1) Las regiones juegan un papel fundamental pero a menudo ignorado en el proceso de desarrollo económico, ya que es en el nivel regional donde ocurren procesos clave como las economías de aglomeración, los efectos de retroalimentación y las externalidades positivas que impulsan el crecimiento.
2) A pesar de esto, la mayoría de la teoría del desarrollo se ha centrado en variables y procesos macroeconómicos, marginando el papel de las regiones.
3) La globalización actual ha ido acomp
1. Regiones, Globalización, Desarrollo
Las economías regionales son sistemas
cargados de sinergía de activos físicos y
relacionales, y la globalización que se
intensifica está haciendo esta situación
más y no menos el caso. Así, las
regiones son una dimensión esencial del
proceso del desarrollo, no sólo en los
países más avanzados como también en
partes menos desarrolladas del mundo.
Hasta ahora las teorías se han inclinado
a sobrepasar esta cuestión crítica
favoreciendo el énfasis en las
consideraciones macroeconómicas.
Simultáneamente, estas teorías
convencionales sobre la relación entre la
urbanización y el desarrollo económico
han favorecido la perspectiva de que el
primero es tan sólo un efecto del
segundo. Para ser enteramente general,
la teoría del desarrollo debe incorporar
el papel de las ciudades y regiones
como elementos activos y causales en el
proceso del crecimiento económico.
Este argumento tiene consecuencias
para una política del desarrollo,
particularmente en vista de la
promoción de las economías de
aglomeración positivas y la iniciación
del crecimiento en las regiones más
pobres. Un problema de medidas
relacionado con esto, tiene que ver con
las formas de tratar con el aumento en
las desigualdades interregionales
asociado con una gran globalización
contemporánea.
Las cuestiones de geografía económica
son por lo tanto de gran importancia
para la teoría y práctica del desarrollo.
INTRODUCCION: EL ELEMENTO
RESTANTE
EN LA TEORIA DEL DESARROLLO
La teoría de desarrollo económico ha
tenido una larga y enmarañada historia
extendiéndose desde la economía
política de los clásicos de los siglos
diecisiete y dieciocho a través de la
escuela histórica alemana de principios
del siglo veinte, hasta las muy
diferentes corrientes de ideas del
desarrollo que estaban en circulación en
las décadas inmediatas después de la
guerra. Los analistas en este último
período se enfocaron sobretodo en los
que entonces se llamaban países del
Tercer Mundo, colocaban la cuestión
del desarrollo sobretodo en términos de
los diferentes círculos de pobreza y de
retraso económico que parecían afectar
tantas partes de África, Asia y Latino
América. A medida que unas partes
selectas del Tercer Mundo avanzaban en
los 70as y 80as, los teóricos del
desarrollo empezaron a reconocer que
por lo menos algunas de estas áreas eran
susceptibles a una industrialización
significante, y debidamente añadieron la
noción de “nuevos países
industrializados” a su repertorio
teorético. Más recientemente, la
cuestión del desarrollo se ha movido
hacia formas que reincorporan las
economías más avanzadas a su esfera.
Esta tendencia se muestra más
especialmente en los escritos de los
teóricos del nuevo crecimiento, con su
énfasis en exterioridades positivas como
fuente importante del desarrollo
económico.
A pesar de lo complejo y diverso de
los acercamientos existentes al
desarrollo, la gran mayoría de ellos
tienden a concentrarse en variables y
procesos macroeconómicos. Entre los
teóricos más ortodoxos, en especial, los
temas fuertemente recurrentes son las
virtudes de una responsabilidad
monetaria y fiscal económica, medidas
de apertura mercantil, seguridad en los
derechos de propiedad, estabilidad
política, inversión en educación, y
principios nominalmente democráticos
de gobierno. Una versión actualmente
prominente de este último acercamiento
está representado por el Washington
Consesus neoliberal que ha moldeado
1
2. decisivamente las medidas de las
instituciones económicas
internacionales principales durante las
dos últimas décadas.
Las consideraciones macroeconómicas
son, por supuesto, críticas en cualquier
proceso del desarrollo económico real y
no tenemos intención alguna de sugerir
lo contrario. Sin embargo, nuestra
intención en este artículo es señalar y
afrontar con un silencio que - con sólo
algunas excepciones- desde el comienzo
ha caracterizado a mucha de la
literatura. Esto concierne al papel de
las regiones elegidas como trampolines
del proceso del desarrollo en general, y
como lugares de las formas más
adelantadas del desarrollo e innovación
económica en particular, en que por el
término “región” indicamos cualquier
área de extensión subnacional que esté
funcionalmente organizada alrededor de
algún centro interno. El desarrollo no
depende de los fenómenos
macroeconómicos solamente sino
también está fuertemente conformado
por procesos que ocurren en el terreno,
en las regiones específicas del tipo que
acabamos de definir. Como resultado,
del desarrollo, en cualquier país dado,
siempre está caracterizado por las
variaciones significativas en la
intensidad y carácter del orden
económico de un lugar a otro. Aquí, no
estamos simplemente llamando la
atención respecto de un estado de cosas
empírico obvio, sino también estamos
proponiendo una pista significativa
acerca de un asunto teórico complejo
enfocado en los fundamentos
geográficos del crecimiento económico.
Cualquier respuesta a esta cuestión,
sostenemos, que se tiene que considerar
las interdependencias situacionales que
subyacen a la persistencia de la eficacia
e innovación, promoviendo los
conjuntos de capital y trabajo en el
desarrollo económico. Ciudades y
regiones, en otras palabras, en conjunto
son los fundamentos críticos del
proceso del desarrollo.
Los teóricos más importantes han a
menudo y adecuadamente observado
que el desarrollo económico tiene un
importante impacto sobre la
urbanización tanto en los países ricos y
pobres aunque menos frecuentemente
han reconocido fallas yendo en la
dirección contraria. Un punto de vista
ampliamente aceptado respecto a esto,
es que a medida que ocurre el
desarrollo, la población y la actividad
económica se vuelven al inicio
intensamente polarizadas en cualquier
espacio nacional dado, con un giro de
polarización entonces perfilándose a
medida que el desarrollo avanza. Una
idea asociada es que los países en
desarrollo se urbanizan demasiado y
demasiado rápido, generando sistemas
“macrocefálicos” urbanos que consisten
en algunas ciudades anormalmente
grandes en cada país. Se sostiene que
estas ciudades tienen densidades
urbanas excesivamente grandes, y su
tamaño y rápido crecimiento resultan en
una panoplia de problemas económicos,
sociales y ambientales. Muchos
analistas por lo tanto sostienen que un
desarrollo exitoso comprende el
compartir la actividad económica entre
un número mayor de centros urbanos
menores y más manejables, aunque esta
noción se sostuvo más ordinariamente
una década o dos antes que hoy día.
Igualmente, por la misma razón la pauta
más dispersa de urbanización típica de
Norte América y Europa Occidental a
menudo se toma como índice esencial
de las etapas más altas del desarrollo
económico -una perspectiva, que
implica nuestra discusión posterior, que
es indebidamente restrictiva en sus
implicaciones.
Formas más heterodoxas de la teoría
del desarrollo, en contraste, han durante
mucho tiempo sostenido que las
aseveraciones del desarrollo están
invariablemente asociadas con los
2
3. moldes espaciales desiguales y que esta
condición en realidad es parte integrante
del mecanismo del crecimiento. La
versión más prominente de este
acercamiento, representada por
Hirschman y Myrdal , y sus discípulos,
es basa en el concepto de la causalidad
circular y acumulativa en el espacio
geográfico. Extensiones de esta teoría
condujeron a una labor temprana de
estar abriendo-caminos sobre los polos
de crecimiento regionales y su
expresión geográfica como centros de
crecimiento regional Se recurrió tanto a
los polos de crecimiento como a los
centros de crecimiento en la
formulación de las medidas del
desarrollo en el periodo pos-guerra. En
las partes menos desarrolladas del
mundo, las mismas medidas a menudo
se usaron para delimitar estrategias de
importación-sustitución.
A pesar de la influencia inicial de
estos reclamos heterodoxos tempranos
acerca de una relación positiva entre la
aglomeración y el desarrollo, estas han
tendido a ser relegadas a un trasfondo
por los teóricos del desarrollo
subsecuente y las grandes agencias
internacionales que promueven sus
ideas. Una posible razón para este
estado de cosas es que el
reconocimiento justificable que una
urbanización en países en desarrollo
esté asociada con costos severos
sociales y muchas clases de
diseconomías técnicas. Una segunda
razón es que en el pasado los
fundamentos teoréticos de las
economías de aglomeración estaban
sólo muy parcialmente elaboradas, de
manera que su papel general para
impulsar hacia delante el desarrollo se
subestimó ampliamente. Una riqueza de
nuevos análisis en la geografía
económica en los años 80as y 90as,
empero, ha ayudado a revitalizar y
mejorar el acercamiento heterodoxo
antiguo por medio de una
reconstrucción total de la teoría del
crecimiento regional económico. Esta
labor reciente hace posible aseverar
efectivamente que la aglomeración es
un elemento fundamental y ubicuo de
un desarrollo exitoso en los sistemas
económicos a muchos niveles del PIB
per cápita, Según esto, la teoría que
buscaremos elaborar aquí coloca
considerable énfasis en el papel de la
región como la fuente de acciones del
desarrollo crítico en forma de efectos de
retorno, y exterioridades positivas.
Además, la aglomeración es una fuente
principal de estos resultados promotores
de la productividad, la urbanización se
tiene que considerar menos como un
problema a contrarrestar, que como una
condición esencial de un desarrollo
duradero.
REGIONES EN LA ECONOMIA DE
HOY DIA
Estos asuntos respecto de los
fundamentos geográficos del desarrollo
y crecimiento se vuelven todavía más
urgentes con las realidades empíricas
actuales de la globalización. Es
fundamentalmente erróneo igualar la
globalización con la noción que el
desarrollo hoy en día comprende una
simple extensión de la actividad
económica, o la transformación del
orden económico hacia un espacio de
liquidez fluida. Por el contrario, la
globalización ha estado acompañada por
la aseveración y reaseveración de
tendencias aglomerantes en muchas
áreas diferentes del mundo, en parte
debido a la apertura y competitividad
mismas que con llevan las.
aglomeraciones regionales densas de
actividad económica, las cuales son las
fuentes mayores de crecimiento en las
economías en virtualmente en toda
etapa del desarrollo hoy en día, como es
sugerido por la expansión y extensión
de los conjuntos industriales en el
mundo.
3
4. Así pues, por ejemplo, el 40% del
empleo en Estados Unidos está
actualmente localizado en condados que
constituyen sólo el 1.5% de su área de
terreno. Igualmente, la densidad
geográfica del empleo en muchos
sectores ha estado aumentando en los
años recientes. Se ha sugerido,
asimismo también, que 380 grupos
separados de empresas en los EU
emplean el 57% de la fuerza laboral
total y generan el 61% de la
producción nacional y enteramente el
78% de sus exportaciones. Otros
investigadores, usando medidas más
conservadoras, aún encuentran que el
30% de la fuerza total de EU se explica
con conjuntos de empleo globalmente
orientados. El OCED, por su parte,
concluye que los distritos industriales
explican el 30% empleo total en Italia
(y el 43% de las exportaciones de este
país) y el 30% por ciento de la
exportación en Holanda.
Las formas más impresionantes de
aglomeración evidentes hoy en día son
las super-aglomeraciones o regiones
citadinas que se han producido en todo
el mundo en las últimas décadas, con
sus estructuras internas complejas,
comprendiendo núcleos urbanos
múltiples, anexos suburbanos extensos
y áreas colindantes de amplia
envergadura, las cuales son a menudo
sitios de establecimientos urbanos
dispersos. Estas ciudad-regiones son
locomotoras de las economías
nacionales dentro de las que están
situadas, debido a que son los sitios de
masas densas de las actividades
económicas ínter-relacionadas que
también típicamente tienen altos niveles
de productividad debido a sus
economías de aglomeración
conjuntamente generadas y sus
potenciales innovativos. En muchos
países avanzados, existe la evidencia de
que las áreas importantes
metropolitanas están creciendo más
rápidamente que otras áreas del
territorio nacional, incluso en aquellos
países donde, por un tiempo en los
70as, parecía haber un cambio hacia una
pauta dominante de crecimiento no-
metropolitano. En los países menos
desarrollados también, tales como
China, Brasil, India y Corea del Sur, los
efectos de la aglomeración sobre la
productividad son fuertemente
aparentes, y el crecimiento económico
típicamente cede a un ritmo
especialmente rápido en las grandes
regiones metropolitanas de estos países.
Estas mismas regiones metropolitanas
son a la vez los focos más importantes
del crecimiento nacional y los lugares
en los que una industrialización
orientada a la exportación es más apta
de ocurrir.
Estos descubrimientos compaginan
bien con la observación de que rondas
anteriores de apertura mercantil y
progreso tecnológico que han tendido a
reforzar la urbanización, no a
debilitarla. Recuentos recientes de la
formación de una economía atlántica
tarde en el siglo diecinueve y temprana
en los veintes sostienen que surgió
basado en fuertes procesos de
aglomeración en Europa y Norte
América, con los centros principales de
producción manteniendo sus posiciones
dominantes a través de fuertes retornos
a escala. La ola hoy en día de la
globalización parece estar anclada
similarmente en (y es también
parcialmente responsable de) un
mosaico intercontinental de sistemas
económicos urbanos y regionales en
expansión. Para resumir, la
aglomeración a gran escala – y su
contraparte, la especialización
económica regional – es un fenómeno
históricamente persistente y mundial
que se está intensificando ampliamente
hoy en día como consecuencia de las
fuerzas liberadas por la globalización.
Esto nos lleva a asegurar que el
desarrollo económico nacional hoy día
probablemente es menor sino más bien
4
5. esta relacionado con los procesos de la
concentración geográfica comparados
con el pasado.
Es más, a medida que la
globalización y la integración
económica mundiales han avanzado, los
conceptos anteriores de la estructura
amplia de una geografía económica
mundial comprendiendo bloques
separados ( Primer, Segundo y Tercer
Mundos), cada uno con su propia
dinámica de desarrollo, parecen estar
dando lugar a otra visión. Esta
perspectiva alternativa busca construir
un idioma teorético común acerca del
desarrollo de regiones y países en todas
partes del mundo, así como acerca de la
amplia arquitectura del sistema mundial
emergente de producción e intercambio.
Al mismo tiempo, reconoce que los
territorios están distribuidos en puntos
diferentes sobre un vasto espectro de
características del desarrollo.
Estas son fuertes reclamos, y exigen
una amplia justificación, la cual
procederemos a elaborar en la siguiente
sección. Entretanto, vale la pena señalar
que una larga tradición del análisis
econométrico que viene desde
KAWASHIMA, SVEIKAUSKAS, y
CARLINO proporciona una evidencia
inicial obvia a favor de estas
afirmaciones. Esta línea de trabajo ha
demostrado una vez tras otra que en
los países más avanzados
económicamente, los centros urbanos
persistentemente muestran señales de
efectos productivos positivos y
significantes como función de su
tamaño. Una rama de esta literatura se
ha enfocado más recientemente en las
partes menos desarrolladas del mundo,
y llega a conclusiones ampliamente
similares. Esta literatura como totalidad
tiende a adoptar conceptualizaciones
tradicionales de los problemas en
términos de las así denominadas
economías de urbanización y
localización, mas consideramos que
estos conceptos son internamente
caóticos, y en cambio buscaremos a
continuación remplazarlos con
categorías analíticamente más
sustentables. Existe también una
tendencia en esta literatura en disminuir
los impactos de la urbanización sobre la
productividad debido a que los
parámetros de los modelos
econométricos sobre cuales está basado
nunca se han calibrado con casos
factuales de sistemas económicos donde
aglomeraciones densas de capital y
trabajo están ausentes.
.
Ahora consideraremos como las
realidades empíricas a las que hemos
aludido pueden explicarse por
conceptos contemporáneos de
aglomeración, en donde a la fecha se
emplea a su vez como componentes
esenciales de una teoría de desarrollo.
Esta teoría busca acomodar los casos
tanto de países pobres como ricos, y
dar cierta explicación del fenómeno del
desarrollo desigual espacial y
económico a escala mundial.
LOS FUNDAMENTOS DE LA
AGLOMERACION
La descomposición analítica de los
procesos de aglomeración
Las ciudades siempre aparecen como
sitios privilegiados del crecimiento
económico debido a que economizan
sobre una infraestructura capital
intensiva (lo cual es particularmente
escaso en las áreas en desarrollo,
permitiendo así que las economías de
escala significativas sean desarrolladas
en localidades selectas. Pero a este
factor básico obvio que subyace en una
aglomeración, se le debe añadir estos
tres conjuntos subsecuentes de
fenómenos que complementan e
intensifican sus efectos, es decir:1) la
dinámica de inter-relación hacia atrás y
adelante de formas en sistemas
industriales; (2) la formación de
mercados de trabajo locales densos
5
6. alrededor de sitios laborales múltiples; y
(3) el surgimiento de bienes relacionales
localizados que promueven efectos de
aprendizaje e innovación. Cierto
comentario breve sobre estos puntos es
ahora requerido.
Aunque los costos de transporte y
comunicación tienden a disminuir en el
paso del tiempo, la fricción de la
distancia en general continúa teniendo
efectos poderosos sobre los resultados
locativos. Mejorías en los procesos del
transporte y comunicaciones (es decir,
el desarrollo de sistemas de canales,
vías férreas, la red de carreteras
interestatales, el servicio de correos, o el
telégrafo y el teléfono) han raramente o
casi nunca retrasado las tendencias
urbanizadoras del capitalismo moderno,
aún cuando han promovido su extensión
espacial. Más bien, las mejorías de esta
clase han casi siempre tendido a
reforzar la reunión de la actividad
económica a la vez ampliando la gama
mercantil de cualquier centro dado y
ayudando a iniciar nuevas rondas de
especialización en áreas urbanas
establecidas. Este estado de asuntos
también parece ser el caso en el presente
período en que las tecnologías de
comunicación de banda ancha basadas
en Internet han hecho posible una
transmisión instantánea de mensajes
complejos a través del planeta a un
costo extremamente bajo. Más
exactamente, se deberá decir que
muchas transacciones entre empresas
pueden llevarse a cabo a bajo costo por
largas distancias, mientras que otras
resisten ser ampliadas debido a los altos
costos de transmisión que involucran,
incluso en un mundo de tecnologías de
comunicación y transportes que mejoran
velozmente. Flujos a baja escala, no
rutinarios con contenido informativo
ambiguo son notablemente adversos a
extensiones sobre largas distancias. Esta
resistencia se intensifica donde las
empresas compiten entre sí mismas, a
través del medio de la diferenciación de
productos, y donde los mercados se
caracterizan por una gran inseguridad.
En circunstancias como estas, las
empresas encuentran difícil estabilizar
sus perfiles productivos, requiriendo así
relaciones transaccionales externas que
están constantemente cambiando de
tamaño, forma, y origen o destino, y que
por lo tanto son caras por unidad de
distancia y tiempo. Las aglomeraciones
densas que contienen grandes números
de empresas permiten tanto a los
proveedores como a los clientes
compensar por la variabilidad e
inseguridad proporcionándoles un
acceso fácil a los recursos necesarios a
corto plazo. Ganancias considerables en
la productividad típicamente fluyen a
las empresas desde esta concentración
localizada de muchos diferentes
proveedores y clientes. Entre las más
importantes de estas ganancias es la
capacidad de mantener bajos gastos
generales mientras que cumplen con
una alta flexibilidad en las operaciones
tanto internas como externas. Un
fenómeno especialmente poderoso es la
importancia continua de contactos cara
a cara para la transmisión de mensajes
complejos e inseguros y para el
establecimiento de una confianza mutua
y una evaluación exacta de los colegas
potenciales en las relaciones de
negocios constantemente cambiantes.
Dinámicas comparables para
compaginar demandas y requerimientos
se aplican a los mercados laborales.
Cuando una empresa requiere
empleados especializados, pero están
sujetos a cambios rápidos en sus diseños
de productos y procesos (como en el
caso de las industrias orientadas a la
moda o tecnológicamente innovadoras),
usualmente se esfuerzan tanto como les
es posible para lograr una flexibilidad
en su uso del trabajo. A la misma vez,
buscan evitar el riesgo de retrasos
costosos y encontrar las diferentes
habilidades de las que dependen. Para
superar este problema, necesitan un
6
7. acceso directo a grandes y variadas
fuentes de talento especializado. De la
misma manera, si los trabajadores van a
invertir para respaldar su competividad,
pero no pueden asegurar contratos de
empleo a largo plazo, preferirán
ubicarse donde hay muchos
empleadores potenciales.. A su vez, los
procesos rápidos de búsqueda y
recontratación les compensarán con una
alta producción. En todas estas
circunstancias, la concentración
geográfica tiene importantes efectos en
el aumento de producción para
empresas, y los efectos productivos de
ingresos para trabajadores. Las
empresas se benefician de la posibilidad
de ajustar sus niveles de capacidad tanto
como sea necesario, mientras
minimizan el riesgo de no encontrar los
trabajadores que requieren para su
expansión y cambio. Los trabajadores
ganan teniendo fuertes incentivos de
inversión en sus propios talentos y
volviéndose más especializados, pero
pueden contrarrestar los riesgos
asociados estando en un lugar donde la
existencia de las oportunidades
múltiples aumenta sus oportunidades de
encontrar trabajo. Estos procesos de
búsqueda y compaginación en el medio
ambiente local se llevan a cabo con
transacciones relativamente complejas,
a menudo operando a través de redes
sociales densas. La concentración
geográfica reduce los costos de estas
concentraciones y aumenta la
posibilidad de una compaginación
exitosa para todas las partes.
Las concentraciones regionales de la
actividad económica tienen otra ventaja.
La cual es puramente dinámica por
naturaleza. Hay una evidencia creciente
de que la creatividad y el aprendizaje
tienen una geografía distintiva, con
regiones que juegan papeles activos
como los sitios de mejorías
significativas continuas e informales en
los productos y procesos industriales.
Silicon Valley, por supuesto, es la
referencia clásica aquí, aunque el
fenómeno de innovación localizada se
ha observado en muchos otros
conjuntos industriales. La proximidad
espacial de grandes números de
empresas encerradas en redes densas de
interacción proporcionan las
condiciones esenciales para que ocurran
intercambios multilaterales de
información, y desde las cuales nuevos
entendimientos respecto de
posibilidades de procesos y productos
son constantemente generados.
Economías regionales especializadas
son el lugar de fuente de información
intensa, ayudando así a aumentar la tasa
de innovación, y promover el
crecimiento a largo término,
Cada uno de estos factores que
subyacen a la concentración geográfica
tienen el efecto de crear exterioridades
positivas tanto para los trabajadores
como para las empresas. Nuestro
argumento hasta ahora realmente
subestima el poder de aglomeración en
ciertas formas, pues las concentraciones
geográficas de la clase que estamos
describiendo también constituyen
comunidades humanas vivientes con
muchos efectos adicionales sobre el
desempeño académico. A menudo, los
conjuntos de empresas operan como
mecanismos de socialización poderosos,
volviéndose verdaderos motores
poderosas para producir talento a través
de la experiencia en el trabajo y
participando en redes relacionadas al
trabajo. Las empresas se unen, también,
tanto en organizaciones formales como
informales que ayudan a reducir sus
interacciones, y a acelerar transferencias
informativas, construir confianza y
efectos de reputación y promover sus
intereses en conjunto. Relaciones como
estas contribuyen a concentrar bienes
colectivos en cualquier aglomeración
dada. Sus efectos son por lo tanto a
menudo positivos, aunque pueden
también en ocasiones ser negativos
cuando las condiciones locales y medios
7
8. ambientales institucionales inducen a
problemas tales como un
comportamiento busca-rentas o
rivalidades ínter-organizacionales.
El nexo aglomeración-desarrollo
Las ciudades son el corolario necesario
de la industrialización porque permiten
que una aglomeración compleja de
actividades especializadas emerja
mientras se economiza en la
infraestructura bajo condiciones de
escasez nacional. En muchos países en
desarrollo, el crecimiento urbano es
impulsado más hacia adelante por la
modernización del sector agrícola,
desplazando al trabajo, y generando una
migración a gran escala del campo hacia
la ciudad.
Esto, sin embargo, es cuando mucho
una perspectiva parcial de las
propiedades dinámicas de la relación
entre la urbanización y el desarrollo
económico. Para comenzar, el énfasis
sobre la infraestructura (tema común en
muchas discusiones sobre desarrollo) es
sólo una entre muchas razones para la
aglomeración. Como se vio arriba,
Las aglomeraciones reales se
caracterizan por sus muchas fuentes
adicionales de ganancia en la
productividad a través de sus estructuras
transaccionales, mercados locales,
efectos de aprendizaje, marcadores
laborales, etcétera. Estos fenómenos
pueden sostener las ventajas de la
aglomeración incluso frente a los costos
crecientes de concentración urbana
debido a la congestión, contaminación,
aumento de los precios de terreno ,
crimen, aumento acelerado del
rompimiento familiar, etc. Tales costos
son especialmente altos en los países en
desarrollo, pero aún fallan en detener el
crecimiento urbano. Otra forma en que
muchos argumentos anteriores
subestiman la fuerza de la concentración
geográfica es que frecuentemente
consideran que las industrias de
manufactura a gran escala, capitales
intensivas sean los motores
privilegiados del desarrollo y
crecimiento en los países en desarrollo.
A medida que actividades como esta se
reubica adelante hacia otras regiones,
así –se sostiene- que un giro de
polarización geográfica ocurrirá. Se
sabe ahora, empero, que los países en
desarrollo también se mueven hacia
adelante bajo la base de muchas
diferentes clases de sectores, algunos de
los cuales generan fuertes sistemas de
exterioridades, y tienden a estar
marcados por aglomeraciones vigorosas
y tendencias de urbanización cuando y
donde sea que aparezcan en el
panorama. Estos sectores incluyen
industrias de baja tecnología, de
manufactura indígena a baja escala,
industrias basadas en la artesanía, y una
amplia gama de servicios. Un giro en
la polarización está lejos de ser una
característica universal del proceso del
desarrollo.
Las pautas particulares de
aglomeración que hacen su aparición en
cualquier instancia dada varían
ampliamente dependiendo de las
circunstancias locales y la mezcla local
de los sectores, y esta diversidad es
aumentada más por el papel que las
dependencias de rutas históricas juegan
en la evolución de las economías
regionales. Esta es también una razón
importante porque, de hecho, existen
muchas variantes en el carácter de los
sistemas urbanos tanto en los países en
desarrollo como en los desarrollados en
conjunto, más que la convergencia hacia
un tipo único. Lo que es común a todos
es la relación funcional subyacente entre
aglomeración, urbanización y
desarrollo.
Este lazo, es más, es susceptible a un
auto reforzamiento en el curso del
tiempo por las dinámicas locativas de
los sistemas industriales en expansión.
Cuando un sector aparece inicialmente
8
9. en alguna parte del mundo (país,
continente) las empresas que participan
en este a menudo se localizan en una
amplia variedad de lugares. Esto se
debe a que industrias jóvenes, o
emergentes o recientemente implantadas
tienden a ser relativamente
independientes de (o no tienen
oportunidad para influir) exterioridades
positivas preexistentes dependientes de
su ubicación, especialmente donde estas
se han desarrollado relativamente a
sectores anteriores y por lo tanto tienen
poca utilidad específica para las
industrias nuevas. Sin embargo, esta
primera etapa del desarrollo,
caracterizada por como lo es, por “una
ventana abierta de oportunidad
locativa”, casi siempre esta seguida por
una segunda, en la que el gran número
inicial de localidades, se reduce poco a
poco a medida que el medio ambiente
externo local de la industrial responde a
las demandas crecientes de
contribuciones de materiales, servicios,
trabajo, etcétera, y a medida que los
efectos de retorno en aumento
geográficamente enfocados llegan a ser
localidades selectas. Así pues, unos
cuantos lugares comienzan a moverse
hacia adelante a medida que sus
concentraciones auto-reforzante de
capital y trabajo las vuelven
progresivamente más eficientes, tanto
en términos estáticos como dinámicos.
El éxito promueve el éxito y (hasta
cierto punto de devoluciones
disminuidas, por lo menos), y las
ventajas de estos sitios que se cierran,
marginalizando las localidades
competitivas y efectivamente
sacándolas del campo. De esta manera,
lo que comienza inicialmente como una
ventana relativamente abierta de
oportunidad de localidad para una
industria eventualmente se cierra
alrededor de un número pequeño núcleo
de aglomeraciones.
La frecuencia y el alcance de las
ventanas de la oportunidad de localidad
están controlados por numerosos
factores, de los cuales las economías
internas a escala (en producción,
investigación y desarrollo, transacción,
etcétera) son especialmente importantes.
En industrias donde esta faceta resulta
en estructuras de suministro
oligopolísticas (es decir, sectores que
producen aeronaves comerciales o
generadores de poder nuclear) sólo unas
cuantas regiones podrán atraer
inversiones relevantes y adquirir
capacidad productiva. Los cambios
importantes en las localidades centrales
de estas industrias pueden suceder
generalmente sólo cuando hay cambios
importantes tecnológicos en los
productos y procesos, así afectando las
ventajas de los productores existentes y,
por extensión, a las regiones en que se
encuentran concentradas. En contraste,
en los sectores donde la escala óptima
se logra con bajas tasas de contribución,
(es decir, ropa, zapatos, joyas, y muchos
tipos de industria electrónica o servicios
para los negocios) existen numerosas
ventanas potenciales de oportunidad
locativa. Los sectores de esta clase
podrán laborar en formas significativas
en la diferenciación de productos de un
lugar a otro, así haciendo posible que
los retrasados entren al mercado y creen
nichos significativos para ellos mismos.
Este punto se ejemplifica con la reciente
historia de la industria global del
zapato. Una vez que ocurre la
aglomeración, y dependiendo de la
naturaleza de los cambios subsecuentes
importantes tecnológicos, la pauta
locativa de estos sectores se vuelve
cerrada, y los efectos locales del
desarrollo se intensifican.
Hemos sostenido en que la
urbanización es uno de los mayores
impulsores en el proceso del desarrollo
del mundo contemporáneo. Este
argumento, seguramente, en ninguna
forma es novedoso. Sin embargo,
hemos buscado reformular el antiguo
acercamiento Hirschman-Myrdal-
9
10. Perroux en términos de los adelantos
recientes en la teoría de la aglomeración
y geografía económica, y sobre esta
base restablecer algo de la falta del
balance que hoy en día parece existir
entre los acercamientos
macroeconómicos a la cuestión del
desarrollo y a la que se aludido antes
como desarrollo “en tierra”. Este intento
para lograr una perspectiva más
balanceada no solamente es
significativa en términos conceptuales
mas también como un asunto práctico,
pues revela instrumentos importantes
(como será señalado) por medio de los
cuales los formuladores de políticas
pueden acercarse a las labores críticas
del desarrollo económico desde una
perspectiva matizada de abajo hacia
arriba y por lo tanto marcada
localmente. Un corolario importante de
nuestro argumento es que las
densidades del desarrollo espacial en
continuo aumento desigual pueden en
realidad promover tasas generales de
crecimiento económico y por lo tanto
no son necesariamente o siempre
indeseables, aunque se sostendrá que
esto también a veces dará lugar a una
distribución espacial de ingresos
espacial siempre en aumento desigual, y
por lo tanto a aprietos sociales y
políticos que pueden afectar los
programas del desarrollo que fallan en
poner la atención adecuada a esta
circunstancia. Hemos además sugerido
que este complejo nexo de relaciones
que unen la urbanización y el desarrollo
opera en países en cualquier plano del
PNB per cápita y que su desarrollo
económico puede lograrse bajo la base
de una amplia variedad de sectores de
manufactura y servicio. Estos sectores
incluyen industrias de artesanía
simples o pequeñas basadas en
empresas, la cuales antes se
consideraban como la antitesis misma
de cualquier clase de desarrollo
duradero. Es especialmente urgente
reenfocar la atención sobre el potencial
del desarrollo de las ciudades y regiones
exterioridades positivas intensivas
dentro el sistema global de relaciones
económicas con menos barreras. En
países con menor desarrollo, en
particular, la aglomeración es crítica
para el desarrollo no sólo debido a que
es fuente de productividad económica
desarrollada, más también porque es
una condición básica de especialización
dentro de la división global del trabajo y
un fundamento esencial del crecimiento
orientado a la exportación.
DISPARIDADES DE DESARROLLO
EN EL SISTEMA DEL MUNDO
CONTEMPORANEO
¿Divergencia o convergencia regional?
La liberalización en el aumento del
intercambio económico como
globalización ha procedido, en
combinación con mejorías fijas en las
tecnologías de la transportación y la
comunicación, promoviendo la
extensión mundial de las
aglomeraciones productivas densas.
Este efecto se complementa con dos
más. Primero, las aglomeraciones en
diferentes partes del mundo se
encuentran siempre más envueltas en
relaciones de competencia y
complementariedad consigo mismas. La
competencia inter-aglomerativa ocurre
cuando los productores en diferentes
partes del mundo operan en los mismos
mercados; la complementariedad está
presente cuando las aglomeraciones
diferencialmente especializadas están
unidas a través de cadenas de
comodidad a larga distancia. Segundo,
las aglomeraciones también están a
menudo profundamente conectadas a las
áreas más periféricas, menos
densamente desarrolladas,
especialmente donde ciertos tipos de
unidades de producción dentro de las
cadenas más amplias de comodidad
encuentran más ventajas en localizarse
10
11. en sitios descentralizados. Este
fenómeno es especialmente
característico en las operaciones de
plantas anexas con actividades de planta
relativamente estandarizadas y por lo
tanto con estructuras de procuración y
distribución de bajo costo.
El resultado neto de ambas tendencias
anotadas aquí es la proliferación de los
flujos comerciales complejos, entre las
diferentes aglomeraciones y entre
aglomeraciones y áreas periféricas, a
escalas nacionales e internacionales, y
estos flujos se están expandiendo con la
globalización.
Las teorías neoclásicas del desarrollo
sostienen que la integración espacial de
la actividad económica en estas formas
tiende progresivamente a eliminar las
diferencias interregionales en los
niveles de vida, promoviendo alguna
combinación de convergencia
estructural y composicional entre las
economías participantes. De hecho, el
registro actual es bastante caprichoso,
ocurriendo con convergencia en algunos
lugares, algunas veces, y con
divergencia en otras ocasiones. En este
momento, el juego de las fuerzas
económicas regionales y globales
comprenden muchas corrientes cruzadas
complejas en las que ciertas partes del
mundo (Asia Oriental y ciertas regiones
metropolitanas de Latino América) les
va relativamente bien, mientras otras
partes (África, entre los trópicos, mucha
de la antigua Unión Soviética, y ciertas
regiones periféricas en los países más
desarrollados) se están rezagando
constantemente.
Los aprietos de un desarrollo espacial
desigual se expresan más
dramáticamente en la observación de
que el 50% del PNB hoy día está
producido por solamente el 15% de la
población del mundo, la mayoría de ella
concentrada en la naciones Triada del
norte, por el contrario la mitad más
pobre de la población del mundo
produce solo el 14% del PNB global. Es
más el comercio mundial se ha vuelto
más concentrado entre las naciones
triada en detrimento relativo de las
relaciones comerciales Norte-Sur. La
mayor parte del mundo en desarrollo ha
sido un perdedor relativo en este
proceso, de nuevo con la excepción de
Asia Oriental. Al mismo tiempo,
muchas de las actividades de comercio
más importantes del mundo (siempre
más y más en la forma de comercio
intra-empresas) ocurren entre un
número relativamente limitado de
regiones o aglomeraciones
subnacionales. Este proceso promueve
el crecimiento de las regiones selectas, y
ayuda a generar el fenómeno
contemporáneo de las grandes ciudad-
regiones (como se definió arriba)
esparcidas por los continentes en un
mosaico de extensión mundial
integrado. Muchas diferentes partes del
mundo en desarrollo están
profundamente involucradas en
relaciones como estas, como
ejemplifican ciudades-regiones tales
como México, Sao Paulo, Cairo,
Bombay, Kuala Lumpur, Jakarta,
etcétera. Una consecuencia de esta
tendencia, empero, es que las
desigualdades en el ingreso
interregional dentro de muchos países
en desarrollo están aumentando. Cierto,
incluso en muchos países desarrollados,
el reciente período intenso de
globalización intensiva combinado con
un cambio en las medidas de política
neoliberal han estado acompañados de
brechas en la ampliación del ingreso per
cápita en las regiones sub-nacionales.
Este problema se acentúa aun más
donde la movilidad laboral es
relativamente baja, como en el RU y la
mayor parte de Europa continental
comparado con los EU.
Las diferencias per cápita del ingreso
entre los países discreparon durante
gran parte de los siglos diecinueve y
veinte, mas mostraron señales de
convergencia de los 60as hasta los 80as.
11
12. Durante la última década más o menos,
esta tendencia hacia una convergencia
de los ingresos entre países se ha
revertido, a pesar de las mejorías
dramáticas en la tecnología de
interacción espacial que han estado
ocurriendo. Similarmente, como
POMERANTZ señala, la “gran
divergencia” en los niveles de ingreso
en el siglo diecinueve ocurrió incluso
aunque los costos de comunicación y
transportación estaban cayendo
rápidamente.
Las dinámicas del desarrollo regional
diferencial.
Considerable luz puede ser vertida
sobre estas cuestiones con un análisis
adicional de las formas en que los
procesos del desarrollo regional
contribuyen a las diferencias
estructurales y composicionales
durables entre las economías. En
particular, ¿porqué ciertas regiones
logran establecer sistemas económicos
de alto desempeño mientras que otras
permanecen nonatos, se estancan o
declinan incluso, mientras los costos de
interacción espacial caen?
Se ha mostrado ya en nuestra
discusión previa que las ventanas de
oportunidad locativa como los efectos
de retorno en aumento refuerzan las
oportunidades del crecimiento para las
regiones que empiezan (incluso
accidentalmente) a moverse hacia
adelante como focos de producción en
cualquier sector dado, mientras que
progresivamente se cierran las
oportunidades para otras. Ciertas
características endógenas de la
aglomeración también tienen grandes
aportes sobre las perspectivas del
desarrollo local. Historiadores y
geógrafos económicos han mostrado,
por ejemplo, que incluso en las
industrias donde las mejores prácticas
se difunden rápidamente de país a país
(como en el caso de los molinos de
algodón y vías férreas en el siglo
diecinueve), la productividad del factor
del desarrollo es a menudo bastante
desigual en el avance espacial). Lo que
es además enigmático es que tales
diferencias emergen no sólo en los
casos en que las tecnologías y prácticas
gerenciales son similares, como también
en las industrias que tienden
uniformemente a localizarse en grandes
centros urbanos (como sucede con gran
parte de las industrias electrónicas hoy
día). Todo esto implica que existen
determinantes endógenos significativos
–locales y nacionales- sobre cuan bien
las aglomeraciones funcionan, y por lo
tanto cuanto pueden contribuir al
desarrollo económico en sus contextos
locales y nacionales. Igualmente, un
comercio en aumento, la inversión
extranjera, y la difusión internacional de
la tecnología no traen automáticamente
convergencia en los niveles de la
productividad y de desarrollo.
Muchas de las condiciones endógenas
que subyacen al desarrollo económico
local y que facilitan la entrada a la
economía global son culturales o
institucionales, en el sentido específico
de que estos implican la formación de
rutinas de comportamiento específico
que potencializan y forman actividades
tales como producción, tradición
empresarial e innovación. Estas rutinas
son, en efecto, formas no comerciadas
de interdependencia entre los agentes
económicos, y por lo tanto
colectivamente constituyen los bienes
relacionales de la economía regional.
Las teorías estándar del desarrollo
económico no sondean adecuadamente
en estos procesos. Las teorías
neoclásicas, incluyendo las versiones
más nuevas aumentadas, asumen que un
comportamiento exitoso surgirá más o
12
13. menos espontáneamente del contexto
más amplio económico o social. Otras,
como la nueva teoría del crecimiento,
colocan su fe en las acumulaciones de
“stocks” de conocimiento que conducen
a efectos de exterioridad positiva
generalizada a través de la economía.
Esta última idea, aunque puede ser muy
útil como punto inicial, dice poco
acerca de las costumbres y relaciones
concretas a través de las cuales el
conocimiento y el savoir faire son
creados y desplegados en la acción
económica. Lo bienes relacionales de
esta clase no son libremente
reproducibles de un lugar a otro, y el
acceso a estos se determina por lo
menos parcialmente a través de la
membresía de redes. Esto es porque las
interdependencias no comercializadas
tienden a tener un carácter fuertemente
unido al lugar y son culturalmente
enraizadas y a menudo no pueden ser
transferidas fácilmente -si algo- de
regiones exitosas a otras menos
exitosas. Debido a que el acceso a estos
bienes es espacialmente y
organizacionalmente limitado, estos
promueven las ventajas económicas de
sus regiones centrales (así como
empresas de negocio locales y
miembros de la red) y les permite entrar
en formas monopolísticas de
competencia a la CHAMBERLIN.
Estas observaciones indican que el
desarrollo económico regional
económico involucra una mezcla de
limitaciones exógenas, la
reorganización y construcción de
sistemas locales de bienes, y una
movilización política enfocada en las
instituciones, la socialización y el
capital social. Más generalmente, la
extensión a la que cualquier región
logra crear efectos de retorno
localizados en aumento –los que
dependen con importancia de estos
fundamentos culturales e
institucionales- es crítico para el
proceso entero del desarrollo. Una
extensión directa de este punto es la
aseveración de que el éxito de las
economías nacionales (como indicado
sobretodo por el acceso a membresía en
al club de convergencia de altos
ingresos globales) está, en formas
significativas, relacionado con el
surgimiento de las aglomeraciones
dinámicas y creativas, como lo es
ilustrado por el caso de las economías
asiáticas de alto desempeño. Si esta
aseveración está correcta, procede que
para que los países se unan al club de
alta convergencia de altos ingresos
global en el mundo de hoy día, tendrán
que sostener los procesos del desarrollo
aglomerados exitosos (aunque esta
observación en ninguna forma implica
que sea un ingrediente esencial de
cualquier camino hacia el desarrollo
nacional). La aglomeración es una
preocupación central que ni se puede
igualar a la urbanización como un
simple fenómeno demográfico, ni
disolver en el reino de la
macroeconomía.
LAS DIMENSIONES REGIONALES
DE LA POLITICA DEL
DESARROLLO
En vista de estas observaciones, una de
las tareas más importantes de cualquier
política de desarrollo viable debe ser la
de cultivar esos beneficios múltiples e
importantes que fluyen desde los
sistemas de producción mientras se
encuentren con las complejas
condiciones intrarregionales e
interregionales que gobiernan la lógica
de la aglomeración. Un número de
aspectos negativos de la competencia
interregional también deben ser puestos
bajo control si el desarrollo va a
proceder con algún grado de
uniformidad.
Durante la mitad del siglo anterior, la
política del desarrollo regional ha
tendido a asumir la imagen de los
paquetes de estímulo aplicados a
13
14. localidades dadas con la intención de
iniciar un despegue o contrarrestar el
estancamiento. Los tipos de paquetes
escogidos para estos propósitos varían
enormemente de país a país, pero
generalmente incluyen programas tales
como subsidios a la industria, recortes
de impuestos, provisión de
infraestructura, planes gubernamentales
para dirigir nuevas inversiones a áreas
atrasadas, programas de recapacitación
laboral, etcétera. Los acercamientos
como estos no están necesariamente
siempre desprovistos de efectos
positivos, pero a la luz de nuestra
discusión anterior, ciertamente son
problemáticos cuando ocurren en un
vacío, por lo cual queremos decir falla
en atender a los fundamentos críticos
organizacionales e institucionales del
crecimiento y competitividad regionales
tal como se discutió arriba.
Desde los 80as, un conjunto
floreciente de literatura y experimentos
prácticos se han acumulado, en los
cuales, estos fundamentos se han
expuesto de hecho como baluartes
esenciales del proceso del desarrollo
regional. Más específicamente, como se
ha anotado, las economías regionales
están internamente unidas a través de
las interdependencias humanas y
organizacionales –a menudo no
comerciadas- que tienen un carácter de
bienes cuasi-públicos fuerte, queriendo
decir que son la fuente de exterioridades
positivas que están más o menos
libremente disponibles a empresas
locales pero no son la propiedad de
ninguna. Tales exterioridades positivas
son observables en los dominios
diversos de la actividad económica
regional, incluyendo los flujos de
información densos, los procesos de
aprendizaje, la emergencia de
tradiciones artesanales diseño, la
formación de red de negocios, etcétera.
Respecto a esto, nos podemos referirnos
a una “comuna económica regional”
representando los elementos de la
ventaja económica que emergen del
orden colectivo de la aglomeración,
pero que por su naturaleza no se pueden
reducir a propiedad y control
individuales. Estos elementos son
cruciales para un éxito regional general,
especialmente en una economía
globalizadora.
Concomitantemente, nuevas clases de
intervención de política basadas en el
concepto de economías regionales como
los agregados de bienes físicos y
relacionales, necesitan ser identificados
y refinados. Esto se debe a que las
sinergias promovedoras del desarrollo
de estos bienes están sujetas a dos
problemas principales. Primero, las
exterioridades positivas tienden a estar
insuficientemente suministradas donde
las relaciones del mercado solas
prevalecen. Por ejemplo, la capacitación
de habilidades, la información del
mercado laboral, la investigación
tecnológica, etcétera son a menudo
severamente mal suministradas debido a
que los productores tienen la tentación a
participar en un comportamiento libre
robando estos recursos del cesto de los
recursos regionales. El resultado neto
es que su inversión general en los
bienes sociales críticos es menos que
óptima, y por lo tanto esencial para
crear formas de intervención política
para rectificar este problema. En
segundo lugar, los peligros morales
significativos aparecen (especialmente
en la operaciones de redes centrales de
la economía regional) que pueden
generar severas exterioridades negativas
si son dejadas al descuido. Estas
incluyen la emergencia de relaciones de
baja confianza entre fabricantes y sub-
contratistas, o amenazas a la reputación
de la calidad del producto regional
debido a los operadores deshonestos.
Además, las economías regionales son
susceptibles de rutas de desarrollo
variables, y la política puede a menudo
ayudar a conducir a cualquier sistema
dado a resultados indeseables en
14
15. relaciones de bajo nivel (tales como una
deterioración de relaciones laborales
entre fabricantes y sus contratistas) y
hacia un paro en su equilibrio del mayor
nivel.
El terreno económico regional
multilateral que se desarrolla alrededor
y dentro de las aglomeraciones
industriales densas, entonces, representa
un dominio crítico de intervención de
política de beneficio. Existen muchas
marcaciones diferentes dentro de las
cuales tal intervención puede ser
llevada a cabo. Esto incluye las agencias
gubernamentales, las asociaciones
cívicas, las sociedades privado-públicas,
o una cantidad de otros posibles
arreglos institucionales posibles,
dependiendo de las tradiciones locales y
las sensibilidades políticas. Aunque la
necesidad de una tal intervención existe
en las regiones con, cualquier grado de
pobreza o prosperidad, es
probablemente muy difícil lograrlo en
localidades que tienen altos déficits de
bienes básicas físicos y relacionales
para comenzar. Este tipo de
intervención, en cualquiera de sus
aspectos institucionales, tiene poco
parecido con la política urbana
tradicional., con su énfasis en la
infraestructura, albergues,
transportación y finanza pública urbana;
en cambio está orientada hacia el
problema de la coordinación de los
sistemas de producción urbana.
Además, puesto que depende tanto del
consentimiento activo de muchos
individuos y grupos diferentes, también
se necesita de un alto grado de
compromiso social y político, en el cual
las empresas, trabajadores y otros
interesados en la economía local son
conducidos hacia un debate
significativo público, acerca de lo que
está en juego y acerca de la forma
preferida de obtener resultados
colectivos.
Un confirmado anti-dirigista como
LAL, 1983, habría seguramente hecho
objeciones en este punto, con el efecto
de que siempre es mejor vivir con los
fracasos mercantiles que con las
equivocaciones “inevitables” de las
agencias públicas y su promoción de de
un comportamiento busca-rentas. Sin
importar cuan benéfica esta advertencia
pueda ser, está templada a tal medida
que la noción de un terreno económico
regional – que ofrezca retornos
compensatorios a la coordinación-
puede sostenerse y consecuentemente,
que la operación de la economía local
puede promoverse con una intervención
de política apropiada. Nuestra discusión
de esta cuestión sugiere que sí hay
ciertamente un papel para la acción
colectiva para promover los efectos de
retorno en el aumento regional y
aumentar la tasa a largo término del
crecimiento económico, y que esta
reclamación es enteramente consistente
con el mismo punto hecho para la
economía como totalidad por la nueva
teoría del crecimiento, así como por las
grandes literaturas teoréticas y
empíricas sobre los fundamentos
sociales e institucionales de los
mercados con éxito.
Los niveles crecientes de activismo
local en la cuestión del desarrollo
económico regional, empero, sí crean
ciertos riesgos adicionales. Estos toman
muchas formas diferentes yendo de
carreras de desarrollo irracionales, a
través de guerras fiscales sobre
subsidios e inversiones, hasta el robo
del talento y recursos de una región por
otra, hasta torneos locativos para
grandes inversiones hacia dentro. La
competencia interregional persiguiendo
las ventajas del primer iniciador es una
instancia obvia de este problema. Tal
vez es más claramente evidente donde
varias regiones diferentes están todas
esforzándose en volverse incubadores
de alguna industria infante, y por lo
tanto emerger eventualmente como los
principales centros de esta industria
mientras madura. Pero en la presencia
15
16. de economías de aglomeración, sólo una
o unas cuantas regiones selectas
probablemente tendrán más éxito en
cualquier nicho productivo dado a largo
término, implicando que en la ausencia
de coordinación informada desde el
comienzo, una considerable mala
colocación de recursos con toda
probabilidad habrá de ocurrir. En
general, asegurar que los retornos de
suma-positiva al desarrollo a escala
interregional – y en un mundo en que
muchas regiones individuales están
activamente esforzándose en erigir
competencias internas de desarrollo-
parece exigir alguna capa adicional de
descuido regulatorio. Las prohibiciones
de la unión contra el “dumping social”
son intentos para establecer
coordinación interregional de este tipo,
aunque pueden permanecer
insuficientemente específicos para ser
enteramente operativos.
Simultáneamente, las anteriormente
específicas políticas de los gobiernos
centrales en promover la igualdad de
ingresos regional han sido
considerablemente diluidas en años
recientes tanto en los países
desarrollados como en desarrollo. (3),
ayudando así a acentuar los procesos
de divergencia de los ingresos
interregionales ya anotados. La
globalización como está siendo
moldeada por la ideología del
Washington Consensus puede
promover una dilución adicional de
estas medidas, especialmente donde
esto está acompañado por la entrada en
vigor de medidas monetarias
contradictorias y programas de
austeridad fiscal en los países en
desarrollo. Como corolario, muchos
países también están concentrando sus
gastos públicos sobre su aglomeración
más dinámica globalmente vinculada a
costo de sus cuestiones básicas de
igualdad tanto dentro de estas
aglomeraciones como entre estas y otras
áreas del territorio nacional. Las
tensiones concomitantes puestas dentro
del proceso del desarrollo
contemporáneo –en todas las escalas ya
sea intra-metropolitanas, geográficas,
inter- interregional o internacionales –
pueden conducir a una reacción política
en la que incluso los aspectos
potencialmente positivos del desarrollo
y la globalización pueden no ser
reconocidos debido al fracaso de tratar
con sus efectos más notoriamente
negativos, incluyendo la exacerbación
de desigualdades sociales e
interregionales.
Todo esto sugiere que los
componentes regionales de la política
del desarrollo económico bajo
condiciones contemporáneas colocan un
dilema filoso. Por una parte, la política
necesita estar diseñada en formas en que
refuercen las economías de la
aglomeración. Por la otra, los intentos
aislados para reforzar las economías de
aglomeración podrían intensificar
disparidades en los ingresos per cápita
para muchas líneas diferentes de
rompimiento. Estos dos aspectos de la
cuestión están en constante tensión una
con otra en el mundo de hoy día, como
es ejemplificado en los debates actuales
en los que ciertos analistas mantienen
que la política del desarrollo está mejor
enfocada a las mejorías productivas en
las aglomeraciones dinámicas,
(maximizando así las tasas de
crecimiento nacional pero aumentando
las tensiones sociales), mientras otros
analistas sugieren que limitar la
desigualdad a través de formas
apropiadas de redistribución de los
ingresos (social y/o interregional) puede
llevar a programas de desarrollo a largo
término más viables. En cualquier caso,
para virtualmente casi todo país, existe
hoy día una cuestión de política seria y
muy desdeñada involucrada con el logro
de formas más efectivas de
coordinación central/regional y una más
apropiada distribución espacial del
poder político.
16
17. Las tensiones análogas sobre las
disparidades del desarrollo, ocurren de
nuevo en cualquier nivel de la escala
geográfica en la economía mundial, y
especialmente a escala global misma.
En el régimen actual de globalización
intensificada en que los imperativos de
mercado consistentemente sobrepasan
las capacidades institucionales
existentes para una regulación efectiva,
el balance parece estar fuertemente
inclinado hacia las desigualdades en
aumento. La discusión expuesta aquí
presenta el caso de una consideración
explicita de la geografía económica de
globalización en relación a sus
fundamentos regionales, y este asunto
necesita ahora en adelante figurar
prominentemente en cualquier
reorganización de las instituciones que
comprendan un nuevo sistema nuevo a
multi-escala de gobernación. Los
reclamos competentes de crecimiento e
igualdad permanecen firmemente en la
agenda, incluso si las presiones actuales
de reorganización económica espacial
hacen necesario re-pensar las formas en
que podemos mejor lograr respuestas
balanceadas a estas.
CONCLUSION: TEORIA DE
DESARROLLO A TRAVES DE LOS
LENTES DE LA GEOGRAFIA
ECONOMICA
Las teorías económicas convencionales
de desarrollo y comercio han en general
ignorado cuestiones de geografía
económica. Hoy día, algo de esta
negligencia está siendo rectificada por
los economistas con un interés en las
economías de aglomeración y las
dinámicas regionales. En nuestra
opinión, empero, esta perspectiva puede
ser llevada aun más lejos. La existencia
de economías de aglomeración
persuasivas basadas en exterioridades y
efectos de retorno en aumento necesita
un completo reconocimiento de la
región como una unidad orgánica de la
realidad económica. Esto se debe a que
las economías de aglomeración
representan un elemento potente,
inmóvil y- dada su condición como
bienes cuasi-públicos – un elemento
altamente problemático del proceso
entero del desarrollo. Como tales, las
regiones existen como claves de la
organización económica así como lo
hacen las empresas, sectores y naciones.
La teoría del desarrollo necesita ahora
reconocer este punto y tomarlo en
cuenta.
Como se indicó al comienzo de este
artículo, los economistas han tendido a
privilegiar las variables
macroeconómicas como su mejor
posible línea de ataque sobre el
problema del desarrollo. Pero este nivel
de observación, aunque obviamente
importante, ya no es (si jamás lo fue) el
único punto privilegiado de entrada a
un entendimiento del desarrollo, y aun
mas hoy en día, dado que las barreras
entre las economías nacionales están en
ciertos respectos desapareciendo,
alentando así las tendencias a la
aglomeración en las localidades selectas
en todo el mundo. Es más, mientras que
las teorías del desarrollo dirigidas a
países más pobres han a veces
reconocido la conexión en dos sentidos
entre la industrialización y
urbanización, han tendido a enfocarse
en el problema de hiperurbanización y
sus repercusiones sociales negativas,
más que en la región como sitio de
resultados de alta productividad.
Nuestro punto es que uno de los asuntos
más fundamentales para los países en
desarrollo hoy día es como crear y
sostener los tipos de aglomeración sin
los cuales nunca podrán esperar entrar
en las filas más altas de la economía
global, asegurando así mismo que la
disparidades del ingreso permanezca
bien dentro de los límites de lo
socialmente justo y políticamente
tolerable.
17
18. Este estado de asuntos coloca muchas
nuevas preguntas para la teoría y
política del desarrollo a niveles
regionales, nacionales e internacionales.
Se ha buscado en el presente artículo
moverse más allá de los elementos de la
teoría del desarrollo que impiden un
más completo reconocimiento de las
realidades geográficas del proceso de
globalización y delimitar los comienzos
de ciertas respuestas amplias a las
preguntas que surgen de este ejercicio.
NOTAS
1. Este artículo fue originalmente
escrito como documento de
posición para el grupo que
trabajo en Globalización,
Regiones y Desarrollo
Económico, promovido por el
Centro para Comparative and
Global Research, International
Institute, University of
California, Los Ángeles.
2. Ciertos autores sugieren que esta
aseveración es menos
sustentable donde los cálculos
están basados en las medidas de
población orientadas a los
ingresos per cápita por país.
Cuando estas medidas no están
evaluadas, empero, los
resultados muestran que las
tendencias post-guerra hacia una
mayor convergencia se han
revertido decisivamente en años
recientes.
3. Como DAVEZIES nota este
dilema concierne sobre todo a
las políticas de igualdad de
ingresos basados en los salarios
en los países europeos. Ciertas
clases de transferencias de pagos
compensan en parte esta
dilución.
18