El documento clasifica diferentes tipos de padres en el fútbol base y describe sus comportamientos. Menciona padres-entrenadores que tratan de dirigir el juego y critican constantemente, padres gratificadores que pagan por goles, y padres verdaderos que apoyan sin presionar y disfrutan del deporte a través de sus hijos. El autor enfatiza que los padres deben ser conscientes de que sus hijos los ven como un modelo a seguir.
2. Padres y Entrenadores
• , voy a incluiros un artículo escrito por un gran
amigo como es Juan Díaz Palomo. Habla sobre
los padres y qué relación tienen con el fútbol
base. Espero que os sea de utilidad.
JOAQUIN CEDEÑO
4. LOS PADRES
• Juan Díaz. Padre y Entrenador
• Comienzo este artículo con una pregunta: ¿Somos los padres
conscientes de que nuestros hijos nos ven como una referencia?
• Todos nuestros comportamientos, gestos, palabras o acciones
tienen repercusión en nuestros hijos. Nos observan y tratan de
imitarnos en la medida de lo posible. Un hijo intentará siempre
hacer feliz a sus padres, que se sientan orgullosos de él. Así que
nuestra responsabilidad es inmensa. Somos observados a
diario, por tanto, nuestra labor educativa no cesa nunca. Cualquier
momento o situación es un excepcional escenario formativo.
• En los años que llevo en el fútbol base, concretamente en Fútbol
7, he podido observar que existen diferentes tipos de padres. Me
he permitido clasificarlos en base al comportamiento que tienen
dentro de un campo de fútbol.
5. PADRES – ENTRENADORES
• PADRES – ENTRENADORES: sin duda, ocupan el primer lugar en mi
clasificación. Los campos de fútbol están llenos de esta “especie”.
Son padres que asisten a los entrenamientos, no faltan a ningún
partido. Le dicen al entrenador dónde tiene que jugar su hijo, cómo
tiene que jugar el equipo. Están convencidos de que su hijo es el
mejor y ven al niño jugando, en un futuro, en un equipo de primera
división. Para ellos, no existe nada más que su hijo. El equipo existe
porque está su hijo dentro de él. En los partidos “montan” el
espectáculo. Antes de comenzar ya ejercen de entrenador:
“vamos a ganar” “tú, no chupes tanto” “tenéis que echarle h..”.
Durante el partido, no paran de gritar, corregir, situar a los
jugadores, increpar a todos (jugadores, rivales y, por
supuesto, árbitro), insultar, desafiar, muestran agresividad. A
veces, están tan metidos en el partido, que corren la banda. Es
frecuente verlos con una cerveza en la mano y su hábitat natural
está en la grada pero pegado al terreno de juego donde se le
6. • Si el equipo pierde es porque el entrenador no tiene ni idea y los
jugadores no tienen el nivel de su hijo. Si se gana el partido se
muestra muy satisfecho porque su hijo ha sido pieza esencial y él ha
influido, con su dirección del juego a base de gritos, en el resultado.
Se marchan convencidos de que su hijo es el mejor. El problema
surge cuando en un equipo hay dos o más jugadores que son los
mejores (en relación de los padres entrenadores que existen en el
equipo: x padres entrenadores = x futuros Messis en el equipo). Si
esto ocurre, la guerra está montada. Hace seis años entrenaba a un
equipo prebenjamín (6 y 7 años) con el que quedamos campeones
de liga. El día de la fiesta por la consecución del título, dos padres
entrenadores se pelearon a puñetazos. Los niños no sabían por qué
se peleaban, yo tampoco (sigo sin saberlo). Pero es que ellos
tampoco sabían por qué se estaban pegando. El daño que estos
padres les hacen a sus hijos es inmenso. Lo peor es que ellos no son
conscientes y van a más en su actitud negativa.
7. Estos padres, a veces, se les ven acompañados de otro
“ejemplar” que he denominado:
• PADRES – SEGUNDOS ENTRENADORES. Tienen la misma
misión que el anterior pero en un segundo plano. Sólo
se acerca al primero para hacer comentarios puntuales.
También increpa e insulta pero desde la barra del bar. Tanto
al primero como al segundo, les importa muy poco la
formación de sus hijos. Lo único que les
•
• interesa es que su “diamante en bruto” esté rodeado de los
mejores, en un equipo
• ganador.
8. PADRES GRATIFICADORES
Así denomino a los que gratifican, económicamente, a sus
hijos por cada gol marcado (lo siento por los defensas y
por los porteros). Dan dinero por goles marcados. He
visto dar 10 euros por cada gol marcado y estamos
hablando de partidos de fútbol 7 en los que un mismo
jugador puede marcar un gran número de goles. Los
niños, evidentemente, se vuelven egoístas dentro del
terreno de juego, increpan al compañero si no le pasan el
balón, no tienen concepto de equipo y no se integran en
un grupo.
9. PADRES REPRESENTANTES.
• Esta “especie” está en auge. A estos padres les da igual que
sus hijos jueguen en el equipo del barrio, o no. Buscan el
mejor equipo aunque tengan que desplazarse varios
kilómetros. Su hijo tiene que estar con los mejores. Si no
es así, ya se encargará él de traer jugadores para que su
hijo esté en un equipo ganador. Si su hijo queda desplazado
porque hay jugadores mejores, busca un equipo donde
pueda tener protagonismo. Hace lo posible para que su
hijo sea conocido, incluso envía videos a los medios de
comunicación locales.
10. PADRES DESFASADOS.
• . Son los desfasados, los que recuerdan su
infancia y creen que el mundo no evoluciona. Se
les reconoce por frases como: “En mis tiempos….”
“Cuando yo jugaba…”. Les da igual que su hijo, en
un entrenamiento, esté 45 minutos haciendo
carrera continua porque él entrenaba así. Son
partidarios de gritar a los niños de forma
desmesurada porque así lo entrenaban a él. No
valoran las condiciones tan favorables en las que
entrenan sus hijos, se limitan a decir “lo nuestro
tenía más mérito”. Son padres que se han
quedado atrás en la evolución del fútbol.
11. PADRES PASOTAS.
• No se interesan por el niño. Les da igual la
formación del niño, el entrenador, el club en el
que están. No preguntan si han ganado o
perdido. Se limitan a llevar al niño al
entrenamiento y recogerlo cuando termina.
Rara vez, se les ve presenciando un partido.
Para ellos, es una obligación que su hijo
entrene en un equipo.
12. MADRES.
• En todos los sectores de la sociedad se ha
producido, afortunadamente, la incorporación
de la mujer. El fútbol base no podía quedarse
atrás en este avance social. Así, cada vez más
madres acuden a entrenamientos y partidos
de sus hijos. Sin ánimo de generalizar, su
comportamiento es parecido al padre
entrenador pero sin saber qué es un fuera de
juego, un libre indirecto o un interior derecho.
13. VERDADEROS PADRES – VERDADERAS
MADRES.
• Se interesan, a principio de temporada, por la formación que va a
tener su hijo. Tratan de conocer al entrenador, la formación que
tiene y el trato que le da al niño. Nunca interfiere en las
decisiones, planteamientos, entrenamientos, ni partidos. Siempre
mantienen una actitud discreta de apoyo, animan a su hijo y al
grupo de forma elegante y digna de elogio, no crean presión
innecesaria, dan motivación y seguridad. Animan y apoyan al
equipo sin protestas, insultos o desaprobaciones a los integrantes
del equipo, del rival o al colegiado. Siempre ofrecen su vehículo
para el desplazamiento. Felicita a todos los jugadores del equipo y
los anima si salen tristes porque han perdido. En
definitiva, disfrutan del deporte a través de sus hijos.
14. Para finalizar, quiero transmitir un
mensaje:
• ''Tenemos que ser conscientes de que somos una
referencia para nuestros hijos''