10 torturas que la iglesia medieval practicaba en contra de los ateos y homosexuales
1. 10 torturas que la iglesia medieval practicaba en contra de los ateos y homosexuales
Autor: Paulo Arieu
No estamos de acuerdo con la filosofía de vida de ateos y homosexuales, ni de ninguna persona
que rechaza el plan salvador de Dios para la humanidad; pero nada de esto justifica los malos
tratos en contra del prójimo, por mas pecador que este sea. Tenemos mucha suerte de no haber
vivido en esa época tan mala de la Edad Media; no estamos diciendo que ésta postmodernidad
actual sea mucho mejor, pero La Edad Media ha sido muy espeluznante, horrible, ahí la gente
pensaba de una manera muy precaria, no tenía sentido común y estaban sometidos por la iglesia
institucional.
Castigaban a las personas de manera impresionante, la mayoría de esas veces era
injustificadamente, todo esto debido a que se tenía que cumplir la ley de la iglesia, con esto
utilizaron muchas máquinas para torturar y matar a las personas. Estas son las 10 máquinas de
tortura que la iglesia medieval utilizaba en contra de los ateos y homosexuales en La Edad
Media:
1 Aplasta cabezas
Así como dice su nombre, el verdugo ponía al condenado y daba vueltas a un tornillo para que
aplastara el cráneo y toda la parte de la mandíbula, causando la muerte, obviamente.
2 Cuna de Judas
Consistía en colgar a la persona, llegando a enterrarse en el “asterisco”, creo que ya es suficiente,
¿no?
3 Rompe Pechos
2. Esto era un castigo para las mujeres, si ellas cometían aborto o adulterio les arrancaban los
pechos con unos terribles ganchos. Según ellos tenía que sobrevivir, pero murieron en ese
momento.
4 Potro
Es donde amarran a las personas hasta estirarlas de una manera que se desprendieran los
miembros.
5 Rueda
Amarraban a la persona a la rueda y lo golpeaban de forma brutal con unas barras de metal, pero
eso no es lo más cruel, le daban vuelta y lo prendían con fuego por debajo de la rueda, así que
cuando pasaba por ahí se quemaban.
6 Quiebra Rodillas
El nombre es más claro que agua de manantial, pero no te confíes, no solo destrozaba rodillas,
sino cualquier parte del cuerpo. Las puntas de ese artefacto eran calentadas previamente para
infligir más dolor.
7 Caballo de Madera
Aquí se amarraba a la víctima como si estuviera montada en un caballo, se le ataban unos sacos
pesados en las piernas, el cual estaban colgadas, partiendo en dos al final de todo el sufrimiento.
8 Garras de gato
Posiblemente aquí se inspiraron para la película de Pesadilla en la Calle del Infierno, eran unas
garras que podían arrancarte hasta los huesos, cualquier parte del cuerpo.
3. 9 Toro de falaris
Lleva por nombre así por una persona muy violenta que era un tirano Italiano. Era un artefacto
de bronce el cual lo calentaban con fuego por la parte de abajo hasta que la persona se quemaba
viva.
10 Pera de la Angustia
Conclusión
La enseñanza de la Escritura es unánime en el sentido de que, el que quiera que se tenga
misericordia de él, deberá tenerla de sus semejantes. En la Ley de Dios se nos ordena a amar al
prójimo como a si mismo.Porque Dios es amor. El cristiano debe tener siempre presente que sólo
el que tiene misericordia encontrará misericordia. Este es un principio de se encuentra en toda la
Sagrada Escritura. Por todos estos motivos y mas aun, es importante que la Iglesia no pierda de
vista su mensaje profético a las naciones y su plan de discipulado urbi et orbi. Quiera Dios que
no vuelvan mas esos tiempos tan atroces y que pueda haber una convivencia armoniosa aún en
medio de aquellos que piensan distinto que el cristiano, sean de la creencia que sean. Tener
diferentes creencias no le da a nadie el permiso de lastimar a una persona; todos somos humanos
y tenemos sentimientos y también sentimos el dolor físico.
Pero también quiero que recuerde que quienes no desean ser arrastrados por las corrientes
ideológicas de este siglo sufrirán persecución, y como cristianos tendremos que estar preparados
para presentar defensa de todo el que demande razón de la nuestra esperanza.
Recuerden que cada uno debe amar a su prójimo como se ama a sí mismo. Dios lo manda.
Dios lo bendiga y un fuerte abrazo!