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La peligrosidad y el riesgo de violencia deber
1. La Peligrosidad y el Riesgo de Violencia
La violencia en la que vivimos es muy alarmante. Violencia que ha incrementado en toda la
sociedad, la cual es provocada sin importar la edad, sexo, sociedad, cultura o religión; se
han perdido los valores de respeto hacia el ser humano, ahora una familia no arregla sus
problemas conversando, si no con violencia, violencia que puede llegar a la muerte. Las
parejas ya no se divorcian o se separan en buenos términos, si no acaban en la muerte.
De acuerdo al índice de violencia, Ecuador es uno de los países con mayor índice de
asesinatos, femicidio, suicidios, cualquier tipo de violencia que puede ser directa o
indirectamente contra la víctima.
Sin embargo, esta violencia nace y crece desde la formación de la persona, es decir del
hogar, luego de la educación y se desarrolla con el medio ambiente en el cual convive; para
lo cual el gobierno y todas las autoridades tienen el deber y la responsabilidad de crear
medidas severas para este tipo de personas que comenten actos violentos en la sociedad con
el fin de reducir tantos crímenes que alarman a la sociedad.
Peligrosidad
De acuerdo a la enciclopedia jurídica, la peligrosidad es la capacidad de una persona para
convertirse, con probabilidad, en autora de delito. Se puede decir también que es la
predisposición de violar la ley penal o la tendencia a delinquir. El delito no debe
considerarse como reconocimiento del estado peligroso, por ello es que no todas las
personas que delinquen son peligrosas.
Según Bravo, A. (2015), la peligrosidad es el conjunto de síntomas que indican la
posibilidad de alguien practicar o tornar a prácticas un crimen, o sea, las posibilidad
delictuosas el individuo.
2. También menciona los indicadores de peligrosidad:
- Cuanto a la curva vital: inconstancia en el trabajo integración al grupo sin
actividades constructivas, existencia de criminalidad precoz, reincidencia rápida.
- Cuanto a la morfología del crimen: crimen practicado con agravantes legales,
crimen sin motivo psicológico explicable, crines practicados con frialdad de
sentimientos.
- Cuanto a los signos psiquiátricos: agitación psicomotora, brotes y episodios
psicóticos
- Cuanto al examen psíquico actual: humor explosivo, falta de crítica al acto delictivo
que practico, falta de planes para el futuro, alucinaciones, delirios, falta de
remordimientos.
La peligrosidad criminal se basa en un juicio de probabilidad de que un sujeto llegue a
cometer un acto delictivo, es decir es una peligrosidad post-delictual, lo cual significa que
para poder determinarla es necesario que el hecho delictivo se haya cometido previamente.
(Diez, I. 2015)
La peligrosidad por lo tanto es una alerta que nos llama a poner más atención sobre aquella
persona que podría estar cometiendo algún delito, que presenta alguna característica de
peligro a la sociedad y puede estar atentando contra la ley; la peligrosidad criminal en
cambio para catalogarla de esta manera primero debió haberse cometido el delito para
poder determinarlo alguna persona como un peligroso criminal, ya que cometió dicho delito
y este podría reincidirlo, por lo que hay que poner más atención sobre aquellas personas.
Intencionalidad
La intención de forma general podemos decir que es la determinación de la voluntad hacia
un fin. La intención suele estar vinculada al deseo que motiva una acción y no a su
resultado o consecuencia.
Según Shavell, S., una de las características centrales de la ley penal es el énfasis que pone
en la intención, para analizar el dolo o intencionalidad conviene comenzar por suministrar
varias definiciones preliminares. Digamos que la satisfacción de lo que un sujeto “desea”
aumenta su utilidad, ya sea directa o indirectamente. Digamos también que un individuo
“tiene la intención” de provocar un resultado si a- desea el resultado y b- actúa de una
manera que él cree que aumentara la probabilidad de que se produzca dicho resultado.
La intencionalidad por lo tanto es la capacidad o el deseo que tiene la persona para decidir
si cometer o no el delito, la intención o el deseo de hasta dónde quiere llegar con las
acciones que va a cometer; considero que la intencionalidad es fundamental para poder
determinar el grado de delito que una persona comete, ya que por ejemplo salió a robar
3. pero n tuvo la intención de matar, pero mato porque la persona se resistió, es decir la única
intención que tenía era robar pero en ningún momento acabar con la vida.
Riesgo
Se lo puede definir como la proximidad de un posible daño. La noción de riesgo suele
utilizare como sinónimo de peligro. El riesgo, esta involucrado a la vulnerabilidad, mientras
que el peligro aparece asociado a la factibilidad del perjuicio o daño. Es posible distinguir,
por lo tato entre riesgo –la posibilidad de daño- y peligro – la probabilidad de accidente o
patología. En otras palabras el peligro es una causa del riesgo.
El riesgo se define como la combinación de la probabilidad de que se produzca un evento y
sus consecuencias negativas, los factores que lo componen es la amenaza y la
vulnerabilidad.
Según Douglas, K., el riesgo es una amenaza que no se comprende de forma completa y
cuya ocurrencia solo se puede pronosticar con cierto grado de incertidumbre. El concepto
de riesgo tiene múltiples facetas y significados, ya que se refiere a la naturaleza del peligro,
la probabilidad de que ocurra, su frecuencia o duración, la gravedad de sus consecuencias y
su inminencia o duración. El concepto de riesgo es también inherente dinámico y
contextual, dado que los peligros surgen y existen en circunstancias específicas.
A modo de empleo consideremos el riesgo de violencia. Existe incertidumbre sobre a
probabilidad de que una persona determinada cometa actos de violencia, así como de qué
clase de actos puede cometer, porque razones, contra quien con que consecuencias y
cuando. (Douglas, K.)
Violencia
Según Werbster, Ch, la violencia es el daño real, la intención o amenaza de llevar a cabo
daño o perjuicio hacia una o más personas. Las amenazas de hacer daño deben ser clara y
no ambiguas, y no solamente verbalizaciones vagas de hostilidad. La violencia es un
comportamiento que obviamente puede causar daño a otras personas, un comportamiento
que puede producir miedo a otra persona también puede considerarse violente el acoso o la
persecución.
El daño resultante infligido a la víctima no es definitorio en sí mismo del acto violento. Al
contrario el acto es violento en sí mismo. Por ejemplo una persona que dispara un arma en
medio de una multitud, pero que no ha herido a nadie ha cometido un acto violento.
Otro autor lo define como la conducta real que causa daño físico a otra persona, o el intento
o amenaza de causarlo. Las conductas que causan daño físico o psicológico grave o tienen
el potencial de causarlo. El daño psicológico grave incluye el miedo a sufrir lesiones
físicas, así como otras consecuencias emocionales, mentales o cognitivas que interfieren en
4. la salud. En contraste, el comportamiento que causa daño psicológico leve o moderado,
como frustración, perdida de estatus, queda fuera de esta definición de violencia.
Los comportamientos violentos pueden ser actos completos o incompletos, actos negativos,
actos comunitarios, y actos colectivos. El comportamiento puede ocurrir como un incidente
único o como parte de una pauta de conducta que se mantiene a lo largo de un periodo de
tiempo más o menos extensivo.
El comportamiento violento no está autorizado, es decir que el actor no contaba con el
consentimiento de aquellos a los que dicho comportamiento podía afectar, ni tenía ninguna
otra autorización legal. (Douglas, K.)
La violencia es una estrategia caracterizada por las siguientes propiedades: complejidad,
Heterogeneidad, multicausalidad, intencionalidad e infrecuencia.
1. Complejidad. En tanto que estrategia psicológica la violencia incluye componentes
cognitivos, actitudinales, emocionales y motivacionales que actúan de forma
interrelacionada y con una finalidad concreta.
2. Heterogeneidad. La violencia no es una realidad homogénea. De hecho no existe una
sola violencia sino que debemos distinguir varios tipos que se pueden clasificar según
distintos criterios: la manera de ejercerla (física, psicológica, sexual, económica), según las
características del agresor (violencia juvenil, femenina) y/o de la víctima (violencia de
género, sobre la pareja, maltrato infantil)…
3. Multicausalidad. Para que ocurra un acto violento, especialmente de violencia grave,
tienen que coincidir en el tiempo numerosos sucesos que, a su vez, no suelen combinarse
con demasiada frecuencia (por ejemplo en un asesinato).
4. Intencionalidad. La acción violenta es el resultado de una decisión intencionada y
voluntaria de producir daño o malestar. La conducta violenta es el resultado de una decisión
deliberada de actuar y comportarse violentamente, si bien es cierto que, en determinadas
ocasiones, esta decisión no es imputable penalmente o depende de factores, “irracionales” o
poco conocidos.
5. Infrecuencia. La violencia, a pesar de la sensación creciente que tenemos que es algo
muy común y habitual, la verdad es que, afortunadamente, un fenómeno poco habitual, raro
e infrecuente, especialmente la violencia grave y muy grave. Esto no significa que no sea
muy importante y gran motivo de preocupación social
Violencia juvenil
Según Polaino, A., considera que está suficientemente probado que la violencia juvenil esté
vinculada a la violencia familiar, entendida esta última tanto en su ámbito originario como
en la representación que de la familia se prodiga en el contacto social. El maltrato infantil
5. remite al maltrato entre los padres, y este al intergeneracional. Todo esto ha de tenerse en
cuenta en lo relativo al diagnóstico y a los programas de prevención que se diseñen.
De ora parte la violencia familiar es un fiel reflejo de la violencia social, en cuyas redes está
asentada la familia. La sociedad violencia constituye un marco de referencias, que hoy
resulta imprescindible para afrontar la cuestión de la violencia familiar. De otra parte, la
violencia familiar incrementa todavía más la violencia social. La interacción e
independencia entre estas dos formas de existencia violenta – la familiar y la social- no
pueden ser excluidas en el análisis de la violencia juvenil.
Factores de riesgo de la conducta violenta en jóvenes
Según la OMS:
Factores de riesgo individuales
déficit de atención, hiperactividad, trastorno de la conducta y otros trastornos
conductuales
delincuencia
consumo temprano de alcohol, drogas y tabaco
nivel intelectual bajo y malos resultados académicos
escaso compromiso con la escuela y fracaso escolar
desempleo
exposición a violencia en la familia
Factores de riesgo en las relaciones cercanas (familia, amigos, pareja y compañeros)
escasa vigilancia y supervisión de los hijos por los padres
prácticas disciplinarias de los padres severas, relajadas o incoherentes
vínculos afectivos deficientes entre padres e hijos
escasa participación de los padres en las actividades de los hijos
abuso de sustancias o delincuencia de los padres
depresión de los padres
ingresos familiares bajos
desempleo en la familia
asociación con compañeros delincuentes y/o pertenencia a pandillas
Factores de riesgo en la comunidad y en la sociedad en general
acceso al alcohol y su consumo indebido
acceso a las armas de fuego y su uso indebido
pandillas y tráfico local de drogas ilícitas
gran desigualdad de ingresos
pobreza
calidad de la gobernanza de un país (sus leyes y nivel de aplicación, así como la
normativa de educación y protección social)
6. Bibliografía
Enciclopedia jurídica. (2014). Peligrosidad. Recuperado de la página web
http://www.enciclopedia-juridica.biz14.com/d/peligrosidad/peligrosidad.htm
Bravo, A. (2015). Las prisiones de la locura la locura de las prisiones. (5ta Ed). España:
Grupo G5.
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Werbster, Ch. (2005). Guía para la valoración del riesgo de los comportamientos
violentos. (1ª Ed). Universidad de Barcelona.
Douglas, K. (2005). HCR-20v3: Valoración del riesgo de violencia. Guía del evaluador. (1ª
Ed). Universidad de Barcelona
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http://www.who.int/mediacentre/factsheets/fs356/es/
Polaino, A. (2013). Violencia juvenil y violencia familiar. (1ª Ed). Díaz de santos
Paola Acuña
Abogada