Pablo escribe sobre la resurrección de Jesús porque fue el único testigo de la resurrección que escribió sobre ello. Su motivación era justificar su misión de predicar el evangelio entre los paganos. Después de su experiencia de la resurrección, Pablo se convirtió en el último apóstol autorizado para proclamar el evangelio y fundar comunidades cristianas. Relata la resurrección desde una perspectiva teológica más que histórica, enfocándose en que ocurrió según el plan divino de Dios.