2. La figuración narrativa (en francés, figuration
narrative) es un estilo pictórico y un
movimiento artístico aparecido al comienzo
de los años 1960 en Francia, en oposición a
la abstracción y al Nuevo realismo (nouveau
réalisme).
La Figuración narrativa nunca ha sido un
movimiento proclamado como tal. Nace bajo
la actuación del crítico de arte Gérald
Gassiot-Talabot y de los pintores Bernard
Rancillac y Hervé Télémaque que, en julio de
1964, organizan juntos en el Museo de arte
moderno de la Ciudad de París la exposición
“Mythologies quotidiennes”.
3. En el mismo momento en el que el Arte Pop triunfa en la Bienal de
Venecia (con el Gran Premio de pintura otorgado en junio de 1964 a
Rauschenberg) y se impone en Europa, la exposición “Mythologies
quotidiennes” reúne a 34 artistas que, como sus homólogos
americanos, sitúan a la sociedad contemporánea y a sus imágenes en
el corazón de sus obras.
1) Los orígenes de la Figuración narrativa.
2) Mitologías cotidianas
3) Objetos e historietas
4) El arte de la descontextualización
5) La pintura es una novela negra
6) Una figuración política
4. La exposición “La Figuración Narrativa. París 1960-1972” reúne el trabajo de unos
veinte artistas que en los años sesenta pintaron sus obras a partir de imágenes
tomadas de la prensa, de la publicidad, del cómic y del cine, y que muestran objetos,
personajes y situaciones. Esta tendencia, llamada Nueva Figuración, Figuración
Crítica y finalmente Figuración Narrativa, nunca ha dado lugar a un manifiesto, pero
sí que se ha expresado en numerosas exposiciones, entre las que cabe destacar como
la más célebre Mythologies quotidiennes (1964).
5. A finales de los años cincuenta, el arte parisino vive un periodo
de transición. Los vanguardistas, omnipresentes en el universo
artístico desde 1945 (abstracción, surrealismo, etc.), parecen ser
víctimas de la extinción de su propio vocabulario. A partir de la
década de los sesenta, esto incita a una gran cantidad de
jóvenes artistas franceses y europeos radicados en París a tomar
la decisión de seguir el camino de una nueva figuración, la cual
se concretiza a través de grafismos deliberadamente escuetos e
imágenes inspiradas en las historietas, los graffiti callejeros y la
publicidad. Sus obras, expuestas en algunas galerías pequeñas,
como la de Mathias Fels, llaman la atención de los críticos Jean-
Jacques Lévêque o José Pierre, quienes consideran que estos
artistas, a través de sus representaciones de objetos de la vida
cotidiana o sus narraciones cercanas a los «cómics», son en
realidad cronistas de la sociedad de consumo que surge por
esos tiempos en Francia.
6. La figuración conocida como «narrativa» nace
en julio de 1964, con la exposición «Mythologies
quotidiennes» (Mitologías cotidianas) del
Musée d’art moderne de la Ville de Paris. La
exposición, organizada por los artistas Rancillac
y Télémaque, en compañía del crítico Gérald
Gassiot-Talabot, revela artistas opuestos a la
pura «demostración» formalista del Pop Art.
Haciendo uso del humor, la extravagancia y la
burla, los pintores de esta corriente impregnan
nuevamente la pintura de las nociones de
narración y duración; para hacerlo, presentan
escenas sucesivas en un mismo cuadro, o
utilizan la yuxtaposición o la metamorfosis de
imágenes.
Su deseo es establecer un contraste entre la
pintura y las imágenes de masa, estableciendo
un vínculo con medios de expresión distintos de
la abstracción. Mientras que el arte
estadounidense es aclamado en la Bienal de
Venecia, y Rauschenberg recibe el gran premio
de pintura, los críticos juzgan de forma severa a
la nueva figuración parisina, acusándola de
«imitar a Nueva York».
7. Para muchos artistas de la figuración narrativa, las
historietas son una reserva formidable de imágenes
populares, tanto subversivas (los «cómics» de la revista
Mad que inspiran a Fahlström, Saul y Télémaque) como
para el gran público (Hergé para Télémaque o Walt Disney
para Erró y Rancillac).
El vocabulario que utilizan da lugar a encuentros y
enfrentamientos insólitos. Se abre un nuevo camino para la
pintura, el de un híbrido con otras formas de expresión que
liberan formas nuevas de narración. Estas imágenes no nos
presentan historias cerradas, sino que abren la brecha hacia
una multitud de crónicas y pensamientos.
8. Los artistas de la figuración narrativa encuentran un campo de
experimentación extraordinario en la pintura de los maestros
(Rembrandt, Velázquez, Matisse…); la descontextualización de las
obras mediante yuxtaposiciones, distorsiones formales o
añadiduras saca a las obras maestras de su estetismo y su
neutralidad cultural.
El estatus de las obras maestras es ambiguo: convertidas en
productos de consumo cultural, conservan una considerable
fuerza estética pero sirven de referencia para encarar una
reflexión sobre el mundo de hoy
9. Durante los años sesenta, los artistas de la figuración narrativa eran
cinéfilos insaciables y lectores apasionados. Algunas películas del cine
negro y novelas policíacas constituyen una fuente de trabajo
inestimable para algunos de ellos (particularmente Jacques Monory y
Peter Klasen). Estos artistas mezclan narraciones complejas,
atmósferas angustiosas y temas escabrosos, abordándolos con un
estilo cinematográfico (vistas panorámicas, planos fijos, zooms,
inserciones, etc.), confiriendo a sus imágenes un estatus desfasado,
onírico y actual a la vez. En sus cuadros, Monory se representa como
un asesino, y Klasen contrapone representaciones fetichistas del
cuerpo de la mujer con la realidad congelada de los objetos
contemporáneos. Se abre un universo de experiencias nuevas en el
que no existen barreras entre lo real y lo imaginario para darle
prioridad al laberinto de la neurosis moderna.
11. La guerra de Vietnam, la Revolución cultural china, el
conflicto árabe-israelí, la muerte del Che Guevara, el
mayo francés del 68... un sinfín de hitos de una
historia intermitente que muchos intelectuales
franceses de la segunda mitad de la década de los
sesenta siguen con atención.
Entre ellos, se encuentran algunos pintores de la
figuración narrativa. El Salon de la Jeune Peinture
(Salón de la Joven Pintura), con la participación de
Arroyo y Aillaud, busca consolidar la legitimidad de
una pintura militante. En una declaración de 1965,
Aillaud hace un llamado a romper con una
concepción formalista de la pintura y plantea la
pregunta: “¿Qué poder tiene el arte de hoy sobre el
futuro del mundo?”.
12. Descontextualización de imágenes,
acciones colectivas, utilización en la
pintura de las técnicas empleadas
para imprimir carteles: todos estos
medios cuestionan la seudo
objetividad de los medios de
comunicación, la fuerza de poder.
Manifestaciones y acciones inéditas
para dar vida a un arte directamente
vinculado con el mundo y su Historia.