Introducción:Los objetivos de Desarrollo Sostenible
GENERACIÓN DEL 27
1. "Los nombres", Jorge Guillén
Este es el segundo poema de Cántico y su tema es el paso del tiempo y el júbilo de vivir, de ser. En otros poemas también
muestra Jorge Guillén la felicidad por el hecho de ser: Ser, nada más. Y basta./ Es la absoluta dicha dice en “Más allá”. He
aquí el poema:
"Los nombres"
Albor. El horizonte
entreabre sus pestañas,
y empieza a ver. ¿Qué? Nombres.
Están sobre la pátina
de las cosas. La rosa
se llama todavía
hoy rosa, y la memoria
de su tránsito, prisa.
Prisa de vivir más.
A lo largo amor nos alce
esa pujanza agraz
del Instante, tan ágil
que en llegando a su meta
corre a imponer Después.
Alerta, alerta, alerta,
yo seré, yo seré.
¿Y las rosas? Pestañas
cerradas: horizonte
final. ¿Acaso nada?
Pero quedan los nombres.
Formalmente, Guillén prefiere las formas métricas, no se siente atraído por el versolibrismo. En este poema
encontramos cinco cuartetas de heptasílabos con romas asonantadas y cruzadas. Los numerosos encabalgamientos
representan el imparable paso del tiempo, aunque es un texto bastante lineal.
Respecto a su contenido, el poema comienzacon la entrada de la luz, el albor (momentos previos al amanecer). Pedraza
y Rodríguez señalan que el recurso fundamental de la poesía de Guillén es la personificación y en es te poema, desde el
comienzo, se personifica el horizonte. Mediante la luz, el mundo y también el poeta despiertan. Comienza a ver nombres
(metonimia con la que se refiereal lenguaje). En otros poemas también muestra Guillén el entusiasmo por la perfección del
mundo: El mundo está bien/hecho (“Beato sillón” Cántico). En Cántico juega un papel muy destacado la luz, la
claridad (Pedraza).
Seguidamente aparece la rosa (también personificada, pues tiene prisa/ prisa de vivir más nos indica con la
anadiplosis). La rosa es un tópico afortunado en la literatura; es símbolo de belleza, juventud y también de fugacidad, de lo
efímero. Sin embargo, Guillén rompe con la tradición, no nos habla de una rosa fugaz que se dirige a la muerte, sino de una
rosa con prisa por vivir más. La perfección del mundo no está en la rosa, sino en el poeta. La perfección del mundo no está en
la rosa, sino en su nombre. El lenguaje hace perdura la rosa y la eterniza, dotándola de inmortalidad con la escritura.
No obstante, a pesar de todo este gozo, aparece una sombra en la última estrofa, con la llegada del ocaso: el poeta se
pregunta qué sucederá cuando el gozo de existiracabe (acaso nada?). Esto nos demuestra, como dicen Pedraza y Rodríguez,
que en Cántico hay algo de Clamor. La muerte se presenta como algo a lo que no se puede sucumbir, por eso dice muerte:
para ti no vivo. Acepta la muerte con actitud estoica, igual que en el soneto “Muerte a lo lejos” (de estirpe quevedesca, a quien
dedica varios poemas; sin embargo, para Guillén la muerte es un punto final y la acepta con serenidad [de ahí el verso de
Valéry: yo sostuve el fulgor de la muerte sin miedo] y para Quevedo es un paso más [toma la tradición, muerte y soneto, y la
modifica]), que conecta con estos poemas por su positivismo. Sin embargo, confiesa que alguna vez me angustia una certeza,
a veces siente inquietud.
Se puede vincular el albor con el nacimiento y el ocaso con la muerte humana, con el abrir de pestañas al principio y el
cerrar al final. Es un texto redondo. El mensaje final que transmite el poema es que, aunque muramos, siempre quedarán los
nombres. Por encima del paso del tiempo está la creación poética;por eso la rosa no es caduca,sino que queda eternizada en la
poesía. Siempre quedan los nombres y siempre permanece la creación literaria.
2. El engaño a los ojos, poema de Jorge Guillén.
"Con qué nobleza se revuelven
Todos juntos esos muchachos
Y claman por una justicia
Perturbando, vociferando,
Tan inocentes los carrillos,
Tan fieros el porte y los pasos,
Con la mirada en dirección
De un porvenir extraordinario,
Pero a la vista ahora, ahora,
Presente ya sobre el asfalto
De las calles estimuladas
Por los rumores calculados
De esa tan filial muchedumbre,
Coro de gargantas y brazos,
Crédulamente fiel y dócil
-Candor por alud- al dictado
De los mayores en edad,
En crueldad y en aparato,
Aun carceleros de una cárcel
Donde todo queda murado,
Sin salida a ningún futuro:
Ni a ese que van anhelando
Los que, por fin, desfilan jóvenes,
Magníficos frente al tirano."
ROMANCE DE LA DEFENSA DE MADRID
Madrid, corazón de España,
late con pulsos de fiebre.
Si ayer la sangre le hervía,
Si tu abuelo a Carlos V
le abría con una lanza
la bragueta emperadora
antes de entrar en batalla,
tú, en cambio, las manos trémulas,
impotente, abotonabas
los calzoncillos reales
del último rey de España.
Si a tu abuelo, el primer duque,
Ticiano lo retratara,
tú mereciste la pena
de serlo por Zuloaga.
Un pincel se baño en oro,
el otro se mojó en caca.
Duque, perdiste la aurora,
celador honoris causa
de El Prado, donde, desnuda
la duquesa Cayetana,
tú eras bedel del ombligo
que Goya le destapara.
3. Talento heredado, duque,
fortuna y gloria heredadas,
son cosas que el mejor día,
de un golpe, las lleva el agua.
Vuélvete de Londres, deja,
si te atreves a dejarla,
la triste flor ya marchita,
muerta de tu aristocracia,
y asoma por un momento
los ojos por las ventanas
de tu palacio incautado,
el tuyo, el que tú ahitaras;
súbeles las escaleras,
paséalos por las salas,
por los salones bordados
de victoriosas batallas,
bájalos a los jardines,
a las cocheras y cuadras,
páralos en los lugares
más mínimos de tu infancia,
y verás cómo tus ojos
ven lo que jamás pensaran:
palacio más limpio nunca
lo conservó el pueblo en armas.
Las Milicias comunistas
son el orgullo de España.
Verás hasta los canarios,
igual que ayer, en sus jaulas,
los perros mover la cola
a sus nuevos camaradas;
y verás la que contigo
servidumbre se llamaba,
ya abolidas las libreas,
hablar de ti sin nostalgia.
Señor duque, señor duque,
último duque de Alba:
los comunistas sabemos
que la aurora no se para,
que el alba sigue naciendo,
de pie, todas las mañanas.
Si un alba muerta se muere
otra mejor se levanta.
4. La guitarra
Empieza el llanto
de la guitarra.
Se rompen las copas de la madrugada.
Empieza el llanto de la guitarra.
Es inútil callarla.
Es imposible callarla.
Llora monótona
como llora el agua,
como llora el viento
sobre la nevada.
Es imposible callarla.
Llora por cosas
lejanas.
Arena del Sur caliente
que pide camelias blancas.
Llora flecha sin blanco,
la tarde sin mañana,
y el primer pájaro muerto
sobre la rama.
!Oh guitarra!
Corazón malherido
por cinco espadas.
LA AURORA
La aurora de Nueva York tiene
cuatro columnas de cieno
y un huracán de negras palomas
que chapotean las aguas podridas.
La aurora de Nueva York gime
por las inmensas escaleras
buscando entre las aristas
nardos de angustia dibujada.
La aurora llega y nadie la recibe en su boca
porque allí no hay mañana ni esperanza posible.
A veces las monedas en enjambres furiosos
taladran y devoran abandonados niños.
Los primeros que salen comprenden con sus huesos
que no habrá paraíso ni amores deshojados;
saben que van al cieno de números y leyes,
a los juegos sin arte, a sudores sin fruto.
La luz es sepultada por cadenas y ruidos
en impúdico reto de ciencia sin raíces.
Por los barrios hay gentes que vacilan insomnes
como recién salidas de un naufragio de sangre.