El documento habla sobre la fe que salva según la historia bíblica de Bartimeo, el ciego de Jericó a quien Jesús sanó. Explica que la fe verdadera es la que está basada en la Palabra de Dios y se demuestra a través de obras como amar al prójimo y predicar el evangelio. También advierte que muchos dicen creer pero no cultivan su fe a través del estudio bíblico diario ni demuestran los frutos del Espíritu.
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La Fe que salva o El Misterio de la Fe
1. Mission Israel Mehanaim
La Fe Que Salva: El Misterio de la Fe
“Y Jesús le dijo: Vete, tu fe te ha salvado. Y en seguida recobró la
vista, y seguía a Jesús en el camino” (Marcos 10:52)
Bartimeo, el ciego de Jericó, estaba “junto al camino” cuando se enteró que Jesús pasaba cerca
de él. Entonces Bartimeo comenzó a clamar y a decir: ¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de
mí! (Marcos 10:47); él no le podía ver pues estaba ciego, pero por su fe, Jesús le sanó
devolviéndole la vista. Y cuando recobró la vista, le seguía “en el camino”.
Bartimeo clamó, como dice la Palabra de Dios:
“Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y
ocultas que tú no conoces” (Jeremías 3:33)
Al clamar lo hizo con tanta fe de que sería sanado, que su ruego fue escuchado por Dios, y aquel
Bartimeo que antes estaba ciego (junto al camino), cuando le fueron abiertos los ojos y vio la luz,
entonces comenzó a caminar en el camino.
La clave está en la fe que sana y salva. Veremos que los que se salvan son los que están en el
Camino, pues el Señor Jesús dijo:
“Yo soy el Camino, y la Verdad y la Vida; nadie llega al Padre, sino
por mi” (Juan 3:16)
Los que están en el Camino, son los que le creen a Dios, los que caminan en la luz, los que han
sido liberados de los Velos Mágicos del mundo, de la ceguera espiritual que producen las
doctrinas de hombres, los que somos Hijos de Dios, los que somos guiados por el Espíritu Santo
de Dios:
“Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos
son hijos de Dios” (Romanos 8:14)
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2. No todo el que dice que cree en Dios, le cree a Dios, porque la palabra dice que los demonios también
creen:
“Tú crees que Dios es uno; bien haces. También los demonios
creen, y tiemblan” (Santiago 2:19)
Nadie que no crea en Jesucristo, el Hijo de Dios, será salvo:
“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo
unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda más
tenga vida eterna” (Juan 3:16)
Pero creemos en él por medio de la fe que nos fue dada, y somos salvos por esa misma fe:
“Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de
vosotros, pues es don de Dios” (Efesios 2:8)
La fe es un don de Dios, para que podamos ser alcanzados por su gracia, que es por medio de la fe:
“Pero sin fe, es imposible agradar a Dios; porque es necesario que
el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los
que le buscan” (Hebreos 11:6)
Los cristianos llegaron a Cristo por medio de la gracia que se alcanza por la fe. Pero, muchos no creen a
su palabra.
Alguien dirá, ¿Pero Pastor, no entiendo si ya somos cristianos, como que muchos no son
creyentes en Cristo?
Veamos cual es la verdadera fe, la que sana y salva, basados en la revelación de las
Sagradas Escrituras:
Medida de Fe:
“Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros,
que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de
sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada
uno”(Romanos 12:3)
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3. Conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno
Aunque parezca extraño, no todo el mundo tiene la misma fe. De acuerdo a su plan y
propósito divino, Dios dio diferentes medidas de fe al hombre. El apóstol Pablo escribe:
“Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda
ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los
montes…” (1 Corintios 13:2)
GRADO DE FE
El Señor Dios nos da la fe inicial, de entrada, para alcanzar la Gracia de cristo,
pero es nuestro deber cultivar la fe, mediante la justicia. El Espíritu Santo nos
impulsa a alcanzar la fe de Cristo por medio de la Justicia:
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4. “El justo por su fe vivirá” (Habacuc 2:4)
Creciendo en Fe:
o
La Fe que Crece. La Palabra de Dios dice que el espíritu vive a causa de la
justicia, y que la justicia de Dios, en nosotros, se alcanza por la fe, por lo que el Señor
dice en su palabra:
“Más buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas
cosas os serán añadidas” (Mateo 6:33)
Si el espíritu vive a causa de la justicia y se hace justicia por medio de la fe; entonces,
para que no muera el espíritu, debemos vivir haciendo justicia a diestra y siniestra, pues
la Palabra de Dios dice:
“Justo es el que hace justicia” (1 Juan 3:7)
Cuando andamos en el mundo, las obras no nos valen como justicia, pero cuando somos
lavados con su sangre, mira lo que dice el Señor:
“Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras,
las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas”
(Efesios 2:10)
Por lo cual también añade:
“Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma” (Santiago 2:17)
Es por lo que el Señor Jesús declara a sus discípulos (tú y yo):
“Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador. Todo pámpano que en
mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para
que lleve más fruto” (Juan 15:1-2)
Si aún no entiendes lo que es hacer justicia, la palabra también te recuerda que el que
sabe hacer lo bueno y no lo hace, le es pecado.
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5. Si quieres saber si no eres un cadáver espiritual, y tu nombre no ha sido borrado del
Libro de la Vida, te pongo aquí unos ejemplos, que sean espejos de tu corazón, en ellos
podrás ver reflejada tu fe en Cristo Jesús. Esto es, para ver si tu corazón le pertenece, o
no, a Dios. Son ejemplos simples y cotidianos:
1) Cuantas veces te has preguntado al salir de la iglesia, ¿cuántos de esos
hermanos van en mi misma dirección?, ¿es por no gastar tu gasolina que no lo
llevas?, o, ¿porque no tienes fe en Dios, sino en el dinero que te provee el
combustible? No has bajado el cristal para ofrecerles llevarlos a su casa, porque
dices que la gasolina está cara. ¿Es eso justicia de un Hijo de Dios? Tu algún día
pudieras estar en su lugar. Eso es amor al prójimo, hacer con el otro, lo que a ti
te hubiera gustado que te hagan.
Tienes fe, puedes dar, porque sabes que DIOS SIEMPRE te proveerá:
“Echa tu pan sobre las aguas; porque después de muchos días lo
hallarás. Reparte a siete, y aun a ocho; porque no sabes el mal
que vendrá sobre la tierra” (Eclesiastés 11:1-2)
2) ¿Cuantas veces al día piensas en los que no han comido, o que duermen en
los parques o debajo de los puentes? (Salmo 41:1), ¿acaso tu corazón se
contrista cuando los ves en persona, o en fotos, o en videos?, ¿qué haces al
respecto? Y todavía cantas alabanzas de la boca para fuera, no sintiéndolas en
tu corazón. La Justicia del reino de Dios es amar al prójimo como a
ti mismo.
Por eso es que se quedaron las cinco vírgenes imprudentes de Mateo 25. Por
eso, nuestro Señor Jesucristo nos enseña que no todo el que dice “Señor,
Señor” entrará en el reino de los cielos, sino, el que hace la voluntad de Dios.
Porque el Señor les declarará:
“Nunca os conocí, hacedores de maldad” (Mateo 7:23)
3) Has obedecido las instrucciones de nuestro Señor Jesús cuando dice:
“Al que te pida, dale; y al que quiera tomar de ti prestado, no se
lo rehúses” (Mateo 5:42)
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6. Si cuestionas al que te pidió en lugar de darle, te recomiendo que te conviertas
a Cristo y serás salvo, pues eso es fe mi hermano: dar sin cuestionar. Que se lo
va a beber, que se lo va a fumar, etc., eso no es asunto tuyo, eso déjaselo a Dios,
y ten cuidado si es un Ángel vestido de mendigo (Hebreos 13:2); de todas
formas, Dios te está viendo y en el juicio saldrá en tus obras.
Si pasas el test, acabarás de entender, qué significa ser un impío: alguien que
sabe hacer lo bueno y no lo hace (ciego junto al Camino). Es la diferencia con el
que está en el mundo (en tinieblas lejos del Camino), el pecador, él NO sabe lo
que es bueno, NO conoce la palabra de Dios. El Justo es el que sabe lo que es
bueno para Dios, y lo práctica: Hace la Voluntad de Dios, Ama A Su prójimo
como Así Mismo (está en el Camino). Tiene fe, puede dar, porque sabe que
DIOS SIEMPRE le proveerá; es el que echa su pan sobre las aguas…; por
cierto, las aguas se refiere a pueblos, multitudes, naciones, lenguas, y a
personas (Apocalipsis 17:15).
¿Cuántas veces le has predicado o dado testimonio de Cristo a tus vecinos, a tus
compañeros de trabajo, a los que te rodean? ¿Cuál es la fe que practicas o que
predicas? ¿Te avergüenzas de Cristo? Pues el Señor Jesús dice:
“A cualquiera, pues, que me confiese delante de los hombres, yo
también le confesaré delante de mi Padre que está en los cielos.
Y a cualquiera que me niegue delante de los hombres, yo
también le negaré delante de mi Padre que está en los cielos”
(Mateo 10:32-33)
¿Cuantas veces al día estudias la palabra de Dios para ponerla por obra?,
pues, la Biblia dice:
“Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios”
(Romanos 10:17)
Si inviertes más tiempo en pasatiempos o en deleites o en distracciones, que en
el estudio de la Biblia, eso se constituye en idolatría, ese es tu dios, en verdad,
no amas a Dios, y tu fe no está basada en Dios, sino en el dinero, o en lo que los
hombres te han enseñado: Tu fe está basada en doctrinas de hombres, no en la
doctrina de nuestro Señor Jesucristo. Por eso hay tantos enfermos y ciegos
“junto al Camino”, si te convirtieres de todo tu corazón, tendrías paz y Dios te
sanaría. Dios no falla, nosotros somos los que fallamos, él es Fiel, y para Siempre
Su Misericordia.
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7. Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios
o
La Fe que no Crece. El Ciego Bartimeo, es el tipo del hombre religioso: se
encuentra ciego Junto al Camino, no en el Camino, porque necesita nacer de nuevo,
morir al viejo hombre y sus afanes. Sin escudriñar las escrituras para ser un hacedor de
la palabra de Dios, no puede crecer en fe.
Una vida apartada de la Palabra de Dios y de su Santo Espíritu, es una vida llena de
vanidad, egoísmo, mentiras, orgullo. No es la vida del creyente en SU PALABRA, la
PALABRA DE DIOS. Los que solo van a la iglesia a escuchar el sermón o la predica del
Domingo, pero no escudriñan las Sagradas Escrituras diariamente para ponerlas por
obra, están junto al Camino, pero NO en el Camino. No conocen la fe que salva. Les
aburre estudiar solos o con su familia la Palabra de Dios, es más, no sienten deleite por
ella, su corazón está lejos de Dios. Por eso le vienen tantos males de repente, y hay
plagas en sus moradas.
Muchos dicen tener fe, pero, puedes conocer al árbol por su fruto: no
tienen paz, ni amor, ni gozo, ni paciencia, ni dominio propio, ni bondad,
ni mansedumbre, ni benignidad. No tienen la verdadera fe en Cristo Jesús, se
engañan a ellos mismos por ignorancia de las Sagradas Escrituras, pues no saben que:
“El Fruto del Espíritu es en toda bondad, justicia y verdad” (Efesios 5:9)
Prueba de Fe. Abraham es el Padre de la Fe. Siendo muy anciano de más de
cien años, Dios le pidió a su hijo Isaac en sacrificio, pero Dios le había dicho que en ese
hijo él levantaría muchas naciones. Su fe en Dios era tan grande, que él no dudó en
sacrificar a su hijo (matarlo y quemarlo en holocausto), pues sabía que Dios tiene el
poder de devolverle su hijo de las mismas cenizas. Y dice la palabra que su fe le fue
contada por justicia:
“Porque ¿qué dice la Escritura? Creyó Abraham a Dios, y le fue contado por
justicia” (Romanos 4:3)
También dice:
“Por lo cual también su fe le fue contada por justicia” (Romanos 4:22)
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8. Jesús, el Señor, dijo para si en los días finales de su ministerio: Pero cuando venga el
Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra?
Por esto el Espíritu Santo nos llama por medio de cartas del apóstol Pablo a Timoteo,
y por el Apóstol Judas a:
1. Que guardemos el misterio de la fe con limpia conciencia(1 Timoteo 3:9)
2. Que teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con eso. Porque raíz de
todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron
de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores. (1 Timoteo 6:8,10)
3. Que guardemos lo que se nos ha encomendado, evitando las profanas pláticas
sobre cosas vanas, y los argumentos de la falsamente llamada ciencia, la cual
profesando algunos, se desviaron de la fe.(1 Timoteo 6:20-21)
4. Que contendamos ardientemente por la fe que nos ha sido dada a todos los
santos.(Judas 3)
Recordemos la Iglesia Laodicea, una iglesia rica en dinero, pero sin fe, que puede ser el
caso de cualquier cristiano ciego junto al Camino (religioso, impío, adoctrinado con
doctrina de hombre). Recuerda lo que nuestro Señor Jesús le dice a esa iglesia:
“Por tanto, yo te aconsejo que de mi compres oro refinado en fuego,
para que seas rico, y vestiduras blancas para vestirte, y que no se
descubra la vergüenza de tu desnudez; y unge tus ojos con colirio,
para que veas.” (Apocalipsis 3:18)
Por lo que también le dice:
“Yo reprendo y castigo a todos los que amo; sé, pues,
celoso, y arrepiéntete” (Apocalipsis 3:19)
Pero cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra?
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