El documento trata sobre los fundamentos de la autoestima. Explica que el autoconcepto y la autoestima están estrechamente relacionados, de modo que una imagen positiva de uno mismo eleva la autoestima, mientras que una imagen negativa la reduce. Además, señala que la autoestima se va formando desde la infancia en base a los mensajes que recibimos de nuestros cuidadores primarios.
2. El autoconcepto es el concepto que el individuo tiene de sí mismo como un ser físico, social y espiritual; el conjunto de elementos que la persona utiliza para describirse, lo que equivaldría a las percepciones que tiene el individuo sobre sí mismo (Harter, 1990). El término autoestima expresa el concepto que tenemos de nuestra valía, y se basa en todos los pensamientos que sobre nosotros mismos hemos ido recogiendo durante nuestra vida. La autoestima sería la evaluación que la persona realiza de las diferentes representaciones que tiene de sí misma en distintas áreas. Por tanto, autoestima y autoconcepto están estrechamente relacionados: si la autoimagen (o autoconcepto)satisface a la persona, la valoración es positiva, por lo que eleva la autoestima. En cambio, cuando la autoimagen no satisface al sujeto, se produce una valoración negativa que provoca, a su vez, el descenso de la autoestima.
3. En la infancia y la adolescencia, una autoestima saludable es especialmente importante, ya que actúa como el filtro a través del cual se perciben los jóvenes, valorando las distintas experiencias vividas. La competencia socioemocional que se deriva de esta autovaloración positiva, puede ayudar al niño a evitar futuros problemas graves (Pope, McHale y Craighead, 1996). Un joven que posea una baja autoestima se sentirá incapaz de hacer determinadas cosas, lo que repercutirá en su autoconcepto, y viceversa, cuando se siente capaz, lo intenta una y otra vez hasta que lo consigue, lo que mejora su nivel de autoestima previo. Podemos decir que la baja autoestima se relaciona con altos niveles de ansiedad, inseguridad, poca estabilidad emocional, bajo apetito, insomnio, soledad, hipersensibilidad a la crítica, pasividad, competitividad, destructividad y bajo rendimiento académico.
4. La autoestima no es innata, sino que se adquiere como resultado de las experiencias acumuladas a lo largo de la vida. Es el fruto de una larga y permanente secuencia de acciones y pasiones que van configurando a la persona en el transcurso de su vida. El origen de la autoestima se sitúa en los primeros años de vida, a partir de los mensajes e imágenes que los padres devuelven a su hijo, con los que el niño se forma un primer concepto de sí mismo.
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7. Carlos creció en un ambiente familiar desestructurado y sin pautas consistentes. Cuando nació, las relaciones parentales estaban deterioradas. Su padre bebía en exceso e infringía malos tratos a su madre, que trabajaba fuera de casa para mantener económicamente a la familia. Su único hermano era catorce años mayor que él y pasaba todo el tiempo posible fuera de casa. Carlos sufría rechazo y golpes cuando se intentaba acercar a su padre, casi siempre ebrio, y reproches y falta de afecto, cuando se dirigía a su madre. Carlos creció con un sentimiento de falta de valía, puesto que el reflejo que le enviaban sus figuras de apego era totalmente negativo, y siempre asociado a su persona, no a acciones concretas que él realizara. Al llegar a la adolescencia, esta problemática se ha manifestado en una fobia social, que le impide acercarse a desconocidos, puesto que está seguro del rechazo, y un miedo intenso a mostrarse tal como es ante los demás allegados, anticipando siempre reacciones negativas, que acaba confirmando en casi todas las interacciones. En este caso, la falta de una imagen positiva en los primeros años de vida, ha generado una personalidad inmadura y con un sentimiento de inferioridad profundamente arraigado.
8. Judith siempre ha sido una buena estudiante y sus padres están muy orgullosos de ella. De hecho, la suelen poner como ejemplo a seguir delante de sus hermanos y les reprenden cuando “sólo saca un siete” en un intento de que se esfuerce al máximo en todo momento. Judith ha interiorizado esta imagen y dedica al estudio la mayor parte de su tiempo. Este año a empezado en la universidad y cada vez encuentra más difícil destacar como lo hacía antes. Pero, en lugar de atribuirlo al mayor nivel de exigencia, cree que el problema es que no se esfuerza como antes. Esto le genera mucho estrés y pensamientos del tipo: “mira que eres tonta; ni siquiera eres capaz de sacar un ocho; si hubieras estudiado más lo hubieras conseguido”. Ha obtenido una matrícula de honor en una asignatura, con lo cual ha conseguido que sus padres la feliciten y ha aumentado su sensación de valía personal. Pero también se ha reforzado en la idea de que no obtiene mejores resultados porque no se esfuerza lo suficiente. Por ello ha decidido limitar aún más su vida, relegando el ocio “hasta que acabe los estudios”.
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10. Nunca es tarde para construir una autoestima positiva y sana. En algunos casos, cuando la herida emocional es muy profunda o duradera, es posible que sea necesaria la ayuda de un profesional de la salud mental, como un psicólogo o terapeuta. Estos expertos actúan a modo de guías, ayudando a las personas a quererse a sí mismas y a darse cuenta de lo que las hace únicas y especiales.