El documento discute diferentes posturas académicas sobre el impacto de las nuevas tecnologías en la educación. Argumenta que las tecnologías son fundamentales pero aún no se usan ampliamente en las escuelas públicas. También analiza posibles escenarios sobre cómo los países latinoamericanos podrían responder a la revolución tecnológica y los desafíos que plantea para mejorar la educación y reducir brechas.