Ayer fui de visita al molino de harina de mi tío Genaro. El molino lleva funcionando en nuestro pueblo desde hace más de cien años y todavía muele el grano de la forma tradicional con la fuerza del agua. Mi tío me enseñó todo el proceso de molienda pacientemente y me dejó probar un poco de la harina recién molida, que estaba riquísima.