La arquitectura megalítica fue la primera arquitectura de la historia y apareció a mediados del V milenio a.C. en Europa Occidental y el norte de África. Se caracterizaba por estructuras de gran tamaño como menhires, alineamientos, cromlechs y dólmenes asociados a actividades ceremoniales, conmemorativas y funerarias que brindaban cohesión a los grupos y marcaban su territorio.