere, será condenado” (Marcos 16:16)
“Mi pueblo fue destruido,
porque le faltó conocimiento”
(Oseas 4:6)

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