1. Escuela de Padres
PREPARARLES PARA VIVIR EL OCIO
Preparar a nuestros hijos/as para el mundo competitivo que les espera es
mucho más que llenarlos de actividades y conocimientos, es también
enseñarles a descansar y a tener intereses por los que apasionarse.
Unos padres que actúan como modelos de ocio divertido, que se entregan
con entusiasmo a aficiones constructivas, transmiten a sus hijos/as la idea de
que es posible encontrar la diversión en actividades saludables.
En primer lugar, convendría diferenciar entre ocio y tiempo libre. Entendemos
por tiempo libre el tiempo que no utilizamos para trabajar, comer o descansar.
El tiempo libre tiene una capacidad virtual, es tiempo a nuestra disposición
que podemos utilizar adecuadamente o malgastar. El ocio es la realización de
actividades que desarrollan nuestra imaginación y nuestras capacidades, que
nos hacen disfrutar y que nos divierten. El ocio es disponibilidad para hacer lo
que nos gusta, capacidad de elegir, entre diferentes opciones, la que más nos
agrada en ese momento, y una oportunidad de enriquecernos individual o
colectivamente. El ocio debe ligarse a la idea de actividad física o mental.
En lo que se refiere a la cantidad de tiempo dedicado al ocio se está
produciendo un cambio motivado por tres causas:
Nos estamos dando cuenta de que no podemos esclavizarnos por el
trabajo hasta el extremo de que nuestra vida sea sólo eso, trabajar
continuamente.
La propia mecanización permite mantener y hasta aumentar el ritmo de
producción con menos tiempo y esfuerzo. Esto permite tener más tiempo
para el ocio.
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Cada día toma más fuerza la idea de vivir y disfrutar el momento, de
trabajar justo para poder cubrir las necesidades y disfrutar los fines de
semana y las vacaciones.
Los niños aprenden a vivir, a comportarse, a compartir, a respetar y a emplear
su tiempo libre por el ejemplo que reciben en casa desde la infancia. Somos
los padres quienes hemos de enseñarles que hay un tiempo para trabajar y
otro para otras cosas, y que el tiempo que queda libre no se debe ocupar
solamente en una única actividad (por ejemplo, frente al televisor).
Si bien objetivamente tenemos más tiempo libre, vivimos contra el tiempo y
con la sensación de que no hay momentos para descansar.
¿Qué está pasando?:
Sociedad activista: gran variedad de cosas para hacer y queremos
hacerlas todas.
Mentalidad efectista: no sentimos la necesidad de cultivar el ocio porque
para nosotros sólo lo que trae resultados inmediatos vale la pena.
No se concibe estar en casa: el entretenimiento está fuera.
Papás que tampoco paran.
Un sistema educativo que los recarga: con el fin de preparar a las futuras
generaciones para el mundo competitivo en el que tendrán que vivir.
La vida en la ciudad o en grandes poblaciones, la falta de espacios donde
desenvolverse libremente y sin peligros o el abuso de nuevos medios
tecnológicos, hacen que los niños pierdan la costumbre y el desarrollo del
tiempo de ocio. Actualmente, el primer elemento que cubre el tiempo libre es
ver la televisión y pocos desarrollan actividades de ocio activo.
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El ocio bien utilizado desarrolla entre otras cosas:
La imaginación, porque al tener tiempo libre se debe buscar cómo llenarlo.
La sociabilidad: muchas de las actividades que se realizan en el tiempo
libre son compartidas.
La propia personalidad: la persona elige actividades de su gusto para
realizar en el tiempo libre.
La interioridad, porque se desarrolla un mundo propio.
Sin embargo, a simple vista, parece que no son muchos los que hacen buen
uso de él. No hay muchos jóvenes que tengan lo que se conoce como
"hobbie",y el gran problema de los padres es que no saben cómo estimularlos
para que les guste algo.
El ocio se aprende y de ahí la importancia de que sean los padres los que lo
enseñen.
Lamentablemente, a veces los adultos transmitimos una imagen negativa al
respecto. Los padres solemos ser personas estresadas, cansadas, que llegan
tarde a casa. El fin de semana lo dedicamos a descansar y a ver la televisión.
Una casa para estar
Lograr que los hijos/as desarrollen intereses depende mucho de la labor de los
padres. Además de ser ejemplo, es importante que generen en la casa un
ambiente que invite a la realización de actividades durante el tiempo libre y
supere a la televisión o el ordenador como principal entretenimiento:
Debe haber un lugar acogedor de encuentro, accesible a los niños, en
donde no importe que se manche la alfombra y en que el orden no sea
prioridad.
La casa debe ser un "centro de recursos", de acuerdo a las posibilidades de
cada familia. Es decir, que hayan libros, música, materiales entretenidos,
juegos, etc.
El ordenador y la televisión no deben estar en la habitación de los hijos/as,
sino en un lugar de paso y, para el uso de todos ellos debe haber un horario
razonable y pactado.
Un lugar ideal para organizarse, educar y también para bromear en familia
es el tiempo de las comidas.
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El ocio está en manos del mercado
Existen dos tipos de ocio que deben complementarse: el ocio de diversión y el
ocio de satisfacción. El mercado está muy presente en el ocio de diversión lo
podemos pasar muy bien con los productos que nos ofrece, pero sin dejar que
esos productos invadan nuestra vida. Eso será posible si hemos alimentado la
alternativa: el ocio de satisfacción. Este ocio es desde luego más exigente y
pone en juego actividades cognitivas, motrices, ingenio, habilidades sociales, y
produce tanto placer o más que el ocio consumista.
Uno de los mayores inconvenientes de esta sociedad es el de haber
convertido el ocio en consumo y el no saber encauzar perspectivas creativas
de ocio que favorezcan el desarrollo de la personalidad.
OBJETIVOS Y EXPECTATIVAS
A la hora de abordar la Educación para el ocio debemos marcarnos, como
mínimo, los siguientes objetivos:
Apostar por un concepto activo y positivo de ocio que favorezca el
desarrollo personal y la creatividad de nuestros hijos/as.
Rechazar el concepto de que ocio consiste en no hacer nada. Desde
nuestra perspectiva, el ocio consiste en hacer y crear.
Aprender a valorar el ocio como un factor de desarrollo armónico de la
personalidad.
Motivar a nuestros hijos/as, para que empleen adecuadamente su tiempo
libre, a través del diálogo y del ejemplo, haciéndoles ver la importancia del
deporte, la lectura, la música, el voluntariado social,...
Compartir tiempo de ocio y vivir conjuntamente experiencias
enriquecedoras.
Defender la tesis de que un concepto saludable de ocio tiene diversas
vertientes: una individual, que favorece el crecimiento personal; y otra
participativa, comunicativa, que comparte afinidades y proyectos.
Mentalizarnos como padres, de que tan importante es para nuestros
hijos/as que aprendan Lengua, Matemáticas, etc. como que desarrollen
sus inquietudes, su creatividad, su imaginación y que aprendan a expresar
artísticamente su sensibilidad y sus sentimientos.
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Vincular el ocio a la búsqueda individual y colectiva de nuevos horizontes,
a la exploración de diversos campos de la realidad social y cultural, y a
vencer el miedo a enfrentarse con situaciones desconocidas.
CÓMO EDUCAR EL TIEMPO LIBRE
1) Fomentar intereses en los niños: No se trata de obligarlos, pero sí de abrirles
el mundo y conectarlos con cosas que les puedan interesar. Inventar "la
hora de la lectura" en casa (cada uno lee lo que quiere durante 10, 20,
30...minutos).
2) Apoyarlos: Cuando manifiesten interés por algo, incentivarlos a que se
comprometan y desarrollen una verdadera pasión.
3) No gestionarles el tiempo: Es importante que en el tiempo libre hagan lo
que ellos espontáneamente quieran hacer y no lo que nosotros queremos
que hagan. Aunque es necesario enseñar a los más pequeños a saber
racionalizar su tiempo, a organizarse con prioridades y aprender a utilizar el
ocio.
4) Dar espacio para que estén solos: El niño tiene que tener tiempo para jugar
y desarrollar la capacidad de entretenerse solo. No se trata de que los
padres no estén presentes, sino que pueden estar ahí disponibles, siguiendo
el juego, pero no dirigiéndolo.
5) Invitarlos a hacer actividades distintas: Es importante que sea entretenidas
y hacer de ello un momento grato.
6) Educar el tiempo libre para todos los días: El ocio no es algo propio de las
vacaciones o de los fines de semana. Lo ideal es tener un poco de tiempo
libre a diario.
7) Fomentar en los adolescentes la actividad física: El deporte además de ser
un hobbie es bueno para la salud.
8) Estar atento a los talentos e intereses innatos de nuestros hijos/as.
9) Integrar las actividades del tiempo de ocio a la conversación familiar: No
preguntar tanto cómo le ha ido en el colegio y comenzar a interesarse más
por el libro que está leyendo o su clase de pintura.
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10) Ser ejemplo: Es importante que los hijos/as puedan ver en sus padres
modelos de personas que cultivan intereses.
11) Estar en casa: Tanto física como psíquicamente.
12) Rescatar la cultura del esfuerzo: Hay que conseguir que sepan
comprometerse con algo y que pongan toda su fuerza, todo su empuje por
conseguirlo.
13) Compartir con los demás: Utilizar algunos de nuestros ratos de ocio para
desarrollar nuestras relaciones personales.
14) Mirarnos dentro: El ocio implica también tiempo para uno mismo. El ritmo
de vida acelerado y lleno de compromisos sociales nos impide vivir
momentos de soledad. El tiempo para dedicarse a uno mismo es escaso en
nuestra sociedad, por tanto, éste debe ser el bien no material más
valorado.
15) Espacio común: El ocio puede ser un camino de relación entre los padres y
los hijos/as. Tener "hobbies" o actividades comunes desarrollará nuevos
lazos de unión entre unos y otros.
16) El ser y el tener: Debemos preocuparnos más por cultivar lo que somos y
menos por la acumulación irracional de bienes.
Es difícil aprender a ser uno mismo y vencer las presiones del grupo y del
entorno pero, sin lugar a dudas, quienes han aprendido a vivir un ocio creativo
están mejor preparados para no dejarse arrastrar ni por modas ni por presiones
grupales.
Una persona que vive creativamente su ocio posee algo de gran valor: una
capacidad de elegir y de tomar opciones variadas.
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